Buenos días, buenas tardes o noches, aprovecho que este es el principio de la onceava parte de la historia advirtiendo que a partir de ahora empezarán a narrar los personajes que se encuentran dentro de la historia. También narrará un narrador omnisciente, es decir yo, neutral, como queráis llamarlo.
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Capítulo 11

El laboratorio del faro

[Región de Paldea, Ciudad Leudal]

{En el futuro}

Narra Iono

Esta mañana mi nuevo amigo ha decidido ir visitar esta tarde un negocio ubicado en el interior de un faro, no me lo esperaba, pero él me invitó a ir con él, ciertamente, desconozco la razón por la que lo ha hecho, dudo ser de utilidad en su viaje hacia ese laboratorio.

Pero me alegré, tanto que me vi obligada a abrazarlo, hacia mucho tiempo que no me invitaban a viajar, en este mundo repleto de maravillosas criaturas es muy común que la gente se invite entre sí a viajar con ella, es algo muy hermoso, pero es una lástima, no acompañaré a Adaman durante mucho tiempo, quizá, su propio viaje ya empezó hace mucho.

Quedamos a las cuatro de la tarde en la entrada del edificio para marchar hacia aquel laboratorio, cada vez, Adaman captaba más mi atención, confesaré que, la vez que me acerque a él en el centro Pokémon fue por puro interés, su combate contra mi compañero Brassius fue, en todos los sentidos, perfecto. Su manera de luchar con un Pokémon totalmente novato era increíble. Pero, ahora que lo conozco más, veo que detrás de una persona talentosa se encuentra un alma amable.

No quedaban ni cinco minutos para las cuatro y Adaman, que ya había salido de mi casa, me aviso por un mensaje que me esperaba abajo.

— ¡Se me olvidaba! — dije apresurada.

Me cambie mi ropa, vistiendo la que siempre llevo para ser reconocida como la líder de gimnasio eléctrica y bajé. Llevandome uno de mis cuantos Pokémon.

Me lo encontré en la entrada, justo como había acordado, este nuevamente vestía la extraña ropa formada por un saco azul con complementos amarillos que le llegaba hasta las rodillas. También un pendiente blanco y un tipo de collar con un diamante. Aunque fuera raro de ver, le quedaba estupendo.

— ¿Estamos listos? — preguntó Adaman.

— Estoy lista — afirmé con energía.

— Pues en marcha —.

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Por el camino, ya fuera de mi ciudad, nos adentramos en una zona rocosa luego de haber atravesado sin ningún problema el pueblo Altamía, nos encontramos un Pokemon Teracristalizado, aproveche esa ocasión en explicarle mucho mejor a Adaman en que consistía esa mecánica.

Decidimos acampar para poder cenar, mi amigo ya llevaba en una mochila muy grande todo lo necesario para poder prender una fogata y poder ingerir la comida suficiente para llegar hasta el faro.

— ¿Sueles acampar mucho? — le pregunté curiosa.

— Demasiadas veces, no se si ya te lo he dicho, pero soy una persona a la cual le gusta mucho viajar, y eso es lo que más hago — me explicó mientras encendía con un mechero un montón de ramas.

— Ah.... ¿te puedo ayudar en algo?

— No, tranquila, sientante, lo que hago no es difícil, al menos para mi — me dijo.

Me sentí mal, pero decidí hacerle caso y sentarme en un tronco.

— Ya sabía yo que iba a ser una molestia llevarme contigo — dije, un poco deprimida.

— ¿Que? No digas eso, tu eres la que me guía, nunca suelo ubicarme en el mapa — me dijo, sentándose también en otro tronco.

— Se ve que cada uno tiene sus deterioros... — sonreí tímidamente.

— Si, a todo esto, ¿uno de tus deterioros cual es?

— ¿M-mi deterioro...? — nerviosa — Pues es un poco privado...

— Pues no preguntaré.

— No no, pienso que es mejor decírtelo para que ya lo tengas en cuenta — dije mientras me movía llena de nervios.

— ¿Es una fobia? —.

Me sobresalté.

— ¿C-como lo sabes? — sorprendida.

— Lo que más ocultan las personas son sus mayores miedos, son representados como una debilidad — explicó sabiamente.

No tenía más remedio que relajarme, sonrojarme y asentir.

— Si, es una fobia — dije, bajando un poco la voz.

— ¿A que? —.

— A los fantasmas... — contesté, sin mirarlo a la cara, con las mejillas ardiendo, y no por el fuego.

— ¿Le tienes miedo a los Pokémon fantasma? — preguntó esperando mi afirmación.

Me dedique a asentir con mucha vergüenza, empiezo a pensar que le he agarrado mucha confianza en poco tiempo a Adaman, porque lo de mi fobia no se lo digo a mucha gente.

Narra Adaman.

Viendo como mi amiga me confesaba que le temia a los Pokémon fantasmas, no pude evitar cruzar mi mirada con la de Celebi para compartir el mismo pensamiento diabólico, ahora sabíamos como asustarla cuando quisiéramos.

— ¿Pero cállate, vale? Como todos se enteren de esto empezarán a burlarse de mi por todas las redes sociales... — dijo la streamer más popular del mundo.

— Tranquila, yo me callo — dije sonriendo.

La veía bastante tierna intentando ocultar su vergüenza al estar mirando en otra dirección.

— ... Iono, hay un Haunter detrás de ti — dije sin mucha sorpresa.

— Sé que lo dices para asustarme, buen intento — dijo un poco molesta.

— No te estoy mintiendo... — dije extrañado de que ella no capte su presencia.

— Que ya te he dicho que no-

Tan pronto como la chica se giró, se petrificó al ver que en efecto, la terrorífica evolución del Pokémon Gastly se encontraba detrás de nosotros, observándonos desde una sombra.

Tipo Fantasma y Veneno

Le encanta acechar en la oscuridad y tocarles el hombro a sus víctimas con su mano gaseosa. Estas se quedan temblando hasta el final de sus vidas.

— Te lo advertí —sonreí al igual que Celebi.

— ¡¡¡KYYAAAAAAAAAAAAA!!! — gritó aterrorizada, lo de la fobia iba en serio.

— ¡Joder mis oídos! — dijo Celebi.

Iono no se lo pensó y tan pronto como gritó se puso detrás mío.

— ¡Aparta a esa cosa de mi vista ahora mismo!

— ¿Pero como te puede dar tanto miedo? que sea un insecto lo entiendo pero este Haunter es increíblemente tierno — dije.

— ¿¡Que porque, es que tú no lees la descripción en la Pokedex?! Son horrorosos! Ese monstruo es horroroso!

— *le sale una lágrima al fantasma*

— Eso no importa ahora mismo... está hambriento, es tan fácil como darle una baya y solucionado.

Agarre una baya aranja de mi mochila y se la tire para que este pudiera comersela de un solo bocado, me lo agradeció y alegre se desapareció entre las sombras, sin dar la sensación de que pudiera regresar. Sinceramente, nunca había visto un Haunter tan pacifico y amable. Que lastima que ninguno de los dos llevábamos Pokeballs para capturarlo.

— No! No es fácil... — dijo, aferrándose más a mi, miedosa.

— Si lo es, ya no está —.

— .... ¿se ha ido? —.

— Si.

— ¿Dices que se ha ido...?

— Si.

— ¿De verdad?

— ... ... ... Como se nota que confías en mi — le solté, sarcástico.

— En estos casos soy muy insegura...

— Ya veo si...

— Tienes razón, no está — sorprendida.

— Exacto, no está —.

— ... Lo... lo siento — avergonzada, se despegó de mi espalda al darse cuenta del espectáculo que había causado por tan solo ver un fantasma.

— Descuida, ¿y porque les tienes miedo, es decir cuál es el origen de la fobia? — pregunté.

Iono se tardo unos largos segundos pensando en qué responderme.

— No puedo decirlo, un trauma...

— Ah, entiendo.

Terminamos de comer, guardamos cada cosa en su lugar y estábamos preparados para acabar con el recorrido.

— ¿Vamos? — preguntó la Iono enérgica de siempre.

— Vamos — respondí.

Por primera vez, a través de la energía en la que se había dirigido a mi y al ver su sonrisa motivadora, vi reflejada ante mi a otra chica en vez de ella, era Akari, tuve que admitir, que mi mirada se iluminó por primera vez en aquella época, probablemente, se debía a la esperanza.

— Vamos —.

Ahí me di cuenta de una cosa, la sonrisa de Iono y la de Akari, eran iguales.

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Narrador neutral.

Los protagonistas, acompañados de su nueva amiga y líder de gimnasio llegaron finalmente al susodicho faro del que tanto se habló, situado en el Sendero de Cahíz, en la punta de un pequeño acantilado frente al mar. Poco más allá se encontraba otro poblado, llamado Pueblo Cahíz.

Cuando avistaron una puerta que no conducía hacia arriba si no al laboratorio, se dirigieron caminando con tranquilidad hacia ella, Celebi advirtió de algo que ellos dos no se habían dado cuenta.

— La puerta está abierta — le dijo al jerarca.

— "¿Ah, si?" —.

Los dos entrenadores se acercaron y, en efecto, la puerta metálica estaba entreabierta, y no había ni un signo de luz al otro lado.

— ¿Porque la dejarían abierta? — preguntó Iono.

— Para que los interesados en el trabajo puedan entrar sin problemas, supongo —.

— Piensa bien bobo, ¿de verdad dejarías entrar a cualquier persona a tu propio laboratorio, y si es un maldito ladrón? — dijo Celebi.

— "Pues si, si, podría ser un maldito ladrón como tú dices, o..." — en ese momento, el jerarca oculto muy bien su pequeño enfado.

— ¿O?

— "... podría ser también una persona que tenga ganas de deshacerse de una cebolla flotante y de color verde que no para de criticar todas sus acciones y decisiones" — dijo, con la sonrisa más sarcástica que pudiera tener.

— ...

— ...

— ¿Puedes entrar en el laboratorio?

— "¿Porque?"

— Para no asfixiarte por el cuello, tienes cinco segundos — dijo, extrañamente calmado a pesar de la amenaza que le había lanzado.

— "Je, que gracioso..."

Mientras le dijo mentalmente lo último, Adaman ya estaba abriendo la puerta metálica para poder entrar junto con su compañera, y eso hicieron. El lugar era oscuro, muy oscuro, pero se podía apreciar luces tenues en un sitio, allí se situaba una zona de control: habían muchas pantallas repletas de datos.

— ¿No hay nadie? — preguntó sorprendida la streamer.

— Eso parece... "¿Ves a alguien?"

— No, todo está oscuro pero puedo verlo a la perfección, este lugar es pequeño y cerrado... — le respondió Celebi.

— "Ya veo..." Con que estamos solos... — dijo Adaman.

— Mmh... — baja la mirada y empieza a sentir un ardor — "Y porque me estoy sonrojando... es decir, sé porque pero no lo entiendo, yo ya he estado sola con él, es más, estaré la mayoría de los días sola con él en mi propia casa..." — pensaba incómoda.

— Iono.

— ¡Ah! ¿¿Si??

— ¿Te ocurre algo?

— ¿Que? No nada, solo estaba pensando en alguien...

— ¿Tú novio? — preguntó.

— No tengo, ¿no te lo había dicho ya?

— Ah, vaya — giró su mirada, serio.

Un silencio incómodo se formó entre los dos, al haber acabado de hablar el jerarca, Iono decidió romperlo.

— Tú... ¿tú tienes novia?

Al haberle preguntado eso, Adaman entró en un tipo de trance, pensando en cierta peliazul de su época, en aquel instante, decidió relajarse, porque, en el fondo, sabía que Akari nunca llegó a ser su novia, por muy cerca que lo esté. Estaba pensando también en otra cosa, Celebi lo pudo notar.

— Tampoco —.

— ... ¡¿HAS TENIDO 18 ESPOSAS?! — le preguntó un Celebi impactado al acabar de leer su mente.

— "¡¿Y tú que haces leyendo mi mente en estos momentos incómodos?!" — le regañó.

— ¡¿En estos momentos?! ¡¡Yo te la leo siempre pero afortunadamente para mi no piensas a menudo en cosas perversas, por eso mismo nunca critico lo que piensas!!

— "¿¡Que no pienso a menudo?! ¡Te juraría que he pensando durante este trayecto en cosas asquerosas, no me estarás mintiendo?!"

— ... Je... — apartó la mirada.

— "¡No me apartes la mirada! Tú también eres un pervertido y yo no digo nada!"

— ¡Pero yo no tengo 18 esposas!

— "No tengo 18 esposas, las he tenido a los largo de mi vida, tú que te piensas que estoy en un harem o que...?"

— Escúchame, los Pokémon también somos seres vivos, también pensamos y también tenemos sentimientos, yo también tengo mis cosas perversas con otros Pokémon así que respétame.

— "Lo que tú digas, pero luego no me llores de que pienso en cosas asquerosas... con humanos, claro, no pienses que me atraen Pokémon no estoy enfermo... "

— Ya eso sería raro...

Toda esta conversación mental transcurrió en muy poco tiempo, Iono por su parte respondió a la negativa que le dijo Adaman a su pregunta.

— Ya veo... Adaman mira esto, los datos de estas pantallas parecen ser relacionados con energía solar.... Y también con características de Pokémon...

— A ver... — empezó a leer — Paleosíntesis, Carga cuark... ¿que significan esas cosas? — preguntó el jerarca.

— Son habilidades de criaturas desconocidas, según los libros escarlata y púrpura — contestó una voz masculina a pocos metros de ellos dos.

Los dos, sorprendidos de haber descubierto que alguien más estaba allí con ellos, se voltearon para ver de quien se trataba.

Hasta aquí el Cap 11, ya veré si en pocas horas puedo subir otro a la velocidad de la luz.

La historia continúa...