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Capítulo 100

(Quiero aclarar que las canciones o músicas que publico junto a los capítulos son por si queréis ver esta historia de una manera un poco más épica, yo en cierto modo lo hago, pero dudo que haya mucha gente que lea historias con música siendo honesto)

(En fin, os dejo con el capítulo 100, ni más ni menos)

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Capítulo 100

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[Tercer ataque del Imperio 4]

[Comarca de Noroteo/Kitakami, Cerca del Soto Sempiterno]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Ambos Pokémon, recibiendo la misma cantidad de daño, se posicionaron cerca de sus entrenadores para descansar mutuamente, mirándose con odio.

— ...

— ...

— Debo confesar que te subestimé, no eres débil, pero tampoco muy fuerte, eres un novato, en pocas palabras — dijo N, parándose y viéndolo con una mirada serena.

— ... — sin decir nada.

— *suspira* En fin, debo reconocer que fue fallo mío, después de todo, todos tenemos un motivo que nos haría más que poderosos si nos centramos en ello, o un ideal o pensamiento que nos empujar el camino que trazamos — dijo N.

— ¿Motivos? — dijo Kieran, serio.

— Por supuesto, momentos en los que pensamos en cosas variadas que nos hacen reflexionar acerca del sentido de vivir, y con eso nos motivamos diariamente a perseguir nuestros objetivos y metas, ¿tú nunca has experimentado un momento así? — preguntó N, extrañado.

— ...

— ¿Sabes...? — dijo N — Yo sí, yo pienso a menudo en... ¿cómo decirlo? Versiones paralelas de mí mismo.

¿Paralelas?

— Si, exacto, universos paralelos, realidades alternativas, ¿tu nunca piensas en eso? Bien, pues a mí me resulta fascinante pensar en otras realidades, siempre pienso que... en algún otro universo paralelo a este deberá haber alguna versión de mí que sea todo lo opuesto a lo que soy ahora...

— ...

— Un N que sea amable, que logró ser un entrenador exitoso en Unova, que tuvo una infancia sana, que ayude a los demás y que persiga sus ideales por su eternidad, otro yo que sea muy diferente a mi, nunca me aburro de pensar en esas realidades alternativas — sonreía, mirando las estrellas.

— *reflexionando*

— ¿Y tú, tú nunca has pensado en otro tu? — preguntó N, con una leve sonrisa.

— No.

— ¿Mh?

— No porque no tengo porque hacerlo.

— ¿Y porque no?

— Todos y cada uno de nosotros nos esforzamos por nuestros ideales, no importa la realidad que nos envuelva, no importa la época, no importa nada, ahora lo único que sé y que me importa es que estoy en una guerra, una guerra a la que no pertenezco, si, pero a la que tengo derecho a unirme para perseguir mi objetivo personal, no hay tiempo para pensar en otras cosas que están fuera de mi control, no hay — dijo Kieran.

— ...

— Sabiendo esto, estoy seguro de que mis otras versiones paralelas tampoco estarán pensando en mi, por eso... yo tampoco tengo porque pensar en ellas — dijo Kieran, mirando a su oponente.

— Vaya, grandes palabras niño... no me lo esperaba si te soy sincero — dijo N.

— No me vuelvas a llamar niño, soy Kieran, que se te quede en la cabeza — dijo.

— Está bien está bien Kieran, me parece que no estás teniendo mucha paciencia conmigo, eso no me gusta, ¿lo sabes verdad?

— Tu tampoco la tuviste cuando todavía no sabías dónde ir, cuando eras tan pequeño como lo es tu orgullo en este momento — dijo el azabache, molesto.

— ...

— ...

— Repítelo — dijo N.

— ¿Qué?

— Repite lo que acabas de decir.

— ...

— ...

— ¡Que tú tampoco-

Kieran recibió un tremendo rodillazo en el estómago en tan solo la medida de un segundo de parte de N, el peliverde había llegado de un extremo al otro del campo de batalla a una velocidad inhumana.

— *escupe sangre*

— Si tú también vas a empezar a suponer cosas de mi pasado... entonces me ocuparé  personalmente de matarte con mis propias manos — dijo N, con una ira descomunal expresada en su rostro.

Kieran se estrelló contra un muro de piedra, el empuje de N era inigualable, y con solo una patada pudo hacerlo retroceder unos treinta metros gracias a su fuerza obtenida.

— ¡Aléjate de él! — gritó una voz femenina.

— ¿¡Uh!? — dijo N.

Un Quaquaval apareció desde el extremo del monte para propinar una patada lateral en el estómago del peliverde, al ser una patada de un Pokémon el ataque dolió más, y consiguió que el general escupiera la saliva suficiente para confirmar que la patada sí que le dolió.

N fue lanzado al otro muro de piedra contrario al de Kieran, él fue el primero en recuperarse.

— "¡Esa patada sí que dolió...!" — pensó N, agarrándose el vientre — ¡¿Quién demonios ha sido?!

Kieran alzó la mirada, resistiendo el dolor que N le había causado con su rodilla, para su sorpresa, le había salvado la persona que menos se esperaba.

Aoi, entrenadora y campeona procedente de la región de Paldea, había llegado dispuesta a arriesgar su vida por el bien de Kieran, sin importarle la cercanía que compartía con lo que podría ser... la muerte.

La entrenadora castaña se estuvo preparando mucho para este momento, el momento de luchar por su vida.

— ¿¡Aoi?! Que haces aquí?! — preguntó Kieran, incrédulo y preocupado.

— Grr.... ¡Los insectos como vosotros van y vienen...! "¡¿Cuántos entrenadores reclutó Adaman?! No lo entiendo!" — pensó N, agarrándose el vientre causa del dolor que el Quaquaval de la chica le provocó.

— ¿No deberías estar con Arven y Calem, porque te separaste de ellos...? — preguntó Kieran, levantándose.

— Bueno... si quieres que te lo explique...

...

4
MINUTOS
ANTES

Mientras Zoroark y Poliwrath se hacían partícipes en el violento combate que Kieran y N empezaron en aquel monte rocoso, Aoi, Arven y Calem se enfrentaban a los Pokémon de este mismo general, un Carracosta y un Klinklang.

El combate estaba muy igualado, aún así, debido a las defensas que el bando enemigo tenía, los entrenadores no conseguirían derrotarlos en poco tiempo, Kyurem, obviamente, estaba sumido dormido en un gran letargo.

Arven alcanzó a ver como en la montaña se creaba un par de explosiones de polvo, Kieran ya se había metido en un problema.

El caso es que el rubio era tan inseguro que decidió en aquel mismo momento lo que su amiga haría por él.

— Aoi — dijo Arven.

— ¿¡Que?! — preguntó, entre todo el caos.

— ¡Hierba Lazo! — ordenó Calem.

El Greninja negro del entrenador pelinegro de Kalos envolvió al Carracosta enemigo con varias hierbas con forma de látigos, haciéndolo inmóvil, luego estás lo suspendieron en el aire y como si se trataran de unos tentáculos lo volvieron a estrellar contra el suelo, causándole un daño súpereficaz.

— Como podemos ver... creo que yo y Calem podemos lidiar con ellos dos — dijo Arven.

— ¿A qué te refieres con eso? — preguntó la castaña.

— Quiero que vayas con Kieran...

— ¿¡Que?! Pero que con vosotros, no os puedo dejar solos!

— ¡Ya te dije que podemos nosotros dos contra ellos, en cambio piensa en Kieran, y si no cuenta con la ayuda de Carmine, y si está al borde de la muerte!? — gritó Arven.

— ...

— Tenemos que aceptarlo Aoi... dadas las circunstancias, es muy probable que muramos todos.

— ...

— Pero... no importa la situación, hasta el último aliento de nuestras vidas, daremos el 100% de nosotros mismos, ¿no nos rindamos hasta el final de acuerdo? — sonrió, levantando su puño.

— *sonríe evitando llorar* ¡De acuerdo!

Los dos entrenadores chocaron sus puños, separándose, una yendo en dirección al monte, y Arven hacia el combate que se disputaba allí mismo.

...

4
MINUTOS
DESPUÉS

— Pero... aún así, no deberías preocuparte por mi... en un combate, debemos estar concentrados en ganar, no en las vidas de nuestros compañeros... — dijo Kieran, confuso.

— Yo no creo en ello — dijo Aoi.

— ¿Uh?

— Yo lo que creo es todo lo contrario.

— *N la miraba con el ceño fruncido*

— El bienestar de mis amigos... ¡¡¡va por encima de todo!!! — gritó determinada.

— ¡¡¡CÁLLATE NIÑA!!! — gritó N — ¡¡¡A mi no me importa lo que esté por encima de todo, a mí lo único que me importa es que muráis todos, aquí y ahora!!!

— ¡¡¡Y tú no lo conseguirás malnacido!!! — gritó Aoi — ¡Patada Baja!

*grita de la frustración* "No voy a perder... no voy y no puedo, no contra unos insignificantes como estos!!! Porque me cuesta tanto derrotarlos?! Me empiezo a alterar, el único que puede igualarme en este mundo es Adaman, no basura inmunda como esta!!!!!" — pensó N, muy enojado — ¡Me empezáis a estorbar!!! Zoroark Tajo Umbrío!!

Ambos Pokémon, el zorro y el pato, colisionaron sus garras y patas para agrietar el suelo a su alrededor, la montaña empezaba a temblar.

— "Esta entrando en la locura, es el momento de aprovechar su flaqueza!" — pensó Kieran — ¡Poliwrath ve a por él, Demolición!

N no pudo reaccionar ante la brutal velocidad del renacuajo teracristalizado de Kieran, este, con la corona de tipo lucha brillando con intensidad, logró propinar un puñetazo en el estómago del general, arrojándolo nuevamente hasta el muro de piedra y creando una explosión del impacto.

— *N escupe sangre con los ojos emblanquecidos*

— ¡Todavía... — dijo Kieran.

— ... todavía no hemos perdido! — dijo Aoi.

— ¡Podemos ganar! — dijeron los dos a la vez, con una determinación increíble expresada en su mirada.

N intentó levantarse del muro, estaba lleno de piedras, empezó a sangrar por la cabeza y su mirada constantemente se volvía borrosa, el general no lo creía, dos personas que no conocía lo estaban logrando detener, a él, al quinto general de Volo que pudo derrotar a Adaman.

— ... "No voy a perder... ¡no voy a perder!" — pensó N — ¡NUNCA!

El peliverde se levantó, ignorando todo el dolor de sus nuevas heridas, con los ojos blancos inundados en la ira y frustración que recorría las venas del general.

— ¡Esto comparado con la mierda de pasado que viví no debería ser nada! ¡Absolutamente nada! — exclamó el entrenador.

— ...

Los dos entrenadores, Kieran y Aoi, después de haber unido sus fuerzas, observaban con seriedad y pena como N empezaba a recordar todo lo que sufrió en carne propia.

— ¡¡¡Yo... yo... yo soy la única persona que vio el infierno!!! — dijo N, con tristeza y enojo a la vez.

En ese momento, todo se quedó en silencio, ya que N se dio cuenta de cierto detalle, y se quedó parapléjico. Consternado.

El peliverde se había dado cuenta de que sentía tristeza, algo que no había analizado hasta entonces, se había enojado y deprimido a la vez, y eso lo dejó pensando. Con inconsciencia, el peliverde se miró la palma de su mano.

Kieran, apenado, sabiendo lo que divagaba en la mente de N, no pudo evitar responder a lo que dijo anteriormente.

— N... Tu pasaste por un infierno, y seguramente pensarás que ninguna de las personas que te rodean o te rodearon no experimentaron el mismo sufrimiento que tú, y si, es cierto que yo no pasé por un infierno... — dijo Kieran, cabizbajo.

— ...

— Yo lo que pasé fue por MI infierno, todos tenemos un infierno, y eso es lo que os llevó a la locura a las personas más afectadas, como tú.

N, relajándose, le corrigió.

— ... Discúlpame joven, pero debo corregirte algo, y por mucho que no me creas, yo no estoy loco.

— ...

— La humanidad es la que quiere volverme loco, y yo me defendí, un loco es aquel que no sabe qué hacer con su vida, y eso es algo que YO tengo muy claro, y te lo puedo asegurar.

Quaquaval se empezó a acercar con la intención de utilizar Danza Acuática contra el Pokémon Disfrazorro, ignorando las palabras que salían de la boca de N.

— ¡Eres un monstruo! — dijo Aoi — ¡Danza Acuática!

Las venas que se inflaron al rededor de todo el cuerpo del general hicieron que sus puños se cerraran al ver la ignorancia de la entrenadora castaña que estaba presente delante de él.

En aquel momento, todos los recuerdos traumáticos de N cruzaron su mente, y sin piedad se dispuso a gritar lo que se estuvo guardando desde que la humanidad lo rechazó.

— ¡YO NO SOY NINGÚN MONSTRUO, YO SOY UN VENGATIVO! — gritó N.

Zoroark usó Pulso Noche, creando una onda siniestra que barrió toda la montaña, Quaquaval y Poliwrath, ambos Pokémon de tipo Agua y Lucha levantaron varios pilares de rocas con sus puños para proteger a sus entrenadores de las ondas expansivas, el caos no decaía, y el poder de N era incomparable.

— ¿Kieran, tienes alguna idea...? — preguntó Aoi, quejándose del viento.

— ... Ahora que estamos delante de él ya no podemos idear nada Aoi — dijo Kieran.

La segunda ronda podía empezar, pero antes de nada, N se sacó del cinturón una Ultra Ball con la intención de igualar el combate en un dos contra dos.

— Lo único que nos queda es luchar y rezar por ganar esta batalla — dijo Kieran, decidido.

— Así se habla Kieran... — dijo N, sangrando, y con una sonrisa demoniaca.

— *el azabache se dispuso a escucharlo por unos segundos*

— ... Desata la llama que se aviva en tu corazón.

Ambos jóvenes entrenadores se colocaron en una pose de pelea para encarar sin miedo al mismísimo quinto general de Volo, al que milagrosamente habían logrado sacar de quicio en unos pocos segundos.

— No diré que es imposible que ganéis esta batalla, pero si me asegurare de que sea la última que libréis — dijo, lanzando la su Ultra Ball, de la cual salió Vanilluxe.

Tipo Hielo

Cuando su ira llega al punto máximo, el este Pokémon que parece amigable genera una ventisca que congela tanto a amigos como a enemigos.

— ¡No se diga más, no quiero perder más el tiempo con ustedes, desaparecer de mi vista, Granizo y Onda Certera!

El Pokémon doble helado del general creó una tormenta de nieve que cubrió el monte entero, haciendo caer del cielo cantidades abundantes de piedras de hielo. Eso haría daño consecutivo a los Pokémon que no serían tipo hielo, a la vez que activaría la habilidad de Vanilluxe.

Zoroark lanzó una bola gigantesca de energía mientras el Pokémon de tipo hielo invocaba el granizo.

— ¡Anula el movimiento con Hidrobomba! — ordenó Kieran.

¡Quaquaval usa Patada Baja en Vanilluxe! — dijo Aoi.

El Pokémon teracristalizado de Kieran detuvo la gran esfera enérgica de Zoroark con un torrente de agua, y mientras la explosión de esos dos ataques especiales se desataba el pato bailarín de la castaña intentó propinar una patada baja en Vanilluxe, cosa que consiguió.

El ataque fue súpereficaz, haciendo que el helado cayera al suelo luego de estar levitando.

— ¡Buen trabajo Aoi! — dijo Kieran.

— ¡Gracias!

— Ahora que solo hay uno en guardia podemos atacar sin miedo — dijo Kieran — ¡Poliwrath Puño Dinámico!

— ¡Danza Acuática!

La corona cristalizada del Pokémon de Kieran empezó a brillar con mucha intensidad y este, junto al Pokémon de Aoi, empezó a acercarse con el puño cerrado hacia Vanilluxe, sin embargo N no era ningún novato en los combates dobles.

— Zoroark, defiende a Vanilluxe y usa Pulso Noche otra vez — dijo N, serio.

Zoroark, mientras su cuerpo empezaba a rodearse de una aura color magenta, se puso delante de su compañero herido interceptándose en el camino de los dos Pokémon de tipo Lucha y Agua.

— "¡Mierda!" — pensó Kieran — "¡No alcanzaremos a esquivar eso...!"

Zoroark rugió con ira, puso sus dos palmas en el suelo y creó otra onda expansiva de energía siniestra, revoloteando en el aire todas las piedras y rocas, pero también dañando a los dos Pokémon de los entrenadores.

Cuántos estos se alejaron, Vanilluxe se levantó recuperado de la patada de Quaquaval, su salud se sanaba continuamente.

— ¿Se está sanando...? — preguntó Aoi, confusa.

— Debe ser por su habilidad Gélido, si está bajo un granizo entonces se irá curando poco a poco mientras transcurra el combate, no podemos dejarlo descansar por mucho tiempo — dijo Kieran.

— "Ya les he encajado más de un Pulso Noche de Zoroark, sin embargo no les estoy haciendo mucho daño al ser tipo lucha... ¡y no me veo con las ganas de competir en un combate de desgaste...!" — pensó N, frustrado — ¡Ventisca!

Vanilluxe creó una ventisca, sin embargo los dos Pokémon de Kieran y Aoi resistieron bien el vendaval helado gracias a sus tipos resistentes al tipo hielo.

Lamentablemente los pies del Pokémon teracristalizado de Kieran se congelaron, haciéndolo incapaz de pelear cuerpo a cuerpo.

— "¡Me congeló...!" — pensó Kieran, reaccionando.

N no sabía qué hacer, ya que sus dos Pokémon Carracosta y Klinklang se hallaban ocupados.

En aquel momento, el peliverde comprendió que ese combate era muy serio, y que estaba en un problema muy grande.

— ¡NO! ¡NO VOY A PERDER! ¡¡¡Si vuestros Pokémon no caen rendidos ante mis ataques... iré primero a por vosotros!!! — gritó N, frustrado.

— "Está frustrado, eso es buena señal hay que aprovecharlo" — pensó Kieran, tenso — ¡Poliwrath, usa Hidrobom-

— ¡Tajo Umbrío! — ordenó N, interrumpió al pelinegro.

Zoroark apareció enfrente del renacuajo en tan solo la medida de un segundo, con las garras de su pata derecha siendo rodeadas de una aura siniestra.

— "¡¿Tan rápido...?!" — pensó Kieran.

— ¡Quaquaval protégelo! — Aoi intentó copiar la técnica de N.

El pato se interpuso delante de Poliwrath para recibir una potente patada aérea de parte de Zoroark en el pecho, arrojándolo hacia donde estaba Aoi, lo que hizo llevársela por en medio al no poder con el peso de su Pokémon y el empuje de este.

— ¡Aoi! — dijo Kieran, preocupado.

— Penoso... — dijo N — ¿A quien se le ocurre defender a un Pokémon que está congelado, es que acaso nacisteis ayer...?

Zoroark fijó su mirada hostil en Kieran, él era su siguiente presa.

— "Mierda, sea cual sea su movimiento me va alcanzar, ¡no puedo hacer nada...!" — pensó Kieran, intentando retroceder.

— ¡Kieran... huye...! — dijo Aoi levantándose.

Las intenciones diabólicas y asesinas de N crecían como un líquido caliente en su interior, estaba a punto de cometer una atrocidad, y el placer por hacerlo le recorría todas las venas del cuerpo.

— Humanos como vosotros no caben en este mundo — dijo N — ¡¡¡Y yo me haré cargo del deber de aniquilaros uno a uno, por mucho que tarde toda mi eternidad, y empezaré por ti Kieran, TÚ, tú serás el comienzo de mi verdadera travesía!!! — gritó con una sonrisa diabólica.

Ahí, Kieran entendió que si... iba a morir, se dio cuenta de que ya nada podía protegerlo.

Aoi empezó a correr en la dirección de Kieran, viendo como Zoroark se acercaba mucho más rápido que ella al entrenador azabache, con una sonrisa asesina en el rostro.

— ¡¡¡Mátalo con Tajo Umbrío!!! — gritó N.

— ¡!

Zoroark prendió la energía oscura y la concentró en su mano derecha, en la cual sus garras se afilaban como cuchillas, el Pokémon saltó en dirección al pelinegro, y en un pestañeo este se hallaba delante de Kieran, a punto de matarlo.

— "No puedo... hacer nada..." — pensó Kieran, sin el tiempo para pensar o si quiera llorar.

— ¡¡¡VETE DE ESTE MUNDO KIERAN, VETE POR SIEMPRE!!! — gritó N, con una sonrisa demoniaca.

Zoroark estiró su brazo, con la intención de atravesar el estómago de Kieran por completo con sus garras.

.  .  .

El rostro, la ropa y la carne de Kieran se mancharon de sangre. Sin hablar de la gran cantidad de sangre que se dispersó a su alrededor como agua que lleva el viento.

. . .

Cuando abrió los ojos, mostrando el mayor de sus horrores en su mirada, se dio cuenta de que no sentía dolor.

.  .  .

Cuando su vista se aclaró, se dio cuenta de que la sangre que cubría todo su cuerpo no era suya, si no de Aoi, esta le había salvado la vida sacrificándose por él.

Zoroark le había atravesado el estómago a la pobre entrenadora con una mano.

— ¿Uh?— dijo N, al ver a quien le había alcanzado, confundido.

Con Kieran, era difícil de explicar lo que... le sucedía....

Una mezcla entre una depresión incontrolable y un estado de shock que eran inimitables, lleno de la sangre de ella, el azabache cayó al suelo luego de ser salvado.

Con la boca abierta, no podía soltar ni siquiera un hilo de voz de ella, estaba, totalmente, en un estado de shock puro.

— ... — N la miraba con serenidad, viendo sus agallas.

Sabiendo que ya no duraría mucho tiempo más viva, Aoi, entrenadora y campeona de Paldea, que comenzó su aventura junto a su Quaxly a los diez años, sangrando por la boca y con el brazo del Zoroark de N atravesándole el vientre, se pensó muy bien lo último que su boca sería capaz de pronunciarle a la misma persona que salvó.

Aoi volteó su cabeza para ver a Kieran, que estaba respirando dificultosamente debido al horror y la desesperación por perderla, preparada para gastar la última palabra de su vida... con un simple consejo.

— Huye... — dijo Aoi.

Lanzallamas — dijo N.

Zoroark abrió la boca y quemó completamente a la entrenadora con un torrente gigantesco de llamas.

Carbonizándola, la había matado al instante.

En ese momento, con el rostro iluminado por las vivas llamas rojas del Pokémon Disfrazorro, Kieran tenía la mirada horrorizada y perdida, se había olvidado completamente de cómo hablar, de cómo verlo todo con sentido, de cómo... captarlo todo, o más bien cómo captar como una amiga suya fue totalmente asesinada siendo calcina enfrente suyo, dejó de ser, literalmente, él mismo.

— ... Vaho Gélido — dijo N, con una mirada seria.

— N-n... N-no.... no... no espera, detente... — dijo Kieran, tartamudeando y con un hilo de voz.

Vanilluxe, sin piedad, congeló completamente a la carbonizada Aoi, convirtiéndola en un trozo enorme de hielo.

— *impactado*

N, sin importarle la reacción de Kieran, se empezó a acercar a Aoi mientras se afilaba los nudillos de sus puños, el general, por extraño que parezca, no sonreía, estaba callado.

Cuando el peliverde se puso enfrente de Aoi, hecho un paso para atrás.

Con la dignidad que le quedaba, ni siquiera le dejó a Kieran acabar su frase.

— N... por favor... ¡deten-

N le dio un puñetazo tremendo al trozo de hielo que se suponía que era Aoi, rompiéndola en pedazos...

Y a la vez, esparciendo todos sus trozos helados y a la vez incinerados por el suelo.

Kieran había presenciado la muerte más macabra de su vida.

— ...

— ...

— ...

El silencio más profundo invadió el monte luego de la muerte de Aoi, Kieran, totalmente abatido, se arrodilló, con los ojos encogidos, perdidos, sin saber a dónde mirar ni a qué o quién mirar.

— ... Si te preguntas porque no estoy sonriendo es porque, por mucho que os tenga rencor, sigo empatizando con vuestras vidas — dijo N, viéndolo.

— ...

— La vida es algo sagrado... — dijo N — Hay que aprender a protegerlo, cosa que yo no tuve en cuenta cuando tenía un poco menos de tu edad.

— ...

— Pero claro, cuando más pienso en vosotros, más me entristezco, porque sé que no os merecéis nada malo, pero lo que me impulsa a seguir matando sin piedad es saber que yo tampoco me lo merecía, y acabé en un infierno, en mi infierno, como tú bien decías.

— ...

— ¿Ves como te sientes verdad? Como el valor que aunaste en tan poco tiempo se vino abajo como si la fuerza de la gravedad se hubiera incrementado — dijo N — Pues tengo que decirte que eso no es nada en comparación a lo que yo sufrí, ahora es a ustedes, la gente que me rechazó, los que les llegan los turnos para abrir las puertas al infierno, a vuestro infierno.

El peliverde dejó de lado su estado emocional y empezó a sonreír nuevamente, era notable que conseguían estorbarlo y cuando este se deshizo de la entrenadora sintió una sensación satisfactoria de libertad que no podía expresar. Ahora solo quedaba Kieran, o eso creía.

— Es muy probable que no vayas a decir nada pero no pierdo nada preguntándotelo — dijo N, observando el tono rojizo de la sangre que cubría sus puños.

— ...

— ¿Tienes unas últimas palabras para mi? — preguntó N.

— ...

— ...

Como era de esperar, Kieran estaba completamente desconectado, ni siquiera las lágrimas podían salir de sus ojos. No lloraba por su vida, lloraba por la impotencia que sufría al saber que podría haberse muerto él en vez de ella.

— Lo siento mucho Kieran, y quiero que sepas que lo siento de verdad, pero si quiero un mundo donde solo hayan almas buenas como la tuya entonces tengo que reiniciarlo todo, y la única persona que es capaz de hacer eso es Volo — dijo N, crujiéndose los dedos.

El peliverde alzó un puño, preparado para romperle los huesos de la cara al pobre entrenador azabache con un gancho derecho.

Muere, Kieran — con una sonrisa diabólica.

Kieran cerró los ojos, esperando su muerte.

Pero de pronto... un Shuriken de Agua aparece desde cierta dirección para impedir el puñetazo de N, a la vez que le creó un corte superficial en el vientre, este volvió a escupir sangre, no se lo esperaba.

Un Greninja negro aparece desde arriba para propinarle una patada en la cara a N, lanzándolo a muchos metros de distancia y haciendo reaccionar a los Pokémon casi debilitados de este.

— ¿Uh...? — Kieran vio que volvió a ser salvado.

El azabache, deprimido, volteó su cabeza para ver quién estaba detrás de él, pues no era nada más ni nada menos que Calem. La persona que lo intentó matar un día antes ahora lo había salvado de una muerte asegurada.

— Calem... — susurró Kieran, sorprendido — ¿Porque estas aquí...?

— Acabamos con esos malditos Pokémon, y ya dimos por seguro de que estabas en un problema muy grave...

Calem vio el cuerpo congelado hecho pedazos de Aoi, este no comentó nada, solo cerró los ojos y sintió mucha pena por ella, podía sentir lastimosamente el tipo de impotencia y tristeza que Kieran estaría sintiendo en ese momento.

— ¿Kyurem sigue dormido...? — preguntó Kieran.

— Si, todavía quedan unos diez minutos aproximadamente para su despertar.

— ... ¿Y Arven...?

— En camino.

Con N, este se intentó levantar, pero volvió a caerse al suelo, la sangre que se derraman de su nariz, su boca y su cabeza le confirmaban que estaba en un problema muy grave, porque desde que se unió al imperio de Volo nunca se vio con esas horribles condiciones, esas heridas. Los había menospreciado.

— "Maldita sea... me empiezan a pesar las piernas" — dijo N, golpeándoselas para que el sistema nervioso de ellas actúe — Malditos... mueren y vuelven a aparecer como insectos...!

— Levántate — le dijo Calem a Kieran.

— ... ... N-no puedo.

— ¿Mh?

— Si vuelvo a cometer el mínimo fallo... otra persona morirá... y no quiero eso... si alguien se va a morir entonces quiero ser yo, ¡no quiero que me salven... no quiero! — desesperado, con la frente pegada al suelo.

— ...

N, que miraba como el pelinegro que antes parecía ser un héroe que no le tenía ni a la mismísima muerte se retorcía de la impotencia en el suelo, sonrió con placer y satisfacción, se dio cuenta de que no solo podía ser él el único que pudiera perder el control.

— *se ríe en voz baja* me habéis dañado mucho, si, pero lamentablemente no tenéis el corazón de acero que hay que tener para resistir un combate entero — dijo N, soplándose la nariz para dejar salir la sangre de ella.

El entrenador de Unova lo recordaba perfectamente, como Adaman había perdido la locura al ver como mató a más de cien personas con su Kyurem Blanco, la única diferencia de aquel momento y ahora era muy visible.

— Adaman aguantó hasta el último momento del segundo ataque para proteger a todos los habitantes de Ciudad Castelia, incluso haber visto a cien personas inocentes morir no se ha desmoronado y no se ha rendido — dijo N — En cambio mírate Kieran, solo con la muerte de una pequeña guerrera has caído despavorido al suelo, como un niño que se pierde entre una multitud y no consigue encontrar a sus padres.

Mientras decía esto, N se tapaba la herida del abdomen, no mentía si dijese que le dolía, ya estaba recibiendo mucho daño.

— ...

— Kieran — dijo Calem.

— ¿Qué?

— ¿Recuerdas lo que dijo tu líder mientras planeábamos todo el tercer ataque? — preguntó.

— ...

"Chicos... *suspira* Es probable que muera gente, muy probablemente amigos nuestros... pero, sea lo que sea que suceda, debemos seguir adelante, para evitar que después de esas muertes las sigan muchas otras más, ¿de acuerdo? — preguntó Adaman"

— Todos teníamos claro que va a haber gente muriendo en esta guerra, más probable amigos nuestros — dijo Calem — Es sentido común.

— ...

— Pero el mismo lo dijo, hay que seguir adelante, y más cuando no tienes ninguna razón por la que volver a mirar atrás — dijo Calem — Así que levántate y lucha por tu vida, hasta la muerte, hasta que no puedas más, hasta que nada haya sido en vano, por mucho que sea yo quien te diga esto.

N sonreía, esperando que el deprimido pelinegro se levantara.

Kieran se quitó las pocas lagrimas que pudieron salir de sus ojos, levantándose con esfuerzo al estar en mismas condiciones que el estado N.

— Así me gusta Kieran, ¡persigue tus sueños hasta que la vida te ate con sus cadenas! — dijo N, sonriendo.

— ... — Kieran se puso en una pose de combate.

Greninja rompió el hielo que cubría los pies de Poliwrath, el Quaquaval de la fallecida Aoi estaba inconsciente por la potente patada que recibió de Zoroark, por lo que ya no podría ayudar más.

— "Esta muy herido, tenemos muchas probabilidades de ganar, vamos Kieran, aprieta los músculos y esfuérzate un poco más..." — pensó el azabache, apretando los puños, con solos dos lágrimas en su rostro y viendo con determinación a su enemigo.

— ¡Ya estoy aquí! — dijo Arven, llegando a donde estaban ellos dos.

— "¿¡Otro más?!" — pensó N, molesto.

— Arven... — Kieran sonrió levemente al ver que estaba vivo.

— ¿¡Estáis heridos?! — preguntó Arven, cansado.

— ... Yo no, pero... — dijo Kieran, cabizbajo, girando su mirada.

Tan pronto como siguió la deprimida mirada de Kieran, Arven desgraciadamente pudo ver el horrible cadáver de su mejor amiga. No se miente si se dice que dos lágrimas se resbalaron por sus mejillas, pero, al saber que quien la mató seguía en pie, todavía teniendo posibilidades de matar a todos los demás, tuvo mucho orgullo y se recompuso, mirando con odio a N.

— Lo sé Arven, puedo comprender cuanto es duele perderla, pero si queréis llorar su muerte entonces tenéis que aseguraros de sobrevivir a esta batalla, esforcémonos — dijo Calem.

Los dos entrenadores asintieron, callados.

— "¿Y donde demonios está mi criatura si ellos están aquí?" — pensó N, mirando al rededor.

Cuando N supervisó una zona alejada del punto bajo de la montaña, se dio cuenta de que su Pokémon legendario yacía completamente dormido en el suelo, Kyurem Negro, de momento, estaba fuera de combate.

— ¿¡Lo habéis dormido?! — preguntó N, molesto, tapándose la herida del abdomen.

— Sabíamos que era tu única arma que aseguraba tus victorias, por lo que fuimos directamente a por él para dormirlo — dijo Calem, explicando.

— Sin ella eres débil N, ríndete y acepta tu muerte — dijo Arven.

— ¡ME RENDIRÉ CUANDO ME MUERA, MALNACIDOS! — gritó N, furioso al estar perdiendo.

Kieran y sus dos compañeros retrocedieron al verlo violento.

— ¡¡¡Nunca pensé que le diria esto a una de mis víctimas, pero estoy cansado de vosotros, no me divierto como debería, sois más débiles que yo, debéis serlo, la única... la única persona que podrá matarme será Adaman, él es el único al que le daré el derecho a hacerlo si es que lo consigue!!!

Después de su último grito, todo se hizo silencio, pero Kieran pudo analizar rápidamente lo que dijo, y ya se hartó de escuchar todo el tiempo el mismo nombre de la persona a la que admiraba salir de la boca de un monstruo como N.

— ¿Qué tiene que ver Adaman con todo esto? Porque no paras de hablar de él?! — dijo Kieran, enojado.

— Es mi mejor amigo, supongo que un entrenador solitario como tú nunca sabrá lo que se siente al tener uno.

— ... Adaman también es mi mejor amigo.

— ¿Uh?

— Si, es cierto que no pasé nada de tiempo con él, pero aún así, en tan poco tiempo, me he sentido rodeado de mi familia, algo que no había sentido desde hace mucho.

— Vaya vaya vaya, al parecer no me vas a caer tan mal niño, me gustan las personas que tienen cosas en común conmigo, no se encuentran todos los días.

— ...

— Pero aún así, no te será suficiente para salvarte de la muerte — serio.

— ¡Aquí se verá quien muere primero desgraciado, Greninja usa Tajo Umbrío! — ordenó Calem.

N y Zoroark se miraron y asintieron con la cabeza, algo tenían planeado. Greninja formó un Kunai de agua en su mano derecha envuelto de energía oscura y lo lanzó de forma rotatoria, con el fin de cortar por la mitad al general.

Una explosión se desató en la zona media de la montaña.

— ¿¡Lo mataste?! — dijo Arven.

— ¡Espera! — dijo Kieran, deteniendo al rubio.

Cuando la pantalla de humo se disipó, no había rastro del peliverde.

— ¿Adonde fue...? — preguntó Kieran, mirando al rededor.

— ¡Ah! ¡Arriba! — señaló Calem.

Cuando alzaron sus cabezas los entrenadores vieron como el Zoroark de N se había transformado en el Archeops que tenía en el equipo, cargando a su entrenador en su lomo y ascendiendo al punto más alto de la montaña, estaba huyendo.

— ¡Tenemos que subir, sacar a vuestros Pokémon y ascender, nos veremos en la cima! — dijo Calem.

Calem sacó de su Pokeball a un Noivern, Pokémon tipo Dragón y Volador que usaría para volar, mientras Kieran utilizaría a su Gliscor y Arven a su Cloyster, que era capaz de levitar.

Los tres empezaron a ascender la montaña, dejando atrás el cadaver destrozado y quemado de la pobre Aoi.

Con N, este se guardaba en el bolsillo cierto objeto que determinaría el desenlace de este combate, o lo que se suponía que era el único combate que se disputaría.

— "¿Todavía es temprano para utilizarla...?" — pensó N — No.... Creo que estoy demasiado herido como para aguantar un tres contra uno, ha llegado el momento, Ghetsis".

Cuando su Zoroark se destransformó, N cayó en el pasto verdoso de la montaña, arrodillado, sin poder levantarse, ya no le quedaban fuerzas.

Sus tres contrincantes y compañeros de Adaman aterrizaron a aproximadamente 15 metros de él, todavía en pie, capaces de seguir peleando. Visto lo visto, el combate parecía estar concluyéndose.

— ¡No tienes a donde ir N, ríndete, por favor! — suplicó Kieran, gritando.

El peliverde se intentó recomponer, pero no podía, solo conseguía pegar su frente contra el suelo mientras estaba arrodillado, perdía sangre, perdía mucha sangre.

— ... "No te rindas N, no te rindas nunca, si lo haces, ¿entonces cómo podré recuperar todo el tiempo que perdí en aquel infierno?" — pensó N, metiendo una mano en el bolsillo.

— ...

— ¡Todavía sigo vivo, no he perdido, y no voy a decaer hasta que os maté a todos...! — dijo N, enojado.

— ... N... has superado tus límites, ya no eres capaz de ir más allá... — dijo Kieran, con una mirada apenada.

— ...

— Acepta tu destino, por favor.

— ... Eso será lo último que haré Kieran, el dolor... ¡el dolor no existe para mi! Yo ya sufrí todo lo que tuve que sufrir, y porque mierda tengo que ser yo el que siga sufriendo?!

— ...

— Y ahora... es momento de que alguien me cumpla ese favor, el favor de transmitir mi sufrimiento a los demás — dijo N, serio.

Cuando reveló lo que tenía en el bolsillo, Arven fue el único que entró en pánico, pues no era nada más ni nada menos que...

... una maxifruta.

Una de las frutas nacidas en el Maxiarbol de Galar, cual contiene la substancia más poderosa del Universo, capaz de colapsar la mente de cualquier organismo que la beba, y convertirlo en uno de los seres más poderosos de la realidad.

— "¡¡Cierto, la maxifruta, tienen una maxifruta, ¿¡como nos pudimos olvidar de esto?! Con ella tendrán la victoria asegurada!!!" — pensó Arven, histérico.

N vio con una sonrisa terrorífica a su Pokémon legendario, o más bien, a su fusión de Pokémon legendarios: Kyurem Negro.

— "Pero espera un momento..." — pensó Arven — "Kyurem está compuesto por dos Pokémon... si se come la maxifruta, entonces su poder... sería mayor al de Arceus, y peor aún, ¡¡perdería el control total sobre sí mismo!!".

— ¡¡¡Los que se despedirán de esta realidad que nos rodea seréis vosotros, malnacidos!!! — gritó N, con una sonrisa diabólica.

— ¡N, DETENTE!!! — gritó Arven.

Pero fue demasiado tarde...

N ya había lanzado la fruta con la fuerza suficiente para que llegase hasta donde estaba su Pokémon dormido. Con las últimas fuerzas que le quedaban.

— ¡CALEM! — gritó Arven.

— ¡Shuriken de Agua! — ordenó el azabache, sabiendo al peligro al que se expuso.

Greninja creó un Shuriken de Agua en su espalda y lo lanzó en dirección a la Maxifruta.

En ese momento, para todos los entrenadores, el tiempo se ralentizó.

Podían pasar dos cosas: O el Shuriken de Greninja cortaba la Maxifruta... o la Maxifruta alcanzaba a Kyurem Negro.

Y lo que sucedió, fue lo inesperado.

Kyurem había despertado en ese mismísimo momento, agarrando con su enorme mano la Maxifruta y cubriéndola del Shuriken de Agua, N lo consiguió.

El peliverde sonrió con satisfacción, ahora ganaría su ataque, ahora podría llegar hasta Adaman con sus manos llenas de sangre, sin embargo, hubo una persona que lo sacó de sus fantasías falsas, y ese... fue Arven.

— ¡N, DESGRACIADO! — gritó Arven.

— ¿¡Huh?! — dijo N.

— ¡¡¡Kyurem Negro está formado por dos entidades, si consume una Maxifruta entera....!!! — dijo.

En ese momento, N se quedo en trance cuando un recuerdo cruzó como una flecha a través de su mente, algo de lo que Ghetsis le advirtió en su camino marítimo a Noroteo.

"— El poder de un Pokémon legendario se duplicaría al comer una, pero en este caso Kyurem Negro esta formado por dos componentes, por lo que la energía de la fruta sería consumida por dos cuerpos, si los dos cuerpos consumen la fruta en una fusión pueden pasar dos cosas..."

"— Cuales."

"— Explota o su poder se cuadriplicaría, perdiendo el control total sobre sí mismo, al punto en el que no le importará matarnos a nosotros."

"— ... — más serio de lo normal"

"— Si algo así ocurre, según Volo me explicó, entonces Kyurem obtendrá un poder mayor al de Arceus, pero claro, todo tiene su consecuencia, perderá el control sobre sí mismo, aún así nadie ni nada en este planeta podrá detenerlo"

"— ... Ya veo, no lo haré, lo prometo — sonriendo"

Recordando eso, viendo ahora como Kyurem estaba a punto de comerse la única Maxifruta que les quedaba, N entró en estado de shock y lo único que salió de su boca fue...

— Oh, mierda...

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Fin  del cap.

El combate continúa...

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