Capitulo 02
El señor dirigió a nuestros protagonistas hacia Ciudad Leudal, ya allí, tuvieron que acompañarle hasta una tienda de ingredientes, ya que en todos lados vendían mapas.
Cuando entraron en la tienda, todo eran delicias para acampar o coser al fuego, o para comerse un simple bocadillo, en fin, una tienda de comida, Adaman se empezaba a acostumbrar al nuevo mundo, la tienda obviamente era muy distinta en su época.
— Ir a comprar vuestro mapa, yo me compro mis cosas y hasta aquí nos separamos, ¿de acuerdo?
— De acuerdo.
— Mira Adaman, allí están — señaló Celebi.
Agarraron un simple mapa y la vendedora les preguntó algo que los dejó desconcertados.
— Eres mayor, ¿no te has comprado un Smartrotom o algo parecido para ver el mapa de Paldea?
Adaman no entendió absolutamente nada de lo que le dijo la señora, Celebi se río de él, parecía un crío de muy pocos años, confuso todo el tiempo.
— "¿Que es un Smartrotom...?"
— "Tendrías que verlo para entenderlo... es un dispositivo diseñado para ayudar a cualquier entrenador en su aventura..."
Como se ve, Adaman también descubrió que se podía contactar con Celebi telepáticamente, es como si, gracias a su fuerza psíquica, pudieran hablarse a través de la mente, conectados. De esa forma no tendría que hablar para comunicarse con el Pokémon singular.
— Lo perdí unos días atrás, por eso compro el mapa — mintió.
— Entiendo, son 1000 Pokedolares — dijo.
— ... —.
—...— .
— ... —.
— "Entiendo que tú no tienes dinero, ¿verdad?" — preguntó el jerarca luego de un silencio.
— "Soy un Pokémon, idiota" — contestó.
— "Mierda" Vera señora... creo que se me ha caído la cartera por algún lugar.... — nervioso — ¿me deja un segundo?
— "Tan imbecil tienes que ser para no saber que necesitas dinero cuando tienes que comprar..." — .
— "¿Podrías callarte cebolla flotante...? — lo riñó con molestia — Uh, que bien rimó eso...
— "¿¡A quien llamas cebolla degenerado?!"
— En fin, podrías haberlo pensado tú también, no soy el único ser aquí con mente, o eso creo.
— Se te da bien molestar a los demás por lo que veo... — dijo Celebi, con venas infladas en la frente y con un tick en el ojo.
— No hace falta que pague joven — dijo con una voz dulce.
Adaman tardó en responder, confuso por lo que le dijo dicho.
— Perdone, ¿como que no hace falta?
— De verdad, no hace falta, puedes quedártelo gratuitamente —.
— Pero porq-
— No se hable más —.
La mujer le interrumpio entregándole un mapa, esta vez, tanto Celebi como Adaman estaban sorprendidos, ¿A que venía un cambio repentino de opinión, que le sucedía a esa señora?
— ¡Vuelve pronto!
Adaman salió por instinto propio de la tienda y se quedó en una pared a esperar a Brassius, todavía sin palabras a lo que acababa de pasar, con Celebi a su lado.
— ¿Que... que acaba de pasar, cuanto era que valía?
— 1000 Pokedolares... pero la mujer le ha dado algo y te lo ha rebajado a 0, ¿porque?
— Parece que me estes diciendo un problema matemático...
— Anda cállate, no será que le atraes a esa señora...
Un silencio tenso y corto ocupo el espacio de ellos dos ante lo dicho del Pokémon.
— Hey, ¿te encuentras bien?, como le voy a atraer a esa señora, ni que le gustaran menores — dijo Adaman, con un poco de miedo.
— Bueno, estas cosas pasan ¿sabes...?
— ¿¡Pero tu estás bien de la cabeza, me estás diciendo que esa señora me ha regalado un mapa porque le atraigo sexualmente?! Ni que fuera un casanova —.
— ¡¿Se te ocurre otra cosa!? piénsalo, ¿con cuantas mujeres te relacionabas en tu clan?
— ... ... ... Demasiadas... — reconoció.
— Pues ya está, aceptalo, eres un chico guapo y esto te va a pasar muchas veces, y más en esta época, que la gente siempre anda loca detrás de la otra...
— Podemos dejar este tema, por favor — molesto.
Un rato después, Brassius volvió lleno de bolsas, según él, muy pocas veces va a Ciudad Leudal, le da pereza, por muy cerca que esté Pueblo Altamía de ella.
— ¿Tenéis el mapa?
— Si aquí lo tengo — se lo mostró.
— Perfecto, pues ya puedo irme, adiós — se empezó a ir.
— "¿Qué?, ¡¿tan rapido!?" Espera —.
— ¿Que?
— ¿Como puedo agradecerte tu ayuda? de verdad podría haberme perdido si no me hubiera cruzado contigo...
El líder de gimnasio se lo pensó.
— No quiero nada, tranquilo, puedes irte.
— Me niego, de verdad, déjeme ayudarle.
— ... ... ¿Quieres ayudarme?
— Si.
— ... Bien ya se, pelea conmigo.
— ¿Que?
— Has dicho que querías ayudarme, para los líderes de gimnasio mantenerse al día luchando es esencial, si quieres satisfacerme tendrás que enfrentarme, quiero ver cual es el potencial que tienes, forastero extraño —.
— "Te está retando"
— "Lo se... pero que voy a hacer... no tengo Pokémon..." — se maldijo el jerarca — "¡Ya se...!"
Adaman se giró para ver a Celebi, pero este leyó su mente y se negó rotundamente.
— ¡Ni se te ocurra, yo no voy a pelear contigo!
— ¡Porque no, no jodas es solo un combate!
— No quiero humillar a sus Pokemon y además no me has capturado, así que tengo derecho a hacer lo que quiera ¿¡vale?!
— Cebolla inútil...
— En serio, párate de llamarme así, no soy una cebolla.
Mientras discutían, no se habían dado cuenta de que ya no hablaban telepaticamente.
— "Este ya se está hablando con su amigo imaginario..." — pensó Brassius — ¿Que es lo que te sucede ahora?
— Brassius, lo que sucede es que no tengo Pokemon.
— ¿No llevas Pokémon, entonces no eres un entrenador me equivoco?
— Si que lo soy pero...
— No, no lo eres.
— ...
— Porque un entrenador Pokemon esta a cargo de sus Pokemon, tu no estas a cargo de nada, tu no tienes nada con lo que luchar, puede que hayas sido entrenador alguna vez, pero actualmente no.
— Me dice que... debo capturar uno, ¿verdad?
— ¿Mh?
— Lo sé más que nadie, Brassius, usted no me conoce como debería, pero lo sé, los entrenadores nacen, solamente son entrenadores aquellos que comparten un lazo con Pokémon, con Pokémon con los que ellos se socializan, comparten historias, y también combates, un entrenador Pokemon es alguien honorable, alguien que no piensa en si mismo más que en los demás —.
Celebi escucho tranquilamente lo que razonó Adaman.
— Bien, entonces, si quieres pelear contra mi, tendrás que conseguir un nuevo compañero.
— Un nuevo vínculo...
— Exacto, yo estaré esperandoos en esta ciudad, seré paciente hasta la noche, creo que os doy suficiente tiempo.
— Si, es suficiente, agradezco su paciencia líder — dijo Adaman.
— Aquí tienes unas 5 Pokeballs, de seguro tampoco tienes — se las entregó.
— No... no tengo...
— Pues nos vemos en este mismo lugar.
— Entendido "Celebi, nos vamos"
— "Vale"
...
Unos 20 minutos transcurrieron desde la despedida de Brassius, lo dos deambulaban sin saber adonde dirigirse por ciudad Leudal, Adaman empezó a profundizar en su mente, le volvieron a entrar las ganas de pensar en todo lo que le había ocurrido fuera de aquella época.
— "Irida... de verdad... necesito saber que sucedió después... que paso con Volo... no llevo ni tres horas en este mundo y ya se me agota la paciencia, no puedo vivir así..."
Celebi, aunque lo pudiera escuchar, no comentaba nada, solo escuchaba.
— "Porque los mato... porque mato a mi familia... porque quería erradicar Hisui, porque necesitó hablar con el Gran Sinnoh..."
— ... — Celebi seguía escuchando seriamente a Adaman.
El jerarca, deprimido, alzó la cabeza para mirar al cielo, como si toda su familia estuviera allá arriba, como si sus lágrimas que ocultaba no pudieran deslizarse hacia abajo.
— Akari, Sabi... Rei... —.
— ... Los nombraste en voz alta — comentó Celebi, con una voz consoladora.
Adaman bajo su mirada para escuchar lo que le iba a decir su compañero.
— ¿Los conoces? — preguntó en voz deprimente.
— No, pero si se que fue lo que te paso.
— ¿Y como?
— Pues porque lo deduzco, escucha esto: "al humano pobre le dio por mirar al lado otro de la luz bella, la bestia superior decidió la mano agarrar de un inferior pobre y no la de un superior mayor, los juntos seres la cabeza alzaron para observar el nocturno cielo, por siempre apoyando la maldad maliciosa" — recitó Celebi, con los ojos cerrados.
— ¿Y esa oración, de donde la conoces?
— Los Pokémon superiores lo llamamos el Testimonio del Grande, una oración que recitó para todos nosotros el Pokémon más antiguo de la existencia.
— El Testimonio del Grande... nunca he odio hablar de eso en mi aldea, ¿Arceus fue quien lo oró?
— Si, ahora todos sabemos porque oró eso, estaba prediciendo lo que iba a suceder, y ahora, siendo inevitable, Volo esta cabalgando sobre Giratina, seguramente, fuera de su dimensión, a saber dónde está ni donde estará...
— Por eso debo salir de aqui, debo detenerlo antes de que pueda ocasionar más problemas en otras dimensiones..
— Y para eso debemos empezar de cero, ¿así que porqué no dejamos de hablar y buscamos un Pokemon salvaje?
— ¿En medio de una ciudad?
— Eres tu el que me ha llevado hasta aquí, es tu culpa.
— Realmente eres un inútil.
Antes de que Celebi pudiera contestar, una voz joven los interrumpió.
— Disculpe...
Adaman giró la cabeza pero no vio nadie, pero cuando bajo la mirada vio a una niña muy pequeña, vestida de un uniforme muy particular, naranja y blanco. Ni Celebi ni Adaman pudieron reconocer ese uniforme.
— "¿Y esta niña?"
— "No sé que es lo quiere..."
— ¿Que te ocurre? — preguntó el jerarca, agachándose y con un tono amable.
A la niña se le veía insegura, como si no estuviera segura de decir lo que tuviera que decir.
— ¿Quieres... quieres un Pokémon...? — preguntó con lentitud.
Se sorprendieron, mientras Adaman solamente abrió mucho los ojos, Celebi junto sus manos en pose de victoria.
— "Mira, ya puedes tener un Pokémon, ¡fue fácil!" — le dijo el Pokémon.
— "No tan rápido, necesito saber cuál es"
— "En serio, ¿no te basta con que sea un Pokémon débil?"
— "Es un líder de gimnasio, me ganara si no elijo bien a mi compañero, es tu culpa no tener ganas de luchar"
— "De todas formas no puede verme, ¿de que te serviría?"
— "Ahi tienes razón..." Pequeña, ¿podrías ser tan amable de mostrarme al Pokémon? — preguntó.
La niña asintió con la cabeza y relevó el Pokémon que escondía detrás suyo, agarrándolo con dos manos y mostrándoselo.
[Como no hay Pokedex presente, este Pokémon no puede ser registrado]
Los dos se acercaron un poco para ver más de cerca al Pokémon.
— ¿Un Gligar?
— Seguramente lo habrá capturado en otra región — comentó Celebi — En Paldea no hay Gligars.
— "Me lo quedo" — decidió Adaman.
— ¿Te lo quedas? — pregunto Celebi.
— "Quien no quiere un Gliscor en el equipo, es un Pokémon estadísticamente increíble, y esta es una oportunidad única, nadie va regalando Gligars por ahí" — le contestó.
— Pues allá tú...
— ¿Entonces me lo quieres regalar?
— Si.
— ¿Y estás segura?
— .... si.
— Pues misión cumplida — celebró Celebi.
La niña le pasó el Gligar, Adaman lo agarró con sus dos manos y le miró a la cara, por alguna razón la niña no le dio la Pokeball de este, pero lamentablemente el jerarca olvidó ese detalle.
— Pues tú serás mi Pokémon — le dijo, sonriendo — "Me vuelvo a sentir como un niño de 10 años..."
— Hecho, ahora en adelante te socializaras con el, vayamos a buscar a Brassius, no hemos tardado ni media hora — dijo Celebi.
— De acuerdo, bueno pequeñín, donde está tu Poke-
Adaman fue interrumpido porque le desencajaron la mandíbula, un gancho derecho por parte de Gligar fue propinado en toda su cara.
El rostro de Celebi cambio de felicidad a una expresión de terror y susto, aquel golpe debía doler mucho.
Por el aturdimiento del golpe, Adaman soltó al Gligar para retroceder y tratarse la mejilla, el Pokémon aprovechó la oportunidad para escapar volando en una dirección.
— ¡Que se escapa! — advirtió Celebi.
— ¡Eso que importa, primero te preocupas por él en vez de por mi, me ha dejado tonto de un puñetazo!
— Ya decía yo que era mala idea aceptar el regalo, ese Pokémon esta loco —.
— ¿¡Donde está la niña?!
La joven estaba ahora muy lejos de ellos, solo se dedicó a reírse de él y huir.
— ¡Maldita boba, nos ha hecho creer que era un Pokemon fiel — maldijo Adaman — Hay que buscar a Gligar.
— ¿Porque?
— ¿Como que porque?
— ¿Si es un Pokemon débil porque debemos ir a buscarlo? Ahora es libre y es lo que quería.
— No me importa eso, lo que me preocupa es lo que le podría hacer a la gente, es peligroso dejarlo por ahí suelto, ¿por donde se fue?
— Se fue por ahí — señaló una dirección.
— Pues a correr — dijo con molestia.
Hasta aquí el capítulo, como verán, de ahora en adelante pueden haber cosas que no provienen de Pokémon si no que las he inventado yo, un ejemplo es el Testimonio del Grande, que tampoco es muy importante.
Espero que les esté gustando.
Esta historia continúa.
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