NOCHE DE JUEGOS EN FAMILIA

'Todos vivieron' au!

MAX SE HABÍA DADO EN CUENTA QUE cuando comparó el sótano de Wheeler con una axila. Val apenas había puesto un pie en la habitación cuando sintió arcadas y arcadas ante el hedor a chico de catorce años que se había acumulado durante tanto tiempo en el sótano.

—Dios, ¿por qué tenemos que jugar aquí?—preguntó, pellizcándose la nariz—Este lugar huele peor que cuando Eddie se quita los zapatos.

—Hey—Eddie arrugó la cara—Me dijiste que no olían.

—Las novias mienten—dijo Once, asintiendo muy seriamente—Eso es lo que dice Max.

—No, dije que los novios mienten—corrigió Max. Miró a Val y entrecerró los ojos con sospecha, luego asintió—Pero sí, supongo que algunas amigas mienten.

—Mason no lo sabría—dijo Val, sacándole la lengua a su hermano.

Él imitó la acción, arrugando la nariz. 

—¿Podemos simplemente empezar el juego ahora? Cuanto más rápido empecemos, más rápido terminemos, más rápido saldremos de este sótano.

—¿Sabes cuánto duran las campañas de D&D?—preguntó Dustin—Podríamos estar aquí por diez horas, quizás más. Espero que hayas traído bocadillos.

Lucas miró a Mason, sonriendo.—¿Aún quieres acompañarme?

Mason se movió entre sus pies y se encogió de hombros, con una sonrisa en su rostro. 

—Val me está pagando un poco para estar aquí, así que...

—¿Podemos empezar?—preguntó Will, un raro arrebato que Val nunca había visto en el chico. Todos lo miraron sorprendidos y él se encogió de hombros tímidamente—Quiero decir, si ustedes... quieren....

Incluso después de las extensas lecciones y clases de Eddie sobre cómo jugar D&D, Val todavía no estaba segura de qué estaba haciendo exactamente mientras estaba sentada alrededor de una mesa y mirando un manojo de dados. Al principio, cuando vio los dados, estaba segura de que el suyo había sido mal impreso o era una pieza defectuosa, así que trató de entregárselo al 'Dungeon Master'—forma estúpida de referirse a Eddie—, pero él simplemente se burló de ella. y le preguntó si había estado prestando atención durante sus lecciones.—Ella no lo había hecho—.

Después de aproximadamente una hora, Val fue casi lo suficientemente tonta como para pensar que tal vez estaba empezando a darse cuenta. Pero cada vez que creía entender lo que estaba pasando, Eddie arrojaba algún tipo de figura de acción desde detrás de su carpeta de privacidad, y todos los demás gemían derrotados. Cuando sucedía este tipo de cosas, Val simplemente miraba a Mason y compartían una mirada en blanco.

Honestamente, Val ni siquiera estaba segura de qué estaban tratando de derrotar. Pero una vez que el gran monstruo contra el que se habían estado uniendo hizo que sus secuaces apuntaran con sus espadas tanto al personaje de Mason como a las gargantas del personaje de Max, el personaje de Val se vio obligado a salvar solo a uno de ellos o sacrificarse y salvarlos a ambos. Al menos, eso fue lo que Eddie le dijo, fuera de lo común, cuando le preguntó qué estaba pasando.

—Es una decisión difícil—le dijo—Siéntete libre de tomarte tu tiempo, ono, ya que tus amigos podrían morir.

—Jesús, eso es mucha presión—dijo Dustin, inclinándose hacia adelante en su asiento—Parece que estás bastante atado ahí, Val. Lo siento por eso.

—No te arrepientas—dijo Eddie—A ella le gusta más de lo que piensas.

—¡Bueno!—gritó Val, ahogando el resto de la frase de Eddie e ignorando las miradas de sorpresa de los demás—Voy a... sacrificarme. En realidad, espera, ¿puedo lanzar maldiciones de sangre ya, Eddie?

—Veamos...—Eddie revisó su bloc de notas, que estaba lleno de garabatos inútiles y garabatos ininteligibles que nadie podía leer excepto él, luego levantó la vista y le ofreció una sonrisa descarada—Las señales apuntan a que sí. Pero...

Val se inclinó hacia delante y enarcó las cejas.—¿Pero qué?

—Podrías fallar—explicó Mike. Parecía un sabelotodo. Val ocultó una mirada mientras continuaba—Y eso significaría que ustedes tres morirían. Pero si lo golpean con suficiente poder, todos ustedes pueden vivir.

—¿Entonces se basa sólo en lo que ella lanza?—Mason arrugó la cara—Eso es tan estúpido.

vTienes una espada en la garganta—le dijo Eddie—No estaría hablando ahora mismo, Sir Tighty-Whitey.

Mason gimió y dejó caer la cabeza sobre la mesa mientras todos comenzaban a reírse de su nombre una vez más. Ya ni siquiera tenía fuerzas para defenderse. Todo lo que pudo hacer fue echarle la culpa a Erica, quien había completado su hoja de personaje sin su supervisión. Sir Tighty-Whitey era un duende de nivel dos con piel verde vómito y orejas puntiagudas que se prendeban fuego cuando se excitaba.

—Lady Goth Chick—dijo Eddie, volviéndose hacia Val—Es tu elección si quieres apostar por una maldición de sangre o no. Podrías simplemente sacrificarte y Tighty-Whitey y Red vivirían.

—Tenemos un mago—señaló Dustin—¿No podría ayudarme?

—No quiero ayudar—dijo El.

—Oh, genial—dijo Val—Gracias, Superchica.

—De nada—dijo El, sonriendo, ajena al sarcasmo en el tono de Val. Ella asintió hacia Val alentadoramente—Quiero ver la maldición de sangre.

—Sí, yo también—estuvo de acuerdo Lucas, inclinándose desafiantemente hacia adelante.—Quiero saber si ella puede siquiera lanzar uno.

—Bueno, déjala rodar y lo descubriremos—dijo Max, sacándole la lengua a Lucas. Se volvió hacia Val y enarcó las cejas—Esa es tu señal, Lady Goth Chick.

Val se mordió el interior de las mejillas, con los ojos bajos mientras pensaba mientras comparaba sus opciones. La suerte no había estado de su lado en las tiradas anteriores, los uno y los dos eran tiradas básicas en sus turnos pasados. Sin embargo, tomó uno de sus dados y miró a Eddie en busca de confirmación.

—Me gustaría lanzar una maldición de sangre sobre el títere caído. Sobre el duende muerto.

Eddie sonrió.

—Al estilo Master of Puppets—dijo evaluativamente, asintiendo con la cabeza—Bastante rudo para ti, Val, pero sigue adelante y busca habilidad.

Sacudió el dado en su palma y exhaló una bocanada de aire. Tenía el ceño fruncido por la concentración mientras arrojaba el dado frente a ella. Se tambaleó precariamente y luego redujo la velocidad hasta detenerse en el lado marcado con dieciocho. Ella se rió de pura incredulidad, mirando a Eddie.

—Una vez más, las señales apuntan a que sí—dijo Eddie, sonriendo—Felicidades por su primer lanzamiento aceptable.

—Gracias, gracias—dijo Val, asintiendo en reconocimiento mientras los demás comenzaban a aplaudir altivamente por ella—Entonces, ¿le pegué?

—Rueda de nuevo—pido Eddie. Observó atentamente cómo su dado se detenía en un dieciséis y aplaudió una vez, señalándola—Gran rueda. Lanzas una maldición de sangre del títere caído sobre el duende muerto, usándolo como un proyectil mortal para golpear a los firbolgs que mantienen a tus amigos en el suelo. ¡Sir Tighty-Whitey y Red son libres!

—Ah, y aleluya por eso—murmuró Mason para sí mismo.

—Entonces... ¿ganamos?—preguntó Val, volviéndose hacia Eddie.

Eddie se burló como si hubiera sido obvio. 

—Vamos, Val. Aún no estamos ni cerca de ganar. Ese ni siquiera era el jefe, era su primer rango de protección. Hay seis más que derrotar.

—Está bien, sí, no—Mason se levantó de repente de su silla y sacudió la cabeza—No, no. Me voy, adiós.

Después de haber subido las escaleras y se escuchó débilmente que la puerta principal se cerraba detrás de él, todos se sentaron en silencio, compartiendo miradas desconcertadas entre ellos. Val simplemente dejó escapar un suave gemido y dejó caer la cabeza en su mano.

Finalmente, Once rompió el silencio.—Max me habló de él. Él es el que está enamorado de Nancy.

Ella inclinó la cabeza y entrecerró los ojos, luego asintió como si aprobara.—Son buenos el uno para el otro.