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21 ↯¦ Un juramento para cumplir con el último aliento

21. UN JURAMENTO PARA CUPLIR CON EL ULTIMO ALIENTO




(MIENTRAS TANTO, EN LA CASA DE CREEL)


ALGO ESTABA MAL. Tenía que serlo. Erica no estaba respondiendo a las señales de Lucas. Él encendía su linterna en su dirección una y otra vez, pero lo único que recibían era silencio de radio. Y no era como si Erica estuviera ocupada,, su único trabajo era responder cuando le hacían señales.

Mason se pasó una mano por el pelo. Se acercó a Lucas y puso una mano en su hombro para mantener el equilibrio mientras se inclinaba hacia la ventana. 

—Pruéba de nuevo.

Lucas intentó la señal una vez más. Los chicos esperaron una respuesta, cualquier señal de vida, pero no llegó ninguna. Mason maldijo y se alejó de la ventana, con las manos en el pelo, frustrado.

Max no se había movido del centro del ático, completamente insensible excepto por el constante aleteo de sus párpados. Lucas había explicado que estos eran los síntomas de la maldición. Ella había estado sumergida por un tiempo. Mason estaba empezando a preocuparse: ¿Cuánto tiempo pasaba antes de que la persona comenzara a levitar y sus huesos comenzaran a romperse?

Las tablas del suelo detrás de Mason crujieron. Lucas se dio la vuelta primero y su linterna apuntó a alguien detrás de Mason.

Lucas se quedó helado.—Mierda.

—¿Qué diablos es esto?—llegó una voz familiar. Mason se giró para ver a su ex mejor amigo, con una expresión paralizada de pura sospecha en su rostro mientras miraba a Max.

—Jason—dijo Mason—¡No puedes estar aquí ahora mismo, hombre!

Pero Jason simplemente se acercó a Max, hasta que estuvo agachado justo frente a ella, con una mano en su hombro como si pudiera despertarla él mismo. 

—¿Qué diablos has hecho?

—Jason—dijo Lucas lentamente—Tienes que irte.

—¿Esto es lo que le hiciste a Chrissy?—preguntó, con los ojos fijos en Max. Él sacudió su hombro ligeramente—Oye. Oye, ¿puedes oírme? ¿Hola?

Lucas y Mason se movieron cautelosamente hacia el centro de la habitación, cada uno desde diferentes ángulos. A medida que Jason se volvía más urgente al tratar de despertar a Max, Mason se movió más rápidamente hasta que tuvo su mano sobre el hombro de Jason.

—¡Oye, oye, retrocede!—exigió Jason, sacando una pistola del bolsillo de su chaqueta tipo militar. Su puntería bailó entre Lucas y Mason—¡Retrocedan! Ni un paso más, ninguno de los dos.

—Jason, espera—dijo Lucas, con las manos en el aire—E-espera. No tenemos que hacer esto.

Jason tomo con más fuerza el arma.

—Espero que tengas razón, hombre—le hizo un gesto a Mason—¿Hay alguien más en la casa?

—¿Qu-qué-?

—¿Hay alguien más en la casa?—repitió Jason, acercándose y colocando un dedo sobre el gatillo.

—¡No!—respondió Mason, con las manos en el aire—No hay nadie más aquí, hombre. Baja el arma, Jason, déjanos explicarte...

Jason hizo un gesto con el arma a Lucas.—¡Date la vuelta! Y deja tu linterna. Vacía tus bolsillos. Y esto es lo que va a pasar, voy a llevar a Mason, nos pararemos justo en lo alto de las escaleras, y voy a observar mientras levantas cualquier maldición que le pongas, entonces ambos veremos cómo la despiertas de lo que sea que sea esto.

—Jason, hombre— dijo Mason, con la voz temblorosa—Jason, no estoy bajo ninguna maldición, ¿bien? Sólo escucha...

—¡Cállate!—Jason bramó. La mano que sostenía el arma temblaba—Cállate, tu mente no esté nublada por cualquier mierda que te haya dicho.

—Jason, no le hice nada— dijo Lucas lentamente, con la cabeza vuelta sobre el hombro—Y no puedo despertarla. Si hago eso, todos moriremos.

El dedo de Jason se cernió sobre el gatillo.—No. Si no la despiertas ahora mismo, morirás, Sinclair.

El seguro se quitó.

—¡Jason, hombre, déjame explicarte!—gritó Mason, evitando saltar sobre Jason e intentar quitarle el arma de las manos—Mira, hombre, hay... hay un monstruo. Ellos... ellos lo llaman Vecna. Él es de otra dimensión. Por eso no puedes verlo, ¿bien? Pero él esta...él está aquí, lo juro por Dios.

Los ojos de Jason estaban puestos en Mason, pero el arma todavía apuntaba hacia Lucas. 

—Y Eddie Munson y sus... sus acólitos Hellfire, ¿qué? ¿Todos convocaron a esta Vecna?

—¡No! No, no estás escuchando—exclamó Lucas—¡Solo escucha, hombre! No hay secta. ¡Nunca la hubo!

—¿Esperas que crea eso?—exigió Jason, mirando de nuevo a Lucas—¿Por qué estaba Chrissy en la caravana de Eddie?

—¡Estaba comprando drogas! ¡Estaba asustada!

—¡MENTIROSO!—Jason volvió a quitar el seguro—Mira, así es como sé que estás mintiendo. Si Chrissy tuviera miedo, si quisiera ayuda, ¡Habría acudido a mí!

—¿Estás seguro de eso?—dijo Mason, en voz baja.

De repente Jason se volvió, esta vez con todo el cuerpo, y miró a Mason. El arma apuntaba directamente a su pecho. 

—¡Tú... tú también estás mintiendo! Chrissy nunca...

—Estás equivocado acerca de Chrissy—dijo Lucas—Al igual que te equivocas acerca de Eddie.

—¡No!—Jason gritó—Pero me equivoqué contigo, Sinclair. Nunca debí dejarte entrar por la puerta.

Lucas respiró hondo y su mirada asustada se convirtió en una mirada dura. 

—Y nunca debí haber llamado. Pensé que quería ser como tú, popular, normal. Pero resulta que... normal es sólo un psicópata furioso.

Jason reajustó su puntería hacia Lucas.—Tienes cinco segundos para despertarla o disparo.

Lucas no hizo ningún movimiento para seguir sus instrucciones. En cambio, se limitó a mirar el cañón del arma, sin tener más miedo de Jason,, Mason se sentía orgulloso de Lucas: tenía la valentía que Mason todavía estaba demasiado nervioso para encontrar en sí mismo.

—¡Lucas, no!—Mason gritó de repente, cuando el dedo de Jason se acercó al gatillo. La exclamación debió sobresaltar a Jason, porque su cuerpo se giró hacia Mason. Sólo pudo gritar alarmado cuando Mason se lanzó hacia adelante.

Derribó a Jason al suelo y el arma se le escapó de la mano. Un crujido repugnante significó que la espalda de Jason había aterrizado en el Walkman. Cuando Jason se dio la vuelta, el dispositivo se hizo añicos y la cinta del interior quedó aplastada bajo el peso de un jugador de baloncesto universitario.

—¡No!—lloró Lucas—No, mierda...

Mason estaba lanzando golpe tras golpe en la cara de Jason, cada golpe se sentía cada vez mejor en los puños de Mason y en su conciencia. La cara de Jason estaba maltratada, ensangrentada e hinchada, y seguía empeorando cada vez más a medida que Mason golpeaba sus puños con más y más fuerza. Finalmente, la cabeza de Jason golpeó el suelo y dejó de responder.

Jadeando, Mason se apartó de él, con los nudillos ensangrentados. Miró a Lucas. 

—¿Estás bien?

Lucas asintió y se arrodilló donde Jason había aplastado el Walkman, sosteniendo las piezas en sus manos como si pudiera arreglarlo. Él miró hacia arriba. Sus ojos se abrieron de repente al ver algo detrás de Mason.

Se lanzó hacia adelante, pero el nombre de Mason apenas pudo salir de sus labios antes de que sonara el disparo.

Lo primero que sintió Mason fue el calor de su propia sangre filtrándose en su ropa, una sensación extraña que nunca pensó que tendría que experimentar. Observó, como en trance, mientras Lucas dejaba escapar un grito de dolor y golpeaba con su puño directamente la cara de Jason, asegurándose de que no se despertara de nuevo.

—Mason, mierda— Lucas se apresuró a atrapar a Mason mientras este se desplomaba hacia atrás, cuatro manos tratando desesperadamente de tapar la herida, bloquear el sangrado. Los ojos de Lucas, brillantes y asustados, buscaron el rostro de Mason—Mason, escucha, tú Estarás bien. Vas a estar bien, hombre.

Los ojos de Mason se movieron hacia algún lugar detrás de Lucas y dejó escapar un gorgoteo sangriento de alarma somnolienta. 

—M-Max...

De una manera que hizo que Mason pensara que su pérdida de sangre le estaba causando alucinaciones, los huesos de Max comenzaron a romperse, uno por uno, rompiéndose con un crujido repugnante. Lucas gritó su nombre, pero no pudo hacer mucho con un cuerpo moribundo en sus brazos. Miró a Mason, en conflicto, pero Mason estaba seguro de que no iba a obligarlo a elegir.

—Lucas, estaré bien—gruñó, presionando una mano en el dolor agudo y sangriento de su estómago—Ve con Max. Ella te necesita más que yo. No te preocupes por mí, hombre. No te preocupes por mí.

Para entonces, las lágrimas corrían por el rostro de Lucas, senderos calientes de angustia cortaban sus mejillas y lo dejaban expuesto a su amigo moribundo. Por mucho que quisiera quedarse, seguir abrazando a Mason para que estuviera en los brazos de alguien mientras tomaba su último aliento, Lucas sabía que Mason tenía razón, no había nada que pudiera hacer para ayudar a una herida de bala sin asistencia médica. Pero Max podía salvarse, ella no había desaparecido del todo.

"Yo... te amo—le dijo Lucas a Mason, con la voz quebrada—Te amo, hombre. Lo siento mucho.

—No te arrepientas de nada—dijo Mason, usando su último chorro de energía para salir de los brazos de Lucas. Golpear el suelo sólido fue como recibir un disparo de nuevo, un dolor insoportable resonando por todo su cuerpo, pero trató de no demostrarlo. En cambio, le ofreció a Lucas una sonrisa sangrienta—Empieza ese equipo de baloncesto por mí, Lucas.

—Lo haré—sollozó Lucas, acercándose lentamente a Max, sus ojos parpadeando hacia su cuerpo quebrado—Lo haré, lo prometo, Mason.

Lo último que vio Mason Anderson fue a Max cayendo del aire a los brazos de Lucas, aterrizando sano y salvo en su cuerpo. Estaba sangrando y destrozada, pero estaba viva. La visión hizo que una sonrisa maltrecha apareciera en su rostro ensangrentado, y una vaga y sobrenatural sensación de cálido alivio inundó su cuerpo.

Al menos había cumplido su palabra a Val, pensó, con las últimas palabras en su mente mientras el último rayo de luz abandonaba sus ojos una vez llenos de vida.

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