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CONTINUAMOS.



Estaba tan incómodo, estando al lado de la sabueso. Ella estaba al volante con su mirada seria eh fija en la trayectoria del camino, sabía la hora exacta que era, pero el cielo parecía nunca cambiar de su tono rojo. La oscuridad ya empezaba a notarse en los alrededores de la ciudad, si se tratara de una manta cubriendo el lugar.

Bostece con los ojos cerrados, creo que nisiquiera iba a comer.

En toda mi vida jamás me habia topado con una persona que no le gustaba hablar, salvo en los ancianos. Está vez no iba intentar tener una plática formal con ella, estaba entendiendo un poco esto, ella tal vez solo le habla a todos aquellos que llegan agradarle, así como lo hizo hace unas horas con la botella de alcohol.

Gire mi vista al costado de la ventana, puta madre, pero que vehículos más raros se manejaban aquí abajo, desde tanques hasta los antiguos de antes, esto estuviera en la superficie, se hace una maldita fortuna y-

— Hey idiota — ella llamó mi atención volteando a verme —

— ¿Si?.

Todavía que le respondo con el llamado, "idiota".

— ¿Quieres comer algo?, Yo invito solo por esta vez, claro si es que quieres.

— ¿Me estás invitando a comer?, No te ofendas niña, pero es lo más raro que has dicho desde que conozco tu vocabulario.

— Vete a la mierda, si no quieres pues solo di que no pendejo.

— No, no, si me gustaría, es solo que... No nada, gracias de todas formas — regreso la mirada nuevamente a la calle —.

Ya me sabía un poco el camino que dirija hacia la casa del tal llamado Stolas. Y si, no estábamos desviando, me quedaba corto con el acto de ella.

En un par de segundos el auto se detuvo, en ese momento venía con los ojos entre cerrados, mi sueño estaba tomando posesión ya de mi mente. Escuché un golpe al lado mío, era más que todo ella, bajando del auto con un fuerte somaton en la cabeza. Bueno ella era algo grande para este tipo de vehículo.

— Vamos olgazan, no esperes que te hable para bajar — me dice ella entre brazos cruzados, rechinando la puerta —.

— ¿Aquí es?, Esto más bien parece un antro de la perdición.

Sería incómodo tener que verme rodeado por más diablillos.

Le hubiera dicho que no gracias.

— ¿Que putas esperabas?, No te voy a rogar, si quieres comer pues vente, si no pues jodete — se dió la vuelta para adentrarse al lugar aún teniendo sus brazos cruzados —.

— Puta madre — dije de mala gana, dejando la incomodidad a un lado, corrí hacia Loona — Y bien.

— No te vallas a separar de mi, eres un humano, cosa que la mayoría odian aquí, no vallas abrir la trompa hasta que yo lo diga, y no se te ocurra hablarle a nadie, no son de fiar, ¿Captas?.

— Si, si. ¿Para que iba hablarles? Aquí soy yo el bicho raro.

En cuanto me dirigió esas palabras procedimos a entrar al lugar, el tintineo una campana resonó por el interior del antro. No tardaron en voltear a vernos a nosotros, pero que incómodo, todos nos miraban.

Algo que llamó mi atención fue que entre todos ellos, había más tipos de criaturas, pasamos al lado de otro sabueso, si, habían más como ella, otros tenían formas de animales de las superficie, orejas, colas peludas.

¿Ahora que, estoy en el zoológico?. Loona no les tomo nada de importancia, ella solo siguió caminando con su típica mirada desagradable hacia los demás, claro y yo me quedaba atrás de ella.

Se dirigió a los asientos del mostrador, dónde esperaba que yo llegará a sentarme, me senté a su lado y junte ambas manos teniendo que bajar la mirada, mantuve la mirada seria, aún que no se notará teniendo que mirar al suelo.

El diablo tosió al frente nuestro, llamando nuestra atención, con un par de bebidas a la mano, con una ceja alzada y una sonrisa no tan agradable.

— What can I offer you?.

— ¿Eh?, ¿Que dijo? — voltee a ver a Loona desconsertado — creo que habla inglés.

— Prawns with avocado and a bottle of alcohol. — habló Loona para después voltear a verme — ¿Que?, ¿No hablas inglés?.

— Siento decirte que no, pero solo se que pediste una botella de alcohol — agrege para después llamar la atención del diablo — ¡Yo querer una Michelada, M-i-c-h-e-l-a-d-a!.

Parecía todo un pendejo hablándole a un hijo de puta que no sabía inglés, hasta se lo deletreaba.

— ¡Con alcohol!.

— Oh, sure, I'll have your order in a few minutes, idiot — el se fue sin decir otra palabra más, eso último creo que sí le había entendido —.

— Solo se que me dijo idiota — negué con la cabeza molesto —.

— Ja, ja. ¿Enserio no hablas inglés? ¿Entonces como putas atendias a la gente que te llegaba?, No me digas que los mandabas a la mierda.

— Que bueno fuera, mi amigo me lo traducía todo, yo después hacia mi parte de servirles.

Ella empezó a reírse, llamó la atención de la mayoría de diablillos, golpeó mi brazo aún en carcajadas mientras decía mi nombre varias veces, la falta de respeto abunda por aquí.

— Hay mierda, ¡Ja!, Si me sacaste las lágrimas de la risa — rodé los ojos llevando la mirada a otro lado por su comentario —.

— Si claro, que bueno que mis cosas te hagan reír.

— Hay ya vas a chillar, no seas marica, tonto — nuevamente me da otro golpe en mi brazo —.

— No, ni que fuera por alguien — voltee a ver con la mirada fija en sus ojos —.

— ¡Entendí eso!, Mierda contigo, se ve que no te puedes quedar con la estúpida boca cerrada.

— Yo te lo dije, dime algo y yo te responderé mal, algo que no puedo evitar hacer.

— Si tienes la verga dura para responderme así, otros hijos de puta solo me hacen a un lado.

¿Otros?.

— ¿Otros?, Debes tener varios pervertidos siguiéndote, bueno si en la superficie pasaba seguido, que será aquí abajo, debe ser una mierda.

— Yo me acostumbré, pero tú, ¿Cuando piensas morirte?, No tienes nada arriba, y acá abajo será donde terminarás.

— ¿Morirme?, Bueno no lo había pensado. Creo que será lo primero que vere, arriba solo está el gobierno buscándome, y aquí abajo esta usted.

— ¡Siéntate en un pito, maldito hablador! No es que tú presencia me agrade, solo por qué tienes una deuda es que estás todavía vivo, gritarías como una puta perra suplicándo que no te haga nada.

— Verás que no, pienso cambiar mi vida, así que lo siento perrita, aún tendrás que aguantarme — toqué su nariz con una sonrisa burlona, a lo que ella no respondío, simplemente me alzó el dedo con sus ojos dando una pequeña rotación —.

El progreso bueno que llevaba, es que ahora ya no me contestaba tan seguido, hasta le había perdido ya el miedo a la perra. Si seguía así tal vez podría ya llevarme mejor con ella, y no solo en uno, también en todos, Blitz no creo que caiga a la primera, primero me enfoco en una cosa, como cambiar mi estilo de vida.

Dejamos los insultos para otro momento, el diablillo había llegado hasta nosotros, de su mano izquierda se cargaba una charola con lo que sería nuestros pedidos, hay mierda. La michelada no se miraba como yo las preparaba antes.

Este dejó nuestras órdenes sobre el mostrador, entregándonos a cada uno la deleitosa comida.

Observé como de mi pedido colgaba algo en forma de tentáculo, ¿Pero que digo?, Era un puto tentáculo lo que se movía de mi comida

— Here is your order! Enjoy its splendid taste, you can leave your tip if our service was to your damn liking. — no le entendí ni un carajo, pero este volteó a ver a Loona dándole un simple guiño —.

— Loona, ¿Puedes decirme, como se dice "gracias por su puta comida sin sentido" en inglés?

— ¿Está bien?, thanks for your fucking pointless food — me dice ella con la ceja alzada aún sin comprenderme —.

— Gracias — ajuste mi voz dejando salir un suave tono hacia el despachador — thanks for your fucking pointless food.

— You fucking human, go somewhere else and eat a whole fucking cock! — este se retira con los brazos cruzados dejando caer la charola al suelo —

— ¡Ja,ja,ja! Pero que mamón eres, sabes que ya no te dejarán entrar aquí — comentó ella con una sonrisa en su rostro probando de su comida —.

— ¿Y?, No me voy a morir solo por qué me prohíban su entrada acá. Que se joda el y todos su empleados.

Reímos está vez ambos, los demás dejarían de voltear a vernos, aún seguiría con la maldita incómodad en el lugar, pero creo que nadie se metería con la sabueso de carácter fuerte.

Disfrutaba de mi encargó, el tentáculo no sabía nada mal, creo que esta sería una buena receta para mí antiguo trabajo, creo que mucha gente le hubiese gustado el lujurioso sabor.

Dejamos de sacar nuestras charlas, seguí comiendo sin voltear a ver a los alrededores o inclusive hablar con Loona, era tan relajante estar solo tu y la comida en la mesa, era algo que me gustaba, comer sin tener que hablar con otras personas, a menos que fuera alguien conocido.

Había sido un buen gesto de Loona, el invitarme a comer, me hacía pensar que tal vez, en ese negro interior, existía algo de bondad.

Luego de haber gustado, ella dejo algo de dinero sobre el mostrador, me señaló que ya era hora de irnos, la botella de alcohol que había pedido, había quedado medio vacía, ella la tomo para después seguir bebiendo, mientras que se dirigía a la salida.

Yo por mi parte solo ingresé mis manos a mis bolsillos, con la mirada seria, odiaba que tuvieran que mirarme.

Estando ya dentro de la furgoneta, ella encendió el auto, tronó su cuello dejando salir un ligero suspiro, seguido de eso empezar arrancar fuera del lugar, con el estómago lleno, me empezaba a sentir pesado, sin ganas de tan siquiera mover mis manos, maldita flojera.

— Gracias por eso — le dije en seco a lo que ella voltea a verme con algo de desinterés —.

— No hay de que, solo una cosa, no se lo digas a los demás, no quiero escuchar más sus estúpidos comentarios.

— Tranquila, no diré nada. Sería algo raro para ellos.

— A esos comentarios me refería, idiota.

Ambos dirigimos la mirada al frente, está vez ningún dijo nada nuevamente, ella conducía mientras que yo solo observaba todo lo que íbamos pasando, deje salir un fuerte bosteza, tenía ganas de dormir, pensaba si a ella tal vez le molestaría verme descansar, seria medio odioso si la dejara manejando.

El camino que dirigía hacia la mansión del búho, empezaba nuevamente a reconocerla, estábamos tan cerca que podía ver el fuerte brillo de la luz alumbrar mi rostro.

Ya estábamos cerca, no hubo necesidad ni de acomodarme, en cuanto nos acercamos a la entrada, la enorme reja plateada que estaría al frente nuestro se abriría por uno de sus sirvientes bajos.

Estando ya dentro, procedería a pasar en medio del jardín de este, si que tenían el camino en medio de todas las plantas, raras. Si, todas eran raras, inclusive se movían de un lado a otro, eso que ni había tanto viento.

Loona se estacionó justo frente a la puerta que dirigía hacia el interior de la mansión, teniendo casi en la entrada una enorme fuente con la forma de un enorme libro, que algo curioso era que era el mismo libro que ellos usaban para trasladarse a la superficie.

Loona sin decir una palabra, ella se bajó del auto, yo hice lo mismo, fue tan placentero estirar todo mi cuerpo, mis huesos dejaron salir uno que otro crujido.

Tocó la puerta estando recostada sobre ella, desde el nivel de arriba se escucho la voz de la una mujer, Octavia fue quien había respondido al llamado, creí que sería, Stolas.

— Recuerda, ni una palabra de lo sucedido, tonto.

— Sabes, cuando me hacen prometer algo, lo cumplo. Te prometo, no le diré nada a nadie.

La puerta al fin se abrió, mostrando a la búho, quien tendría sus ojos medio abiertos y ropa ya de dormir, creo que estaba durmiendo.

— ¿Ustedes?, Oigan ya es súper tarde, se tardaron un chingo — dice ella haciéndose a un lado — ¿Que paso Loona?.

— Siento molestarte, ya sabes cómo son los pendejos con sus pedidos, todo lo quieren a detalle.

— Malditos clientes.

Si, valla "clientes" y sus pedidos exigentes.

— ¿Y a ti como te fue? — Octavia voltea a verme con la ceja alzada — espero no hayas ocasionado ningún problema.

— No, no hice nada malo, dile Loona que ya nos llevamos bien.

— Pues... El idiota y yo tuvimos una que otra pelea, no hace caso cuando le ordenó algo, y no mide sus palabras cuando me habla, yo diría que te falta mostrar respeto — me mira con seriedad tendiendo sus brazos entre cruzados —.

— Sabes que si quieres volver a tu vida anterior, debes obedecer a las órdenes que ellos te den.

— ¡¿Que?!, ¡¿Lo estás diciendo en serio, Loona?! ¡Hay vamos, hasta te reías de mis cosas!.

¡¿Pero que mierdas con Loona?!, ¡Dice todas esas mamadas para que su hermana me regañé! Pero que hija de puta.

— Yo no recuerdo haber dicho que me había divertido contigo.

— ¿Sabes que?, Por mi puedes irte a la mierda, no voy a discutir esto — empeze alejarme de ella dirigiéndome a la habitación — ¡Descansa su alteza, Octavia!.

— Pero que gruñón.

— Déjalo, ¿Vamos a tu habitación?, aún tenemos esa charla.

— Te estube esperando, vamos.

¿Pero que diablos con Loona?, ¿Acaso también debía mentir sobre nuestro proceso en el trabajo? Pues si era así pues ya no me iban a dejar nisiquiera hacer los pedidos de clientes o peor aún, me dejarían acargo con su padre.

De tanto pensar sobre su comentario llegué a la habitación, abrí la puerta con enojó, la cerré de un solo golpe, tanto que tuve que aguantar de ella, me deje insultar por la perra y todavía dice que nisiquiera sé la paso bien conmigo, obvio que Octavia iba a creerle, estábamos hablando con su hermanastra.

Joder, ahora iba a dormir enojado. Me quite la ropa por la incomodidad que sentía, quedándome semi desnudo, con tan solo la ropa interior puesta, desearía acabar ya con esta maldita pesadilla, maldita.

Estando ya recostado sobre la cama, talle mis ojos con flojera, todo el día me había dejado cansado, no había echo la gran cosa, pero creo que la adrenalina de matar a uno de mis feos recuerdos, me había dejado pensativo.

La puerta fue abierta rápidamente, eso me hizo levantarme de golpe.

Era Stolas, había entrado a la habitación tan de repente, joder. El búho me había puesto algo incómodo, estaba frente a el con la poca ropa que tenía puesta, demonios.

— Oh, je, veo que ya estabas acostado — dice con voz suave, el se sentó al costado de la cama, a lo que yo le respondí incomodado —.

— ¿Si?, Ya iba a recostarme, ¿Puedo ayudarle en algo?.

— No, solo quise asegurarme que estuvieras descansando — me dice con una cálida voz  —.

— Oh... Solo se aseguraba de encontrarme aquí, vamos. No hace falta que mienta.

— Lo siento, es algo raro. Estoy hablando con una persona no muerta, jeje.

Se miraba raro, era como si quería decirme algo, pero no podía.

— ¿Está bien?

— ¿Yo?, Oh, si claro, yo estoy bien, no se por que lo preguntas, no me pasa nada.

— Es que, oiga si tiene algo, sabe que puede decirme, de hombre a...¿Hombre?.

Pero que maldita incomodidad.

— Bien... Este es la cosa — se asomó a la puerta de la habitación, teniendo una bolsa en su mano eh procediendo a entregarme —

Lo mire con mucha confusión, me había dado una bolsa, una pequeña bolsa de cuero, estaba algo pesada pero suponía que traía algo dentro, la abrí con lentitud, teniendo precaución, no se por que carajos pensé que sería una puta bomba, no era eso, era... ¿Dinero?.

— ¿Dinero?, Oiga, ¿Por qué me está dando este dinero?.

— Te estoy dando la oportunidad de que arregles tu vida, con esta parte puedes comprar el teléfono de ella, no hace falta que pases todo este trabajo, se que tú trabajo no es matar.

— ¿Usted está bien? Digo, esto no tiene nada de sentido, ¿Por qué me ayuda?.

— Por qué se que cumplirias tu parte, te vi, ví como asesinaste a esa mujer, no fue nada fácil, ¿Verdad? — habló con voz serena, mientras colocaba su mano en mi hombro —.

— ¿Nos espió?, No ya encerio ya dígame qué le pasa, me está incomodando, y mucho.

— ¿No lo entiendes?, Te estoy dando una salida, a la superficie... Se que no soy el tipo de criatura que esperes que diga algo racional, pero me has demostrado, que los seres humanos, pueden entendernos.

El extendió su pata o garra hacia mi empuñada, dejó caer un pequeño objeto sobre el suelo, en frente mío. Me arrodille para tomarlo, parecía una clase de chip, uno el cual sería para el teléfono, voltee a verlo sin entender. ¿Pero que le pasa?.

— Este, es el chip de su celular, el que hace poco tu destruiste, puedes ingresarlo al nuevo, dárselo como paga eh irte de aquí — el me dijo con lentitud, cada palabra que salía de su pico, lo dijo con lentitud —.

— ¿Lo recuperó...? Wou, esto es algo increíble, recuperará sus contactos, y el dinero será para el nuevo teléfono y así ella tendrá sus contactos devuelta, ¡Genial!.

— Así es, lo ve, ya no tiene que trabajar para pagar ese teléfono, ahora puede arreglar su vida, volver a ser el mismo de antes, y no te preocupes por los agentes que te buscan, ya no lo harán más.

— ¿Que?, ¿Acaso les borro la memoria o algo?.

— Bueno, no exactamente, dime. ¿Has querido irte a un lugar en toda tu vida?.

— Bueno, claro que sí, siempre quise viajar por el mundo, no solo, con mi familia, mi propia familia, aún que creo que ya estoy viejo para tener que pensar en sueños de hace tiempo, ¿Por qué?.

— Yo puedo ayudarte en eso, solo di el lugar en dónde quieres estar y, lo estarás.

No podía procesarlo, de un día a otro, encontré la solución a todos mis problemas, no se qué clase de plan había estado planeando el búho, pero se había compadecido en mí, esta oferta era mucho más para mí, en esta oferta estaba el sueño que siempre quise haber cumplido, y el solo me la da como si nada.

Ahora podía comenzar una nueva vida, sabía exactamente qué mi vida ya no tenía arregló, no podía volver tiempo atrás y enmendar todos los errores que había cometido, pero si podía cambiar mi futuro, si es así como el lo quiere, pues es así como será.

Lo mire con firmeza, parecía estar convencido... De que me había convencido, pero no sería así, tome el chip con ambas manos, y se lo entregue de inmediato en sus manos, al igual que la bolsa de dinero, la empujé hacia un lado, frente a el.

Stolas arqueo su mirada, teniendo una expresión de confusión, claro, le debía una explicación.

— ¿Pero que está haciendo?, ¿Acaso no quieres volver a tu vida de antes?.

— Mira, mi vida ya no puede arreglarse, admitalo, yo ya peque con ese asesinato, y no puedo arreglar eso, pero si esto — le dije señalando al chip en sus manos —

— ¿A qué carajos te refieres con no se puede arreglar nada?.

— Se cómo funciona esto del cielo y el infierno, sigues la reglas como todos los demás, pero no importa cuánto hagas, por qué desees hacer el bien, tiene que ser por voluntad propia, no forzada, si arreglo mi vida, no cambiaré nada de lo que cometí, soy un asesino, y no importa cuánto cambie de lo que pasó, voy a terminar aquí, por dos razones, por qué el hombre, osea yo, no podra nunca alejarse de su propia sombra.

Estaba expresando todo lo que deseaba haber decido en frente de Loona, cuando me hizo aquella pregunta, por qué no estaba muerto. Pues aquí iba mi respuesta.

— ¿Y la segunda...?

— Por qué quiero estar aquí... Lo sé, suena súper loco, ¿Quien putas va querer terminar en el infierno y no arriba?, Pues simple, usted me enseñó todo con su amabilidad, si un demonio puede convivir con un simple humano como yo, ¿Por qué los demás no?.

— Me sorprende todo lo que me has dicho, no sabía que pensabas de esa forma, piensas quedarte pero quieres enmendar tu error por tu propia cuenta... ¿Por qué...?.

— Ya se lo dije a su hijastra, pero también se lo diré a usted, cuando me hacen prometer algo, lo cumplo, y mi promesa fue trabajar y pagar ese teléfono con cada sudor de mi frente.

— Creo que el sorprendido acá fui yo... — tomó la bolsa de cuero, guardando el chip de la sabueso en esa misma bolsa — sabes, serás bienvenido aquí, las puertas estarán siempre abiertas para ti.

— Muchas gracias, Stolas, gracias por entender mi decisión, aún que implique que ustedes sigan viendo la presencia de este viejo hombre.

— No te preocupes por eso, y sabes... Aún no es tarde para tus sueños, puedes hacer lo que te propongas, espero que logre formar la familia que tanto desea, le deseo mucha suerte — esa fueron sus últimas palabras, para después retirarse de la habitación y dejarme nuevamente a solas —.

— Lo tendré en mente....


























MEJOR TARDE QUE NUNCA.


















CONTINÚARA...

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