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CONTINUAMOS.



— ¡¿Pero como putas madres se traban con la sangre?!.

Estaba tan enojado que no podía contar, al pasar el tiempo dentro de ese maldito sitio, la sabueso me puso de tarea limpiar una de varias armas, las cuáles estaban manchadas de sangre de esas malditas víctimas, desarmaba cada arma que tocaba, obviamente dejaba las piezas dónde iban, la única arma que había tocado con mis manos, había sido la escopeta de mi trabajo.

Mientras que yo limpiaba el arma, la loba llamada, Loona. Estaba sentada en frente de la computadora, sin hacer ni una mierda, valla que no se cansaba por tener su trasero apegado al asiento.

No tenía tanta paciencia como para estar repasando el trapo a la mayoría de las partes manchadas, al menos la sensación del tener una en manos no se me iban.

— ¿Y tú qué harás, seguirás sentada viendo esa cosa? — le dije en tono molesto, ella nisiquiera me hacía caso —.

Maldita sea, esperaba que los demás llegarán para que al menos no tuviera que soportar el maldito silencio.

Creo que sería más fácil el tener que robar un teléfono y dárselo como un maldito obsequio, algo me decía que está no se tomaba el trabaja encerio, nisiquiera sé asomaba a la mesa del pasillo, dónde anteriormente había atendido al diablillo.

¿Quien era yo para juzgar la vida de esa niña?, la mía no fue la mejor pero tampoco fue la peor.

Callé mi boca del necio carácter de la loba, su mirada estaba tan fijada en la pantalla que ni sus párpados se movían, estaba tan vacío de las bolsas, desearía tener mi teléfono en mis manos y tomarle foto a su cara de distraída.

— Otra vez me esas mirando raro, idiota— desvíe la mirada un tanto nervioso, debía tener cuidado con la sabueso —

— No es nada, es solo que me vendría bien una ayuda con esto, todas están sucias.

Diablos, era tan raro convensar con ella.

— No es mi problema, me dejaron a cargo de ti y eso hago, además esa cosa no es tan difícil, no me hagas gastar palabras.

— Tienes razón, no debo hacerte gastar palabras, entonces no tengo por qué explicarte por qué, Vortex. Un amigo que acabo de conocer, me dió un par de invitaciones y-

— ¡¿Que mierda dijiste?! — ella se tropezó al intentar levantarse de su asiento y acercarse a mi —.

Ahora tiene algo de sentido, eh.

— ¡¿Que fue lo que el te dió?!.

— ¿A mí?, Pues solo un par de invitaciones, pero descuida, no haré que gastes palabras, así que nos vemos luego, iré a limpiar las demás cosas fuera de tu alcancé.

— ¡No, espera!.

En cuanto me di la vuelta para salir de la sala, ella jalo mi brazo fuerte, tanto que sentí como sus garras me las enterraba por completo, de inmediatamente yo ya estaba contra la pared, con una de su pata contra mi cuello, por su comportamiento me daba a entender que tal vez el sabueso, la atraía. Claro, su musculatura no estaba así por qué si.

— Sabes que si me lastimas no te daré esa cosa — le dije tratando de respirar ya que ella tenía su pata contra mi cuello —.

— ¡No estés con tus mamadas, dame esa invitación que el me la dió para mí! — ella me grito fuerte que hasta logré escuchar un pequeño chillido —.

— Está bien, está bien, pero suéltame que me estás lastimando — ella al fin me soltó, acomodé mi cuello con algo de dolor —

Justo como se lo había dicho, saqué de mis bolsillos el par de boletos que, Vortex me había dado. Fue algo tan penoso pero a la vez tan gracioso, ver cómo la niña empezaba a mover su cola de un lado a otro, de su rostro pude notarle una sonrisa de emoción, tanto que sus patas empezaron a dar pequeños brincos.

— Creí que eras más fuerte a eso — le tire la invitación a sus manos, ella los tomó en tan pronto se aparto de mi mano —.

— ¡Si, al fin me invitó! — dijo ella con emocion, teniendo que besar la invitación varias veces —.

¡Ja!, Ahora sí tenía con que joderte completamente, dibuje una sonrisa macabra en mi rostro, llame su atención con tan solo haber cruzado mis brazos.

— ¿Y tú qué?.

— Yo no tengo nada, solo me sorprende verla así, así de loca por una invitación, o mejor dicho, por el macho — le dije entre carcajadas —

— ¡N-No es cierto! — me dice entre tartamudeo —

— Mira tu, niña que siempre quiere tener la razón, se todo sobre esto, creeme que cuando te digo que lo sé, es por qué lo sé.

Ahora sí podía cerrarle la boca a la sabueso.

— Vamos, ese sabueso se ve que si es apuesto, pero algo me dice que tienes algo que te impide estar con el, si no por que el te mencionaria como "amiga" y no como otra forma.

— Mira idiota... Esto no tiene por qué importarte, pero si lo digo es por qué no quiero que el lo sepa, estarás jugando con fuego si es conmigo.

Y viniendo del infierno, claro que sí.

— ¿Hacemos un trato? — le hable con firmeza extendiendo mi mano al frente — No diré nada, si tú me empiezas a respetar y tratar como a un amigo a otro.

— ¿Que yo que?, No digas mamadas, idiota. Ni loca voy a dejar que una persona me diga cómo tratar a los demás, ¡Ni mi pa-, Blitz me dice que hacer!.

— Está bien, entonces Vortex sabrá que tiene una admiradora secreta — intenté alejar mi mano de su frente —.

— ¡Está bien! — ella me respondió apresurada teniendo que extrechar su pata con mi mano, aunque está seguía enojada, la forma en como presionaba mi mano me lo daba a entender —.

— Ya vió, no era nada difícil corresponderme, bueno... Yo seguiré con mi trabajo, así que nos vemos luego, "amiga".

Fue de un buen gusto mío tener que llamarla amiga en su cara, me gruñio y eso no se los podía negar, yo hubiera echo otra cosa peor si me hubieran aplicado esa jugadita. Ahora que no recibirá más los malos tratos de la loba, podía seguir con mi trabajo sin interrupciones o algún momento en el que deba evadirla, punto para mí.

Seguí con mi trabajo como debió ser, terminé que limpiar cada accesorios de sus armas, limpie algunos cuartos de los alrededores del piso, había tenido que limpiar y restregar una que otra mancha en el sitio, si había estado sucio el lugar, les pelaba el barrer y trapear aquí, eh.

Sacudí mi cabeza del sudor que ya traía rozando en mi frente, en las manos ahora tenía las llaves del cuarto de utensilios de limpieza, nada mal para ser mi primer día en este edificio, me dirige hacia la sala, la sala donde se suponía que debería estar la niña.

Llegué a la sala como propuse, y si, ella estaba sentada en el mismo lugar, volteo a verme de reojo, note como rodó sus ojos con aborrecimiento, bueno no la culpo, le acabo de descubrir su amor escondido, algo que llamo mi atención fue del que sobre la mesa, ya estaba repleta con varios recipientes femeninos, cosas, ¿A qué me refería?, Maquillaje, pintura para uñas, peine, aretes, perfumes.

Toda clase de objeto que una mujer suele usar para ocasiones en las que tiene que salir, o con sus amigas, familia o pareja. Está si estaba emocionada por la fiesta, y si no estaba mal, el día de hoy era viernes, mañana era sábado, la fiesta sería mañana en pocas palabras. Eh visto a muchas mujeres que se terminan atrasando en el momento exacto de sus planes, pero está si que iba encerio, ya se estaba maquillando para el día de mañana, joder con está niña.

— ¡Mierda, puto maquillaje de mierda! — la escuché gritar tirando una de sus cosas al lado mío — ¡No me sale ni un pito!

— ¿Se puede calmar? — le dije algo molesto levantando lo que había tirado — ¿Encerio?, Usarás todo eso para una fiesta.

— ¡Que te valga una mierda lo que hag-... Si idiota, si lo usaré ya que yo me preocupo por mi físico, pero no lo comprendería. — me respondió inmediatamente  —.

— ¿Me está diciendo descuidado?, Déjeme recordarle que el que sabe más de esto soy yo, y si estoy como me ve, es por qué yo quiero estarlo.

— Está echo una mierda, no me interesa sus motivos así que no me cuentes tu vida, idiota — siguió aplicaciondo sus productos en sus mejillas — Vamos, no seas así estúpido rubor.

— No va a funcionar así, limpie primero lo de encima que lo único que está haciendo es mezclar color con color.

— ¿Tu qué sabes de esto?, ¿Eres weco para andar sabiendo cosas de maquillaje? — se río de mi sacándome el dedo —.

— No, fue algo que mi ex me enseñó cuando teníamos nuestras citas.

Odiaba el tener que mencionar algo de mi vida, ya que había sido o seguía siendo una mierda.

— ¿La perra que mataste?, No tenía nada de bonita la zorra, y ni buenos gustos — Loona me empezaba a lastimar un poco con sus argumentos ofensivos —.

— No fue ella, para que le voy a contar, mejor siga con su maquillaje que mañana tiene a todo un circo que entretener — le dije sin pensarlo, inclusive a mi me causo algo de gracia —.

— Vete a la mierda... — note como alzó un poco su oscico, si, parecía que se estaba riendo — Circo, ¡Ja!.

Si había sido una sonrisa, podía sacarle algo de plática.

— Ahora no me haga reír pendejo, me interrumpe con mi maquillaje — me diría aún soltando pequeñas carcajadas —.

— No encerio, nunca entendía eso, se tardaban varias horas en maquillar, solo para ir a la vuelta de la esquina — le comenté intentando sacarle algo de plática —.

— Son cosas de mujeres idiota, que le vas a entender a eso sí apenas puedes contigo, es como si yo me preguntará cómo ustedes los hombres, pueden usar la misma ropa en sus salidas.

— Bueno, es por qué nosotros no nos rajamos la cabeza en ver qué llevarnos, pero no te creas, hay varios que ya tienen su ropa lista para cada día.

— Si, si claro — siguio aplicándola maquillaje — está mierda no queda.

— Y... ¿A qué horas llegarán los demás?. Creo que es mucho tiempo para que tengan que gastar un par de balas.

Quedaba por aclarar que ya estaban dando las cinco de la tarde, ya se habían tardado mucho, tampoco era para preocuparme.

— Yo que voy a saber, es típico de esos pendejos, Blitz siempre sale con sus mamadas. — ella apego su rostro a la computadora teniendo que verse en la pantalla apagada — ¡Al fin!.

— ¿Está bien?, en pocas palabras, ¿Este es tu trabajo?, Te sientas a pelartela todo el día hasta que venga los demás eh irte a casa para estar descansanda para el día de mañana, luego haces lo mismo que el día anterior.

— Si, ¿Algún puto problema con eso?, Mejor mira tus cosas y yo veo las mías, nunca había estado con un idiota que dice más de lo que hace.

— Y yo jamás había tenido que estar cerca de una sabueso con problemas no solo con su físico, si no también en el puto amor — cruce los brazos con la mirada molesta en ella —.

— ¡Que te valga una mierda!, ¡¿Sabe que?! ¡No tengo por qué escuchar a un pendejo, puedo matarte ahora mismo!.

— No lo sé, parecía que le había agradado mucho a la joven, Octavia, me ayudó tanto que siento que ahora formamos una buena amistad, sería una lastima que su hermanastra tenga que quitarle a una de sus pocas amistades...

— ¿Que...?, ¡¿Cómo mierda puedes decir eso?!, ¡Ella no dice nada sobre eso!.

— No ella no, pero su padre si, tiene un buen padre, me lo contó todo, cada detalle. — le guiñe el ojo a la sabueso, cosa que ella respondió con su dedo alzado hacia mi —.

— ¡Chinga a tu madre!, ¡Eres un idiota, eso es lo que eres, un puto idiota que su vida es tan triste que la palabra! — me gritó con enojó —

— Uuh, parece ser que la sabueso tiene otra vez sus rabietas, mira tu niña inmadura, mejor aprende a cerrar esa maldita boca que tienes, no quedras que Vortex sepa que la boca que besara está súper sucia.

— ¡Vete a la mierda maldito viejo!, ¡No sabes nada lo que dices! ¡El va a quererme y no tendrá que estar al lado de esa idiota! — Fue en un par de segundos en los que ella simplemente abriría los ojos como platos, tendiendo que tapar su oscico rápidamente, con que eso era —.

— Gracias por darme el dato, ahora resulta que no puedes estar con el, ya que parece ser que el tipo la está pasando de lo mejor, con una chica. Y no eres tú, ¿Verdad?.

— ... Eres un imbécil... — fueron sus últimas palabras, su voz paso de una fuerte a una temblorosa, creo que sí la habia molestado mucho —.

Bueno, no iba a negar que me habia pasado con el último comentario, creo que después de aquello iba tener problemas con ella, su mirada de repente se fue poniendo decaída, sus orejas ahora estaban abajo al igual que sus manos. Creí que al tener que confrontarla no se quedaría callada, pero resulta que no, no se podía hacer mucho en su caso, ahora que sabía algo de información del sujeto, pues afirmaba que estaba con otra mujer.

Joder, el ambiente se estaba poniendo tan raro.

Ahora estaba con la mirada al techo, teniendo los brazos cruzados para no tener que moverlos a la mirada de la sabueso, por un momento pensaba que ella se levantaría eh me daría una buena golpiza, si, sería tan humillante que una mujer me rompiera la boca, pero no.

La mire de reojo, siempre y cuando ella estuviera distraída, su misma expresión sería en su cara, está no parecía que le afectará tanto las palabras de otros, eh.

— Lo siento, aveces solo digo lo que pienso, pero son puras tonterías — le dije con voz gruesa estando con las manos en el cuello —

— Me da igual lo que digan otros de mi, por eso es que considero que las amistades son una mierda, mi familia es la excepción — me dice ella con voz sería, seguido de eso sacarme el dedo —.

— Eso es algo que muchos no toman en cuenta, eres una buena chica, Loona. — fueron mis últimas palabras, deje mis ojos entre cerrados, —.

Unas pequeñas palabras de aliento para no tener que estar con un silencio del carajo ahí dentro. Creo que ya había relajado un poco las cosas con ella, digamos que ella al estar en frente de la computadora, subía el sonido del contenido que miraba, sus carcajadas me hacían sentir mejor, si que ella se había olvidado de lo que le dije.

Loona, era una chica de corazón duro y de carácter tosco, es hija adoptiva, tal vez los padres que tubo tiempo atrás no fueron de aquellos que te dejan con la mente orgullosa. Si, unos padres de mierda tal vez.

— Demonios — dije levantandome del sofá, procediendo a caminar a lo que sería un pequeño cuarto, la cual se parecería a un sitio de descanso — me estoy volviendo loco aquí.

El hambre ya hasta me estaba afectando, bueno al menos sabía que este lugar tenía una refri, de seguro deben tener buena comida, o rayos, deseaba tener una botella de alcohol en mis manos y estar hasta los dientes.

— A ver, que tienen en el menu — miraba fijamente las cosas dentro del refri — ¡Si!, ¡Alcohol!.

— ¿Tomas alcohol?.

Escuché la voz de Loona detrás mío, me di la vuelta y si era ella, estando recostada al borde de la puerta con sus brazos cruzados y con su típica mirada sería, viéndome con la botella en la mano.

— ¿Si?, yo si tomo alcohol, unos de mis adicciones — le respondí en seco, destapando la botella y darle un fuerte trago —. Oh valla, ¿Que marca es está?, Este si tiene un olor fuerte.

— ¡Ja!, El pendejo de Moxxie no aguantó el primer trago, y tú le tomas como si nada, eres un loco.

— Ollé, trabajo en un bar todos los días, bueno, trabajaba, pero si soy adicto a esta cosa, tomo desde los diecinueve.

Pero que raro, ahora me estaba hablando como si nada.

— Lo de hace ratos, ¿Todo bien?, ¿Sin resentimiento? — me rasque la cabeza algo apenado, teniendo que desviar mi vista —.

— Me da igual, yo no le tomo importancia a las cosas que otros dicen de mi, solo dejo que gasten palabras.

— Yo no puedo quedarme callado, odio a la gente que siempre tiene la razón, por eso es que no me callo, defectos desde pequeño.

— ¿Fuiste una mierda de hijo?, Cómo para terminar trabajando en un maldito bar, cosa que ya ni trabajas allí.

¿Y por culpa de quién?, de ella.

— Cuando lo dices de esa forma, suena vergonzoso.

— ¿Eres sensible?.

— Nop, dime todo lo que quieras, te responderé de mala manera — comenté entre carcajadas dándole un segundo trago a la botella —

— Te va hacer mal idiota, quedarás el triple de idiota, el doble ya lo eras — me quitó la botella de las manos un tanto molesta — y deberías servirte en vasos y no tomar de la boca de la botella.

— Pfff, esas son mamadas que la gente delicada dice — ya empezaba a sentirme raro, me daba vueltas hasta la cabeza —.

¿Tan rápido me había alocado?, Apenas si le había dado un par de tragos.

— Si, eres un maldito asqueroso entonces.

— Hay vamos, cualquiera puede tomar de la botella, como si usted nunca a tomado alcohol, por qué ya ah tomado, ¿Verdad?.

— También soy alcohólica — de la misma manera, ella le daría un fuerte trago a la botella, joder. Hasta se la había acabado de un solo trago —. ¿Ve?.

— Madres, solo se que tendremos una fuerte resaca — me senté al costado de la mesa —

— Oye idiota, no eres tan imbécil después de todo, tampoco digo que me caes bien.

— No hace falta, tu forma en como me tratas me lo deja claro, tu también eres agradable, no eres como esas que solo buscan fornicar.

Lo decía por experiencia, ya que en todas mis relaciones, la mayoría de mis parejas fueron adictas al sexo, incluso llegaron a convencerme en hacerlo en grupos.

— No tengo cara de puta, pero por lo que escuche decirte a mi padrastro, tu si eres un maldito mujeriego.

— ¿Me escuchaste?, Y creí que no te importaba las cosas de otros, te cortaré esas orejas que tienes, niña.

— No cambies el tema, marica. ¿En verdad lo hacías con otras?.

— Bueno, lo hacía por necesidad. Mi vida en la superficie era una completa mierda, mi paga del bar era una tontería, como el final de un mal chiste.

— Bueno, ahora que lo veo, tu cara si tiene forma de cara de payaso — dice ella con una sonrisa no tan notable —.

— Jodete Loona.

— No ya encerio, no se cómo era tu patética vida arriba, pero eso de que seas un mujeriego es una mierda, no tendrás nada de amor.

— Eso lo sé, por eso ya no creo en esas mamadas, son una farsa, amor a primera vista, amor a distancia, todas esas tonterías que la gente dice del amor, todo es pura mentira, al menos para mí.

— Una mierda que ni ellos saben lo que dicen, bueno... Fue algo, aburrido pero un poco entretenido conversar contigo, yo iré a guardar mis cosas, ya casi es hora de irnos, no traes ni una mierda, así que solo espera que te sea la hora.

— ¿Eso fue todo?, Sentí que no hice nada, mierda, si me hubieran ofrecido un trabajo como este lo acepto, bueno. Entonces solo espero.

— ajá — ella me dió un fuerte golpe en el pecho, me saco hasta el último aliento — esto es por tomarte mi última botella de alcohol.

— ¡Carajo!, ¡¿Cómo puedes tener tanta fuerza?!, ¡¿Yo que iba a saber que era tu puta botella de alcohol?!, ¡Esa porqueria no tenía ni nombre!.

— Podías preguntarme, tonto.

Tenía razón, je. No era una completa rara después de todo, este era un gran progreso de ahora que estaría con mi nuevo trabajo, debo ser uno de varios idiotas que conocen el verdadero infierno.

Tal como la sabueso me lo había dicho, me dirige hacia la salida del piso, al menos me sabía una parte del edificio, llegue al ascensor dónde bajaría al último dónde esperaría el auto, por un segundo y apachaba hacia el piso de abajo, ¿Esperaba a Loona?, Me dije en la mente con confusión, tampoco quería cagarla y demostrarle que era un maldito maleducado, o como lo había dicho antes, una mierda de hombre.

Si, espere a que llegara al ascensor, ya estaba grande, ¿Cómo mierdas pensar en algo que sabes que es lo correcto?.

— Que raro que los demás se tardarán en esos pedidos.

— Te acostumbras — me di la vuelta de golpe, si me había pegado un susto —.

— ¡Joder!, Con la cara que tienes espantas hasta el diablo — le dije ya calmado llevando mi mano a mi pecho aliviado —.

— Vete a la mierda idiota, mejor vámonos ya, si ellos no vienen pues llegarán a la mansión, ya es costumbre de esos tarados.

— Se nota que si los vez como un dolor de cabeza.

— A ti también idiota — diría con seriedad presionando al piso de abajo —.





























NO TENÍA DUDAS DE ESO.
































CONTINÚARA....

  

FUE TAN HERMOSO, QUE DURÓ POCO.

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