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Con que así sería todo, trabajar en un sitio donde lo malo es bueno, no pude haber pensado otra cosa más, sobre el maldito infierno, nadie vivía para contarlo, claro, ¿Quien podría volver de la muerte?, Logrando escapar del mismísimo infierno, pues ninguno, bueno, al menos eso es lo que pensaba, nunca había escuchado historias sobre gente logran tener contacto con el infierno.
Quedaba por aclarar que ya habia pasado todo un día enteró, con entero me refiero a que estaría ya despertando de la cama, no fue un sueño.
Fue lo que me dije, tendiendo que tallarme los ojos adormilado, todo estaba justo como lo había encontrado.
– Creí que solo era una pesadilla, maldito sueño.
Algo raro que debía por comentar, se trataría sobre el cielo, tenía un color oscuro pero, su color rojo seguiría mostrando a sus lados, en medio de todo eso, se miraba como aquella estrella satánica, con sus ratos símbolos al lado, algo raro era que sus orillas estaban iluminadas.
– ¿Que tanto miras? – Stolas, ya estando detrás de el, colocándole una expresión algo curiosa –.
– ¡Puta!, ¡No haga eso, casi me da un infarto!.
– Esa boca humano, además la puerta estaba abierta.
Stolas se fijaría en el vestuario del humano, llamándole la atención con algo de risa.
– ¿Por qué tienes la ropa de mi, esposó?, Te queda algo ajustada.
– Emm, su hija me dijo que sería mejor si yo tuviera una mejor presentación a los demás.
– Bueno, es raro que ella haga este tipo de cosas, de echo, es algo sorprendente que mi hija se preocupe por alguien, que no sea su familia.
– ¿A si?, No sabía... Bueno, supongo que ya debo irme, cosa que no se a donde.
– No tan rápido, no te irás sin antes haber comido algo – tomó el brazo del humano, siendo ya arrastrado por el pasillo – la verdad, es que te esperábamos para comer.
– ¡No otra vez, puedo trabajar sin comer! – jaló su brazo tratando de apartarlo de las manos del búho – ¡Puta, usted se mira delgado y tiene fuerza!
– Te cuesta ver con quién hablas, ¿Verdad, loquito? – Stolas abririra las puertas las cuáles conducirán al comedor –
Frente a ellos ya se encontraría a las personas, o demonios que menos podría haber deseado estar, ___, siendo aún jalado por el fuerte agarre de, Stolas, sería colocado en uno de varios lugares, para su mala suerte, este le había tocado estar al lado de cierta sabueso, Loona, nisiquiera tubo que voltear la mirada como para sentir el rozo del brazo del humano en si pelaje, dejando salir un fuerte gruñido, provocando que, ____, simplemente tuviera la mirada algo seria frente al Rey.
Por otro lado, Blitz ya dándole menos importancia a la presencia del humano, llegaría a sentarse al lado de su esposo, el cual le molestaba ya que, sin tomarle importancia al humano, sabría que su esposo, estaría cuidando de el, por órdenes de su hijastra.
– Emmm, buenos días... – dice a los demás, mirando fijamente su tazón de comida – ¿Esto es mío?
– Si, espero te guste, come tranquilo, ellos ya no te harán nada, bueno, eso trate de decirles.
– ¡No la hago por dos razones!, ¡Una es por qué no soy bueno evitando las súplicas de este fornicador!.
Le dice a Stolas, el cual solo respondería con una sonrisa algo pervertida, cosa que Blitz no pudo evitar ver.
– Y la otra, es por qué nuestro pasillo se ve como la mierda, necesito a uno que se encargue de la puta limpieza.
– ¿Limpiar?, Bueno no es algo que pueda desear, pero si, como usted lo ordene, Blitz, ¿Verdad?.
– ¡Es jefe, para ti!, Bueno, al menos si sabes pronunciar mi puto nombre.
– ¡Ya, Blitz!, ¡Ya nos quedó claro que va hacer este pendejo! – comenta, Loona, de mala gana – siempre tienes que gritar en la mesa.
– ¡Loony!, Por cierto, se me olvidaba decirte que, como hoy estaré acargo de las bajas, ¡Tu!, Le echarás un ojo al nuevo.
– ¿Echarme el ojo?.
– No queremos que rompas el trato, así que, ¿Que otra mejor forma de evitar que escapé?, Pues poniéndote a mi, hijastra a vigilar.
– Oiga, aún que yo quisiera escaparme, no tuviera oportunidad, no tengo a dónde ir, este maldito lugar no merece ni ser ni visto.
– Tu no merecías una oportunidad, así que mejor ponte los pantalones, y haz lo que te piden y cumple con el trato.
Loona, algo irritada le diría al humano, el cual solo rodaría los ojos.
– Esa actitud es algo dura, cariño, recuerden que deben llevarse bien para que no tengan problemas.
– Créame, si quisiera más problemas, ya me las hubiera buscado de otra forma, y no de esta.
– Bueno, dejémonos de mamadas, términos de comer, ya quiero acabar este día de mierda.
Blitz, empezaba a comer su plato, algo apresurado, se notaba que no le seria de los días que más deseaba disfrutar, ahora que tenía a un, humano, su empresa sería vista de mala forma, claro, estaban hablando de un ser no tan querido.
Nisiquiera hubo otra pequeña conversación, luego de aquella, solo optaron por terminar su comida.
____, el hombre comería con completa tranquilidad, no podía demostrar ninguna expresión, menos en frente de dos seres que deseaban verlo sufrir.
Este como pudo terminó de comer, para luego simplemente esperar que los demás dejarán sus tazones vacíos, cosa que no tardó mi más de diez minutos, los demás y estaban dejando sus tazones de comida a un lado.
Parecía tener algo de inquietud, sería como si primer trabajo, infernal, aún seguía sin imaginarse de que trataría su trabajo, lamentablemente, en este punto empezaría a cambiar su vida completamente.
Si no fue suficiente el haber llegado a las puertas del diablo, lo que tendría que hacer para pagar el teléfono de la caprichosa loba, le dejaría la segunda marca estampada en su vida.
– Muy buena suerte a todos, Loona, ya sabes, nada de tocar al sujeto, si es que quieres tener de nuevo tu teléfono.
– ¡Si!, No le haré nada al, idiota. Solo quiero que me pague ya con mi teléfono.
Le dice algo sería, dándole un leve lamida a la mejilla del búho.
– Luego nos vemos, me hace favor de decirle a, Octavia, que me espere en su habitación en la noche, está vez saldré luego.
– ¡Loony!, ¡Vamos, bebé, el trabajo nos espera! – Gritó Blitz tocando el la bocina –. ¡Tu también, ___!.
– ¡Puta, ya voy, no estoy a kilómetros para que me grite en la oreja! – Loona se sube al auto de mala gana somatando la puerta –
Luego de que ambos subieran, el hombre saldría detrás de, Stolas, algo no tan convencido de entrar al auto, Stolas estiró su pata, procediendo a empujar al humano desde su espalda hasta la furgoneta.
___, algo inseguro se montaria ya dentro del auto, para su buena suerte el espacio de atrás estaba vacía, Loona estaba sentada al frente, justo al lado de Blitz, no tendría que llamada tanta la atención, así que recostó su cabeza contra el asiento, esperando llegar al nuevo sitio que le esperaba.
– Solo falta que estos aún no estén allí – comenta algo molesto, teniendo que bajar el cristal –.
– Emm, una pregunta, ¿De que se trata el trabajo? Su traje parece el de una funeraria, sin ofender, Jefe.
– ¡¿Que?!, ¡Mierda, sabía que parecía eso!.
– Tu traje está bien, creo que debiste explicarle al idiota, que en este trabajo necesita tener las pelotas.
Loona recuesta su cabeza contra el cristal, pintando una sonrisa algo macabra, teniendo que explicarle al hombre.
– Matamos por paga, así que más vale que no te eches para atrás, o tendré que romper yo misma el trato – le dice, luego de eso voltear a verlo, teniendo que mostrarle sus afilados dientes –.
– ¡¿Matar?!, ¡¿Yo tengo que matar?!, ¡Pudranse! – intentando abrir la puerta – ¡¿Por qué a mí?!.
– Ya idiota, no hagas tanto drama, de todas formas ibas a pecar, desde que trabajabas en ese sitio lleno de alcohol...
– ¡Que le valga mi vida, a usted!, Se nota que venías directo al infierno, la planta de drogadicta ya la tenías, supongo.
– ¡Ya!, Basta, tenemos cosas más importantes que hacer, como... ¡Conseguirme un nuevo traje que parezco el que entierra a los muertos!.
– Estoy rodeada de idiotas.
....
– ¡Tarán!, ¡Tu nuevo trabajo!.
Parecía un chiste para, ___, delante de él se encontraba el enorme edificio, no parecía tener algo de manicomio, dejo salir una expresión de burla, giró su cabeza al demonio, nada convencido como para dar otro paso al edificio.
– ¿Encerio?, Oiga, hay trabajo que espera, ya diga en dónde es, ese sitio no tiene nada que ver con el de asesinos.
– ¡Claro que lo es!, Es el poder que tienes al casarte con un ricachón – Golpeando el brazo del humano – Ven, sígueme a la oficina que debo darte unas órdenes, ¡Ya!.
– ¡Ay, bueno pero no grite! – siguiendo a su jefe – ¿Cómo es que permiten esto..?, A si, lo olvide, cosas comunes en el infierno.
– ¿Que pensabas?, Que sería como esas mierdas de la amistad y prosperidad, esas solo son mamadas que le dicen a la gente pendeja como tú, ¡Aquí, demuestras de lo que fuiste echo, allá arriba!
– ¡Buen día señor!.
Se escucho al fondo del pasillo, se trataba de Moxxie, el cual vestía de la misma forma que su jefe, dejando al hombre nuevamente con la pregunta en la boca.
– Esperaba que viniera, Millie y yo ya limpiamos los primeros pasillos – dijo para voltear a ver al humano, el cual no había notado su presencia –.
– Hola, Moxx, Emm, creo que así era tu nombre, ¿Verdad? – se rasca la cabeza algo dudoso –
– Jeje, mi nombre es Moxxie, que se te quede, me alegra verte aquí, creí que no te dejarían venir – extendiendole la mano al hombre –
– Pffff, ya deben de confundirme con la edad de un niño – estrecha su mano con la del diablillo algo sonriente – Wou , tu mano es suave.
– ¡Jefe! – Millie recién llegando, colocaría una pose en forma de saludo militar – ¡Lo esperábamos para el trabajo, estoy ansiosa de ver a qué nos enfrentaremos hoy!
– Siiii, yo también me muero por ver a quién, hay que matar. Pero antes, necesito darle una charla a todos, ¡A la sala de reuniones!.
– Mierda, me voy a quedar sorda si sigues gritando, papá – apartándose del grupo para irse a la sala –.
– Ven, ___, se que será algo agitado este día, por eso me tomé la libertad de ser el que te dará algunos consejos para que no tengas problemas, bueno, Nuestro jefe y su hija, pues ese ya es un caso perdido.
– Recuérdame romperte el culo después, Moxx – se dirijo a la sala junto a los demás –.
El humano pasaría aquella puertas que lo llevarían a la sala dicha, ya no hacía falta el tener que pensar del como sería el lugar, una típica sala de reuniones dónde todos los empleados se reúnen, dando sus opiniones eh propuestas.
– Debo decir que el lugar me impresina, me gusta el color negro, ahora sí parece el sitio de verdaderos asesinos.
– Sabía que te gustaría, ahora sí empezemos... ¡¿Cómo putas vamos a recuperar los datos de los pedidos de nuestros clientes?!.
– ¡Señor!, Con su permiso, déjeme decirle que yo, pude hacer algo de memoria, no fueron de todos, pero anoté a los que debíamos de acabar.
Moxxie sacaría de sus bolsillos, lo que sería el listado de todos aquellos que debían matar, cosa que el humano no esperaba creer.
– Moxxie, aclárame una duda que tenía en el camino, ¿Cómo es que ustedes matan?, Acaso ustedes, Emmm, no se, ¿Viajan al otro lado y matan?.
– Si, tendrás que acostumbrarte a ver sangre en tus manos, pero tal vez te preguntes, ¿Por qué arrebatamos vidas? Pues es por-
– No hace falta que me lo aclares, dinero, ser la empresa número uno, por qué es el infierno y aquí lo malo lo ven como lo bueno. Y si tienen algo de consideración, solo matar a los que pecan. ¿Me equivoco?.
– ¡Joder!, ¡Te cerró la trompa!, ¡Ja, ja!, Me estás empezando agradar un poco, tal vez seas algo útil después de todo.
– Bueno, puedo ser de utilidad, pero no soy tan bueno, con las armas.
– ¿No?, Yo creí que si, con una escopeta hiciste picadillo el teléfono del guardia infernal de nuestro jefe.
– ¡No soy solo su guardia!, ¡Que se te quede muy claro, no quiero tener que decirles todas las palabras que tengo acumuladas!.
– Vamos, entiendan que lo hice como defensa, además, no estuviera aquí si no fuera gracias a, Octavia y Stolas, ahora sí lo pronuncié bien.
– Eso si, bueno, ahora que ya tenemos algunos datos, ¿Que información iba a dar, señor?.
– ¡Cierto, otra vez gracias, pito de bebé!, Bueno, ahora quiero decirle solo un par de cosas, la primera, es que ahora que tenemos a otro en el trabajo, no tendremos por qué ver por los turnos.
– Señor, ¿Está diciendo que ahora podré hacer los deberes con mi esposa?, Eso suena estupendo.
– Si, si, no me agradezcas, aún que deberías, bueno el otro es que ahora es que le enseñaremos lo básico a, ____, ¿Entendido, pito de bebé?.
– Lo dice cómo si quisiera que yo le expliqué todo, aún que siendo sincero me agrada la idea.
Moxxie voltea a ver al, hombre, dibujando una ligera sonrisa amigable.
– ¡Perfecto, ahora vamos que las víctimas no se matarán solas! – Blitz, procedió a sacar debajo de la mesa, lo que sería un libre de aspecto raro, pero a simple vista de miraría pesado –.
– ¿Eso que?, ¿Libro de quejas?, Valla, ¿Cuántos problemas han tenido con los clientes?.
– ¡No es un libro que quejas...!, Bueno, aunque no suena mala idea tener uno, ¡Moxx, necesito que consigas mucho papel, tendremos ya nuestro libro de quejas!.
– Señor, solo le recuerdo que tiene cierta cantidad de clientes que desea tener ya su pedido cumplido.
– Si, si, bueno, ¡Vámonos!.
Como antes lo había visto el, humano, frente a el empezaría a resaltar un fuerte destello rojizo, no faltaba saber que la típica luz llegará a dañarle los ojos, ya acostumbrado al tener que tallarse los ojos, solo al tener que abrir sus ojos con dolor, se toparia que ahora al frente suyo, estaría el mismo portal que habia visto un día atrás.
Miró fijamente como el portal empezaría a extenderse, algo que le daba curiosidad, era el saber hacia donde podría dirigirse el portal.
Claro no pudo evitar acercarse un poco, los demás solo tuvieron que ver la reacción del humano, quien extendió su mano al frente, ya estando con la piel de gallo, ___, alejaría su mano, fuera del alcancé del portal, teniendo ahora mismo su vista fija en su mano.
– Wou... Se sintió raro, ¿A dónde lleva esa cosa?.
– Solo a los lugares que desees, no te preocupes, volveremos antes del atardecer para comer, vamos, tesoro.
– Voy detrás de ti, bebé – Millie entraría al portal junto a su esposo quien ya tenía su mano sostenida –.
– ¡No tardaremos, hija! ¡Cuida al idiota! – Gritó entre carcajadas entrando al portal, para que luego este se cerrará, dejándo al, humano, con algo de nervios, al tener que estar solo –.
– Emmm – miró a sus alrededores – ¿Ahora que hago...?
Esa fueron las únicas palabras que pude haber dicho, ahora sí estaba con las ganas de salir corriendo, la sabueso parecía estar algo, no lo se, parecía algo molesta.
Me tuve que dar la vuelta, solo para toparme con la sabueso, la cual, sorprendentemente se había quedado dormida, me asomé con algo de precaución, si, ella lo estaba, no era tan difícil distinguir si estaba dormida, si logras escuchar como ronca.
– ¿Encerio?, Si tuviera la oportunidad, ya me hubiera largado de aquí – se dice, procediendo a tomar asiento, estando alejado de la sabueso –.
Creí que sería algo difícil, teniendo en cuenta que estaría bajo la mirada de la sabueso, al decir verdad, ya me estaba dejándo de dar algo de miedo, viéndola desde otra perspectiva, solo se trataba, no se, una adolescente con problemas, sus cambios que tiene al desarrollarse, bueno eso lo que yo pensaba, creo que estaba en la correcto, miraba de reojo como ella dormía, plácidamente sobre la mesa, al raro de ella era, bueno digamos que se podría decir su forma de actuar, si... Eso era.
– ¿Que tanto me estás viendo, idiota? – Levanta su cabeza, volteando a ver al hombre –
– Pues... No me haga caso, solo me dió curiosidad, es todo – le responde con nervios, mientras jugaba con sus dedos –.
– ¿Curiosidad..?, Deberías fijarte bien en lo que haces, la curiosidad mató al gato.
Y tenía razón, luego de que me dijera eso en respuesta, yo ya no dije nada más, sería más fácil si tuviera mi cabeza recostada sobre la mesa, así evitaría tener contacto con la sabueso, eso fue lo que hice, recosté mi cabeza sobre la mesa, pero ahora, lo que me daba algo de nervios, era el tener que levantar mi cabeza y ver cómo sería devorado por los afilados dientes de la sabueso.
– Eres todo un hijo de perra, si crees que vas a salvarte de mi, mi teléfono era algo de mis pasatiempos .
– Escuché, como se llamé, entienda que lo hice por qué tenía miedo, ¿Que putas iba a saber yo, que una demonio adolescente le importaba un aparato reemplazable?
– Tenía la puta boca para preguntar, ¿Por qué mierda no la abriste de primero?, Idiota.
– ¡Cierto!, A los que me tratan de matar, siempre les pregunto si les puedo tirar el teléfono,¡muy sabía!.
– ¡Vete a la mierda!, No tengo por qué putas hablar con un pendejo como tú – La sabueso sale de la sala, dirigiéndose a lo que sería un pequeño sitio de refacciones –
– Ni yo en gastar mis palabras – dice con enojó apartándose de la sala, dirigiéndose a la salida –
– ¿Disculpe...?
Creía haber escuchado alguien hablarme, me voltee por un segundo, al frente mío, tenía a uno de esos tipos de criaturas, sin duda este infierno les deja a todos varias cosas en común, tanto la criatura horrible como yo, nos quedamos mirando a los ojos.
Era uno de la misma estaturas que los demás, casi los que me había topado me llegaban al pecho, este era otro más bajo, su cuerpo sufría de sobre peso, y si mirada era algo incómodo de ver.
– ¿Si....?, ¿Puedo ayudarte en algo, "amigo"?
– ¿Un humano, aquí?, Valla mierda, ¿Cómo diablos terminó aquí?, Creo que hiciste el pacto.
– ¿A qué viene?, Solo clientes pueden entrar, no criaturas curiosas.
– Soy un cliente, ¿Así es como tratan a todos los idiotas que viene a hacer sus pedidos?, Que hijos de puta.
– ¿Usted?, O bueno, disculpe, pero tal vez a la próxima trate de ir al grano, déjeme y... – acercándose sobre los cajones del sitio, sacando lo que sería una hoja de papel y lápiz –
– Puta madre, se nota que es nuevo, déjeme hablar con otro.
– O si, también está la sabueso de mal carácter, déjeme y le digo que lo at-
– ¡No!, ¡No la llamé!, Mejor despacheme usted, no quiero perder más sangre.
Algo me decía que está loba tendría su mala fama en el edificio.
– Mire, solo necesito que mates, a esta mujer – Le comentá el demonio, procediendo a sacar una foto de su traje – ¿Ves?.
– ¿Que...?, ¿Quiere que mate a esa chica...?, Joder con usted.
– Mira, humano. Esta mujer que miras en este foto, es una zorra, solo quiero que mates a mi esposa, ex esposa, no te pido nada malo.
– ¿Malo?, Creí que ya distinguían lo malo, a si, son demonios, no pueden pensar en otra cosa más que matar, ¿Y como la localizo?.
– ¿Eh?, Pero ustedes viajan por medio de su anuncio ese, no ya encerio, déjeme hablar con otro.
– ¡No hay nadie!, ¡Solo dígame su puto pedido!.
– Solo mátala, no es tan necesario que me grite así, ella vive en la segundas colonia que está cerca de la playa, creo que sí departamento es el número cuatro, que no te descubra su pareja.
– Ahh, ya veo, la hija de perra te fue infiel y ahora quieres que la perra venga aquí – le dice mientras anotaba la dirección mencionada –
– ¡Si!, ¡Hasta que un hijo de puta si capta!, Bueno, solo llame a este número – sacando de su ropa la tarjeta con el número ya escrito – y les pagaré.
– No sé cuánto tiempo lleva esto, pero le aseguro que tendrá su pedido, un gusto averte atendido.
– Si, si, igual, espero que mates a esa zorra – le dice algo irritado procediendo a salir del sitio –.
– Mierda... – observando la foto de la chica – Esto no puedo hacerlo yo.
– ¿Que haces...?
– ¡¿Loona?!, ¡Mierda, no te aparezcas así!, ¡Solo era un cliente! – le responde algo agitado –.
– ¿Tu?, ¿Atendiste a un cliente?, ¿A un demonio? – le preguntó sin creerle, arrebatándole la hoja de la mano –
– S-si, esa es la chica que pidió que matarán, apunte la dirección...
Loona, parecía no se, estar algo confusa de lo que había dicho, me miraba de reojo, con su mala expresión, luego de un rato, ella guardo la foto de la mujer, seguido de eso voltear a verme a la cara, con sus brazos cruzados y una ceja alzada.
– No te voy a ayudar en los demás pedidos, te enseñaré que es lo que deberás hacer en estos pedidos, mueve el culo rápido que yo no te explicaré dos veces.
– ¡No otra vez!
– Oye y por cierto, nada mal para ser tu primer cliente – dándole un fuerte golpe en su parte abdominal – ¡Apresúrate!
¿Por qué a mí?
CONTINÚARA...
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