𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 34
CONTINUAMOS.
Bajo las sombras de la noche, el fuerte frió que soplaba contra la ventana de la habitación se escuchaba el fuerte crujir del cristal, mientras que la noche era sacudida por la ventisca tan repentina. En aquel sofá donde el hombre dormía, suponía el que pronto amaneceria, pues sus ojos lentamente se empezaban abrir.
Intentó esperar a que la mañana llegará pero algo dentro de su mente empezaba a formarse, poco a poco fue perdiendo el sueño para aproximadamente quedarse completamente despierto.
Aunque siguiera oscuro, el hombre se levantó del sofá para poder acomodarse y sentarse aún costado, al frente de su vista se encontraba la cama donde dormía su compañera Loona, no podía verla pero sabía que no era tan atenta como para percatarse que estaba despierto y sentado en medio de la noche.
Giró la mirada hacia la ventana que notaba como está detenía las hojas verdes de los árboles a poco metros de la mansión, parecía aproximarse una tormenta a mitad de estas horas de la noche, justo pensando en la hora. ___ intentó buscar algún aparato que le indiraca la hora, no recordaba si en la habitación habia un reloj de pared.
Mierda...
Se levantó del sofá para caminar hacia la puerta de la habitación, incluso por el agujero que está tenia se podía sentir como la brisa traspasaba hasta por los largos pasillos de la mansión.
Muy cuidadosamente salió del cuarto y como pudo se guío por las paredes intentando llegar a un punto donde si pudiese prender las luces, no quería levantar a su amiga por su falta de sueño y que está lo regañara por estar "jugando" a las escondidas.
Antes de bajar por la escaleras hasta llegar a la cocina, el sujeto volteo a ver a sus espaldas luego de que llegara a tocar uno de los escalones.
Viendo por el pasillo el hombre cortó de inmediato su respiración.
Más al fondo del pasillo notaba una masa negra, sería algo obvio pues era completamente de noche, pero aquella mancha negra parecía no coincidir con las sombras de la noche.
¿Que es eso?.
Pensó volteando su cuerpo directo al pasillo.
La mancha negra parecía tomar la forma de la silueta de una persona, y no de cualquiera, pues notaba la silueta como la forma de un niño, rápidamente el hombre se talló los ojos intentando entrar en razón y hacerse creer que lo que miraba solo era parte de la oscuridad.
Intentó dejar de lado la silueta para bajar a la cocina pero mucho antes de eso, el hombre estando a punto de voltear notó como al fondo del pasillo, de esa oscura masa negra empezó a moverse, siendo más específicos pues hacia adelante de donde estaba el hombre.
El sujeto no podía creer que una sombra como esa se movería de esa manera hacia adelante.
Rodó sus ojos pues al no entender lo que miraba decidió caminar un poco más al pasillo y buscar el objeto que formaba de la silueta, pero antes de seguir caminando, la silueta se detuvo de golpe, dejando completamente al hombre desconcertado.
No te cagues, no te cagues.
Intentó buscar algún interruptor del pasillo que le ayudara a ver pero no encontraba más que puertas cerradas con llave.
No podía aguantar más el estar en toda esa oscuridad, el viento cada vez se escuchaba un poco más de lo normal, la silueta seguía estancada a la mitad del pasillo, no se había movido más.
Sin saber que más hacer el hombre, se vio obligado a retirarse del pasillo dándose la vuelta rápidamente y regresar a las escaleras.
Cuando volteo a ver a sus espaldas, se topó con la sorpresa que al frente suyo solo había más oscuridad, fue como haber camino varios metros y alejarse de las escaleras cuando el solo había dado un par de pasos para buscar un interruptor.
A lo lejos notó una luz blanca que mostraba que las escaleras estaban al frente, sin duda esto no era para nada normal, su frente empezó a sudar de los nervios, se dio rápidamente la vuelta solo para toparse que la silueta nuevamente empezó a dirigirse hacia el, con un poco más de velocidad.
Escuchaba los ligeros pasos que la silueta emitía, estaba seguro ahora que había un niño o niña entre esa silueta.
¿Que me pasa?.
Su boca estaba completamente silenciada, intento llamar de la silueta pero por más que lo intentará, de su boca no salía ni una sola palabra, nisiquiera un ruido podía este hacer sonar, y la silueta esta vez estaba cada vez más cerca de el.
Entonces el hombre corrió apresurado hacia lo lejos de la luz, donde podría estar a salvo de la oscuridad y de la silueta, intentó soltar un gritó del miedo que ahora corría en su cuerpo, pero seguía sin poder hacer ruido bocal.
Estando tan cerca de la luz el hombre volteo a ver por último vez a sus espaldas donde con esfuerzos buscaba a la silueta que lo estaba persiguiendo, lo raro es que ya no lograba ver nada, ¿Se había esfumado?.
Fue como si se hubiese desvanecido, fue por un segundo el que dejó de escuchar sus pasos. Juraba haber visto algo que se movía en el pasillo y ahora que miraba con mejor visibilidad gracias a la luz, ya no había nada.
Apenas llegó a la luz y rápidamente bajo las escaleras hasta llegar a la planta baja, con más tranquilidad volteo a ver a las escaleras de donde empezaba el segundo nivel y como supuso, no había nada, únicamente un gran muro oscuro.
Mierda...
Se tocó la boca por un rato hasta al punto de meterse los dedos a su garganta, no podía hablar, tampoco podía emitir los típicos sonidos que uno provoca al bomitar.
Estaba completamente silenciado.
Regresando a sus alrededores, el sujeto observó su entorno con mucha confusión y desconfianza. ¿Por que las luces del primer piso estaban prendidas? Seguramente alguien las había dejado prendidas mientras intentaron merodear por el lugar.
Fuiste tú, Stella. Me diste un susto.
Camino hacia la enorme puerta que daba hacia la salida de la mansión, viendo por la ventana notando como del cielo se presentaban los relámpagos, la fuerte brisa seguía desprendiendo de los árboles sus hojas, todo indicaba a que pronto iba caer una fuerte tormenta.
Entre todo de lo que miraba hubo algo que atrajo toda su atención, en medio de su vista se había topado con el vehículo de la compañía, la furgoneta de I.M.P estaba posicionada en frente del camino, cuando debía de estar estacionado aún lado de la entrada principal.
¿Que demonios...?
Apenas si asomó su cabeza por la ventana y como sorpresa las luces del auto se habían prendido.
— No mames...
Dijo del miedo.
Había logrado decir una palabra después de varios intentos, dirigió su mano hacia sus labios acariciando su boca por haber dicho un par de palabras, pero lo que no dejaba de ver era la furgoneta que seguía estando frente a la mansión.
En ese instante todo le fue al hombre bastante confuso y frustrante, el motor del auto empezó a sonar, lograba escuchar como sonaba el fuerte sonido del acelerador, su corazón empezó a soltar fuertes descargas al grado que pasarían de ser latidos a piquetes.
El miedo le estaba provocando un fuerte ataque, las luces del interior del auto se habían encendido mostrando que dentro del auto no había nadie, ¿Entonces porque el auto estaba encendido?.
No pudo pensar más sobre la escena ya que de golpe el auto empezó avanzar de una manera rápida hasta donde estaba el.
El claxon empezó a sonar dando el aviso que se iba a estrellar.
Giró rápidamente su cuerpo hacia la puerta que estaba a su costado que esa puerta dirigía hacia la cocina, intento no estar en la trayectoria del auto pero supo que su intento fue un error al escuchar el fuerte sonido del auto chocando contra la mansión.
No sólo fue eso, la furgoneta había ido tan rápido que había no solo derribado el muro, si no entrar hasta donde había corrido el hombre.
El cuerpo del hombre salió volando salvajemente contra la mesa que estaba en medio de la sala, su cuerpo se arrastró hacia donde pudiera detenerse y justamente fue contra la pared.
Todo pasó tan rápido, el auto había quedado en completo destrozós, las llamas empezaron a cubrir el auto, todo a su alrededor empezó a ser consumido por las llamas provocadas por el choque.
El pobre hombre se vio afectado, pues al levantar su mirada, notó como un pedazo de hierro sobresalía de su pecho, el dolor empezó a cubrir todo su pecho, como es que había pasado todo esto.
Intentaba no llorar del dolor que sentía, sus ojos estaban inundados de lágrimas mientras que de su boca expulsaba sangre, un líquido negro empezó a cubrir los labios del hombre mal herido.
¿Que si esto era real?
Pues no sé sabía, ¿porqué sentir dolores dentro de un sueño?.
La vida del hombre tal parecía que poco a poco se iba apagando, en sus intentos de quedarse despierto nombraba a la canino, Loona. No podía nisiquiera hacer los intentos de moverse pues su cuerpo había dejado de corresponderle, su vista poco a poco se fue poniendo todo borroso, no había nada que pudiese hacer.
Casi a punto de cerrar sus ojos, por última vez el hombre dirigió su vista al frente, con la sorpresa que frente a el se toparia con la presencia de un niño, su mente estaba siendo neutralizada por el fuerte dolor de su cuerpo que no podía recordar de que había estado corriendo si se trató de esa silueta.
Tal vez no recordaba que había pasado pero el hombre sabía perfectamente que era lo que tenía frente a sus ojos, entre lágrimas de dolor el hombre alzó su cabeza como pudo estando recostado contra la pared, teniendo el pedazo de hierro en su pecho, con pocas fuerzas y poco conocimiento este dijo un par de palabras.
— E-E-Eitan... — hablo como pudo en tartamudeos, quedándose con sus ojos cerrados.
— Papá... Te estoy esperando.
Menciono aquel niño llamado, Eitan.
El cuerpo sin vida del hombre empezó a ser consumido por las llamadas, al igual que la presencia del niño quien seguía con sus ojos en el cuerpo del hombre ya muerto, las llamas tal parecía que no le afectaban en nada al niño, este seguía parado como si nada hubiese a su alrededor que lo hiciera correr o gritar del peligro.
Simplemente contemplaba el cuerpo del hombre, cosa que duró poco.
A los pocos segundos, el niño cerró completamente sus ojos, entre lágrimas este abrió su boca, gritando una y otra vez una pequeña frase repetitiva que cada frecuencia era más gruesa.
"Levántate papá, levántate papá".
Fueron varias veces hasta que la voz empezó a cambiar de tono, pasando ser a una más dulce y suave.
— ¡Levántate ___!.
Se escuchó por último vez en la mente del hombre, quien rápidamente abrió sus ojos, entre lágrimas este se levantó del sofá quedando completamente en shock, se había despertado.
Volteo a ver a sus alrededores notando que ya había amanecido, aunque todo se mirara de un tono más apegado, pero sabía que ya era de día, todo estaba donde recordaba, bajó rápidamente sus manos hacia su pecho, notando que la herida ya no estaba, nisiquiera el rasguño.
Su boca estaba realmente seca pero no lograba sentir ningún sabor raro, sus manos ya no estaban quemadas, aunque no lo estuvieran, los nervios le habían ganado. Sus manos no dejaban de temblar.
— ¡___, cálmate porfavor!
Dijo la sabueso sosteniéndo las mejillas de su amigo con ambas manos, con una expresión de angustia es como miraba a los ojos llorosos del hombre. ¿Fue todo esto un sueño?.
— ¿L-Loona...? — dijo apenas viendo a su amiga y tallarse sus ojos — d-donde... Dónde e-estoy...
— Carajo, ¿Te sientes bien?.
— Hmmm... Eitan... ¿Dónde está Eitan...?
Menciono el hombre del chico con voz vaga, Loona miraba a su amigo desconcertado, pues mencionaba el nombre de un desconocido, claramente había sido todo un sueño pero el hombre parecía no estar en si.
— ¿Eitan? ¿Quien coño es Eitan?.
— Eitan... ¡Eitan!.
Apartó rápidamente a su amiga del sofá, Loona quedó asustada con el fuerte empujón que le había dado su amigo, salió corriendo de la habitación gritando el nombre de aquel chico que había visto en sus sueños.
Loona quien corrió tras de el no supo cómo controlar a su amigo, bajó rápidamente las escaleras hasta llegar a la entrada principal y buscar a su amigo.
— Eitan...
Estando en el mismo lugar de su sueño al fondo de la pequeña sala de la entrada principal, el hombre mencionaba el nombre del chico, aunque fuese en susurros pero incluso, Loona logró escucharlo desde las escaleras.
Loona camino hacia donde estaba el hombre para tomarlo fuertemente de los hombres y hablarle.
— ¡Responde! ¡¿Quien putas es Eitan?!.
— Y-Yo...
Su voz se detuvo en esa última palabra, se dio cuenta que todo esto solo había sido un sueño, una pesadilla, un mal pensamiento que había tenido en la noche, había estado actuando como loco por nada.
Miró a su amiga directamente a los ojos muy avergonzado, parecía ya estar razonando, su mente se había despejado de todo mal que lo estaba bloqueando, justo recordaba el momento en el que empezó a soñar, cuando se quedó completamente dormido.
— Eitan... Es un niño.
Respondió apenas pudo razonar.
— Si... Solo es un niño nada más, creo que tuve una pesadilla... —hablo con pena apartándose de su amiga — Solo era eso...
— ¿Que...?.
Loona puso su mano sobre la frente del hombre queriendo verificar que no estuviese enfermo, aunque estaba con la temperatura normal, a ella se le hacía raro que su amigo actuara de esa manera.
— ¿Estuviste mencionando el nombre de un niño como si nada? ¡Idiota me asustaste mucho! ¡Por poco te metía un golpe en tu estupido rostro!.
— Lo siento... — camino a unos de los sofás de la sala quedándose recostado en el — que pena... Loona en verdad me apena todo esto... Lo siento, no debí comportarme así.
— Tranquilo idiota... — se sienta a su lado poniendo su mano sobre el hombro de su amigo — ¿Mejor...?
— Si.
— Diablos, en verdad me asusté, me levanté de primero al baño y te escuché hablar, mencionabas el hombre de ese chico varias veces.
— ¿Si...? No era nada... Solo fue un mal sueño, je. Que idiota.
El sueño habia parecido una película de terror, tanto para haberlo echo gritar, llorar y hacerlo creer que fue cierto, aunque ya era tarde. Ambos regresaron a la habitación pues el hombre debía de ponerse algo de ropa más cómoda y fresca.
Mientras se cambiaba, su amiga le explicaba que la mujer, Stella. Ya había salido de la mansión dejándola a ella a cargo del sitio, estaban ambos completamente solos.
No entendió el porque la necesidad de salir si tenía visitas, pero como si le beneficiará la chica como para cuestionar del porque se habia ido tan repentinamente, el hombre bajó a la cocina para ver con que podía satisfacer su hambre, Loona ya había comido pero no por eso no le haría compañía a su mejor amigo.
Sacando del refrigerador un bote de leche, quiso considerar el cereal como la comida que necesitaba ahora mismo.
Sentándose en la mesa con su comida, este empezó a comer. Con su cabeza recostada sobre la palma de su mano mientras que con la otra se servía a su desesperada boca.
Sin Stella en casa podían pasarla un poco más tranquilos, sin tener que escuchar las palabras hirientes hacia su amiga.
Mientras comía, Loona atrajo la atención de su amigo.
— Oye, ¿Que crees que se puede hacer?.
— No tengo idea, honestamente deseaba pasar un rato sin tener que escuchar el sonido de su voz.
— Lo sé... ¿Crees que tenga películas? — preguntó ella un poco intrigada.
El hombre soltó una pequeña carcajada.
— Está mujer tiene muchas cosas, ¿Como carajos no va tener películas?.
— Bueno entonces mejor miremos que películas podemos ver. — tomó el brazo de su amigo.
Llevándose su tazón de cereal, ambos se dirigieron a la sala donde se suponía que estaba la televisión, apenas entrando y se toparon con la enorme plasma instalada en la pared, su tamaño era algo de lo que no se podían quejar, más bien conformarse.
Buscaron el control como locos pues al rededor no había nada más que cosas que está mujer guardaba. En las gavetas solo habían discos, cuadernos, objetos de decoración, etc. No había rastros del control.
Hubieron cosas extrañas que si habían encontrado en toda la búsqueda del control, como por ejemplo de que Loona, se había encontrado en las gavetas un consolador bajo los cuadernos que mantenía guardado.
Mientras por otro lado, el hombre al buscar en las almohadas del sofá pudo encontrar como en medio de estás había una botella pequeña, al rededor teniendo un pedazo de papel escrito con las palabras de "no tocar".
No podía pasar nada malo si lo llegaba a tocar de más.
— Mira, ¿Que crees que contenga? — le dice a su amiga, enseñando la botella.
— No lo sé, pero si tiene un maldito postizo, porque no tendría más cosas raras aquí, déjame ver.
Destapó la botella mirando que aún contenía algo de líquido dentro, acercó su nariz olfateando lo que contenía y lo que olió la dejo con su pelaje muy erizado.
Rápidamente cerró la botella para entregársela al hombre, este la tomó mientras miraba como su amiga se tapaba la naríz con ambas manos colocando un gesto de desagrado.
— ¡Puta madre! ¡¿Porque putas tiene esa cosa?! Esa mujer está loca.
— ¿Que? ¿Pues que es?.
— Es una posición, Stolas mantenía en alguna parte del palacio cosas de valor, esta era una de ellas.
— Mierda, ¿Es veneno?.
— Si, está cosa puede matarte en un instante. No se porque diablos ella tiene esto, debió conseguirlo en el mercado negro.
— ¿Que? Me suena a que venden cosas malas.
— Ese lugar es una mierda, si no tienes con que pagar, los vendedores se aprovechan. Te drogan, te dicen que pruebes de sus productos pero lo que pasa al final es que te drogan y se aprovechan de ti. Mi padre ya me contó sobre ese lugar y me tiene prohibido ir a esa parte del anillo.
— No mames, ¿Porque putas no me impresiona que haya ese tipo de cosas en el infierno? O si, porque todo puede pasar en ese lugar.
— Ella tiene ventajas al ser de la realeza, ella no tiene que pagar nada, solo puede sobornarlos — Loona tomó asiento en uno de los sofás.
— Si, no creo que este dispuesta a coger con otros — metió la pequeña botella en uno de sus bolsillos — Debe tener más cosas escondidas, hay tener cuidado con ella.
Loona empezaba a sospechar de Stella, ella sabía que cosas pueden haber más allá de esa simple botella pequeña, le sorprendió ver qué Stella contenía de esas posiciones peligrosas, muy bien sabía que estaban prohibidas en ciertos anillos del infierno, sabe muy bien que les sirve para acabar con los de la realeza, toda esa clase alta.
Dejando el tema del veneno aún lado, la pareja ya algo contentos lograron encontrar el control de la televisión, uno muy grande y confuso para ambos pero nada del otro mundo o bueno, solamente para la sabueso.
Buscaron entre todas las películas que la mujere guardaba, algunas ya se habían visto por parte del hombre, él le explicaba a Loona en que se basaba y ella con gran desinterés le decía que cambiará a otra película, ninguna era de su agrado para ella, nisiquiera las que sabía que recién habían sido estrenadas.
Al final tuvieron que colocar una película de categoría amorosa, Loona había cansado al hombre con sus opiniones a las películas que criticaba, tubo que colocar una película sin tener que explicarle de qué se trataba, ya habían pasado varios minutos y ella no se había decidido.
Apagaron las luces de la sala, cerraron algunas ventanas y se pusieron a disfrutar de la película, bueno, únicamente la sabueso porque el hombre ya se la sabía de principio a fin, estaba más interesado en ver las reacciones que haría la sabueso en algunas de las escenas.
Loona se había recostado sobre el sofá echa bolita mientras disfrutaba de la película, algo atraída se sentía por todo lo que estaba viendo, incluso llegaba a mover su cola de la emoción y sus orejas se movían al tener que escuchar algunas frases que se mencionaban.
____ intentaba no quedarse dormido, evitaba soltar bostezos para no atraer la atención de Loona, por más que lo intentará no podía. Lo que no deseaba el hombre era volver a tener que soñar con la pesadilla que lo había atormentado apenas un par de horas, el revivir ese sueño le sería toda una completa locura, pues no fue la primera ves que le pasaba.
Sabiendo que no puede seguir aferrándose a ese tipo de sueño, el niño de su pesadilla que tan real podía ser, lo suficientemente para cambiar no solo su forma de ver hacia el infinierno, podía hacerle ver su historia de otro modo.
Tanto pensar en el chico, esté muy pronto empezó a ladear su cabeza empezando a sentir un fuerte pesor desde su nuca, por desgracia ya no pudo seguir aguantando más el sueño, quedando completamente adormecido en el sofá.
Loona seguía tan distraída en su película que no le importaba ahora sí su amigo estaba poniendo atención o no, de todas formas parecía que el ya lo había visto todo.
Siguieron las horas, no mucho tiempo para llegar a hacer casi las 9 de la noche, Loona se habia quedado viendo más películas como de la misma categoría de la primera, una mujer de carácter fuerte cambiando su rutina a películas de amor no se veía todo los días.
Se había fijado mucho tiempo atrás que su amigo se había quedado dormido pero por buena amiga que era con el, ella simplemente lo dejo dormir.
¿Para que molestarlo?.
Le había entregado una sábana gruesa junto a una pequeña almohada, ella misma lo había recostado extendido sobre el sofá casi cubriendo todo el espacio, ella se quedó aún extremo del sofá, quedándose con el poco espacio que le quedara.
Más exacto, a la par de la cabeza del hombre.
Con su mano acariciaba y despeinada el cabello de su mejor amigo mientras seguía viendo su programa de amor, se sentía complacida con todo lo que la tele le ofrecía más escuchar el grato sonido del silencio, eran solamente las voces de la tele y ella viendo y escuchando.
No habia ruido fuerte que llegara a despertar a su amigo, o al menos que no lo fuera a despertar a golpes.
Aunque en todo ese placer, Loona se le hizo raro que hubiese tanta tranquiladad, a todo esto. Stella, era ella quien ya no estaba presente en la casa.
Loona recordó que ella se habia retirado por la mañana, pero nunca más volvió y ya casi pasaban las horas del día y nisiquiera hubo un rastro de ella, nisiquiera una llamada que se tratara de ella.
No es que le importará tanto a Loona, el echo de que no estuviera para molestarla no le importaba mucho pero dentro de no mucho serían las doce y no sería tan correcto dormir y dejarla aún lado, incluso loona reconocía esa parte.
Dirigió su mirada al hombre adormecido, queriendo despetarlo y comentarle que la mujer aún no llegaba, había dormido mucho el día de hoy, fue algo molesto para Loona ver que su amigo prefirió dormir a que pasar el tiempo con ella.
Ahora entendía a su padre cuando anteriormente el deseaba estar con ella, y ella lo rechazaba y se escapaba del trabajo.
— Dormilón.
Le dijo Loona con tono molestó.
— ¡Ya!, Dormiste mucho hoy.
Moviendo a su amigo para que se levantará, Loona logró despertarlo haciendo que este abriera sus ojos de golpe, cayendo sobre el suelo y dándose un mal golpe en el rostro. Se levantó rápidamente del suelo para voltear a ver a sus alrededores y buscar a su amiga. Cosa que vió y notó como ella lo estaba viendo.
— ¿L-Loona...?.
— ¿Y a ti que te pasa ahora? No me digas que vas a estar teniendo de ahora en adelante más pesadillas — rodó sus ojos con una sonrisa burlona.
— Mierda...
Dijo aborrecido, sentándose en el sofá junto a Loona. Con sus ojos humedecidos este se los talló varias veces. Parecía haber llorado pero fue tan discreto que nisiquiera Loona se percató que su amigo había llorado.
Loona supo que no podía bromear o molestarlo en este caso, para ella era muy raro ver a su amigo llorar, pues ya lo había echo una vez, cuando abrió su corazón y supo todo lo que había pasado en sus relaciones, sobre todo con la primera chica que juro que amo.
Más de algún jesto triste vio de el pero el llorar era algo de otro nivel para ella.
— ¿E-Estas b-
— ¿Bien? ¡No! No estoy bien, para nada bien... Creo que tengo algo o no se, ya no puedo dormir, ¡No puedo cerrar mis ojos, Loona!.
Exclamó con voz temblorosa, abrazándose a si mismo el hombre empezó a lagrimear.
— ¿Que pasa? — le hablo con voz suave colocando su mano en su hombro.
— Yo... Yo... Hice algo malo...
¿Algo malo?, El hombre ya había cometido grandes delitos y pecados en ambas vidas, porque tendría que haber otra cosa que haya echo peor que las anteriores.
No fue tan específico para Loona, aunque ella no lo presionaba, acariciaba lentamente la espalda del hombre, mientras que esté se tapaba la cara con un fuerte sonrojo aún estando en lágrimas.
— Yo... Hice algo hace muchos años atrás... Creo que el pasar del tiempo pude pensar las cosas... El ver tu relación con tu padre me hizo saber que aún puede haber la esperanza de tener alguna figura paterna o materna...
— ¿Q-Que...?.
— Casi siempre se me da esta pesadilla... Muchas... Muchas... Pero muchas veces. — descubriendo su cara, se dirigió a ver a su amiga Loona.
Loona no sabía cómo comprender las explicaciones de su amigo, estaba hablando¿Incoherencias? Parecía estar lo más consciente posible, aunque no supiera a que se debía todo lo que viniera de su relación de su padre, de la nada había tocado ese tema.
— Loona... Me avergüenza decirte esto... P-Pero eres mí amiga... Y solo contigo puedo expresar esto lo que me está pasando, incluso si piensas que soy una mierda o un cobarde.
— Tranquilo — le dijo dándole un fuerte abrazo — dime, prometo no insultarte, aunque eso depende de lo que me digas.
— Gracias... Tal vez hablando este tema contigo me ayude a calmarme — correspondió al abrazo de la sabueso con una mirada vergonzosa.
— ¿Tan malo eso...?
— Es la mayor cobardía de todo hombre... Creo.
— Bueno — apartándose de su abrazo con su amigo, muy animada miro a los ojos de su amigo — Dime, amigo.
El hombre suspiro nuevamente con un sonrojo en su cara.
— Joder... Bien...
— No pongas suspenso idiota.
— Si, si, si. Ya voy, es que no se cómo decirte esto, no digas que con palabras porque te mando a la mierda.
— ¡Ja!.
— Bien... La cosa es que hace años yo, tu-
El hombre ya había tomado el poco valor que tenía para platicar con su amiga, el que ella lo quisiera escuchar le fue tan amigable, ahora resultaba que una sabueso iba a escuchar todos sus problemas de su vida pasada.
Justo en ese mismo momento, detrás de la pareja de amigos estaba la salida, la oscura capa de la noche cubría por completo las afuera, sin ninguna luz que les dejara ver a dónde veían.
De pronto un fuerte crujir de las ventanas sonó por la sala de la mansión, como si alguien derribara una de las enormes ventanas de la puerta, ya que a sus costados contenía unas de las inmensas vistas.
La pareja de amigos dio un fuerte brinco alertándose de golpe, Loona volteo a ver rápidamente hacia la ventana rota, entre gruñidos se colocó delante de su amigo quien también había notado la ventana rota.
Como queriendo protegerlo, está se acercó de primero a la ventana de los costados de la puerta, solo para fijarse que no había nadie a la vista, ningún ruido, ni un movimiento en las sombras de la noche, ninguna voz, nisiquiera el movimiento de las hojas de los árboles.
— Loona...
Atrajo la vista de Loona, dejando de ver por la ventana está volteo a ver su amigo, topandose con una escena bastante extraña.
El hombre había levantado del suelo un objeto, parecía ser el responsable de la ventana rota, lo seguro es que alguien de afuera la hubiese lanzado con el propósito de llamar la atención, pensó el hombre que tal vez se trataba de alguna mala broma.
Aunque la mansión estuviera en medio del bosque.
La expresión del hombre cambio de inmediato al ver que lo que sostenía en sus manos era una cruz, con una hoja de papel apegado en la punta de la cruz con una liga.
Loona al asomar su mirada y ver lo que sostenía el hombre, está se quedó como el hombre, confusa.
— ¿Eso es una cruz...?.
— Creí que no lo sabrías — dijo serio, arrancando la liga de la cruz y tomando la hoja.
Loona supo que había una persona afuera jugando una broma, está muy molesta se apartó de su amigo y salió por la puerta empezando a buscar al responsable de la ventana rota con su mirada.
Quedando solo el hombre con la hoja en la mansión, este desenvolvió el papel echo en una bola de papel, dentro del papel parecía tener escrito algunas palabras.
Con una tinta roja.
Mierda.
Apartó su mirada de la hoja, ya no se trataba de una simple broma. Notando que su amiga ya no estaba a la vista, esté muy alarmado saldría corriendo de la mansión en busca de ella, rápidamente para advertirle que los que estaban afuera, no eran solo personas, pues les habían escrito en una hoja lo que ellos estaban haciendo, mientras que el hombre con su amiga se refugiaban en esa mansión.
"Los observamos".
CONTINUARÁ.
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