𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 32 🔞
CONTINUAMOS
— Stella, ¿Que carajos quieres...?.
Le dice con un tono pesado y molesto.
— ¿Tu que crees~? Esa chica... — caminó hacia el hombre, arrinconado su cuerpo contra el suyo — ella, no te merece.
Se refería a Loona, aunque al principio el hombre no captó las palabras de la mujer desnuda, si se trataba de una mentira porque iba a captar rápido a lo que se refería ella.
El hombre por más jodido que le pareciera esto, no quiso ser rudo con ella pues era la casa de ella, no podía tampoco pasarse de la mano en el trato y modales hacia ella.
Con poca fuerza aplicada el hombre apartó el cuerpo de la mujer de donde estaba apegado a él y se hizo aún lado, camino a paso rápido a la puerta para voltear a verla, ella lo miró con una sonrisa maliciosa en su rostro pareciendo intimidar más a este por sus ojos.
— Me está incomodando — le dice con coraje.
Stella que le iba importar como se sentía este con ella a su lado, lo único que está mujer tenía en su mente era la imagen del pito del hombre.
— Sabe bien que entre usted y yo no hay nada más que "amistad". Aunque siendo franco, yo no te veo ni como amiga.
— Idiota, somos adultos — volvió a caminar hacia el hombre, aunque con una nueva jugada. Está se quitó el sostén que traía — nosotros no necesitamos llamar a los que conocemos amigos, solo convivir con ellos~.
— Mierda... — intentó alejarse — Stella cálmate, sabes bien que Loona se va a molestar tanto.
— ¿Loona? Pfff, esa mujer no sabe aprovechar a nadie, ¿Crees que de verdad le importas mucho?.
— B-bueno, s-si.
— Eres tan tierno, hombre. Despierta. Esa sabueso puede lamerle el pito a cualquiera, está en su sangre ser una perra, una esclava.
El hombre frunció el seño.
— En el infierno hay más como ella, deseando tener ese pito dentro de sus culos peludos — empujó al hombre contra la cama, llevando su mano fuertemente contra el miembro del hombre — Seguramente ya se cogieron a tu novia y no te has dado cuenta~.
— ¡Stella! — apartó bruscamente a la mujer dejándola aún lado.
Se estaba comportando de una manera distinta que las otras veces, aunque ella fuese atrevida pues tenía sus límites pero quien diría que hoy no iba estar con rodeos de nada, solo quería una cosa y era a ese hombre.
Stella se levantó de donde estaba y empezó a reírse a carcajadas, el hombre solo empezó a verla como está mujer se retorcía en la cama en burla, esto le fue molesto que nisiquiera porque ella estuviese descubierta de los pechos tendría su atención en esa parte.
— ¡Caíste! Debiste ver tu cara de asustado.
— ¿Era una broma...? — le dijo sin creer — no me estés jodiendo.
— ¡Pues claro! ¿Que pensabas, que te iba a coger a la fuerza? ¡No! ¡Ja ja ja!.
— No mames — se tapó el rostro molesto.
— De cogerte si quiero pero no de esa forma, solo venía a decirte a ti y a tu novia si querían nadar en la alberca, ¡Ja ja ja! Que marica eres, me caíste bien.
— ¡Marica! ¡Ja! Si claro — desvío su mirada con un mal gesto — no lo vuelva hacer, por poco y me tiró por la ventana.
— ¡Ja ja ja! Te veo abajo, ¡Marica! — beso la mejilla del hombre, retirándose del cuarto en carcajadas.
Por si fuera poco, luego de un par de minutos de lo sucedido entro a la habitación nuevamente su amiga la sabueso quien se miraba preocupada.
La sabueso había escuchado desde abajo de la mansión como la mujer se reía fuerte y repitiendo en varias ocasiones la palabra "¡Marica!".
Notó al hombre recostado en la cama con las sábanas cubriendo su rostro por completo, pensó inmediatamente que la mujer le había echo algo o lo había lastimado físicamente, aunque al verlo y examinarlo no vio nada raro.
Lo último que noto antes de hablarle fue su pantalón medio desabrochado y con un par de arrugas en su alrededor.
— ¿Sigues cansado? — le pregunto ella quitandole la sabana — Ay... ¿Estas bien...?
— Déjame Loona... Creo que no voy a bajar hoy.
— ¿Que pasó? ¿Esa mujer te hizo algo? — expreso entre gruñidos.
El hombre se levantó de la cama quedando sentado en el borde y sin mirar a Loona le habló.
— Dijo algo que pues, creo que me dejó en que pensar.
— ¿Que te dijo? — se sentó a su lado — no me digas que te creíste las cosas que te dijo, idiota esa mujer es una psicópata.
— No es eso, ella hablo de tú raza.
— ¿Que...? ¿Que dijo exactamente?.
— No importa, tal vez solo me estaba jodiendo ya que todo fue una broma.
Se apartó de donde estaba sentado y camino hacia su maleta del costado del cuarto, de la maleta saco un boxer color blanco. Ignorando las palabras de su amiga.
Aunque Loona cuando se trataba de rogar, no era para nada paciente en eso, se acercó molesta a su amigo quien le estaba dando la espalda. Lo tomó del hombro y lo jaló hacia ella, tomándolo de su camisa y levantarlo del cuello de su ropa, gruñó con mucha fuerza.
— ¡¿Que dijo?!.
— ¡Mierda! ¡Bien te lo digo pero bajame! Cielos contigo.
Ella muy obediente bajo el cuerpo de su amigo bruscamente.
En verdad habian dejado al hombre pensativo con las palabras que la mujer le había dicho sobre la raza de su amiga, ¿Una raza sexual? A eso se estaba refiriendo ella o solamente lo dijo para que dejara de ver a Loona de una manera no tan dulce como piensa ella.
El hombre le comento a su amiga sobre si era cierto sobre su raza y que función tenían realmente porque eran sabuesos, el más bien los miraba como perros de tamaño grande, mientras más preguntaba sobre su raza de su misma amiga, el hombre juraba escuchar como su amiga soltaba gruñidos.
— Hmmm...
— Mira, no es que yo le haya creído. Es solo que me hizo pensar y sabes que yo pienso muchas cosas que hasta juro que siento que las narró, además de ser así y tú raza, ¿Porque no haber una diferencia? Te miro y pues pienso que tú no eres iguales a ellos, dices que jamás has besado a nadie, ¿Porque el chupar el pito de otro?.
— ¿Que...? B-bueno si... Nunca eh besado a nadie pero... ¿Que te hace pensar que no tengo fantasías?.
— ¿Sexuales?.
Ella asintió con una expresión de vergüenza, tal parecía que su amiga tenía fantasías sexuales aunque la duda era con quién deseaba tener esas fantasías, a lo que su mente le hizo recordar el nombre del sabueso que conocía, Vortex. ¿Porque no sería el? El macho que ella alguna vez babeo.
Pensar eso hizo que el hombre cambiara a uno amargado, si era así. Pues entonces a él no le importaba que clase de cosas deseaba su amiga hacer con ese sabueso, aunque nisiquiera sabía aún quién era esa persona pero conociendo a su amiga no hacía falta pensar para saber.
El hombre rodó sus ojos, a lo que Loona quedó confusa al ver la expresión de su amigo, ¿Acaso no le gustó que dijera que deseaba fantasear con un macho?.
Este se metió directamente al baño, rápidamente se quitó la camisa que traía puesta y verse al mismo espejo que Loona también se había visto, ahora con un odio a si mismo, el hombre desprecio por completo su físico, ¿No era lo suficientemente atractivo? O ¿Era por ser un humano?.
Loona esperaba a su amigo del otro lado de la puerta, aún confusa de lo que su amigo había echo, se detuvo por un instante a pensar que tenía ahora este hombre ya amargado.
Le dijo que tenía fantasías sexuales aunque eso podría ser normal en seres vivientes de conciencia, toda persona más de alguna fantasía desea tener, bueno entonces porque el reaccionó de esa manera, aunque su amiga no lo notará, el hombre solo deseaba ser ese hombre que Loona desea tener en sus fantasías.
Se sentó en la orilla de la cama a seguir pensando y mientras más lo hacía, su cola empezó a moverse de un lado a otro, la sabueso parecía ya captar un poco de por que su amigo se había encerrado. Abrió sus ojos de golpe, muy exaltada se vio las manos y a la vez cerrarlas con fuerza.
Un fuerte rubor en sus mejillas se pintaba y con la respiración corta volteo a ver a la puerta de donde estaba su amigo encerrado.
"¿Eso deseas...?"
Pensó para luego caminar a la puerta del baño y tocarla y llamar la atención de su amigo.
— ¿Que quieres? — dijo del otro lado del baño molestó.
Loona sabía ahora perfectamente lo que este hombre deseaba, ya no sería tan tonta como para no importarle y dejar ir las cosas sin siquiera pensar.
— Loona, me estoy cambiando. Cambié de opinión, iré un rato a la alberca.
— ¡Solo abre idiota! Yo tambien necesito cambiarme de ropa — Exclamó ella con una ligera sonrisa juguetona en su rostro, en su mirada se podía pensar que la sabueso tenía planeado hacerle algo malo a su amigo.
El hombre como pudo salio del baño con su misma vestimenta, ¿Traje de baños para hombre? Con tan solo quedarse en ropa interior le basta a él para meterse algún sitio para nadar.
— ¡Wow! Yo te veo igual.
— No necesito cambiarme para nadar. — le dijo sin verla y con desinterés para caminar hacia la salida de la habitación.
Estuvo apunto de salir de la habitación, pero sin previo aviso su amiga se puso frente a el deteniendolo de golpe, con sus brazos cruzados y una mirada seria es como su amigo la miraba, trató de apartarla de su camino aunque era gracioso, pues Loona era más alta que el hombre y por más que intentara rodearla o meverla, ella seguía interponiendose.
— Emm, necesito salir Loona.
Loona alzó una ceja sin dejar de ver a su amigo a los ojos, mientras que la mirada del hombre se puso nerviosa y con un sonrojo el hombre volteo a ver a otro lado de igual forma con sus brazos cruzados y tratando de ponerle a su amigo una expresión de enojo, aunque su expresión era más bien la de un avergonzado.
— ¡Ya! ¡Mueve tu trasero! Necesito bajar y refrescarme un poco, ¿Te puedes mover, POR FAVOR? — dijo lo último en voz alta.
— Hmmm, creo que no.
— ¿Que?.
Loona dio sorpresivamente un paso al frente, a lo que el hombre por instinto retrocedió un paso.
— Ya, déjame salir, ¿Si?.
— Dije que no.
Volvió a dar un paso al frente del hombre, y como lo anterior pues el hombre dio uno hacia atrás.
— ¿Estas bien...?
— No lo sé, creo que necesito desestresarme un poco.
— En ese caso, tengo que irme ¿No?.
Intento dar un paso al frente de su amiga para intentar nuevamente hacerla aún lado, pero Loona seguía sin darle paso a la salida de la habitación, el hombre ya estaba molesta que tomaba la idea de salir por la ventana del cuarto.
Para sorpresa del hombre, Loona lo arrinconó salvajemente contra la cama quedando este sentado al borde, Loona miró fijamente a los ojos de su amigo, con una expresión juguetona lo miró hasta punto que abrió levemente su hocico y se lamió sus afilados dientes.
— Idiota~...
Dijo ella con voz seductora, aún estando parada frente al hombre, ella notó como de la entrepierna del hombre se empezaba a formar y endurecer el miembro.
Aunque no quisiese, el hombre no sé creía lo que sus ojos miraban, aún con su amiga y su ropa provocativa, que más podía faltarle para ponerlo tan ardiente.
— L-loona, ¿Que h-haces...?
— Mira idiota, más vale que no me cagues esta mierda, ¿Que te parece que hago? Voy a chupar tu verga.
Con esas misma palabras hasta Loona se quedó un tanto avergonzada no solo porque lo que había dicho si no porque se lo haría a su mejor amigo, a un ser fuera del alcance de su misma especie, un ser humano.
Antes de que pudiese analizar a su amiga, el hombre ya estaba con la sabueso recostado en la misma cama, la sabueso tomó las manos de su amigo para juntarlas y estirarlas sobre la cabecera de la cama.
Con su otra mano libre razgo bruscamente la ropa del hombre hasta dejarlo simplemente desnudo, aunque cierto acto apeno al hombre pues está posición en la que se encontraba debía ser al revés para el, el debía de tomarle las piernas a loona y someterla, que mal que Loona sabe tomar la iniciativa.
— ¡No! ¡Loona! Perate. ¡No estoy listo, esto es vergonzoso! — gritó intentando safar sus manos.
— Mira nada más... — apenas observó el miembro de su amigo y ya estaba empezando a jadear levemente.
— E-esto se siente r-raro... — dice entre dientes.
— Oye... Solo déjame hacerte E-esto... — soltando las manos del hombre, bajó su cuerpo hasta tener su cabeza frente al pene del hombre — Al fin...
— ¿Al fin? ¿A-al fin q-que...?
Dirigiendo sus manos lentamente al pene de su amigo, está interesada por la reacción del hombre se dirigió al verlo, este hombre tenía su rostro completamente cubierto por ambas manos, la vergüenza de que su amiga le mirase su pene lo estaba incomodando.
Aunque Loona ya había dejado de verlo, está muy admirada por el pene de su amigo empezó a mover salvajemente su cola, sus orejas no dejaron de alzarse y sus ojos empezaron a brillar con un fuerte destello cristalino en sus ojos.
Nunca había visto el miembro de un hombre y menos tan cerca de ella, sus manos acariciaban desde la punta hasta su base, el tacto era simplemente indestructible para el hombre ya que unas manos peludas rozaban cada extremidad de su pene.
— Ohh~ ¿Esta es tu verga? — le dijo con voz coqueta, moviendo su dedo sobre el pene del hombre en forma circulares en su punta.
— No mames... ¿Que estás haciendo...?
— Pues, cumpliendo unos de mis fetiches~
Con atrevimiento besó la punta del pene, sacándole al hombre un fuerte sonrojo.
— ¡E-espera! ¿Porque c-carajos haces E-esto...? — levantó su cabeza para ver a su amiga fijamente a los ojos.
Loona notando la expresión de su amigo, con sus mejillas rojas y su voz temblorosa le hizo sentir una fuerte descarga en todo su cuerpo, fue esa mirada la que hizo que su amiga colocará una sonrisa más amigable.
— Quiero simplemente saber a qué sabe uno de estos, tu verga~.
— L-loona esto se siente r-raro...
Perdido en un mar lleno de placeres el hombre poco a poco se fue acostumbrando a las cálidas manos de su amiga, la sabueso acariciaba con delicadeza el pene del hombre y un par de veces le llegaba a besar solamente su punta, era algo nuevo para ella.
Con forme Loona experimentaba más con el pene del hombre, poco a poco fue subiendo el nivel de intensidad no solo en ella, pues el hombre recién se daba cuenta que esto era lo que el quería.
Ya había besado lo suficiente el pene de su amigo, ya era hora de probar otro tipo de juego en el, pues ya con las ganas está agarró con algo de fuerza el pene del hombre y con ojos luminosos está se lo metió sin pensarlo dos veces dentro de su hocico.
Al momento de insertarlo, el cuerpo del hombre se alzó de golpe, obligándose a levantarse de la cama a quedar sentado, esto no lo sintió Loona pues ella estaba rodeando todo el pene del hombre con su lengua cubriendo cada parte de su pene con su saliva.
Dirigió ambas manos sobre la cabeza de Loona y con todas sus fuerzas presionaba de ella para que quedase su pene completamente por el hocico salivoso de Loona, lo que no tomó en cuenta el hombre es que Loona empezaría a enterrarle sus filosos dientes sobre su pene, un dolor horrible.
Los dientes de Loona raspaban a cada movimiento que hiciera, no pensaba en su amigo y el dolor que iba a recibir al enterrarle sus dientes sobre su pene.
— ¡P-puta madre~!
Gritó el hombre entre gemidos de dolor, apretando las sábanas de su alrededor.
Loona sacaba y metía el pene de su boca varias veces, en ocasiones se lograba escuchar el fuerte ruido de sus chupadas al sacárselo completamente de su boca, el pene de su amigo era simplemente increíble para ella, el tenerlo en su boca le hacía pensar que ella misma podía hacer otras cosas con su mejor amigo.
Aunque debían de bajar, está no paraba de chupar el pene de hombre, incluso hasta había tomado las manos de su amigo que las tenía sobre su cabeza y ella misma se empujaba su cabeza pues queriendo tener el pene de su amigo más al fondo del interior de su boca.
— ¡L-loona, creo que voy a v-venir~...
Escuchando esas palabras de su amigo, las orejas de loona se alzaron con impresión, algo más que comerse el pene de su amigo, tragar todo lo que su amigo expulsarla sería para ella algo encantandor.
Tomando el pene de su amigo con ambas manos, esta utilizó todas sus fuerzas para que el pene de su amigo quedará más adelante de su garganta, logrando tenerlo hasta el fondo de su garganta, Loona solo esperaba que su amigo expulsara lo dicho, esperando de su leche está como podía enrollaba lo poco de su lengua al rededor del pene de su amigo para provocarle más su fuerte corrida.
Sin decir una sola palabra el hombre se empezó a correrse dentro de la boca de su amiga Loona, ya había soportado lo suficientemente como para seguir esperando más de su amiga, Loona.
Por primera vez Loona se había metido el pito de un hombre en su boca y no solo eso, se había tragado su semen a pesar que era su primera vez, no se pregunto qué sabor tendría todo ese mecanismo de su amigo.
Hasta la última gota derramada, la sabueso se tragó todo ese líquido conteniendo un par de lágrimas que ya brotaban de sus ojos, juraba que estubo apuntó de atragantarse con toda esa fuerza que presionó contra su interior de su boca.
Apartando el pene del hombre de su boca ella se limpio el hocico con su misma lengua, aún lograba sentir el ligero sabor de la descarga que abundaba entre sus afilados dientes. Antes de decir una palabra la sabueso se dirigió a ver su amigo que se había quedado tan callado luego de haberse corrido en la boca de su amiga, fue tan sorpresivo.
— ¿Q-Que fue t-todo eso...? — apenas si pudo levantarse de la cama y taparse con la sabana — Mi-Mierda, me duele.
— ¡Mierda! Se sintió tan rico. Idiota tienes un buen pene.
— ¡Mira nada m-mas! — tocándose, notó como una línea roja recorría sobre su pene, tal parecía que los dientes de Loona se habían clavado en el — ¡Loona! ¡Se supone que se trata de chupar, no de enterrar tus afilados dientes!
Muy orgullosa de lo que había echo, está se acercó a su amigo para darle un fuerte abrazo, algo raro para el pues aunque tuviera aún su pene al aire, su amiga lo estaba abrazándo. Ya se lo había chupado todo, porque no tendría que abrazarlo así.
El hombre algo incómodo correspondió a su abrazo, como Loona era más alta que el hombre, está tenia su cabeza recostada sobre la cabeza del hombre mientras que expresaba una enorme sonrisa de oreja a oreja.
Aunque habían terminado de jugar aún debían por bajar hacia la alberca de la mujer llamada, Stella. Loona por alguna razón quería ingresar a esa piscina, no esperaba este hombre que su amiga, la chica de las "rabietas" quisiese meterse a nadar junto a la mujer que ahora le incomodaba.
Como ___ le dijo a la sabueso, el no debía de buscar tanta ropa para meterse a la alberca, únicamente se había quitado su camisa aunque ya algo desgarrada pero aún servía para el, sus pantalones pasaron a una mejor vida, a la basura.
Antes de salir de la habitación para que su amiga se cambiase, su voz hizo llamado de el, sin saber para que el hombre regresó a la habitación donde por primera vez escucharía una frase dicha por esta loba, cuando entró, su mirada se topó con una fuerte figura parada en medio del cuarto.
Sus ojos se exaltaron por completo y rápidamente este hombre se volteó hacia la puerta con una expresión de vergüenza y un fuerte rubor en sus mejillas, había visto a su amiga Loona de una forma que alguna vez este deleitó.
— ¡Mierda!.
Dijo con impresión aún con la mirada desviada.
— ¡Ya idiota! Solo es un traje. Además, nadaremos juntos. ¿No?.
¿Nadar juntos? No mames.
Únicamente penso, fue la frase que alteró la mente del pobre hombre que apenas si podía soportar lo que apenas estaba viviendo con esa sabueso.
Volteo su mirada hacia donde su amiga pero claramente no iba a quedarse viéndole su cuerpo, tal vez había tenido algo de intimidad pero tampoco era para seguir con ella.
— ¿Que tienes?.
Pregunto ella al ver que su amigo no tenía su vista en ella estando ahora cara a cara.
— N-Nada, creo que Stella nos debe estar esperando, sabes que esa mujer puede enojarse de la nada.
— Ash, déjala — dice acercándose a la puerta — ¿Vamos ya? Este calor de mierda hace que mi traje me incomode.
— Hmmm...
Entre el camino hacia la alberca el hombre intento mantenerse en total calma, no quería comportarse de manera extraña y que su amiga se diera cuenta que se sentía ahora completamente atraído hacia ella. Ambos llevaban sus toallas en manos aunque para el hombre fue mejor colocarsela al rededor de su cintura.
Una erección era lo que menos quería tener.
Supusieron que el camino a la alberca sería por alguna puerta trasera, Loona tomó fuertemente el brazo de su amigo guiandolos a ambos hacia el sitio donde suponía ella que sería.
El hombre no pudo evitar bajar la mirada para evitar tropezar con las patas de Loona y su larga cola, topandose con la maravilla que por la noche logro ver una vez con serenidad, pero esta vez con prisa.
El grueso trasero de su amiga.
No mostró ningún expresión al toparse con ello pero si sintió como una fuerte descarga provino desde su entrepierna. Intento relajarse desviando su mirada lentamente y seguir con los pasos de su amiga para llegar rápidamente a la otra salida pues la mansión era muy grande como para llegar a tiempo.
Ambos cruzaron la deslizable puerta topandose con la enorme alberca de la mansión.
Como es que afuera de la entrada de la mansión no se lograba ver esta parte de la casa, la inmensa alberca que estaba. Frente a ellos había un enorme camino de césped que dirigía hacia la alberca.
La enorme piscina podía decirse que podía abarcar casi una cancha de fútbol entera, aún costado de la piscina habían una gran cantidad de camas de sol con diversas almohadas, cada una para poder recostarse.
Mientras que por el otro lado se encontraba el límite de la piscina, el borde era literalmente de cristal grueso, pues en esa parte se podía apreciar lo que la naturaleza ofrecía a la enorme mansión de Stella, desde el límite de la piscina empezaba un gran camino empinado que llevaba hacia el interior del enorme bosque verde.
Muchos pueden jurar que un mal golpe a esa parte de la piscina y todo se vendría abajo junto a ellos.
Al otro costado de la piscina se miraba a la chica de su forma original, había dado mucho tiempo que ambos llegarán a donde ella aunque no contó que estos dos intentarían jugar a más de algún juego cachondo.
Volteó por última vez hacia la puerta donde esperaba a que la pareja cruzara y efectivamente lo estaban, aliviada por ver a estos dos se levantó de donde estaba y muy animada dirigirse hacia donde estaban parados ellos.
— ¿Les gusta?.
— Puta madre... Tú recibo de agua no debe de venir cariñoso. — comentó la sabueso.
— ¡Ja ja ja ja! Nada que el idiota de mi ex esposo no pueda arreglar — se dio media vuelta — vamos pasen, los estaba esperando.
Loona tras escuchar el comentario de la mujer no pudo evitar fruncir ceño, ahora que su padre estaba comprometido con, Stolas. Pues se volvía como parte de su familia y aunque no hablarán mucho, pues Loona le tenía algo de respeto por ser el hombre que logró conquistar el corazón de Blitz, su querido padre.
El hombre notó la expresión molesta de su amiga, la entendió por un momento al saber de quién se trataba y como forma de tranquilizarla, esté colocó su mano con delicadeza sobre la espalda descubierta de Loona, sacándola de su enojo, con su cabeza ladear al frente en señal de que fuesen ya a la piscina.
Asintiendo con la cabeza está tomó el brazo del hombre para jalarlo al frente donde la mujer se dirigía, tenía las intenciones de divertirse con su amigo como para preocuparse por cosas inútiles como las palabras que la mujer diría por segundo sin parar.
Al costado de la piscina todos tomaron asientos en cada una de las camas para sol, aunque no hubiese tanto sol, más bien parecía que el día estaría tranquilo, las nubes cubriendo los rayos del sol, mantiendo un ambiente fresco en aquella parte de la tierra.
— ¡Ahh~! Hace mucho que no uso la alberca con otras personas, solo con mi hija claro — dice acomodandose en su asiento.
— ¿Vía sabe nadar? — pregunta Loona.
— ¿Que? Por supuesto que sí, yo le enseñe claro. Es lo bueno de pasar tiempo libre con tus hijos.
Loona desvío la mirada al escuchar las palabras de la mujer, pensando en lo que dijo ella misma se puso a pensar en la veces que pasaba tiempo con su padre y que ahora se daba cuenta, eran pocas las veces que se mantenía apegado a su padre, contando los días de trabajo que tenían claro.
— ¿Esta cómodo? — pregunto Stella al hombre.
— S-Si... No recuerdo cuando fue la última vez que me relaje frente a una piscina.
— Pues entonces disfrute, no todo el tiempo se puede vivir bien.
— Bien dicho...
Aunque estuviesen descansando bajo un buen ambiente, a cada uno se le dificultaba estar en completa serenidad, Loona por las "indirectas" que la mujer soltaba, quien sabe si eran con intenciones malas. El hombre por tener que estar pensando en su amiga, y por no querer estar viendole el cuerpo completo a ambas mujeres que tenía a sus alrededores.
Para hacerlo más incómodo, el hombre estaba recostado en la camilla de en medio, Loona a su lado izquierdo y Stella a su lado derecho, Loona con su traje de baño de dos piezas. El traje de Loona sobre marcaba por completo sus partes.
Su gruesas piernas marcadas, su grueso trasero, sus pechos, su pelaje no es que le cubriera mucho, el hombre se había dado cuenta de eso cuando venía corriendo con su amiga hacia la alberca.
De Stella no se podía decir mucho pues traía consigo una bata negra que aunque le cubría todo, está alzaba sus piernas al aire, y como el hombre recordaba algunos fragmentos de aquella noche le era imposible también tratar de no verla.
Como le había tocado ahora vivir, rodeado de criaturas infernales que para su sorpresa le eran únicamente amistosas.
— ¿Sabes nadar? — volteo a ver a su amiga Loona.
El ambiente se había puesto tan incómodo por el conocido silencio ambiental, el hombre no es que se sintiera incómodo por el silencio entre ambas chicas y el, es solo que no quería que su amiga Loona se quedará como segundo plano, pues Stella podía tener iniciativa pero no siempre incluiría a Loona en sus planes.
— ¿Q-Que...? Pfff, claro que si idiota. ¿Que pregunta es e-esa...?
No sabe nadar.
Pensó el hombre tras escuchar cómo las palabras de Loona no salían con buena frecuencia.
¿Porque tener vergüenza en cosas que uno mismo no puede hacer?.
— ¡Ja! No me digas que tú novia no sabe nadar. — comento Stella.
— ¡Claro que se nadar! — gritó la sabueso ruborizada.
— Tranquila, si no sabes nadar entiendo, nadie nace sabiendo. Tal vez puedes pero te da vergüenza hacerlo.
— ¡No estás ayudando idiota! — dijo Loona entre dientes enterrando sus garras en el brazo del hombre.
— ¡Hmmmmm!
— Bueno, yo no puedo nadar tan bien que digamos. — expreso Stella rodando sus ojos con sus brazos cruzados — Mirar que mi hija puede nadar mejor que su Madre.
— ¡L-Loona! S-Si quieres te enseño — zafando el brazo de Loona del suyo.
Lo que faltaba es que está mujer los haya invitado a ambos solamente para molestar a la pobre sabueso en frente del hombre, Loona cada vez se sentiría más incómoda con esa mujer, pensó que al principio si podría llevarse bien con ella pero tal parecía que esa mujer solo quería impresionar más al hombre con sus riquezas y sus maravillosas habilidades y encantos.
Loona muy penosa giro su mirada a la enorme piscina profunda.
— Tranquila, la piscina va en disminución, de donde está el camino de césped está baja, en cambio si llegas al borde de la piscina donde se ve el bosque, pues deberás saber flotar.
— ¿Quieres...?
Pregunto el hombre extendiendo su manos hacia Loona.
En ese instante Loona llevó directamente sus ojos a los de su amigo, no pudo contener su emoción que sentía por ver que su amigo se estaba ofreciendo para poder enseñarle a nadar con libertad, su mirada quedó completamente perdida en los ojos del hombre, su cola empezaría a moverse de lado a lado, su rubor se empezaría a notar en cuento su mano quedaría sobre la de su mejor amigo.
— S-Si quiero... Pero si me sueltas te voy a matar imbecil.
— ¡Bien! Vamos a nadar. — dijo Stella, quitándose la bata que traía puesta.
— ¡STELLA! ¡¿Porque no traes puesto tu sostén?! — dijo el hombre desviando su mirada.
— Pfff, déjense de maricadas y vamos ya, me gusta nadar con poca ropa.
— Puta madre... — murmuró la sabueso molesta. Viéndose a si misma sus pechos — Los míos son mejores.
La tentación entraría al agua junto al hombre.
CONTINUARÁ.
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