𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 31
CONTINUAMOS.
Cuando el hombre terminó de contar su historia, este con los ojos muy húmedos y cristalinos alzó su mirada al cielo, donde con más referencia pensaba en el niño, inmediatamente bajó su mirada para regresar a ver a sus propias manos, ¿Porque no quiso contar de su historia? Pues el echo de que había sido su culpa de que el niño no haya pasado bien sus últimos días de vida, no significó que tampoco se la pasó mal.
El no era el único que tenía ahora su alma en pedazos, Loona fue la primera en desatar sollozos en silencio mientras de igual forma miraba al cielo, tal vez está historia les hubiese sonado tonta para los de su raza pero Loona también tenía sentimientos, la sabueso notó como su amigo se tapaba el rostro.
La culpa tal vez lo estaba matando, el echo de pensar de que Jens estaría viendo ahora un nuevo hombre, se hacía la idea de que el tal vez aún seguiría a su lado. Pero la vida le tenía otro destino, Dios tiene planes para cada ser humano en la tierra.
Los planes de Dios son perfectos.
Loona gateo hasta donde estaba su amigo quien seguía lagrimeando, muy comprensiva, está lo abrazo fuerte desde su espalda, este tipo de cosas no eran las que ella suele hacer con sus pocas amistades.
Pero esa pequeña historia, había tocado su corazón, y el de su amigo.
Loona apegó el rostro de su amigo hacia su pecho, quien aún seguía con sus sollozos, Loona cerro fuertemente sus ojos y de igual manera sollozo a su lado.
— Y-yo...
— Silencio... No f-fue tu culpa — susurró Loona con voz comprensible, esta vez sentándose al lado de su amigo.
— Lo u-unico que le costó cons-seguir fue mi a-amistad, yo se la r-rechace al principio L-loona.
— Pero estuviste a su lado, y fue lo mejor que pudiste hacer, fuiste una mierda al principio pero... — con un nudo en su garganta está siguió hablando, sus palabras estaban dejando de ser claras, pues contenía sus ganas de llorar — le diste sus últimos momentos, los mejores de su vida.
— Olvidemos este tema... Sabía que acabaría llorando.
— Opino lo mismo — se escuchó al lado de ambos tratándose de Stella — Gran historia para un mal final.
— Si... Cielos, el tiempo pasó muy rápido, está atardeciendo.
— Tu historia nos entretuvo — se levantó del suelo, luego para extenderle la mano a su amigo y levantarlo.
— Vamos.
"Loona me abrazó"
Pensaba el hombre durante el camino a la mansión de la mujer, aunque fue únicamente como consuelo, el hombre agradecía haber sido escuchado por su mejor amiga, el resto del camino todos nuevamente se fueron con sus bocas cerradas.
Stella conduciendo por el camino aunque en su mirada, viéndola fijamente a los ojos. Estaba contenía sus lágrimas humedeciendo sus ojos y mostrar ciertos rasgos de su pelaje mojado por el llanto que aguantaba.
Loona esta vez se había tomado el papel de amiga un poco más serio, pues en sus piernas traía la cabeza del hombre recostada, acariando su cabello para un lado, está teniendo su mirada para otro lado, sabiendo que tenía que animar un poco al hombre, la única forma sería cuando llegaran a la mansión, irían directamente a la cama estos dos.
Bajando de la camioneta, Stella se despidió de ellos rápidamente luego de haber guardado el transporte, luego de retirarse del sitio está se fue a dormir, pero con la mirada que traía en su rostro, parecía que esta vez no haría nada por la noche.
La pareja de amigos caminaron hacia su habitación, pues la noche estaba apuntando a que todo sería cubierto en menos de un par de minutos, ambos amigos estaban algo cansados, estar sentados en el césped mínimo les había dejado sus glúteos adoloridos.
Loona fue la primera en dejar su cuerpo a la cama, toda su calidez y tacto la hizo esponjar su pelaje por completo hasta sus mejillas. ___ por otro lado este se sentó en otro sitio al lado de la cama, cerca un cómodo sofá alargado para recostar su cuerpo, este tomo asiento en ese sitio para poder despejar su mente y tranquilizarse por último vez.
— Vaya viaje.
— Creí que me dormiría sentada en la camioneta, odio viajar con esa estúpida, me está empezando a joder mucho.
— A mi me estaba incomodando que trate de hacercarse más hacia mi.
— Oye... Tengo una pregunta con respecto a tu historia, solo es una. — volteo a verlo juntando ambos brazos para reposar su cabeza.
— ¿Que?.
— ¿Valió la pena cambiar por esa persona...?
Su pregunta fue tal como el se lo dijo así mismo, esa pregunta ya se la había echo una vez tiempo atrás, luego de que Jens partiera.
Con una pequeña sonrisa en su rostro, dirigío su mirada hacia el bello rostro de la sabueso y responder a su pregunta con honestidad.
— Fue un esfuerzo que hice, y si. Valió la pena cambiar para encajar.
Loona sonrió dulcemente al ver cómo su amigo miraba al techo con una expresión serena.
Aunque ya era casi su hora de dormir, ambos aún tenían un tema por hablar y tenía que ver con su mismo sueño, pues en la habitación había solamente una cama, una muy grande al decir verdad.
Loona antes de acomodarse vió como su amigo se quitaba la camisa que traía puesta para que con esa misma camisa cubrír su cuerpo por completo o al menos donde el frío no llegara a topar.
Aunque él no había dicho nada, Loona no se sentía tan cómoda ver cómo su mejor amigo dormiría en otra parte que no fuese la cama donde estaba ella tumbada, entendió tal vez el respeto que esté quería mostrar y su caballerosidad dándole el espacio a ella.
— Oye, ¿Te vas a dormir en el sofá? — se bajó de la cama y camino hacia el.
— No quiero que hayan malentendidos o peor aún. Que te moleste mi presencia a tu lado.
— Está mierda no es tan cómoda — dice ella dándole un leve golpe a la pata del sofá.
— Loona, yo duermo sin ropa, únicamente me quité esto porque tú estás aquí. Así que duerme en la cama, y yo aquí.
— Oye, sabes que podemos poner una almohada en medio para que nadie toque al otro.
— Descansa, ¿Si?.
— Como quisieras, dejare un espacio por si reconsideras la idea — tomó una de las almohadas para luego tirarla a donde estaba el en su rostro.
— ¡Ash!.
Antes de irse a dormir, la sabueso tomó su maleta sacando un par de vestuarios que traía equipado para ella, pues esto seria un top negro de tirantes algo ajustado, la sabueso no se encargó de ver cual le quedaba floja, solo tomó la que pudo para poder dormir.
Acompañado de un short corto, pero tan corto que está al principio dudo en usar de este short, volteo a ver a su amigo quien para sorpresa este ya estaba roncando a los tres vientos en el sofá.
Que pasaría por la cabeza de la sabueso que en vez de evitar ponerse ropa provocativa en frente del hombre, está se encogió entre hombros con una expresión pícara, metiéndose al baño de la habitación para empezar a cambiarse y dormir con frescura.
Antes de que está saliera, el hombre escuchó los ruidos que está hacia al cambiarse, pues el baño estaba literalmente al lado del sofá, su cabeza al lado de donde estaba la puerta y cuando está se cambiaba y daba sus pasos en el baño, el hombre rápidamente se despertó pensando que se trataba de alguna persona entrando a la habitación.
Abrió con rapidez sus ojos solo para ver qué no había nadie nisiquiera en la cama, donde esté estaba acostado pues lo único que alcanzaba ver su vista era la cama donde se suponía que dormiría la sabueso.
"¿Y esta?"
Dijo solo para escuchar como la puerta de alado se abría de golpe, juraba haber sentido como la puerta impactaba contra la cabecera del sofá haciendo que diese un leve brinco. Muy molesto este se destapó para intentar ver a la sabueso y regañarla que tuviera más cuidado.
Pero este con la mirada más embobada, se quedó callado tras ver cómo la sabueso vestía en este momento, quedó tan boca abierta que sintió como una fuerte descarga recorrió en todo su cuerpo hasta dejarle su piel de gallina.
La sabueso tenía el cuerpo que este se había estado imaginando con lujuria, pues si tenía antes sus ojos el cuerpo casi semidesnudo de su mejor amiga.
Observó con atención como está arrojaba su ropa sobre su maleta, seguido de eso acostarse en la cama donde quedaría volteada de un lado viendo hacia la ventana del frente, osea. Dándole la espalda al hombre.
"¿Que mierda...?"
Pensó tras desnudar a la sabueso con su mirada, inmediatamente este se ruborizó intentando calmarse a si mismo, este no pudo evitar ver hacia la parte trasera de Loona, a su favor. Está tenía su cola sobre si misma, abrazándola por completo en vez de usar de la sabana que tenía la cama.
Como pudo bajó la mirada hacia el carnoso trasero de Loona, trató de no verse tan desesperado pero lo que tenía en frente era simplemente hermoso para el, el trasero de su amiga era tan grande, la ropa que traía puesta pues no le cubría lo suficiente, aún podía verse con claridad las mejillas de sus glúteos.
"Su trasero es gordo..."
Pensó antes de sentir como entre su entrepierna empezaba a sentir como si miembro sobresalía de su ropa interior, bajó la mirada a su ropa viendo cómo su pantalón le sobre marcaba su verga ya parada.
— Que mierda... — murmuró el hombre con odió.
Este hombre tubo que darse la vuelta no para seguir viendo el lujurioso trasero de su amiga, eso lo hubiese echo pero el estar viendo todo eso, el hombre se desesperaria por estar únicamente con la función de ver y no tocar, lo consultaría con la almohada que la sabueso le había arrojado hasta quedar profundamente ahogado en un mar lleno de sueños.
Cuando todo parecía estar calmado, llegaron las horas de la mañana, justamente iniciando las 6 de la mañana puntualmente, aunque la luz no les fuese todo un estorbo, para quien si le afectaría sería a la sabueso que dormía plácidamente en la cama.
Con su hocico abierto dejando caer un hilo de saliva, está sintió como de frente un rayo de luz chocar en toda su cara adormecida, no supo reaccionar rápido para quitarse de la luz y seguir durmiendo, si no que esté le fue molesto obligándola abrir sus ojos de golpe.
— Mierdaaaa... No~
Dijo con voz perezosa.
La sabueso apenas si pudo recobrar su postura, poniéndose en 4 patas sobre la cama de donde estaba, ella estiró su cuerpo para quitar el fuerte deseo de seguir durmiendo, reposando medio cuerpo sobre la cama y estirar sus caderas alzando su trasero al aire y mover varias veces su cola, fue como ver a tu propia mascota estirarse luego de haber dormido.
Cuando arqueó su espalda de manera tan provocativa, Loona se acordó que también estaba su amigo en la habitación, que para su sorpresa de ella. Cuando se acercó a ver al sofá, noto que no había nadie sobre el.
Pues bajando la mirada se dio cuenta que su amigo estaba tirado en el piso durmiendo con únicamente su boxer puesto, aunque tuviera media sábana sobre su cuerpo, no cubría ciertas partes como el miembro del hombre que el boxer le marcaba.
La sabueso tras ver el miembro del hombre, ella únicamente quedó en shock pues el tamaño que estaba viendo del hombre era uno muy atractivo o pues al menos lo pensó ella, está sabueso jamás había visto un pene descubierto.
Viendo esto, ella se bajó de la cama con intriga y con la mente ocupada en ello. ¿En verdad iba seguir viendo el miembro de su amigo? O ¿Y tenía pensado despertarlo de buena manera y avisarle que tenía su pene al aire?.
— ¡Hey! — gritó ella moviéndolo levemente.
El hombre volteo su cabeza hacia el otro lado ignorando a su amiga por completo.
— Oye, ya levántate. Ahora eres tú el flojo
— No jodas... Son vacaciones — le dice entre bostezo — Además... No dormí muy bien anoche que digamos.
— Te dije que te pasarás a la cama — tomó la almohada y la arrojó a su rostro — Arriba idiota.
___, se levantó apenas abriendo sus ojos. El hombre no pudo dormir anoche luego de que cierta imagen se posara antes sus ojos, ___ estaba tan enamorado de la sabueso que no pudo desaprovechar el momento en que su amiga dormía con su cuerpo descubierto, trato de dormir pero él se levantó una vez más y siguió viendo a su amiga en esa misma pose.
Loona al verlo no pudo contener su risa y soltó unas cuantas carcajadas, pues su amigo tenía unas enormes ojeras que parecía que se había pintado a los alrededores de sus ojos de pintura negra.
— Oye, en verdad no dormiste anoche.
— Para nada, créeme que fue una noche muy larga para mi — se talló fuertemente sus ojos y se levantó del suelo.
— Por cierto, buenos días.
El hombre volteo a ver a su amiga algo sorprendido, ya habían pasado un par de minutos y ella aún no lo había golpeado o había dicho algo obseno. Incluso hasta su tono de voz sonaba más suave que antes.
El únicamente tomó su ropa para colocarsela, pero tardo un poco en responder las palabras de su amiga Loona. Pues estaba pensando igual del día de ayer, cuando venían de regreso, el había colocado su cabeza en las piernas gruesas de loona y ella no se había molestado.
Terminando de ponerse sus pantalones, este dirigío su mirada a la sabueso quien lo miraba con confusión pues aún no le respondía, el hombre estaba por un lado confuso pero su otro lado le decía que la abrazara.
Verla comportarse de esa forma le fue algo tan único, debió ser un cambio repentino ya que literalmente fue de la noche a la mañana.
— Lo siento... Buenos días linda.
Le dijo sin verla a la cara para después salir de la habitación dejando a la sabueso con una expresión casi alegre.
Se llevó su mano al pecho pues de inmediato se le había acelerado su corazón sin saber a qué se debía, notó como su cola se meneaba me manera salvaje hasta al grado que sus caderas dejarán expulsar una fuerte vibra en su pelaje volviéndose una fuerte descarga.
"¿Li-linda...?"
Su amigo le había dicho otro cumplido, o simplemente fue una manera más cordial se saludar a alguien por las mañanas, y en todo caso porque se estaba alterando por las palabras de ___.
— No mames...
Trató de no seguir enloqueciendo en el cuarto pues tenía que bajar a comer, ella se metió al baño rápidamente para verse al espejo, acercó su rostro al espejo para verse directo a la cara, acomodando su pelaje y su cabello alborotado.
Dando media vuelta para verse a la espalda que su pelaje no sobresaliera de su ropa, únicamente tubo que acomodar el pelaje de su cola ya que había dormido abrazándo de ella, acomodando esto con las garras de su mano.
Quedando firmemente peinado, está se dio una leve nalgada en su trasero para salir del baño y bajar con su amigo hasta la cocina.
En la cocina ya estaba la mujer, Stella.
— Buenos días.
Dijo el hombre dándole un susto a ella, Stella inmediatamente se dio la vuelta dejando salir un fuerte suspiro, al ver que se trataba del hombre, está únicamente sonrió pero a su mirada, el hombre le daba incomodidad ver fijamente.
A los pocos segundos llegó su amiga a la mesa, la peor forma de empezar el día es que una chica inalcanzable llegase a la mesa con una presentación tan deseosa, Loona no sabía que con la ropa que traía puesta le estará provocando al hombre una mala forma de pensar y desear.
Loona tomó asiento al lado de su amigo quien muy disimuladamente saludo con su mirada desviada a otro sitio, con tal de no ver los gruesos muslos de la sabueso y sus pechos.
Era como tener que ver algo que realmente deseas, pero con la condición de no tocarlo.
— Estoy segura que te la cogiste a como viene vestida ella. — Soltó la mujer de plumas blancas.
— ¿Que...? — murmuró Loona viéndose el cuerpo — No mames...
Stella puso los platos al frente de ellos.
— Vamos, se que este pillo no sabe contener sus ansías de comer algo — Stella miró al hombre con una sonrisa perversa — ¿Verdad~?
— Hmmm, bueno... Ella duerme así.
— Par de tímidos.
"Loca"
Pensó tomando su plato de comida y gustar de ello, esta vez la sabueso no intento probar que el plato de su amigo no tuviese nada malo en su sabor o alguna cosa que pudiese drogarlo, pues se había quedado avergonzada tras el comentario de la mujer.
No evitaba cubrir sus gruesos muslos con su esponjosa cola, el hombre notó la acción vergonzosa de Loona, aunque más colocó su mirada en las bellas curvas de su amiga Loona, sus ideales pechos y sus fuertes y gruesos muslos, tal vez está tentación podría también afectarlo de día.
Aunque estuviese avergonzada, Loona acabó rápidamente su plato de comida, levantándose de la mesa, ella no dijo nada tras dejar el plato en el lavamanos y retirarse, nisiquiera para dar agradecimiento por los alimentos a Stella.
— Tu chica, parece que no le agrada tanto estar aquí. — Dice ella, con su ceja alzada.
— Bueno... No sé.
Ambos acabaron su plato de comida al mismo tiempo, aunque el hombre fue el primero en retirarse de la mesa, obviamente agradeciendo por el plato de comida y dejándolo en su lugar.
Stella rodó los ojos tras ver cómo el hombre iba en dirección a la sabueso que había subido al segundo nivel de la casa, está mujer no entendía el hombre, pensaba que el era quien rogaba y Loona no.
El hombre subió rápidamente las escaleras para correr hacia la habitación y abrirla rápidamente.
Apenas entro y fue recibido por una almohada impactando en su rostro, haciendo que callera contra la puerta, Loona había lanzado justo en ese instante la almohada del enojo y le había dado a su amigo sin querer.
— ¡No es para tanto! — dijo levantándose.
— ¡Es esa mujer! Siempre sabe cómo incomodarme o... ¡Puta madre!.
— ¡Shhh! Te va escuchar, mira se que no te agrada tanto pero mira, no estamos en el trabajo, cosa que detestas.
— ¡Lo sé es solo que...! Creí que esto sería divertido pero es lo opuesto, está mierda apesta.
— No me quejo, prefiero estar sin hacer nada que hacer algo que me desagrade.
Se sentó en el sofá donde dormía, recostando su cabeza sobre la cabecera del sofá, mirando al techo este cerro sus ojos, pensando en que podía hacer para que Loona no se sintiera tan imcomoda por las palabras de la mujer.
No se le venía nada a la mente más que el cuerpo de su amiga descubierto, ella aún estaba descubierta de algunas partes, de golpe este abrió sus ojos para lentamente llevar su mirada a su amiga, le había ganado las ganas de verla nuevamente.
Aunque ella estaba sentada al borde de la cama no se había dado cuenta que su amigo le estaba viendo el cuerpo.
— Loona.
— ¿Que quieres?
— Perdón que te diga esto pero, es muy díficil pensar cuando estas con esa vestimenta.
— ¡¿Que?!.
Se apartó de la cama para ponerse muy molesta al frente de su amigo, al ver cómo su amiga se le acercó de golpe. Pues se cubrió el rostro por completo pues no pensó que ese comentario la iba poner como loca.
Lo peor de todo es que la tenía tan de cerca, ante sus ojos estaba una Loona muy molesta, con su cuerpo medio descubierto hizo sonrojar por completo al hombre. Sus pechos, sus muslos, sus caderas, su pelaje sobresaliendo de la ropa y sus glúteos que notaba como la ropa le hacía sobresalir un poco de ello.
— ¡Vete a la mierda! ¡A ti también no te gusta mi forma de vestir!.
— ¡No cla...! ¿Que...?.
— ¡Ahora todo el mundo ya tiene la libertad de criticarme! — dijo la sabueso apoyando sus brazos contra la pared, arrinconando al hombre.
— ¡No mames! ¡Cálmate loca! En primera yo no me refería a eso.
— ¡¿Que más podría ser idiota?!.
— ¡Pues tú cuerpo, pendeja!
Loona al escuchar las palabras de su amigo, ella se apartó rápidamente de dónde lo tenía arrinconado hasta la cama donde regreso a sentarse, recuperando algo de aliento el hombre se levantó del sofá preocupado por su amiga.
Con un rubor en sus mejillas, Loona se miró a si misma, más que todo a sus muslos que fue lo primero que se le vino a la mente ver, por alguna razón esto le hizo sacudir la punta de su cola, un movimiento pequeño pero notorio.
Aunque no estaba segura a qué se refería su amigo sobre su cuerpo, o le incómodaba verla, o era algo más que ella se hacía la idea que era eso.
— ¿Q-que tiene mi c-cuerpo...? ¡D-dilo idiota...! — gritó entre gruñidos.
— ¡Ay dios! No tengo por qué darte explicaciones idiota.
— ¡¿Estas diciendo que no te gusta mi cuerpo?!.
— ¡¿Porque mierdas tendría que gustarme tu cuerpo?! ¡No eres mi novia! Además si me gustara o no, ¿Eso que? ¿Porque te importaría una opinión?
— ¡No lo entiendes!
Gritó por última vez para quedar callada, ella se levantó de donde estaba sentada, camino dando pasos pesados haciendo sonar el piso hasta llegar a la puerta del baño y encerrarse.
¿Me pasé?.
Pensó el volteando a ver a la puerta del baño, sintió la culpa de que su amiga se había metido en el baño, pues no debía de serle nuevo esto de pelearse con su amiga, pero por alguna razón se empezó a sentir mal empezando con sentarse al borde esta vez de la cama por una fuerte descarga de culpa.
No escuchaba ningun sonido del otro lado del baño, tal vez había echo sentir mal a su amiga al no haberle dado la respuesta que quería ella, no lo sabía pero que más podía haber sido.
Tal vez Loona solo quería saber cuál sería la opinión de su amigo sobre ella y su físico pero, ¿Por que le iba interesar la opinión de un hombre viejo? Sería algo incómodo escuchar la opinión de un hombre mayor sobre el cuerpo de una chica joven.
— ¿L-loona...?
— Vete al carajo — dijo del otro lado de la puerta.
Era obvio que no estaba bien, el hombre se acercó a la puerta abriendola lentamente pues esperaba que ella no le fuese a tirar algo en la cara, enseñó primero su mano antes de entrar por completo, haciendo señas que no fuese a tirar nada a él.
Entrando por completo, ___ vio a su amiga recostada contra la pared, con su cabeza apoyada entre sus rodillas viendo al suelo con sus orejas bajas y su cola enroyada alrededor de ella cubriéndola casi por completo.
— Ey...
— Vete...
El hombre se acercó lentamente a su amiga, postrándose al frente de ella con algo de dificultades, se le hacía raro demostrar este tipo de dolores musculares ahora que ya no hacía nada de trabajo duro.
Loona desvío su mirada hacia el suelo evitando ver a su amigo quien le había colocado su mano en su hombro como en señal de que todo estaba bien.
— No importa... No se por que me enojo por esta mierda.
— No fue mi intención ponerte así, mira yo me estaba refiriendo a otra cosa.
— Dije que ya no importa idiota... — apartó la mano de su amigo.
En verdad estaba molesta la sabueso.
— Loona, ¿Quieres saber mi opinión?.
— ¿No entiendes?.
— Claro que sí, pero como eres la primera chica que me pide la opinión en algo suyo, pues no me molestaría responder.
— ¿Y las otras?.
— Loona, estas hablando de mujeres perdidas, tu eres alcohólica pero no pérdida.
— Ya déjalo... Sería algo incómodo saber qué piensas de mí físico, me estarías aclarando que me has visto el cuerpo varias veces.
— ¿Quien no haría eso?.
Loona movió lentamente su cabeza hacia el rostro de su amigo, que mostró una pequeña sonrisa juguetona. El hombre se acomodó al frente de Loona ahora teniéndola de frente, no tan juntos pero ambos teniendo contacto visual con el otro.
Loona rodó sus ojos con una expresión chistosa, con un fuerte rubor en sus mejillas ella de igual forma se acomodó de donde estaba sentada y miró de igual manera fijamente a los ojos de su amigo.
— ¿Y bien...?.
— Está es mi opinión, y pues que eres muy atractiva. Mira que a mí no debería de gustarme este tipo de cosas ya que vienes del infierno, tienes la apariencia de esos furrys y tú raza es un sabueso.
¿Atractiva...?
Pensó ella al escuchar terminar a su amigo, dentro de ella todo empezó a ponerse intenso, su pelaje inmediatamente empezó a esponjarse, sus orejas se movieron de golpe en las palabras que había mencionado su amigo.
Su respiración le fue siendo cada vez más cortante y pesada, su cola empezó a menearse rápidamente al grado que le fue imposible controlar, su amigo vio esto claramente y sin creer vio a su amigo de igual manera con un fuerte sonrojo en sus mejillas.
El hombre sabía que sus palabras le habían encantado a su amiga pero no creyó que le fuese a gustar tanto, se rascó su cabeza apenado tras lo dicho y no pudo verla más a los ojos por su expresión que tenía ahora en su cara.
— ¿E-eso es lo que piensas...?
— Bueno si... Creo que esto ya se puso incómodo.
De la nada el hombre sintió como de su entrepierna algo grueso empezaba a presionar contra su ropa, antes de bajar la mirada a ver pues rápidamente se cubrió por completo con sus misma piernas para que la sabueso no lo fuese a ver.
Aunque más claro se lo dejo pensando al taparse por completo su entrepierna.
Loona con una ceja alzada miró a su amigo, con una pequeña sonrisa juguetona ella se levantó del suelo sin dejar de ver al hombre que se tapó la boca y al mismo tiempo cerro sus ojos para rápidamente escuchar un par de carcajadas de su amiga.
— ¡No mames! Se te paro, nada mal. Sucio.
— ¡Cierra la boca! — se levanta — Que vergüenza... Esta es la última vez que hablamos del otro, idiota.
— Bueno, en si. Buen pito.
Fue lo único que dijo para llevar su mano a la entrepierna del hombre y rozar sus dedos sobre el bulto que ya hacía alzado, la sabueso salió del baño dejando a un hombre avergonzado, con todo su rostro realmente rojo.
Sabía perfectamente que le atraía el cuerpo de la sabueso y no se limitó a pensar en ello mientras hablaban, el sentir los suaves dedos sobre su entrepierna lo hizo estremecerse, no pensó que su amiga fuese a comportarse tan atrevida con el mismo.
Salió del baño solo para darse cuenta que su amiga había recién salido del cuarto quedandose ahora solo, se arrojó a la cama aún con el fuerte color rojo de su cara, viendo al techo sin dejar de pensar lo que hace poco vió.
No sabia realmente como funcionaba una amistad entre una amiga pero lo que si sabía es que no era tan de amigos tocarse y hablar sobre los cuerpos del otro y decirse que están buenos, más bien sonaba como una fuerte y clara indirecta.
Entonces, ¿Su amiga le estaba tirando más de alguna indirecta? O más bien, ¿El se la tiró a ella y su amiga se dio cuenta de eso?.
— Puta madre...
Dijo tapándose la cara, no pudo dejar en pensar en su amiga, quien sabe cómo es que estos dos se mirarán, por parte del hombre todo estaba claro pero de la sabueso, era difícil entenderla por completo.
Aún recordaba la sensual sonrisa que hizo antes de tocarle de su pene, como se vería esto de una forma más juguetona, era lo que pensaba el hombre y mientras más lo hacía pues más le crecía su miembro al punto que no pudo contener sus ansías y saco su pene de su ropa ya que le incomodaba tener su aparato fuertemente doblado.
Podía entrar su amiga a la habitación y ver de ello pero el hombre estaba más concentrado en que bajará su amigo aunque tuviese que sacarlo de donde estaba oculto.
— Bájate, idiota.
Se decía entre ojos cerrados, cuántas maneras hay de bajar ese tipo de placeres, fácil. Cuando tienes demasiada imaginación puedes auto desmotivar por completo. Aunque la mente también puede ser la desgracia con la que más te puedes topar.
El hombre en vez de olvidar, más recordaba la escena, y no solo eso. También la vez donde vio el cuerpo de su amiga mientras ella dormía, que más podía atormentar la mente de este hombre, su propia amiga era el deseo que ahora esté fantaseaba.
Sin darse cuenta, la puerta del cuarto fue abierta salvajemente haciendola chocar y a la vez haciendo brincar al hombre que estaba recostado en la cama con su pene al aire.
— Wow~.
Fue lo único que escucho antes de cerrar los ojos de la vergüenza, le iba costar mucho el día ahora eh.
Se levantó rápidamente de la cama con una expresión de incomodidad, viendo al frente pudo ver qué se trata de Stella quien pronto cerró la puerta al ver cómo estaba el hombre, su cara cambio aún más al ver que la mujer estando en su apariencia demoníaca, ella portaba un traje realmente corto que pensó rápidamente en un traje de baño, más bien lo haré.
— ¡Stella! ¡No hagas eso! — gritó molesto acomodando su vestimenta — ¡Cuanto lo siento que haya visto eso de verdad Y-yo...!
Volvió a sonrojarse.
— ¿S-stella...? ¿Que hace...?
— Shhh~ ven... — extendió su mano con delicadeza al hombre.
¿Hora de jugar?
CONTINUARÁ.
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