𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 29
CONTINUAMOS.
Dentro de su habitación, en medio de toda la oscuridad la sabueso abrió repentinamente sus ojos, pues algo tenía planeado en medio de la noche. Ella no era exactamente puntual en algunas de sus cosas pero en esta ocasión debía serlo más. Al lado de su cama estaba ya lista una de sus maletas con mucha ropa. Lo típico que suele llevar una mujer en viajes, a diferencia de su aspecto físico. Ella necesitaba más.
Junto a una nota, esta salió de su habitación lentamente asomando su cabeza al borde de su puerta, sus orejas se movían de un lado a otro, escuchando el más mínimo ruido de las demás habitaciones, en eso los fuertes ronquidos de sus padres, incluso su fuerte aroma a sexo le llegaba a molestar a la sabueso.
Antes de voltear a ver al frente, Loona dejó pegada una nota dirigido brevemente a sus padres, ¿Porque no dijeron nada? Pues el principe Stolas no se tomaría tan bien la idea de que su hijastra pasará unos días en casa de su ex esposa, y Blitz menos.
Caminó hacia la habitación del hombre arañando la puerta de sus bordes, en aviso de que ya estaba lista con su maleta.
Notó como el hombre no salía de su cuarto, mucho menos escuchar sonidos del otro lado de la puerta, le fue extraño ya que esto ambos lo habían planeado y notar que el tal vez seguía durmiendo le molestaría. Forzó la puerta y cómo pudo entró sin hacer mayor ruido.
Cómo lo supuso, el hombre seguía durmiendo.
— Desgraciado, se le olvidó el plan — murmuró molesta, acercándose al hombre para despertarlo, esta vió los ojos de su amigo.
Loona con malas intenciones iba a levantarlo, pero antes de golpearlo. Loona se percató algo en sus ojos, aún estando cerrados ella noto la triste expresión que el pintaba, pues el hombre estaba durmiendo entre lágrimas, era raro tener que estar con una persona que suele hacer cosas dormido, pero... ¿Llorar?.
La sabueso viendo a su amigo en su estado, bajo su puño que lo había preparado para despertarlo, ahora, sus orejas quedaron abajo y su mirada tubo que desviarla, pensó en lo muy mal de su parte despertar al hombre de esa manera cuando el seguramente estaba teniendo una horrible pesadilla.
Notó que a su lado estaba lista su maleta, no se había olvidado del todo su plan que había echo con ella. A los pocos segundos el hombre se levantó entre jadeos de su cama, justo a tiempo de que su amiga había entrado a la habitación, acercó sus manos rápidamente a sus ojos para limpiar de sus lágrimas y caminar hacia el encendedor de la enorme habitación y prender la luz.
Volteando a ver a la cama, el hombre se topó con la presencia de su amiga parada aún lado del borde de la cama, soltandole un fuerte susto y ver cómo se cubría su rostro.
— ¡Loona! Maldita sea... ¿Cuánto tiempo llevas parada ahí...? Me recordaste a las películas de actividad paranormal — dice algo aliviado — ¿Por qué no me hablaste...?
— ¿Que te pasó...? — señaló con su mentón al rostro de su amigo — Estabas llorando.
___ arqueo su cabeza sin entenderle, se tocó el rostro sintiendo lo húmedo que se encontraban sus ojos pero no sabía que había llorado.
— Hmmm, no es nada. Únicamente pesadilla.
— ¿Seguro? No es que me importe mucho pero te mirabas muy triste.
— Estoy bien, no tengo porque estarlo — baja su mirada al costado de Loona — Veo que ya estás lista.
— Acordamos estar despiertos, nisiquiera me quité el pans para no sufrir con este puto frío.
— Lo siento, se me pasó. — dice apenado rascando su cabeza, tomando su maleta. Este saco de sus bolsillos la misma nota que había echo la sabueso.
Ambos salieron de la habitación, ___ pegó su nota en su puerta de la habitación y caminó junto a Loona hasta llegar a la cocina, antes de irse iban a comer algo para que al menos tuviesen algo en el estómago.
Aunque quien está vez manejaría sería Loona, ya se había ofrecido por voluntad propia al tratarse solamente de su amigo, y porque odiaba estar sin hacer nada en sitios cerrados como dentro del auto.
Loona sacaba de la refri un par de botellas de alcohol, cosa que ___ le desagradó un poco ver a esta poner las botellas en su vista.
— Wau, sabes tomar mucho también es malo para ciertas partes interiores de tu cuerpo.
— ¿Y? — le alza una ceja.
— Nada, no te quejes cuando te duela algo.
Loona con una pequeña sonrisa en su rostro, guardo su botella de alcohol dentro de su maleta, tal vez tenía razón el hombre con decir que podía hacerle algo de daño, a parte de que tendrían un largo viaje hasta la mansión de la mujer.
Estando afuera del enorme palacio de Stolas. Ambos se acogieron en brazos al sentir la fuerte brisa que enfriaba la noche, el pelaje de Loona no le era lo suficientemente caliente para mantenerla cubierta, cargando su cola en sus manos para acariciar de esta. Ella subió a la furgoneta, metiendo su maleta aún lado de los asientos.
___ también metió sus cosas dentro de la furgoneta justo al lado de la maleta de Loona, por un segundo pasó por su mente la idea de que se iría de vacaciones con la chica que lo atraía, se rió de lo loco que sonaba ese pensamiento.
Estando ya dentro de sus asientos, la sabueso metió su mano debajo de su asiento de dónde estaba el hombre, quien se sonrojo tras ver a su amiga metiendo su mano debajo de su asiento.
— ¿Q-que mierdas haces...?
Le dijo para ver cómo ella sacaba el libro de su asiento, pues la sabueso procuró tener el libro ya en sus manos a qué tener que robarle el propio libro a sus padres dentro de su recámara.
Abriendo el libro con una mano, con la otra mano libre y empuñada, Loona abrió su puño que al mismo tiempo al frente de ellos se empezó abrir el portal al reino de los humanos, que al ver del otro lado, pudieron notar que ya empezaba a marcarse el sol en el cielo, tenían al frente el mismo lugar donde una vez pasaron por el favor de la realeza.
— Si tuviera mi teléfono, le tomaría una foto.
— Tranquila, ya estás apunto de tenerlo. No sé cuánto vale pero con la paga que nos dió tu papá, apuesto que estoy en la mitad — golpeó ligeramente el brazo de su amiga
— Sabes... La superficie no es tan mala.
— ¿Si...?
— Pues no, sería perfecta si las personas no le temieran a otras cosas, cómo a nosotros. A mí.
— Pues hay locos que les encanta tu especie, osea. Un animal con buen trasero. Espero no sepas de las páginas.
— ¿Que es eso?.
— Una mierda enfermiza.
— Creado por tu especie — dijo cruzando el portal.
Estando ahora ambos del otro lado del portal, Loona aceleraría a fondo. Provocándole una fuerte sonrisa al hombre que se aferraba a su asiento, rápidamente el portal se cerraría ahora dejando a estos en el mundo de los vivos.
La sabueso manejaba a una alta velocidad o al menos hasta donde le dejara llegar la furgoneta, metiendo presión al volante para avanzar lo más rápido posible, el hombre miraba a su amiga con asombro viendo como está seguía acelerando por la carretera.
Los autos que pasaban los iban dejando atrás, ambos gritaban de la emoción y la adrenalina que sentían, la sabueso bajó su cristal para alzar su dedo a los autos que pasaban a su costado, mientras que ___ solo seguía riéndose por las acciones de su amiga, Loona.
Al frente suyo se presenció aún lado de la carretera una patrulla, Loona viendo como su amigo volteaba a verla con una expresión atrevida, Loona piso el acelerador a fondo llamando por completo la atención de los oficiales, estos al ver la furgoneta pasar rápidamente a su lado, se miraron entre ellos molestos.
Cómo no olvidar el mismo auto que estubo en la masacre de la manifestación, se montaron a su auto prendiendo las sirenas y empezar a perseguirlos en todo el camino que les quedaba. Alzando su voz por medio del alta voz de la patrulla.
Loona, sacó su mano hacia la patrulla y de la misma manera sacarles el dedo y seguir acelerando, perdiéndose más de la vista de los policías, aunque sonara raro. Loona empezó a reírse a carcajadas volteando a ver a su amigo y reírse juntó a él por lo que estaban haciendo.
Con la misma velocidad, la sabueso pronto se daría cuenta que en su camino había un enorme desvío a un campo, campo el cual estaría un par de metros abajo de donde ellos estaban, sería una locura para el hombre saltar de dónde estaban hacia el campo pero para Loona fue como un obstáculo, uno que quería pasar.
Está se abrochó su cintura y volteando a ver hacia atrás, frenaría como pudiese antes de caer al campo que estaba plagado de flores.
Loona esperaba ver qué la patrulla que los perseguía se presentará detrás suyo y saltar en sus caras.
— ¡Ponte el cinturón! Está mierda va ser increíble.
— ¡¿Que?! No mames Loona, ¡Tal vez este viejo pero aún quiero seguir viviendo! — notó como a lo lejos la patrulla sonaba sus fuertes sirenas, cosa que lo hizo aferrarse a su asiento.
— ¡Ja! ¡No puedo creer que voy hacer esto contigo!
— ¡Espera! ¡Hay un problema! — antes de que su amiga acelerará, abrazó fuertemente su asiento para no salir lastimado.
Pues Loona ya había acelerado y como quiso, está se estrelló contra las barras de madera que delimitaban los costados de la carretera, dejando salir un fuerte grito acompañado de un aullido interminable de emoción y alegría, esto les hizo frenar a las patrullas que venían detrás de ellos.
A estos no les quedó de otra más que ver cómo la furgoneta aterrizaba en el enorme campo de flores y que pronto se alejarían hasta el otro extremo que conducía a otro camino.
Estos se miraron con enojo y arrojaron sus gorras al suelo y saltaron sobre ellas maldiciendo a los que iban dentro del auto.
Ahora que ambos habían logrado escapar, ya podían seguir manejando sin problemas rumbo a la mansión de la mujer, Loona con sus últimas carcajadas volteó a ver al hombre que despegaba sus uñas de su asiento, su cabello alborotado y su nariz rota. Hasta el último momento la sabueso observo el asiento del hombre golpeado.
— ¡Oh! Mierda, si tú asiento no tiene cinturón de seguridad, Ups.
— ¡Gracias por notarlo! — gritó molesto — solamente por qué eso fue divertido no te maldigo, mira nada más como estoy. Mierda, me duele el culo.
— Pfff, lo siento. La próxima dímelo antes de que aceleré.
— Estás loca, además. ¿Estás segura que este carril lleva a la mansión?.
— Creo que si — dice la sabueso asomando su cabeza — Hmmm, seh.
— Al menos ya no nos sigue la patrulla, no están locos para saltar a esa altura, que bueno que este carro soportó el golpe.
— Estás hablando del carro de mi padre, no sabes por cuánto a pasado está chatarra, es una buena chatarra.
Le dice nuevamente acelerando el auto, volteando a ver a su amigo quien nuevamente se aferró a su asiento, les sería un poco más corto el camino ahora que habían saltado por otro camino entrecortando a la mansión de, Stella.
Aunque el camino siguiera siendo el mismo, lo que no se esperaban es que la radio del auto empezaría a emitir sonidos como la estática, lo primero que se imaginaba la sabueso sería a su padre muy molesto al saber que no se encontraría en la mansión.
___ se esperaba lo mismo pero le parecía molesto ver cómo era que controlaban a la sabueso a dónde fuera, acercó su mano a los cables de la radio y apartar uno de su enchufe y recostar sus pies en cima para que fuese a sonar menos.
Loona al ver a su amigo tomar esa acción tan repentina le hizo resaltar entre sus mejillas un leve rubor acompañado de leves movimientos frecuentes de su enorme cola.
Concentrados más en su destino a la mansión, ambos empezaron a ver a lo lejos ahora las enormes barandas de la mansión de la mujer de Stolas, nisiquiera se habían percatado del tiempo que les había tomado ahora llegar a la mansión y ya estaban cerca de la entrada, que a lo lejos se podía notar a una chica parada.
Ambos se vieron extrañados al ver cómo está estaba parada afuera de su mancion, con una falda corta llegando hasta sus muslos, una camisa color blanca, lo raro fue ver a esta mujer con su verdadera forma, algo diferente había en ella. Pues su sonrisa que tenía tallada en su rostro estaba estancada ante el hombre que el también se había dado cuenta de su mirada tan, "pícara".
— Está mujer no es normal — afirma el hombre mirando a su amiga — dijiste que tenías un plan para cuando llegara este día.
— seh, lo tengo.
— Dilo antes de que termine en la cama de esta loca — susurra saliendo de la furgoneta, ajustando su voz para dirigir su palabra a ella — ¡Hola! Muy buenos días señorita Stella.
— Buen día guapo, ¿Muy temprano no cree?.
— Hmmm, bueno es que saltamos a otra carretera — volteo a ver a su amiga quien salía del auto y susurrar — Literal
— Ehmmm, bu-buenos días, Stella. Que g-gusto volverla otra vez. — dice en trance extendiéndo su mano — ...je.
— No hace falta total formalidad. Hoy como verán, no tengo a mis guardaespaldas ya que mi orden fue hacerlos sentir a ambos lo más cómodo posible en toda esta semana que se quedarán.
— ¿Semana...? — miró a Loona — rayos, no empaque la ropa suficiente.
— ¿Creyeron que sería por unos días? ¡Ja! Que tontito — dice Stella acercando su dedo a la nariz del hombre y rozarle.
Cuando Stella puso su dedo sobre la nariz de ___. Loona se percató cómo la sonrisa iba directa a los ojos de su amigo, esto le molestaba a la sabueso, nuevamente está chica coqueteaba con ____. Odiaba incluso hasta ver cómo el hombre dejaba que sus acaricias le fueran a el, en vez de apartarla.
Obvio su plan ya lo estaba poniendo en marcha y es que para que la mujer no se quedará con el hombre, tendria que ponerse a la defensiva con la mujer de las mismas intenciones que tubo con el cuando llegaron a la mansión, a diferencia de la otra vez. La sabueso no se iba quedar con sus brazos cruzados y ver cómo este se la cogía a ella.
Loona soltó ante la incómoda situación una pequeña sonrisa entorpecida, incluso hasta odio tener que fingir su tono de voz en frente de ambos, ella lo hacía únicamente para burlarse de sus amigos pero está vez tuvo que fingir su tono de voz, odiaba y avergonzaba hacerlo en narices de otros.
Incluso su amigo quien volteo a verla la miro con asombro, aunque fue fingida. Su tono la hizo ver de una manera muy diferente a como la de antes, su mirada enternecida le hizo saber a la sabueso que se dió cuenta que algo estaba haciendo.
Stella se llevaría la sorpresa de ver cómo la sabueso tomaba la mano del hombre, enrollando su brazo con el del hombre, y no solo eso. La cola de la sabueso lo apego más desde su cintura ahora uniendo el cuerpo del hombre al de ella, y si. Este era el plan de la sabueso. Que mejor manera que también hasta fingir en esto de la relación que se mantenía con su mejor amigo.
____ por su parte se contuvo las ganas de voltear a ver a su amiga con una sonrisa que pronto se le empezaría a formarse en su rostro.
— Emm, el... El es mi p-pareja... — dice Loona avergonzada de sus palabras, desviando su mirada — Solo era para que lo supiera...
La alocada mirada del hombre se alzó ante la situación y siguiendole la corriente a Loona, unió sus dedos con los de la sabueso y con seguridad mirar a Stella.
— ¡Si! Espero no le moleste esto, ya sabe... Por lo que pasó aquella vez... Je.
— ¿Porque me molestaría? No me enoja compartir — provocando que la sabueso quedará con su hoscico abierto, está movió las barandas a su mansión — Pasen~
— ¡Mierda...! — dijo en voz baja, sin soltar la mano del hombre, esta lo llevo a la furgoneta — ¿Oíste? Dijo que no le importaba compartir.
— Lo se cariño, déjala.
— ¡No soy tu novia idiota! Solo lo dije para que no intente cogerte pero solo lo empeore.
— Lo sé, solo te sigo la corriente, tonta.
— No sé te vaya ocurrir seguirmela tanto, pobre de ti si me tocas, me das una nalgada o me besas los labios.
— Loona, fue lo primero que pensé cuando te ví el trasero — fue su último comentario para sentarse al volante y mover el carro hacia la mansión — te vas a quedar parada como idiota o vas a entrar.
— ¡Explícame porque putas madres me mirabas el culo! — gritó a su amigo.
Ahora que ambos ya habían llegado a la mansión de Stella, tenían un asunto que tratar y se trataba de la mujer. Está chica tal parecía no importarle las palabras de la sabueso, sus palabras fueron en vano ya que está había confirmado que le importaba un carajo que estuviesen hasta juntos, ella sabía que la mujer iba intentar nuevamente a coger a su amigo.
La noche era el momento indicado para debilitar al ser humano aprovechan sus adormilados ojos. Con su equipaje en manos estos fueron guiados a sus respectivas habitaciones de la enorme mansión, con la temor de aquella noche, el hombre no se molestaba nisiquiera en ver a la cara a, Stella. Sabiendo que era quien lo invito a su hogar pero por razones obvias, está vez sería mejor mantener su espacio entre ella.
Stella se detuvo firmemente en una de las puertas de las muchas habitaciones, con su puño está lo insertó contra la puerta.
— ¡Está mierda necesita una puta llave! — gritó molesta abriendo la puerta — Disculpen, está será su habitación ya que son parejas, las parejas duermen juntas, ¿No?.
— Hmmm... S-si... Pero no cuando estan peleadas — fingiendo estar molesta, golpea al hombre en la entrepierna bruscamente — Lo ve, estamos pelados.
— ¡AHHHHH! ¡M-mierda! — cae al suelo adolorido — ¡¿Otra vez...?!
— Ya veo... Bueno, entonces los dejo para que se instalen y resuelvan sus problemas, los veo abajo par de locos.
Está se aleja del pasillo donde la habitación, a lo que la sabueso metió a su amigo dentro de la habitación empujandolo al suelo y metiendo sus maletas. Antes de cerrar la puerta tuvo la sospecha de que la había dañado a propósito para poder abrirla por dentro, o simplemente estaba muy paranoica por los recuerdos del otro día.
— ¡¿CUAL... está tu problema?! ¡Sabes que puedo dejar de tener hijos si me siguen pegando en mis pelotas!
— ¡Shhh! ¿Que no lo ves? La loca lo planeo, lo de la puerta.
— ¡Y seguramente tu planeas pegarme en mi pito más veces! — se recuesta en la cama aún adolorido — ¡Joder...! Así nisiquiera se me parará.
— ¡No seas llorón, esa mierda no duele! Además, no es mi culpa que tu salchicha parezca la cabeza de una tortuga asustada.
— Vete al carajo... Bueno, ahora ¿Que...? Tenemos que convivir con ella por una semana entera.
— Sigamos con mi plan, aunque no se si funcionará. Ella tiene su atención en ti.
— No sé que puede gustarle de mi, el amor es ciego.
— Da igual, vayamos abajo. Pero solamente una cosa más, tu también pon de tu parte, eres muy distraído como para darte cuenta que te van a follar.
— Pfff, vamos ya.
¿Que tan fácil puede caer en las tentaciones de una mujer? Pensaba este mientras bajaba las escaleras con la sabueso "enrabietada", aún si no estaba la mujer cerca de su vista, el hombre seguiría estando alerta de ella incluso hasta en la hora de dormir.
Caerá más fácil por la noche seguramente.
Llegando a la cocina de la mansión, estos se toparon con la sorpresa que en la mesa ya estaban servidos los platos de comida junto a sus nombres aún lado de los platos, ¿Lo había echo ella?. No parecía ser tan tonta la chica a pesar de tener gente sirviéndole y trabajando dentro de su mansión.
Se miraron asombrados por la acción de la mujer, está a lo lejos escuchó por su tono de voz el cual tarareaba una melodía, entrando a la cocina. Stella se percataria de la presencia de ambos aún parados frente a la mesa. Con un gesto de confusión, Stella señaló a los platos de comida con su pico.
Loona nuevamente entraría con su paranoia, ¿Porque los platos tienen sus respectivos nombres? Seguramente para que ambos tomaran sus platos y el de su amigo tendría alguna especie de drogas o alguna posición que ella misma habría conjurado con sus propias manos.
— Adelante, el tocino no sabe rico frío — tomó asiento al lado del plató del hombre.
— Oh... Cierto. Disculpe mis modales — toma asiento — Ven, la comida se enfría.
— Si... ¿Que es eso? — dice la sabueso apuntando aún lado.
Cómo esperó, su amigo y la mujer desviarian su mirada al lado donde ella apunto, esto le hizo tiempo para tomar el plato de su amigo para intercambiarlo por el de ella misma, si algo tuviera el plato pues entonces ella misma se lo comería.
Era eso o que su amigo terminará drogado por alguna sustancia tóxica o lujuriosa.
— Pues, ¿La puerta?.
— Disculpa, últimamente ella a estado muy distraída — pisó la cola de su amiga bajo la mesa.
— ¡Ahh! ¡S-si! ¡Disculpe! — volteó a ver a su amigo, regresandole el golpe con su pata.
— ¿Están bien?.
— ¡Claro que sí! Vamos, c-ca-cariño. Hay que comer.
— Cómo sea, les diré unas cosas antes de que terminemos de comer. Mi casa es su casa. Pueden ir a cualquier lugar que a ustedes les plasca, pero. Loona, trata de no salir de la mansión, mucha gente debes en cuando viene aquí a preguntar si este es un maldito hotel para quedarse a dormir.
— Idiotas.
— Lo sé, en fin. Buen provecho.
Salir de la mansión sería lo último que deseaba la sabueso con su amigo si está mujer se comportaba como loca, Loona tomó una de los cubiertos y empezó a comer de su plato aunque después de esas palabras de la mujer, se había olvidado de antes olfatear la comida.
Aunque ya le era tarde, está quiso aún comprobar si el platillo tenía algún sabor raro, y pues es que el tocino que estaba comiendo no le fue de su agrado, su sabor no era el que ella esperaba, incluso llegó a sentir como su garganta empezaba a ponerse rasposa.
Volteo a ver a su amigo disimuladamente y miraba como este disfrutaba de su comida sin problemas, únicamente con gestos de aprobación hacia su comida, de igual manera Stella gozaba de su comida. Pues si ella misma lo había echo, ella sabría que plato servirse mejor.
Tocaría tragarse ese feo sabor hasta terminarse el plato entero.
Acabando de comer, Loona apenas con su compostura se levantó rápidamente de la mesa agradeciendo por la comida y corrió rápidamente hacia el baño más cercano, la comida le había dejado un mal sabor de boca y un fuerte malestar en su estómago.
Stella tras ver a la sabueso salir de la habitación, volteó a ver el plato de comida del hombre, estaba segura que el plato que tenía el hombre era el que había planeado darle.
____, muy satisfecho se levantó de la mesa. Agradeciendo fue tomando los platos que su amiga y el habían usado y los dejó en el lavamanos, seguido de eso despedirse de la mujer y correr rápidamente hasta donde su amiga Loona había entrado.
Está se había montado el segundo piso, ya que a lo lejos se escuchaba sus gemidos de asqueo, el hombre entró en su habitación que era de dónde provenían sus ruidos.
El hombre habría la puerta solo para toparse con su amiga arrodillada frente al inodoro escupiendo su comida.
— ¿Estás bien? — dice alarmado poniéndose al lado de su amiga, tomando su largo cabello para que no tocase el agua del inodoro — Mierda.
— ¡¿Que mierda le pasa?! ¡Ese plato tenía algo! Hija de puta, intentó drogarte.
— ¿Que? Pero si yo estoy bien.
— ¡Gracias a mi! Cambie mi plato con el tuyo, tenía algo, no se que mierda le echó pero algo trató de hacer.
— Venga — la ayuda a levantarse — creo que esto va en serio.
— Hmmmm...
La sabueso no dejaría que su amigo volviera a caer ante sus jugadas sucias. Ya incluso estaba sonando muy posesiva al tratar de apartar a su amigo se la mujer loca, este hombre ya debería de saber mínimo las cosas que una persona otra para joder a otra, este se sentía tan halagado al ver como su amiga se esforzaba ahora por qué no le pasará nada.
Ambos bajaron nuevamente al pasillo principal donde ya la mujer los estaba esperando, Loona dejaba salir un par de gruñidos en un tono muy bajo, pues la mirada de la mujer era la de una muy preocupada, la cosa era que su disfraz no le serviría a la sabueso sabiendo que intentaba joder al hombre con drogas.
— ¿Esta bien ella? Parecía estar malita — dijo ella con "preocupación".
— Si, está bien. Únicamente se sintió mal, es todo. — volteo a ver a su amiga — La cachorra ya está bien.
La sabueso no pudo evitar sonrojarse tras las palabras de su amigo, "cachorra". Eran las palabras que alguna vez su padre se refirió a ella cuando la miraba, ahora que otra persona se le dirigía de esa manera tan especial, miraba la diferencia entre un familiar a una persona.
— ¿Porque no salimos un rato? Este lugar tiene una bella colina a unos cuantos kilómetros de aquí, bueno. Si es que no consideran una mierda la naturaleza.
El hombre miró de reojo a su amiga Loona, esta muy pensativa se rascó la cabeza pensando si es que habían también posibilidades de que la mujer nuevamente se aprovechará del momento, algunas ideas que lo hubiese proyectado también pasara por su cabeza, pero ir a una colina a ver de su vista no se escuchaba tan peligroso.
Ya decidía esta asintió aún con desconfianza pero segura de aceptar del viaje, a lo que la mujer procedió a retirarse de donde estaban para caminar hacia la salida.
Ambos pensaban que debían de llevar más de alguna cosa pero no, si ella salió es porque harían del viaje ahora mismo. La sabueso le apuntó con su dedo molesta y dándole la advertencia que tuviera cuidado con la chica si es que llegará a pasar algo.
La inseguridad de la sabueso le provocaba al hombre cierta pizca de ternura, Loona ya parecía entender el significado de "querer" a alguien por la paranoia.
Así ambos salieron de la mansión solo para toparse frente a sus ojos una bella y brillante camionate blanca estaciada por el carril que llevaba a la salida de la mansión, este auto era abundantemente brilloso que el color dorado pintado sobre las orillas de las puertas marcaban la luz que brotaba en ella, como si el flash de un teléfono les brotará por sus ojos.
La sabueso simplemente rodó sus ojos, está mujer parecía incluso tratar de impresionar al hombre con material valioso y costoso, cosa que logró atraer la mirada del hombre a una de asombro y emoción.
— Pfff, hay mejores camionetas que esa cosa. — dice Loona con desagrado, volteando a ver a su amigo quien se acercó rápidamente al vehículo.
— ¡Impresionante! Sin duda está cosa se gana la mirada de todos.
— ¿Esto? Pfff, para nada — dice Stella asomando su cabeza por la ventana — no es gran cosa, una mierda remplazable.
— Pues esta mierda vale mucho — miró de reojo a la sabueso — ¿Que?.
— ¡Nada! — dijo molesta, desviando la mirada con un sonrojo — ya vámonos que me aburro estando aquí...
Ambos entraron al enorme vehículo de la mujer, dentro todo era muy espacioso, enormes asientos con pequeñas mesas aún lado como soporte a sus cosas, un ambiente cálido con la vista a sus alrededores al tener enormes cristales limpios, Stella una vez más se había ganado la atención del hombre con unos de sus muchos lujos.
Tomando asiento en los cómodos lugares, esté miró a su costado que aún le sobraba espacio, su amiga quien recién había entrado también miraba a sus alrededores todo el lugar espacioso y costoso. Lo que no se esperó es que el hombre esperaba a que diera un paso más, pues su pierna estaba estirada en medio de su camino.
La sabueso muy distraída tropieza contra su pie haciéndola caer pero no contra el suelo, si no aún lado de su amigo que esperaba que está reaccionara, la sabueso volteo a verlo al rostro molesta, pero al toparse con la ligera mirada del hombre, dejó su mala cara aún lado y soltó un leve suspiro junto a un rubor en sus mejillas.
Stella miraba desde su asiento como estos dos se observaban del uno al otro con, las manos de la sabueso quedaron enredados junto con las del hombre, no estaba del toda convencida de que ellos fuesen pareja, sabía que algo no iba con ellos, su sonrisa pasó ser a una expresión seria, justo volteando a ver a la sabueso quien recién se sentó al lado del hombre y recostó su cabeza con timidez sobre su hombro.
Está cerró sus ojos sin dejar de soltar la mano del hombre, que tan lejos iba llegar esta mentira, por defender a su amigo. La sabueso estaba interactuando de una manera rara con el, ni siquiera el padre de Loona se había ganado tanto este tipo de afecto.
Stella avanzó rápidamente a las afuera de su sitio privado, que cosas tendría que hacer para atrapar a su presa, quien sabe.
CONTINUARÁ.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro