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CONTINÚAMOS.

Creo que nuestras voces no fueron tan silenciosas como nosotros habíamos pensado, al salir de la cama nos topamos con los padres de Loona, fueron más inteligentes que nosotros y dejaron la puerta abierta haciéndonos pensar que se habían marchado de la habitación, pero en realidad tuvieron que subirse a la cama y esperar a que nosotros saliéramos.

¿Ahora que les iba a explicar?, Ví de reojo la mirada amenazante, encerio me sentía tan nervioso, del príncipe Stolas no podía preocuparme, en su mirada podía notar su asombro.

Gire la mirada a la de Loona, fue lo único en lo que pude voltear a ver.

Blitz se bajó de la cama y se inclino a mi de manera rápida y hablar con autoridad.

— ¡¿Por qué putas estabas en nuestra habitación y debajo de nuestra cama?! — me jaló de la chaqueta mientras apretaba su mano —.

— Ehh, pues por qué estaba ayudando a Loona a buscar algo, pero creo que no estubo bien revisar sus cosas pervertidas — respondí sin verlo a los ojos, miraba a Loona esperando que también dijera algo —.

— Ya Blitz, solo estábamos buscando los antifaces que usan en el sexo — Loona mostró los antifaces —.

— ¿Antifaces? ¿Para que necesitan de los antifaces?.

— Verá príncipe, Stolas. Un amigo nos invitó a una fiesta el día de hoy, se llama Vortex aún que no se si ustedes lo conozcan.

— ¡Vortex!, ¡Ese perro chupa pitos! ¡Mete incluso a mis empleados en sus mierdas, ahora mismo iré con el y le voy a enseñar a no meterse con mi cachorrita!.

— Calmate cariño, esto no es nada grabé — Stolas voltea a verme — ¿Por qué no dijeron eso antes?.

— Por favor, son cosas privadas — Loona rodó los ojos —.

— Bueno... Yo soy un adulto, no tengo por qué pedirle permiso a alguien que si puedo salir, Stolas.

Le dije con firmeza, creo que no fue una de mis mejores respuestas tan amables que digamos, Blitz me miró con ojos de desprecio eh irá.

Saque el par de antifaces que Loona había logrado darme, dudé en ese momento si saldría vivo, luego de haberme metido en la habitación de mi jefe y de un rey del infierno.

Antes de que Blitz dijera algo, Stolas colocó su mano en cima de su boca, teniendo que callarlo.

Levante la vista confundido por lo que túbe que alzar la ceja y mirarlo directamente a sus ojos.

El solo dejo salir una pequeña risa acompañada con una expresión algo juguetona.

— Tontitos, nos hubieran preguntado directamente, claro que pueden usar los antifaces pero... No quiero saber nada malo de esa fiesta, en especial a ti ___.

— ¿Por qué lo dice?.

— No sabes en los problemas que me meterías si se enteran en dónde estás viviendo.

— Oh... Bueno tiene razón, no se preocupe por mi, alteza. Le doy mi palabra que no provocare ningún problema.

— Eso era todo lo que quería escuchar de ti, y en cuanto a ti Loona, por favor cuida de ___, no sabe nada del infierno y podría acabar muerto — colocó su mano sobre el hombro de Loona, ella solo rodó los ojos teniendo una sonrisa burlona —

— Tranquilo, este idiota estará en mi cargo — volteó a verme con una sonrisa victoriosa —

Pero que hija de perra, bueno. No hubo nada más interesante en ese momento, Stolas dejo que ambos nos marcharamos de su habitación, por supuesto que esto no le parecía nada a Blitz.

A lo lejos del pasillo podía escuchar sus gritos hacia el búho sonriente. Creo que en parte tenía razón, debí de haberle preguntado directamente, mi falta de pensar hizo que ese desgraciado se pusiera loco.

Creo que le había caído tan bien a Stolas, que apesar de ser alguien superior a todos, inclusive de mi. Me trataba con mucha amabilidad y se dirigía hacia mi por mi nombre y su tono de voz mostraba tanto amabilidad que respetó.

Nadie más volvió a cruzarse de camino en ese momento, me la pasé todo el día en la habitación sentado y pensando que haría al momento de llegar a la fiesta, Vortex tal vez podría hablarle, pero aún me seguiría costando ver a los demás con esas formas tan escalofriantes.

Pero que difícil era decidír si ir o no ir, sería tan estúpido el no ir ya que batalle con la sabueso por conseguir esos malditos antifaces, creo que lo más lógico sería ir, aparte de que Loona sabía que iría desde el principio y pues...

No, no creo que ella se le hablande ese corazón negro y me venga a tocar la puerta con su vestimenta ya puesta y preguntarme si iría a la fiesta o no.

Hasta fue algo estúpido pensar ese acto proviniendo de ella. Faltaban casi unos cuantos minutos para que se oscureciera más. La noche había llegado tan lentamente al no haber salido de la habitación.

Estaba recostado sobre la pila de ropa, con una camisa negra algo ajustada, y nos malditos jeans de color negro, aún que se me hacía algo raro que este tipo de ropa se encontrara en este infierno.

Miraba la hora del reloj sobre la pared, 14 minutos para decidir si quería ir a la fiesta.

Esto era como el primer día de escuela, no sabes a quien putas le vas hablarle y ensamblar una buena amistad, mi única mala amistad era una perra parlante.

—  No puedo faltar, el me invitó como muestra de que le había caído bien — me dije a mi mismo aborrecido, volví a ver el reloj lo cual faltaba poco tiempo —

Me senté a la orilla de la cama aún estando con la decisión en mi mente, de tanto pensar no me daba cuenta que pasaban rápido los minutos, faltaban 3 minutos para que dieran las 7.

Gire mi vista con algo de enojo hacia el Antifaz tirado al suelo, tanto por conseguir ese maldito objeto si al final no iba querer irme.

— Puto an-

— ¡___! — escuche la voz de cierta sabueso del otro lado de la puerta, mierda. ¿Ahora que quería? —.

Levanté mi cuerpo y giré del picaporte, en cuanto túbe que verla mis ojos se abrieron como platos, arqueó la cabeza mientras la miré de patas a cabeza, Loona estaba con un vestido corto, le llegaba hacia las rodillas, de su oreja derecha conservaba una flor color negra al igual que su maquillaje.

Sus guantes sin dedos había dejado de tenerlos, en vez de eso se habia pintado las uñas.

Pero que tenía ante mis ojos, no iba a negar lo que pensaba, tenía ante mis ojos la versión linda de Loona.

— ¿Loona, que haces aquí? Deberías de estar ya rumbo a la fiesta de tu amado — dije en broma recostandome sobre el borde de la puerta —.

— Bueno si, pero me recorde que un idiota también debía acompañarme a la fiesta, ya sabrás a qué idiota me refiero.

— Si, gracias por acordarte de mí...

— ¿Por qué la cara tan larga? No me digas que te arrepentiste de ir a la fiesta — me dió un codazo en mi abdomen —

— Tenía pensado no ir, pero veo que ya me estabas esperando, veo que si te interesó un poco.

— ¡¿Que?! ¡No idiota, tu fuiste invitado personalmente por el! Sabrá que trabajas conmigo y va a preguntar por ti, no es que me intereses — rodó sus ojos mientras me daba la espalda y empezaba a caminar — Vamos, no hagas que esto se alargue.

— Con un si en seco me hubiese bastado — tome el par de antifaces y corrí para estar a su lado — Bueno, tu supongo que ya habrás estado en fiestas con el, ¿Cómo son?.

— Cuando son de días pues son alocadas, mucho alcohol y todas esas madres que hacen una fiesta genial.

— ¿Y las nocturnas?.

— Pues son más de pasarla bien con la pareja que lleves, su novia planea esas fiestas, el se encarga de invitar a los que si merecen estarlo.

— ¿Parejas? Oye, está es tu oportunidad de estar con el, deberías de invitarlo a bailar y ya sabes, besos, apapachos, sexo.

— Haces que suene fácil... Me gustaría pero en primera, no puedo ya que el ya está comprometido con alguien más y en segunda, no te metas en mis cosas, idiota.

— Solo digo que tal vez está sea tu oportunidad ahora que yo estoy aqui, puedo halagarte frente a el, y llamar su atención en ti — ella se detuvo delante de la furgoneta con su mirada en mi —.

— ¿Me estás ofreciendo ayuda? De seguro te golpeaste la cabeza.

— Si quieres ver cómo la pasaba con otra feliz pues bien, luego no digas que jamás tuviste oportunidad con el — me subí al asiento del auto, sacando de mi bolsillo el antifaz —.

— No es eso tonto... — ella subió al auto estando al lado mío al frente del conductor — Es solo que nunca nadie me había ofrecido su ayuda para este tipos de cosas.

— ¿No?.

— No, ni una puta vez.

Desvío su mirada mientras colocaba sus patas al volante y empezar a manejar en dirrección a la fiesta, fue tan incómodo haberle dicho eso, túbe que colocarme el antifaz de una vez, no esperaba tener que verla a los ojos y seguir brindando de mi ayuda si ella no lo quería.

Solo suspiré y esperaría a que llegaramos a la fiesta.

— ____...

De repente su voz se dirigió a mi, gire la mirada a ella con algo de nervios, esperando a ver qué iba a decir.

— ¿En verdad quieres ayudarme...?

— ¿Si? Ehh.. ¿Está bien? Está actuando algo rara, incluso se dirigió a mi con mi nombre.

— Te voy a decir esto solo por qué siento que me estás agradando un poco más — dió un fuerte suspiro con su mirada desviada — Yo nunca tuve amigos.

En realidad espere a que ella me dijera algo negativo hacia mi, pero resulta que la sabueso no tenía amigos.

Pensé que se trataría de una de sus jugadas, bromas. Pero cuando dirigí su mirada hacia mi, note su triste expresión al igual que sus orejas algo decaídas, ella no estaba mintiendo...

— ¿No tienes amigos...?

— Vamos tonto escuchaste a la primera, no me hagas repetir lo que ya te dije cerca.

— Bueno... Nisiquiera se qué pensar, si no tuviste ningún amigo pues también me das a entender que jamás tuviste una relación, ¿Verdad?.

— Que puta vergüenza tener que contarte esto de mi.

— No, no, tranquila Loona, no entiendo pero supongo que tuviste motivos o peor aún, no quisieron nisiquiera intentar tener amistad cont-

— Ya no hablemos más de esto, no me gusta platicar de mis patéticas cosas con otros, nisiquiera hablo de esto con mi pa- ¡Ash! Ya sabes a qué me refiero.

— Si entiendo, pero sabe... Si te hace sentir mejor, podemos ser amigos, tu y yo. Claro si estás de acuerdo, solo somos compañeros de trabajos pero si quieres intentar socializar, aquí me tiene.

— Eso fue algo cursi, pero lo tendré en cuenta... — llevó su vista al frente alzando sus orejas — Mira, ya llegamos.

— ¿Ese es el lugar? Mierda, yo creí que sería algo sencillo y menos llamativo pero vaya..

Pero qué lugar tan grande, frente a nosotros estaba la enorme fiesta, era un lugar tan no lo sé, súper genial.

Era un inmenso domo, todo era completamente echo de cristal, diversas luces coloridas alumbraban el lugar haciendo que su reflejo se viera por todo el lugar, el domo tenía un segundo nivel donde gran parte de diablillos estaban, se alcanzaba a ver a varios metros.

Maldición, creo que había sido tan mala idea haber dicho que si vendría.

— Bueno ya sabes que es lo que no debes hacer, no te apartes de mi lado ni un maldito segundo y no te atrevas a hacer tonterías.

— Estás hablando con un adulto, sabueso — baje de la furgoneta no sin antes acomodar el antifaz y caminar hacia la entrada —

— ¡Espera idiota! — corrió a mi lado acomodándose su antifaz — no conoces el lugar y ya quieres entrar.

— No es necesario, es una fiesta y lo único que puedes hacer es dejarte llevar, pero no demasiado.

— Al fin dices algo con sentido, solo no te alejes tanto, no quiero tener que buscarte por todo el lugar — diría entrando al domo —

Aquí vamos... Inhaló con todas mis fuerzas, ajuste mi traje evitando que se viera una arruga sobre está, acomode el antifaz que traía ya puesto, antes de que pudiera ver hacia los lados me acerque a un extremo del domo, viendo que mi pelo estuviera perfecto.

Carajo, nunca había tenido que estár tan nervioso y menos en lugares así, había trabajado en un bar fiestero como para andar viendo y arreglarme físicamente.

Empujé las puertas adentrándome al enorme domo luminoso.

Al entrar al domo mis ojos simplemente quedaron paralizados, mi cuerpo se quedó tan tenso que con cada paso que daba sentía que se iban poniendo cada vez más pesados, una gran cantidad de sabuesos, y cuando me refería a una gran cantidad me estaba refiriendo a qué todo el lugar está lleno de diversos sabuesos.

Creí que no estaría tan llenó, Vortex si que había planeado la mejor fiesta.

El suelo de igual forma estaba echo de cristal, todo brillaba de un color tan celestial, arriba de este primer nivel colgaban algunas jaulas, jaulas las cuáles contendrían algunas parejas dentro.

No deje de caminar, seguía viendo todo con tanto asombro que cada parte o objeto que miraba me parecía simplemente asombroso.

Todos bailan y gritaban de tanta emoción, ningúno le hacía falta el antifaz, todos portaban con un antifaz en el rostro.

Estando tan rodeado de los sabuesos intentaba alejarme de las parejas que bailaban, pero no importaba cuánto caminara o me alejara, en cada rincón habría más de alguna pareja besándose.

Lo más jodido de todo era que había perdido de vista a Loona, me llevaba la carreta.

No iba a negar que el lugar estaba de ambiente, lo estaba del todo. Todos gritaban y cantaban, por un momento llegué a tararearla pero no podía andar con tanta libertad con varios sabuesos.

— Maldición, ¿En dónde se abra metido está sabueso?

— ¡Pero si viniste!

Sentía como la mano o pata de alguien la recostara sobre mi hombro, era una de color algo negra. Voltee la mirada y no olvidaría ese pelaje si me lo llegarán a mostrar varias veces, se trataba de Vortex.

Vortex vestía como mi vestuario, era como verme a un espejo, solo que este era un sabueso y con más musculatura, el bajó la mirada hacia mi, teniendo en una de sus patas una bebida, me sonrió de forma amigable a lo que yo tuve que responderle.

— ¡Vortex!, que susto me has dado — dije incomodamente rascándome del pelo —.

— Te vez bien amigo, mírate nada más, bienes de negro como yo y ese antifaz te queda con el vestuario, tienes un estilo genial.

— ¿De verdad?, Oh pues muchas gracias, tu te vez mejor diría yo, apuesto que debes ser el casa novas de este lugar.

— Claro que no amigo, venga. Lo invitó a un trago — empujó de mi hombro —

Ya había conseguido no estar tan solo en la fiesta, caminamos por toda esa multitud que bailaban y cantaban, llegamos a un costado del lugar, dónde se mantendría la comida.

Habían varios platos regados por toda la mesa, cada platillo que miraba se miraba tan exquisito, su tono de color era tan llamativo inclusive para mí.

Creo que esto sería como en las típicas películas, una fuente de soda o quién sabe que contendría, eso estaba sobre la mesa, este lugar si que era fascinante.

Tomó un baso de plástico para después servir dentro de este y proceder a dármelo, no iba a negar una acción como esa en una fiesta tan animada.

— Es ponche pero este tiene alcohol, te recomiendo que lo tomes con calma, te pondrás tan animado que la fiesta — diría entre pequeñas carcajadas —.

— Está hablando con un ex cantinero — tomé del baso sin problemas dejándolo sobre la mesa —.

— ¡Sabía que tenías estilo! Sabía que había sido una buena idea invitarte a la fiesta.

— Me halaga mucho, Vortex

— Bueno, disfruta de la gran fiesta que será muy larga, cualquier cosa estaré en el segundo nivel, ya sabes. Dónde el ambiente es tranquilo y sereno.

Me despedí del enorme sabueso con un gran apretón de manos, luego de esto el procedería a retirarse del sitio, siguiéndole la corriente a los demás claro.

Ahora que sabía que no estaría tan solo eso me hacía sentirme más cómodo en el lugar, la música no paraba de sonar, varios aullidos provocados por todos aquellos que bailaban por todo el sitio se escuchaba.

Movía mi mano al ritmo de la música, cerré mis ojos por un momento, en la que la letra de la canción llegaba a su fin,  mi corazón empezaba a latir de manera a que el ritmo de la música nueva que sonaba avanzara.

Inexplicablemente mi rostro empezó a dibujarse una enorme sonrisa, fue tan relajante estirar mi cuerpo en medio de todas esas criaturas animadas.

Mis piernas empezaron a moverse de un lado a otro, como esa sensación que te agarra en una fiesta al momento de escuchar la música que te gusta o cuando simplemente el efecto del alcohol empieza a hacer sus efectos.

Mi cabeza empezaba a dar fuertes vueltas por todo el lugar, me sentía tan animado que mi cuerpo empezó a moverse de un lado a otro, todo mi cuerpo estaba correspondiendo al ritmo de música.

No podía creerlo, estaba bailando. Pero que rayos tenía esa bebida aparte del alcohol, no estaba razonando nisiquiera mentalmente, solo pensaba de mover mi cuerpo sin parar.

Con tanta energía que tenía mi cuerpo empezaba a moverme de un lado a otro sin tener que bajar las manos las cuáles empezaba a tenerlas alzadas, todos tanto ellos como yo empezaron a hacerse a un lado, como dando espacio a las parejas que bailaban en medio del lugar.

No me importo quien se me atravesará, seguí moviendo mi cuerpo de un lado a otro, nunca había sentido tanto la necesidad de bailar, moverme con ese ánimo en este tipo de fiestas.

Mi boca poco a poco iba haciendo sonar la letra de la canción que cada vez subía más el volumen, cantaba con todas las fuerzas que podía, era uno más entre toda esa multitud de seres extraños.

Sin darme cuenta de mis alrededores, sentía como mis caderas eran jaladas detrás mío de manera brusca, gire la mirada sin dejar de cantar la letra de la canción, había visto tanto en la fiesta que no me sorprendia lo que llegara a toparme en ese instante.

Una bella sabueso de pelaje negro se había acercado a mi, con sus patas colocadas al rededor de mis caderas, estando en movimiento con el ritmo de la música, sus ojos color rojos llamaron toda la atención de mis ojos.

Con un vestido realmente corto que sin toda la pena del mundo mostraba las mejillas de su trasero, mantuve la mirada en sus ojos mientras seguía moviendome, tome de sus patas y empezaba a moverme al ritmo de la música, ambos bailabamos no solo físicamente, nuestras miradas jamás dejaron de estar tan juntas eh fijas.

Grite de la emoción a lo que ella haría lo mismo pero a diferencia a que ella dejaría salir un fuerte aullido, demostrandole mis mejores pasos de baila procedí a moverme más sobre la pista, me di cuenta que la pista empezaba a brillar, cada cuadro dejaba mostrar un color diferente al que seguía.

De repente todo el grupo de sabuesos plantó toda su mirada en mi, en mis movimientos de baile ante la loba.

Estaba tan alocado que no me avergonzó tener que bailar en frente de todos ellos, es más, me sentía tan feliz de hacerlo que deseaba que todo el mundo me conociera el rostro, aplaudían y abucheaban entre aplausos.

Las patas de la sabueso apretaron de las mías, yo hice lo mismo con ella mientras seguía moviendome por toda la pista, de manera tan repentina eh sorpresiva junte mis labios con el oscico de aquella sabueso.

Mis labios fueron forjados a ser abiertos y lamidos por el oscico de la sabueso. No supe que hacer en ese momento tan sorpresivo, intenté apartarme de ese agarre pero aquel beso de lengua había sido tan tentador que no tuve las fuerzas de controlar las fuertes vibraciones del alcohol y corresponder al beso.

Su lengua estubo dentro de la mía, moviéndose y explorando cada parte del interior de mi boca, parecía tener un gusano realmente escurridizo en mi boca, algo que me fascino demasiado, tanto que dirige ambas manos hacia la parte trasera de la sabueso, ahora hasta había perdido la vergüenza.

Metí mis manos debajo de la falda que está traía puesta, su enorme culo hizo obligarme hacer este tipo de manoseo, sentía desde la planta de su cola como se movía de un lado a otro, su oscico producía fuertes gemidos dentro de mi boca, apenas si se podían escuchar pero fue algo que solo mis oídos les encantó.

La mire directamente a los ojos que era lo único que podía ver de su seductor rostro, nuevamente tome de su pata y a lo que ella me correspondió con rápides, esperando que la siguiente música fuera más animada, bailar sin tener que detenerme y evitar dejar de verla a los ojos.....

















CONTINÚARA...
 

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