𝕻𝕬𝕽𝕿𝕰 10
CONTINUAMOS
¿Un nuevo día?, Saben... Al tener que dormir con tipos desconocidos, me daba algo de mala espina. Me imaginaba un día en el que ya no despertaría, ¿La razón? Pues que trabajo con diablillos sicarios, esos bastardos podrían hacerme algo mientras duermo.
Bostece apenas levantándome de la cama mientras tallaba a un ritmo muy lento mis adoloridos ojos, el sonido de algunos pasos de que quien sabe que pasaba afuera de los largos pasillos, gire a ver a la enorme ventana cubierta con una cortina negra, los rayos del sol traspasaban, significaba que ya había amanecido.
— Día sa-sabado...
Maldiciendo, estiré mi cuerpo hacia mi ropa que estaba tirada al suelo, había recordado la invitación del sabueso.
Saque la invitación, abrí el sobre y leí detenidamente lo que contenía escrito.
Sería un fiesta nocturna, al costado con números pequeños mostraba la dirección donde sería la fiesta. No conocía nada de eso y menos todo lo que mostraba, sobre unas cosas de antifaz, ¿Antifaz?
Tenía que llevar un antifaz, mierda.
Me levanté de la cama dejando al lado mi pesado sueño. Tome la ropa y empece a cambiarme rápidamente, de repente la puerta sonó, hablé con un simple "pase" al casi haber termino de cambiarme.
— ¡Buenos días caballero!, ¿Cómo te encuentras hoy? — Bajé un poco la mirada teniendo al frente mío al diablillo llamado Moxxie —.
— ¿Moxxie? Que sorpresa verlo, buenos días.
— ¿Listo para tu día de descanso?.
— ¿Descanso...? Pero si es sábado, se supone que debemos, no sé, trabajar solo medio día, ¿Acaso ustedes no trabajan los sábados?.
— Bueno, antes de que nuestro jefe se casará, teníamos la agenda realmente llenita, pero ahora que estamos conviviendo más con la realeza, ya no tenemos que ir a trabajar los sábados, y de los domingos pues ya sabrás que toca, también.
— Creí que teníamos trabajo, ¿Me levanté temprano en vano?.
— Oh, siento que nadie te dijera eso. Bueno a lo que vine — Moxxie salió de nuevo de la habitación, volvió a entrar pero está vez no con las manos vacías, traía una pila de ropa doblada en sus manos —.
— ¿Y eso? No me digas que ahora debo de hacer el papel de sirviente — dije molesto teniendo que levantarme y tomar la ropa —.
— Por supuesto que no, está ropa fue un regalo del príncipe, Stolas. Dijo que ahora que te estabas adaptando aquí, debías estar acomodado.
— Que buena honda de su parte — exclamé quitándome la ropa que tenía puesta, me coloque una que llamo mi atención, amaba las chaquetas negras, y la que tenía puesta era una muy llamativa, que en sus mangas mostraba la imagen de varias flamas de un color celeste — ¡Super!
— Te queda, si supo cuál sería tu número. Te dejo esto para que poco a poco te lo pruebes, tal vez deberías después bajar a comer, nuestro jefe tuvo una cita con el príncipe Stolas, en la superficie.
— Claro, en unos segundos bajaré, gracias por encaminarme la ropa, Moxxie.
— ¡No hay de que! — salió de la habitación con una expresión muy sonriente —.
Ya me estaba siendo falta la ropa nueva, había estado usando la misma ropa en estos días.
Me miraba genial, estaba parado frente al espejo mirándome de cuerpo completo, pero que maldito galán.
Salí de la habitación, vaya... No había nadie rondado por los pasillos, de seguro había sido Moxxie quien caminaba por los pasillos, pero que silencio había por todo el lugar, ¿Fui yo quien nada más se había levantado? Aparte de Moxxie.
Mis pasos eran los únicos que resonaban por todo el pasillo, pero que odioso.
Me sabía un poco hacia donde dirigían algunos de los pasillos y se que el que estaba tomando me llevaría hacia la cocina, dónde Moxxie dijo que llegara.
Si, no era el único que estaba despierto, cruzando la puerta de la cocina pude escuchar algunas voces justo al tocar de la manija.
— ¡Buenos días ____! — Millie me brindó una cálida sonrisa mientras me saludaba con la mano — ¡Has venido en el momento indicado!.
— Je, está algo animada el día de hoy, ¿Verdad? — tomé asiento al frente de la pareja de esposos, eran los únicos levantándos entonces —.
— Bueno, mi esposa y yo tendremos un día de películas el día de hoy en nuestra casa. Es importante para nosotros pasar el tiempo juntos.
— Si, ya me lo estoy imaginando... Por cierto, ¿Como les fue el día de ayer?, Se tardaron un chingo en llegar, tuvimos que regresarnos.
— No sabes lo que tuvimos que pasar, digamos que cada pedido que tengamos que hacer, lo haremos con mucha precaución, no queremos tener más problemas con el gobierno — Moxxie colocó una sonrisa nerviosa, creo que se estaba refiriendo a los hombres de traje negro —
— Que mal... Supongo que es más seguro el infierno que la superficie, arriba ahora todo es una mierda — tomé el tazón de comida que estaría al frente mío, supuse que era mío — ¿Puedo?.
— Adelante amigo, buen provecho.
Ahora que estaba con Millie y Moxxie, tal vez podía pedirles ayuda sobre la fiesta de Vortex, aunque no sabía si ellos conocían al sabueso.
Saque la invitación de mi bolsillo y la coloqué sobre la mesa, Moxxie la tomo sabiendo de que se trataba, volteó a verme algo desconsertado, creo que no le parecía.
— ¿Y esto de dónde lo sacaste? Tiene el nombre del enamorado de, Loona.
— Pues... Resulta que el me invitó a la fiesta, no solo a mi también a Loona, pero resulta que no sé dónde queda el lugar.
— ¡Uuh! Las fiestas que hace la novia de ese guardaespaldas son buenas, al chile tienes que ir — jure a ver visto como las pupilas de ella formaban la figura de estrellas —
— No te recomiendo que vayas a ese lugar, pueden hacerle daño o solo si consigues un antifaz para ir, no notarán que eres un humano.
— ¿Y de dónde mierdas sacaré uno? ¿Cuánto vale esa cosa?. — seguí comiendo de mala gana —.
— Esos antifaz son especiales aquí en este anillo, tal vez la pareja de Blitz tenga uno, pero yo no me atrevo a entrar a la habitación de la realeza.
— No te preocupes, yo sé si quien puede entrar ya que también le conviene tener uno.
Me estaba refiriendo a Loona, ella también iría a la fiesta y pues necesitaba la ayuda de esa sabueso, no toqué más el tema de la fiesta y sobre el antifaz, comía mi tazón de cereal en silencio, ahora que recordaba esto, hacía mucho tiempo que no probaba un tazón de cereal, todo se trató siempre del alcohol, y más alcohol.
Millie y Moxxie siguieron hablando sobre el tema de su día de películas, no pararon de reír y darse uno que otro afecto.
Ambos se miraban tan chistosos estando con un tono para dirigirse al otro.
Luego de varios minutos de estar sentado comiendo el tazón, me levanté de la mesa algo apresurado, no sin antes darles las gracias por haberme servido la comida, correspondieron a mi agradecimiento.
Lave el tazón para después colocarlo en su lugar eh proceder a buscar a esa sabueso, ¿Que? También soy educado.
Mierda, caminar por los pasillos me daba algo de ansiedad, o tal vez por qué me estaba dirigiendo con la mismísima muerte blanca, Loona.
Uff, ya estaba frente a su puerta, tenía escrito con varios pósters "La muerte espera", mierda. Recordaba esa frase en una película paranormal, ahora solo tocaba tocar.
— Ehh.. ¡Loona! — grite apenas tocando la puerta con algo de incomodidad —.
No escuché ningúna respuesta de la loba, más que solo el gruñido de su maldito oscico, está sabueso si que era una puta olgazana.
— ¡Necesito su ayuda en algo, levanté ese trasero! — seguí gritando varias veces, la puerta de abrió de manera brusca, mostrándome a Loona — ¡Mierda, que puto miedo!
— ¡¿Que quieres imbécil?! ¡Estaba durmiendo!.
— Es que necesito que me ayude en algo, es sobre la fiesta de tu crush, pide que llevemos un antifaz y no sé dónde conseguir uno, pero Moxxie me comentó que Stolas, tiene en su habitación.
— Puta madre... Piden esa mierda cuando justo quiero darme un retoque en la cara, ¡Espera aquí, no se te ocurra verme mientras me cambio!.
Cerró la puerta de igual forma brusca en mi rostro.
— No gracias, no quiero perder mi vista — comenté en broma recostandome contra su puerta —
— Vete a la mierda idiota.
Que divertido era joderla, esperé a que saliera de su habitación, mientras tanto me puse pensar un poco sobre la fiesta, para ser franco. No tenía tantas ganas de asistir a la fiesta, habrá muchos que no conozco para nada.
Bueno, no podría estar tan cerca de Loona, ni que fuera mi madre para estar siempre al lado de ella, Vortex tal vez podía buscarlo y no sé, tener una conversación formal con el y sus amistades.
— ¿Que tanto hace? Solo iremos a buscar un par de antifaces, no irás a modelar a la habitación, Loona — volví a tocar la puerta varias veces —.
— ¡Espérate idiota, no me estés apresurando! — me respondió en voz alta, escuchaba tanto ruido adentro que parecía que estaba tirando todo a la mierda —.
Estube esperando por casi una media hora diría yo, ¿Que tanto tiene que hacerse? Solo era de ir a la habitación, nuevamente toque la puerta algo desesperado y molesto, joder con está sabueso.
Está vez la puerta se abrió de un solo golpeo, me aparte de la entrada ya que se trataba de Loona, ahora ya miraba por qué se había tardado tanto, se había arreglado todo su pelaje, cabello y cola. Estaba todo realmente liso, ahora que la miraba de frente así, a ella si le quedaba ese estilo.
Mierda, hasta llegué a pensar que se miraba bonita.
— ¿Que? No tengo nada en la cara para que me veas el maldito rostro — habló Loona desvían la mirada con sus brazos cruzados y una expresión molesta —.
— No, es que... Se que le va a sonar raro y más viniendo de mi, pero usted se ve bonita.
— ¡Tragate un pito hijo de pu-... ¿Que? ¿Que acabas de opinar de mi?.
Nisiquiera con los cumplidos quitaba sus rabietas.
— Sabe que olvídelo, mejor busquemos esos antifaces ahora, antes que tu padre venga y nos vea en su habitación — Me alejé de ella dirigiéndome a la habitación donde el búho dormía —.
Caminos hacia la habitación del búho, y como no reconocer la habitación de esos dos, si la única puerta enorme en este castillo era su habitación, con las iniciales de cada uno colocadas en letras doradas en cada extremo de la puerta.
Cómo era la habitación de sus mismos padrastros me hice a un lado, Loona debía de saber dónde estarían esos antifaces.
Ella entró a la habitación abriendo las puertas con una sola patada, de regreso a la habitación de estos dos.
Mire a los alrededores en busca de algo que se pudiera ver cómo antifaces, pero... Pero que maldito lugar era esa habitación.
La última vez que estube aquí estaba todo ordenado, ningún objeto o basura en el suelo y ahora que estábamos dentro, había diversos juguetes para adultos en todo el lugar, mierda... No me sorprendían las plumas exparcidas por toda la cama, que puto asco.
— Pero que mierda con tus papás, les gusta coger a cada ratos que no se acuerdan de limpiar todo este tiradero.
— Ahora entenderás por qué la puerta es grande, ayúdame a buscar esos antifaces, tu busca debajo de la cama, tienen algunas madres ahí tiradas, yo veo en sus cajones.
— Si me encuentro un puto pene postizo me voy a la mierda que este lugar da más miedo que la habitación roja de 50 sombras de Grey.
No puede ser que me tenga buscar unos malditos antifaces en todas esas cosas pervertidas, por mi mente hasta pasó la imagen del como estos dos tendrían sus momentos sexuales.
Me incline debajo de la cama, buscaba entre las cosas regadas del suelo, no había nada más que juguetes sexuales, algunas cajas con el nombre de algunas pastillas.
Mucha ropa con muy mal olor, y un maldito condón roto.
Ahora no podría ver a ese búho a los ojos, estube rebuscado por toda la cama y no había encontrado nada, hasta me tomé la maldita molestia de ordenar algunas cosas y ponerlas en sus lugares.
— Loona, aquí no hay nada de antifaces. — dije levantandome del suelo —.
— Pues... No me haga mucho caso pero creo que la caja que está arriba del closet tiene algo — apuntó con su pata hacia la parte de arriba, mire hacia esa dirección y en efecto, la caja parecía contenerlos ya que de esta sobresalía el color — Yo no alcanzó.
— Yo menos... Ya sé, acércate un poco.
Junte ambas manos procediendo a ponerlas cerca del enorme closet, creo que ella no se iba animar a subirse y bajarlo.
— Sube, yo la sostengo y usted toma la caja.
— ¿Que? Estás idiota si crees que voy a dejar que me toques — ella volteo a ver hacia otro lado con su mirada molesta —
— ¿Quiere hacerlo al revés? Por mi no hay problema, total será usted quien tenga que subirme hasta arriba.
— Mierda... ¡Bien, pero que sea rápido idiota!.
Aqui vamos... Usé toda mi fuerza, para cuando ella colocó su pata sobre mis manos, de la misma forma aplique todas mis fuerzas para que ella pudiera alcanzar la caja que estaba sobre el closet del búho, era tan grande que superaba la estatura de una maldita jirafa, como carajos podían usar ese tipo de vestuarios.
Loona estiraba su pata, intentando alcanzar la caja pero por más que siguiera intentándolo no llegaba más, bajo la mirada hacia mi, me señaló que intentara subirla más, a lo que yo procedí a levantar más su pata.
No quería ser tan exagerado, pero Loona pesaba un chingo. Sus almohadillas de sus patas traseras me daban algo de comodidad, eran suaves al punto de querer apretarlas o darles un mordisco.
— ¡No alcanzo, puta caja pendeja! — dice Loona extendiendo más su pata — ¡Échale más ganas y levántame!
— ¡Eso hago, pero no es por ser grosero pero usted pesa un chingo! — exclamé apenas elevándola más — ¡Creí que no pesaba mucho!
— ¡¿Me estás diciendo gorda?! ¡Espérate cuando baje y te daré una patada en las bolas!.
— ¡So-solo un poco ma-mas! — me incline un poco al costado del closet, tome la pata de Loona con todas mis fuerzas, la impulse logrando hacer que está ahora tuviera con sus patas en mis hombros y estar a casi la altura del enorme closet —
— ¡Bingo! — gritó con éxitos al tener la caja en sus patas — ¡Aquí están los antifaces!
— ¿De verdad? — levanté la mirada intentando ver los antifaces —.
Le acababa de ver el trasero a Loona, no pensé que tendría todo el trasero de ella tan cerca de mi maldito rostro, ahora sabía que el short que usaba tenía un pequeño orificio en la orilla de sus caderas en su parte trasera, su cola sobresalía de esa parte.
Sentí como todo mi cuerpo se estremecía por completo, mis manos empezaron a temblarme tanto que túbe que arrinconarme contra el closet.
No pare de ver el trasero de la sabueso ni un maldito segundo, hasta llegué a sentir algo incómodo mi parte de abajo.
Era como si esta parte me provocará, mierda ahora sí estaba completamente enfermo.
— Tomaré 4 por si las porquerías se rompen en la fiesta, bueno ya puedes bajarme.
— Ehh... Si, si ya voy — le respondí inclinandome al suelo, para después bajarla —
Tenía la cara tan roja que sentí como mi cara empezaba a hervirme por completo.
Bajé a Loona de inmediatamente, luego de eso evitarlo verla a los ojos, lo que menos quería es que ella pensara que yo era un maldito pervertido.
— Aquí tienes, ahora se puede decir que solo hay que estar listos para cuando se anochesca — alzó un par de antifaces a mi rostro, los tome sin dejar de ver al suelo —
— Muchas Gra-gracias... Ehh... Yo iré a ver qué ropa me podré para la no-noche.
— ¿Y a usted que le agarró? Tienes la cara roja — ella me miró fijamente con una expresión sería —
— ¿Yo?, Emm... Estoy bien Loona, solo me imágine algo estúpido y pu-
— ¡¿Acaso me viste el culo?! ¡Maldito idiota, ahora sí te voy a partir el culo! — gritó intentando jalar de mi brazo —
— ¡Espera, no fue mi intención! ¡Tu trasero se me atravesó de la nada! — forcé para que ella no me rasguñara, pero ella tenía más fuerza que yo y caí al suelo siendo aplastado por la pata de Loona —.
— ¡Sabia que eres un maldito asqueroso! — presionó su pata contra mi cabeza —
— ¡Auch! ¡No te pases Loona!.
— ¡Tu eres el que se pa-.
Loona de repente se quedó con el oscico cerrado, me quedé algo confundido por su comportamiento tan raro, ella incluso dejó de hacerme presión la cabeza.
Volteó a ver hacia la puerta, solo para darse cuenta como la manija era movida por quién sabe quién del otro lado de la puerta.
En cuanto está se abrió, Loona se tiró al suelo, justo al lado mío, pateó mi cuerpo obligandomé a moverme de lugar y adentrarme más, ella se metió también de bajo de la cama, ahora ambos estábamos debajo de la cama, tan apretados.
— ¡No, no, no! Ya te dije que no Stolas. Ese idiota no me agrada para nada — escuche la voz de mi jefe, parecía estar molesto con Stolas —.
— Solo será por unos días, debes llevarte bien con tus empleados cariño.
— ¡El no sería mi empleado si no fuera por tu plumiento cerebro! Sabías que no me agradaría y lo metes a mi negocio.
— Vamos, no me hagas tener que usar mi lado malo~ — con su tono seductor levantó al diablillo con sus garras y besarlo ingresando su lengua dentro de este —.
Pero que momento tan asqueroso, incómodo, lleve mi vista hacia Loona con una expresión de asqueo, ella solo me miró y hablo entre susurros.
— Esto es tu culpa, si no me hubieses visto la reta guardia no te habría golpeado y hubiéramos salido a tiempo — me dijo con el seño fruncido —.
— Pudrete Loona, tu eres la maldita delicada que por todo te emputas, te enojas hasta por qué los demás respiren.
— ¡Ojalá te mueras! — susurró alzando un poco su tono hacia mí, golpeando mi hombro con su pata —
— Si me muero me quedaré aquí para siempre, gracias por darme la idea — le devolví el golpe — ¡Sabueso inútil!
— ¡Dime algo más así y te arranco el pito!
— ¡¿Para que, para después metértelo por el ano?! — alcé un poco la voz sin dejar de hablar en susurro —
Note como al expresión de Loona pasaba de una molesta a una super furiosa, ella se lanzó en cima mío, con ambas patas empezó a ahorcarme, fui un poco más rápido que ella y las lleve a sus patas de igual forma, batallamos para ver quién lastimaba a quien.
Incluso lograba escuchar los gruñidos de Loona, su oscico empezó abrirlo lentamente, sus malditos dientes filosos se estaban dirigiendo a mi cuello.
— ¡Me importa un carajo mi teléfono, prefiero matarte ahora mismo! — intentó apretarme más el cuello —
— ¡Hazlo y te juro que me encargaré de hacer que tu segunda vida sea una mierda y más de lo que ya es! — susurré entre dientes logrando quedar encima de ella y colocar sus patas estiradas al suelo — ¡Te gane putita!
— ¡Grrr! ¡Bajate de mi ahora idiota! — con su mismo tono bajo, intento acercar su oscico hacia mi rostro eh intentar morderme —
Ella siguió aplicaciondo naa fuerzas para poder librarse de mi, no iba dejarla salir tan fácilmente, estube por un rato mirándola a los ojos con seriedad, ella sabía que si seguía forcejeando, haría llamar la atención del búho y nos descubrirían.
Había también olvidado eso, pero la cosa era que, estos dos habían dejado de hablarse, Loona también lo noto ya que ella dejo de forcejear.
Ambos llevamos la mirada al frente, solo para tomarnos con la puerta de la habitación, la cual estaba abierta.
Creo que ya se habían alejado de la habitación.
— ¿Ya se fueron...? Nisiquiera hicieron nada de ruido. — le dije mientras me quitaba de encima — ¿Ves algo?.
— No, nisiquiera logro olfatear sus olores, asómate a ver idiota.
— ¿Y por qué? Mejor hazlo tu, si me ven a mi salir de aquí me van a cortar el pito.
— No seas maricon y sal a ver si no hay nadie, pedazo de idiota. — me jaló de la camisa de forma brusca, a lo que yo simplemente respondió asintiendo con mi cabeza y salir de la habitación —.
Pero que maldito miedo.
— ¿Vez algo? — ella asomó lentamente su cabeza —
— No, no veo a nadie — seguro de no haber visto a nadie, giré mi cabeza hacia la cama, solamente para quedarme paralizado — Carajo...
— ¿Que pasa, por qué pones cara de idiota? — salió debajo de la cama volteando a ver hacia la misma dirección mía — Oh.. ya veo... La cagaste idiota...
EN TODA.
CONTINÚARA..
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