‹ 𝖮7 : 𝖥𝗂𝗋𝗌𝗍 𝗐𝗈𝗋𝖽 ›
Jeongin miraba al frente con desinterés mientras esperaba a su madre. La mujer había salido unas horas antes a hacer algunos mandados, y su pequeño hijo no tenía nada más que hacer, así que decidió esperarla para hacerle un mini berrinche por dejarlo tanto tiempo solo.
Si bien, amaba los momentos en dónde tenía la casa sola y podía poner música a todo volumen mientras se distraía con la cámara, también extrañaba un poco a la mayor.
Suspiro por cuarta vez con sus manos en cada cachete, reposando sus codos en sus rodillas. Se encontraba sentado en las pequeñas escaleras de madera en la entrada de su casa, apenas eran las once del mediodía y el sol estaba con todo.
Ya se había acostumbrado a su nueva vida ahí. La escuela estaba más que bien, para su suerte, había sido un excelente inicio de clase junto a los estudiantes que ahora eran sus amigos. Al principio le perturbava, pero luego noto que no era la gran cosa.
El vecindario era muy cómodo, un lugar tranquilo y muy bonito. Algo que amaba de este era lo pacífico que podría ser por las tardes, por lo que agarro una constumbre de salir a caminar junto a su cámara en ese tiempo, logrando sacar fotografías hermosas a las plantas, a algunos animales que se encontraba, o hasta hogares que le llamaban la atención.
Su madre ya se había adaptado a su nuevo trabajo, y estaba más que alegre al saber que su hijo se sentía cómodo ahí. Pero algo que noto hace no tanto tiempo, es que su pequeño anda un poco distraído últimamente, y no sabe el porqué.
En si Jeongin es un chico un poco despistado, pero hay veces en dónde se concentra en un punto fijo del suelo y se queda mirándolo por minutos, mientras deja de hacer cualquier cosa que antes se encontraba haciendo. La mujer le había llamado la atención varias veces, pero solo resive un sonrisa nerviosa a cambio.
Si ella supera que el adolescente de al lado lo tenía así.
Hyunjin no había dejado de saludarlo cada que podía con una sonrisa o algunas miradas en la escuela, por los pasillos cuando cada uno en su grupo cruza con el otro, en la cafetería, o hasta en la salida. Ellos se daban una mirada para saber la presencia del otro cada que podían.
Jeongin había desarrollado una pequeña constumbre cada que entraba a la escuela, y era buscarlo con la mirada, era como esas miradas en dónde se informaban que cada uno había ido a clases. Pasaba lo mismo al horario de la salida, cuando el castaño entraba al auto de su madre, bajaba la ventana para mirarlo como este se va caminando solo hacia el vecindario (y aunque no quedaba tan lejos, Jeongin siempre cruzaba a hacer otros mandados con su madre).
No sabía si era verdad lo que estaba sintiendo, pero en sus pensamientos estaba el hecho de estar enamorándose del pelinegro. No entendía el porque, porque pensándolo bien, solo se habían dado miradas y sonrisas, ni siquiera se habían dirijido una palabra al otro, nunca.
Pero sabía que si en verdad estaba enamorado de él, tendría que animarse a hablarle, pero como Jeongin era muy tímido y no comenzaría una conversación por miedo a quedarse sin tema, eso no ocurriría. En algún futuro quizá.
Jugo con el pasto en su pie mientras intenta aclarar sus sentimientos, creía que quizá estaba exagerando, ¿Por qué, y si a Hyunjin no le pasaba lo mismo y solo lo veía como un amigo? O peor, ¿Cómo simplemente su vecino buena onda?
De solo pensarlo sus ánimos iban hacia abajo, sabía que iba a ser muy difícil llegar a ser algo más que sonrisas y miradas con Hyunjin, pero ...soñar es gratis, ¿No?
Un carraspeó hace que deje de mirar el pasto y levanté su mirada, buscando el lugar proveniente del ruido. Al escuchar otro ruido avergonzado de alguien, voltea a la derecha, viendo al mismísimo vecino detrás de su cerca, dejando ver solo sus hombre y cabeza.
—Hola ...—volvio a carraspear nervioso, rascándose la nuca unos segundos.
¿Esto en verdad estaba pasando? ¿Hyunjin le estaba hablando? ¡Dios, no estaba preparado!
No sabía que hacer, se sentía nervioso desde su sitio, así que decidió parase pero quedarse en el mismo lugar, está vez, mirando directo a Hyunjin aún a algunos metros de distancia.
—Vi que estabas distraído y decidí pasar a saludarte—río unos segundos, esperando a que Jeongin riera junto a él, pero el castaño se encontraba más concentrado en observar su rostro—Bueno, espero no te moleste.
¿Cómo se respiraba?
Sentía un nudo en su garganta, veía como el pelinegro estaba esperando a que respondiera algo, o que al menos soltara un sonido insignificante, pero algo. Aún se encontraba sorprendido, pero decidió hablar e intentar mantener una conversación con Hyunjin, porque si no, no podría en otra oportunidad por la vergüenza.
—C-claro que no molestas—respondio con rapidez Jeongin, tartamudeando un poco, pero disimulandoló con una sonrisa. Hyunjin al escuchar su respuesta, sonrió con un poco más de confianza y alivio, observándolo con algo de pena a la vez.
—Perdón, no me presenté bien. Soy Hyunjin—murmuro presentándose formalmente.
—Un gusto Hyunjin. Soy Jeongin—se sorprendió al notar que esta vez su voz había salido con más confianza y sin tartamudeos.
—El gusto es mío—comento apoyando sus codos en la cerca, quedando su cabeza sobre sus brazos—Por cierto, Jeongin, note que te gusta sacar fotos—murmuro con algo de nerviosismo, sonriendo—Siempre te veo con la cámara en manos. O-osea no siempre, cada que te veo—intento ocultar su sonrojo al escuchar sus propias palabras.
A Jeongin se le iluminaron sus ojos, notando como el mismísimo Hyunjin se encontraba nervioso por él. ¿Podría ser posible? Si, pero no lo creía.
—Si, de hecho mi sueño es llegar a ser un gran fotógrafo—hablo el castaño algo fascinado por el simple hecho de estar hablado de lo que le gusta hacer con el chico que le gusta—Así que aprovecho a practicar este tiempo para ya estar preparado.
—Sin dudas serás un gran fotógrafo—soltó sin pensarlo Hyunjin con una sonrisa boba que hizo sonrojar a Jeongin, quien bajo su cabeza sonriendo—D-digo, creo que serás como uno de ellos—río nervioso—¿Sabes? Me gustaría ver algunas de las fotografías más adelante.
Jeongin alzó su mirada y asintió sin creerlo, abriendo un poco su boca—Ohh, ¡Claro! Me encantaría enseñartelas, además, podrías ayudarme también con tu opinión.
Hyunjin asintió, viendo por su ojo como el auto de color gris de la madre de Jeongin se estacionaba en la calle, sin que el castaño se de cuenta.
—Por supuesto, cuando quieras puedes decirme, o solo puedes agárrame cuando estes aburrido en el patio—bajo sus brazos de la cerca dándole una mirada a la mujer mayor que miraba algo confundida pero con una pequeña sonrisa la escena de los dos chicos, solos separados por la cerca—Creo que alguien te está llamando.
Jeongin saco por fin su mirada del pelinegro, y volteo a la dirección donde indicaba, viendo a su madre con una gran sonrisa coqueta desde su lugar. Rio nervioso volviendo a Hyunjin, quien al notar que la mujer se acercaba (sabiendo perfectamente lo que ocurriría con sus preguntas dejando avergunzado a Jeongin) decidió solo sonreír mientras retrocede, soltando un pequeño "nos vemos luego" guiñándole un ojo.
Jeongin asintió sonrojado, dándole las gracias por a ver salido de esa situación tan vergonzosa que podría a ver pasado.
Su madre freno a su lado, comenzando a preguntar de que se encontraban hablando, recibiendo algunas excusas de su hijo. Quien aún no podía creer que había hablado con su vecino.
Con el chico que lo había agobiado últimamente.
¡Había hablado con Hyunjin!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro