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Ƥarte⪼ 3

CONTINUAMOS.

La casa es tan bella, ¡Me gusta! No sabe cuánto le agradezco la oferta que nos ofreció, muchas gracias señor Ricardo. — La loba estrechó su pata con Ricardo, el gustosamente correspondería —

La mujer llamada Sarah parecía gustarle la casa al igual que su marido, David. Todos estábamos sentados sobre los viejos sofás que la casa tenía, casi empolvados pero todo era de solamente darle una buena limpieza.

Sarah volteo a ver a su marido con una enorme sonrisa, acompañado con un beso de boca, David río teniendo que darle un fuerte abrazo y acariciar de sus mejillas.

Ricardo empezando a sonreír llamó mi atención con un suave codazo, señalando con su pata a la pareja feliz.

Negué con incomodidad, ahora cuando veía a las parejas demostrar sus actos amorosos, evitaba verlas ya que era todo un reto no tener que pensar en mi vida pasada.

— Bueno, está confirmado, tienes nuevos vecinos amigo, espero te vaya super bien — me dice Red en tono alegre sacudiéndome del brazo —

— Je... Será genial tenerlos de vecinos, siento que nos llevaremos súper bien — Guiñe a David —.

— Por supuesto que si, ya estoy planeando hacer una rica parrillada.

— Mi amigo es bueno para eso, esto lo dice todo — golpee la barriga del oso, quien solamente rio avergonzado — ¡Ja!.

— Suena super bien, lo malo es que ahora solo debemos de esperar a que nuestras cosas vengan.

— Si... Querida sobre eso, el señor me dijo que mañana podrían traer nuestras cosas, tiene dificultades.

Red voltea a verlos.

— Es por el clima, hay deslaves en las carreteras que llevan fuera de la ciudad, no se de dónde sean pero esa es la razón.

— Si, mi amigo tiene razón, una vez tuvimos que usar los sensores de su auto para avanzar, no se miraba nada.

— Cielos... Querida, tendremos que rentar un cuarto por el día de hoy...

Al escuchar la situación de la pareja, no dudé en alzar la mano rápidamente hacia la altura de mi hombro, mi casa contaba con un par habitaciones solamente para invitados, sería maleducado el no brindarles mi ayuda como su nuevo vecino.

Asi que no dude en comentarles sobre la habitación que tenía en casa, al principio Sarah no quiso aceptar mi oferta, tal vez al ser un desconocido ella temía que yo fuera hacer algo, o por qué no querían molestar.

No tenía ningún problema así que nuevamente insistí en que se quedarán a descansar en mi casa.

De estar insistiendo a la pareja, el lobo David llegó a la decisión de aceptar mi oferta del que se quedarán a dormir en mi casa, muy agradecido estrechó su pata con la mía.

Creo que sí nos habíamos tardado en la casa de mi vecino, o bueno, de mis vecinos, desde adentro se escucho la fuerte lluvia que empezaba a caer, los fuertes relámpagos empezaban a caer fuertemente.

Todos salieron de la casa, yo educadamente abrí la puerta de mi casa dejando pasar a todos, ahora que ya tenía visita debía tratar de ser una persona amigable, la pareja volvió a tomar asiento sobre los sofás.

Mi amigo Red voltea a verme llamando mi atención, dejé que mis vecinos se acomodaran en la sala y salí hacia la cocina nuevamente dónde mi amigo me miraba desconsertado.

— ¿Te sientes bien?.

— ¿Que? ¿Por qué me preguntas eso?

— Es no creí que fueras aceptar que se quedarán.

Bueno, si quiero ser una persona amigable como el de antes, debía empezar con ayudar a los demás, eso sin contar que también tenía que convivir más con ellos, la idea me inquietaba y mi piel se ponía como de gallina.

Miré a Red y reí un poco avergonzado rascándome la parte trasera de mi cabeza.

— Je, es solo que quiero ser una persona amigable — Era tan raro actuar así de animado cuando no tengo nada bueno — eso es.

— ¿Seguro...? Sabes que puedes contar conmigo — coloca su pata sobre mi hombro con su típica sonrisa mostrando sus enorme dientes — ¡Todo!.

— Si, es solo es, quiero ser una persona amigable.

Creo que mi cachorro sabía más de esto, mierda... Sería tan incómodo tener que seguir todo el procedimiento que mi hijo aplica para tener a todo el público en su pata, aunque también tiene que ver por su edad.

— Entonces no habrá ningún problema que intentes conseguirte a una chica a tu lado ¿Verdad viejo...? — viejo, odio que me diga viejo con su rostro burlón, inhale suavemente y túbe que asentir con la cabeza — Perfecto, puedo presentarte a las amigas de Mari, son tan bromistas.

— Wou, tranquilo tigre, si me voy a enamorar será a mi manera — empuje su pata hacia un lado, dándole la espalda procediendo a servirme una taza de café — no por ayuda.

— Explícate bien.

— Osea... ¡Ay!, Solo quiero que llegue a mi vida, no quiero buscar, eso no me sirve de nada, lo doy todo para al final quedarme sin nada.

— ¡Ya entiendo! Se lo que quieres y déjame decirte viejo amigo que tú suerte empezará desde hoy — actuando de una forma muy extraña el se acercó rápidamente frotando su pata contra mi cabello —

— ¿Y tú qué?.

— Bueno, tus nuevos vecinos por lo que escuche tienen a una universitaria, ahh~ esas nenas son un manjar, algo tan especial, algo tan único.

— Sabes que si Mari se entera de tus palabras te dejará durmiendo afuera y nisiquiera en el sofá — agregué dando un sorbo a mi café —

Red rio mientras tapaba mi boca con su dedo.

— ¡Solo escucha! Tienes la oportunidad de enamorarte, primero ve si la hembra que viene con ellos está a tu nivel, que combine contigo.

— En pocas palabras me estás diciendo que si la hembra es bella, no lo intente por qué soy feo, me gusta, así no tengo que esforzarme. ¡Execelente!.

— ¡No! ¡Solo quise decir qu- ¡Olvídalo! Sea lo que sea solo no dejes pasar oportunidades — Negué a mi amigo con una sonrisa entorpecida, con la taza en mano salí de la cocina dirigiéndome a la sala de regreso con mis vecinos —.

Mis vecinos charlaban y reían entre ellos, solo me había retirado por un rato y ya estaban nuevamente conviviendo entre si, solo que algo que me llamo la atención fue una cachorrito de pequeña estatura sentado al lado de Ricardo.

Mi hijo ya se había unido a la plática, el sueño parece ser que se había esfumado, Wou, mis nuevos vecinos eran muy amistosos, lo único que faltaba era que su hija llegara, honestamente no me atrae la atención de conocer a su hija, pero creo que debo intentar salir de este agujero oscuro, la soledad la dejaría de extrañar.

Luego de un rato mi amigo Red salió de la cocina nuevamente con varias tazas en plato llevandolas en medio de la mesa, agradeciendo su generoso gesto todos tomaron las tazas y hicieron un pequeño brindis, mi cachorro estaba incluído en eso.

"Por los vecinos", rieron de emoción y tomaron de la taza ya en estado medio, éramos solamente nosotros 6 en la misma sala charlando sobre diversos temas, cómo del por qué cambiaron de hogar, cosa que yo ya sabía.

Mientras mi vecino David reanudaba su plática, la puerta principal de mi casa empezó a ser golpeada varias veces, el silencio se presentó en la sala, mire de reojo como la pareja de lobos se miraban y sonreían con emoción moviendo sus colas, creo que ya se trataba de su hija.

Intentaron levantarse de sus asientos, pero sin querer me había levantado del mío primero, señalandome a mi que yo me encargaría de abrir la puerta, aúnque dudaba que la loba supiera dónde estarían sus padres ya que nisiquiera sabían de este lugar, suponía.

Me acerque a la puerta y de forma sorpresiva mi amigo Red se me puso al lado derecho, está vez con sus patas frotandolas de la emoción, el volteo a verme y me guiño el ojo dandome lo seguro que estaba que quedaría fascinado con la hembra que estaba detrás de la puerta.

Rodé los ojos tomando del picaporte, antes de poder abrirla mi amigo Red me detuvo la mano con su pata, acerco su rostro hacia mi oreja susurrando las siguientes palabras...

Trata de no sonar tan viejo y se amigable.

Suspire con tranquilidad, recomponiendo mi postura teniendo que sacudirme el cabello, frotándolo por un lado dejándome un pequeño fleco, estando ahora mismo firme en la puerta gire del picaporte y mi amigo dejo de estar a mi lado y se pasaría detrás mío.

Creo que debía de también suavizar mi voz, no, ya era tarde para practicar voces amigables, que saliera lo que sea...

Abrí la puerta rápidamente está vez tuve que alzar un poco mi cabeza con mis ojos cerrados, esperando escuchar la voz de la chica que tenía de frente, creo que lo que tanto había pensado había sido en vano, lo chistoso fue que...

— ¡Tarán! ¡Ya estoy devuelta sonso! — Que alegría, estoy siendo sarcástico —

— ¿Alex...? Vaya, creí que no ibas a venir a ve-

— ¡Yo también te extrañe! — el lobo se tiró sobre mi cuerpo dejándome tirado en el suelo con su lengua de fuera y con su cola moviéndose de un lado a otro — ¡Cuánto tiempo sin verte!

— ¡Si! ¡Me gusta que me tiren al suelo y que se monten sobre mi! — le dije apartandolo de mi lado, Alex miró hacia mis espaldas, supongo que topandose con Red —

Este lobo no había cambiado mucho desde que nos separamos... Que alegría.

— ¡Panzón!.

— ¡Cabeza de camarón, ven aquí y dame un abrazo tonto! — dijo Red abrazando al lobo con todas sus fuerzas, giró de alegría sin dejar de abrazarlo por toda la entrada hasta chocar contra mi nuevamente — ¡Mírate, estás tan alto, tan cambiado y tan... ¡Tan creído para no llamar a tus amigos!.

— ¡Perdón, mi esposa y yo estuvimos ocupados en nuestros viajes y no me daba tiempo de jug-

Era como tener al mismísimo Homero Simpson en frente, la típica escena donde su hijo era ahorcado por su mismo padre.

— ¡Pequeño demonio! — Dijo Red en voz alta sacudiendo el cuello del lobo el cual forcejeaba — ¡¿Era tan difícil presionar la tecla numeral?!

— ¡Veo la luz y gracias a Dios es la del foco! — tenían que comportarse tan infantil en frente de mis vecinos, que amigos normales tengo —.

— ¡Ya chicos, Red no en frente de los vecinos! — expresé entre dientes separando a ambos del otro —

Red rápidamente se acomodó su ropa, con su pata apegó al lobo quien recuperaba su aliento hacia su hombro, con una sonrisa amigable saludó a los vecinos, empujando al lobo al frente de ellos y hablar.

— Disculpen, es solo que hace mucho que no veo a este tonto, les presento a mi amigo y también amigo de Gabriel, ¡Alex!.

— Mucho gusto en conocerte Álex, mi nombre es Sarah y este lobito que tengo a mi lado es mi esposo David, somos vecinos de tu amigo Gabriel y espero que nos llevemos súper bien — Sarah extendío su pata hacia la del lobo —

— ¡Mucho gusto! Claro que nos llevaremos bien y más que estoy aquí, el alma del grupo — expresó con felicidad volteando a verme — Por cierto, ¿En dónde está Gabriela?

— ¿Gabriela? — Sarah giró su cabeza hacia mi con su ceja alzada y con voz curiosa preguntaría — ¿Quien es, es una vecina?.

— Emmm... Pues... — miré a Red y le susurre con disimulasion — Ayúdame.

— ¡Cierto! Se me había olvidado, Álex, tienes a un cachorro en espera y creó que el se moría de ganas de verte — Red se acercó al lado de Ricardo dónde estaría el cachorro —.

Ángel ya se miraba tan emocionado con su cola moviéndose de un lado a otro, con sus patas extendídas corrió hacia el lobo gritando su nombre completo en voz alta, dando un gran salto para caer sobre los brazos de Álex.

Álex al verlo no pudo evitar dejar caer un par de lágrimas, apegando al cachorro a su pecho y acariciando su cabeza con delicadeza, con la emoción también grito el nombre del cachorro.

Red, Ricardo y David eran los únicos que sabían sobre mi ruptura con Gabriela, pero Álex no debía de enterarse en este momento y menos frente a mi hijo, Red siendo alguien listo, se llevó a ambos hacia el piso de arriba dejándome ahora solo con mis vecinos en la sala.

Había estado algo cerca, al verlos a ellos, note como ahora ellos me miraban con una expresión de preocupación, Sarah seguía sin saber quién era Gabriela, tanto Ricardo como David sabían lo feo que me sentía, teniendo que mentirle a mi hijo sobre mi separación... Era horrible.


***


Álex, Red y yo estábamos sentados hablando los tres en la mesa de la cocina donde podría platicar con calma ahora que mi hijo se encontraba con los vecinos, Ricardo se había tomado la molestia de mostrarles la habitación donde dormirían la pareja de enamorados...

Miré a Álex con la mirada más seria que mi cara me permitía hacer, no creo que tengo problemas en saber que paso realmente.

— ¿Por qué están calladitos? — dice Álex viendonos a ambos — Gabriel, no me has dicho en dónde está Gabi.

— Álex, mira amigo... Digamos que durante este tiempo que pasamos separados, han pasado demaciadas cosas, ya sabes, te casaste con Bella y yo con Mari, y todo fue genial... Pero no para uno de nosotros — Red voltea a verme colocándome su pata sobre mi hombro, dando la señal de que le explicará ahora —.

— No entiendo nada, ¿Dices que uno de nosotros le fue mal?.

— Si, a mí, Álex, ¿Sabes por qué Gabriela no está aquí? Pues simple, hace tiempo que no estoy con ella.

Álex sin creer abrió su oscico del asombro, volteaba a ver a cada uno, Red y yo solo miramos al lobo con algo de incomodidad.

— ¡No te creo! ¡¿Lo estás diciendo en serio?! — expreso Álex subiéndose sobre la mesa y sacudiéndome — ¡¿Desde cuándo?!

— Pues... Mira no quiero tocar ese tema pero si tiene demaciado tiempo desde que nos separamos, bueno, ella me abandono.

— Mierda... Gabriel, cuánto lo siento amigo yo no tenía idea de que ustedes ya no estaban juntos, ¡Hacían buena pareja y todo eso! ¿Ella se fue?.

— Una mañana desperté y solo la vi irse con sus maletas y nunca regresó.

Era como cuando tu padre te dice que saldrá de compras a comprar una caja de cigarros, resulta que ya no vuelven, no encuentran de su marca de cigarros o que rayos.

— Y eso es lo de menos, el pequeño Ángel necesita amor maternal y lo jodido es que el no sabe nada de esto, Gabriel le a estado mintiendo y ahora el niño lo va a odiar si se entera que ya no tiene madre.

— Álex, te pido que no le cuentes nada al cachorro o tal vez aún no es el momento adecuado para hacerlo, solo necesito tiempo y-... Solo eso quiero... Tiempo.

Suspire pesadamente encaramandome sobre la silla, llevé la mirada al techo con tristeza y decepción, mis amigos colocaron sus patas sobres mis hombros, con ligeras palmadas tranquilizaron mi pena.

Ya no sabía que más hacer para arreglar todo esto, ya no me queda nada de ideas, solo esperar el momento indicado, antes de poder hablar escuche la puerta de la cocina, escuchamos ls voz de mi vecino Ricardo llamandonos.

Me levanté de mi asiento y levanté solo mi pulgar como forma de expresión que ya me encontraba mejor, abrí la puerta topandome con mis demás vecinos.

— Emm, ¿Pasa algo? — salí de la cocina cerrando la puerta —

— Disculpa la interrupción vecino, solo quería agradecerte por el cálido gesto de darnos un cuarto para dormir, estamos muy agradecidos por tu amabilidad — comentó Sarah con una leve sonrisa, tomada de la pata de David ellos movieron sus colas de felicidad —.

— No sé preocupen, cualquier cosa que necesiten solo díganme y los ayudaré.

— Muy amable de tu parte Gabriel, lo ven, les dije que este hombre tiene buen corazón y es súper amable — Ricardo me vió de reojo, guiñándome con una sonrisa leve —.

Cómo la lluvia no paraba nisiquiera para calmarse, mis amigos y yo decimos ayudar a mis vecinos a sacar el poco equipaje que traían en su auto, únicamente lo esencial suponiendo que era ropa, bajo la fuerte lluvia sacamos las 4 maletas que tenían.

Mi vecina me habia preguntado si podía usar el baño, ya que su pelaje se encontraba un poco alborotado, con su toalla en mano se dirigió al baño junto a su esposo, ya tenía en mente que cosas harían en el baño, que se le podía hacer.

Lastimosamente mi vecino Ricardo tenía que retirarse de casa, debía de ya hacer sus cosas en casa, por lo que mi amigo Red se ofreció para ayudarlo a pasarse a su casa dejándome únicamente con mi amigo Álex, el lobo suspiró y te recostó sobre el sofá con la mirada un poco decaída, me acerqué a su lado y decidí preguntar.

— ¿Y tú qué tienes? — le dije notando sus decaidas orejas, volteó a verme colocándome una expresión de decepción — ¿Que?.

— ¿En verdad paso eso...? No puedo creerte eso amigo...

— Lo sé, pero lo lamento amigo, creo que ella y yo no éramos el uno para el otro... Por cierto, ¿Cómo te fue con tu pareja? Supe que te le decláraste en el parque acuático.

Será bueno cambiar de tema a uno menos nostálgico.

— Es verdad, ¡Ja!, Red me lo sugirió ya que era un día caluroso, cosa tan rara que a estado lloviendo fuerte, debajo de la catarata, debo decir que me dió mucha vergüenza hacerlo, más por qué ella estaba con su traje de baño.

— Par de calientes, claro aprovechando que había agua, así podrían enfriarse par de cochinos — reí viendo al lobo sonrojarse, con su rostro tapado — ¿Y que paso?.

— Muchas cosas románticas, bueno... Hoy en día mi pareja y yo venimos hablando de algo y... La verdad si me incómoda hablarlo — Dice en voz baja mirando a sus alrededores — es algo tan incómodo.

— ¿De que trata...? No me digas que ya piensan tener un cachorro, eso te va arruinar la vi-...

Vi como jugaba con sus dedos, ay amigo, creo que ya estaba llegando el momento en el que el lobo debe dejar de ser el solitario, como todo bueno amigo lo comprendí, creo que estaba aterrado con la idea de ser padre, Álex siempre fue el bromista del grupo, pero ahora nisiquiera podía hacer sus típicos comentarios racista, chistosos y vulgares.

— Ay amigo, me temo que no puedes echarte para atrás en eso, llegó el momento de formar una familia con tu pareja.

— ¡Es que eso es lo que no quiero! Al menos aún no, no quiero que mi hijo se lleve una mala impresión de mi, quiero pensar bien las cosas, hacerla entender que aún no estoy listo.

— Aúnque hables con ella y trates de hacerla entrar en razón, ella va querer un cachorro, además ser padre no es tan malo y difícil, solo mírame, llevo años cuidando de un cachorro, desde los 18 años y lo sabes muy bien, no estaba listo nisiquiera de tener pareja y sucedió todo eso.

— Suena un poco convincente cuando lo dices así... Rayos, quisiera que todo fuera como antes, cuando jugábamos por llamada y esas cosas...

— Es justo lo que pensaba cuando me embriagaba... Pero bueno, ya te dije lo que debía, ahora serás tú quien elija lo corr-

Antes de poder terminar la conversación, la puerta de mi casa volvió a escucharse un par de golpes, acompañado con el fuerte sonido del timbre, solo recordaba ver a mi amigo Red salir de la casa a dejar a mi vecino Ricardo.

Álex preguntó si yo había encargado algo de comer, negué con la cabeza acercándome, una voz masculina sonó detrás de mis espaldas, voltee a ver y se trataba de Red, Red te estaba todo empapado con su ropa escurriendo al igual que su pelaje.

Me quedé un poco confuso de la persona que tocaba la puerta, se trataría de alguna visita inesperada, abrí la puerta con lentitud, como si esperaba ver a alguien en específico. Y creo que así fue.

Del otro lado de la puerta, había visto a una loba, una loba realmente bella, mis manos se apartaron de la puerta rápidamente al momento de abrirle la puerta, mi cuerpo lo empecé a sentir con un cosquilleo feo, la piel erizada más el fuerte frío que empezó a recorrer por todo mi cuerpo.

Si no estaba mal, la pareja era de lobos, así que ella sería su hija, pero que tenía ante mis ojos, esto superaba las expectativas, era como tener a una modeló, con su uniforme puesto pero empapado, el color de su pelaje hacia combinarle todo, incluso con el piercing en su nariz.

En dónde habían quedado mis modales ahora, me acerqué un poco mientras tosia ablandando un poco mi voz para que no sonara tran grabé, ¿Que mierda estoy haciendo?.

— ¿S-si...? ¿P-puedo ayudarle en a-algo...? Jovencita... — Incluso túbe que seguir tosiendo para acomodar más mi horrible voz —

— Buenas tardes, disculpe la interrupción señor, lo que pasa es que tenía que llegar a una dirección específica y eso me trajo hasta aquí, dónde veo el auto de mis padres estacionado en su banqueta, y justo al lado está la casa donde nos mudaremos, me preguntaba si usted no vió a una pareja de lobos por aquí...

— ¿David y Sarah...? Osea... ¿Tu eres linda...?

— Exactamente, creo que tú eres mi vecino — con su pata se hizo a un lado su cabello húmedo, con la misma pata me la extendió al frente como saludo — Mucho gusto...










SOY LINDA.













CONTINUARÁ.

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