Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ƥarte⪼ 1

CONTINUAMOS.


Red y yo subíamos al auto, diría que tendríamos una conversación algo incómoda, el problema en mi es que no aprendía a dejar ir las cosas, me costaba olvidar todo lo que había pasado.

Está vez mi amigo Red iba al volante, mirando al frente con una expresión serena, estiraba sus brazos al volante con mucha lentitud, se miraba tan relajado.

Yo por mi parte, solo me mantuve con la boca cerrada, el súper a dónde nos dirigimos, era el mismo lugar donde mis amigos y yo trabajamos por primera vez.

Vaya recuerdos... El lugar tenía mucha historia, cada pasillo, cada producto, cada caja de los despachadores.

Pero aún así... El recuerdo que más dolía, era sobre la llegada de aquella loba... Mierda, cómo fue que llegue a este punto.

- Bueno... Ahora dime, ¿Que es lo que sientes?, Osea, como crees que estas ahora mismo.

- ¿Cómo me siento?, Ehh... Pues... - había captado a lo que se refería, pero bromear un poco no caería mal, así que me posicione de un lado - sudado.

- No tonto, me refiero con la separación.

- Si ya se... Digamos que vacío, todo el tiempo me la paso con mucha pereza, siempre estoy recostado o pensando en como fue toda mi vida...

- Entiendo, dejaste la rutina diaria que llevabas con ella.

- Exacto.

- Bueno, no hay mucho por en que pensar, esto suele pasar en las parejas, se aburren del otro.

Red volteó a verme, con una expresión de preocupación.

- ¿Ella te termino a ti, o tu a ella?.

- Bueno... Solo... Amigo... No, no te contestaré eso...

- Si te termino entonces... No crei que Gabriela fuera capaz de hacerte eso.

- ¿Sabes que es lo más doloroso...? Que cada día tengo que repetirle a mi hijo que ella se fue de viaje, por parte de su trabajo...

- Mierda, amigo sabes que esto no va a terminar nada bien... Le estás mintiendo a tu hijo, de algo muy delicado.

Baje la mirada, teniendo que cubrir mi rostro con ambas manos.

- Lo se... Me va odiar cuando se entere de todo...

- Siento mucho que tengas que pasar por esta ruptura... Tienes todo mi apoyo - metió su pata dentro de su camisa, sacando de esta un collar, y no era un simple collar, era el collar del pacto que tuvimos hace varios años atrás - hermanos del alma.

- Je... Aún recuerdo esa noche, todos terminamos llorando.

- Lo se amigó... Bueno. Dejando a un lado eso, ¿Que tienes pensado hacer el día de hoy? Aparte de la comida del pequeño Ángel.

- Tengo que ayudar a mi vecino, el señor Ricardo me pidió ayuda con sus cosas.

- ¿Encerio?, Pues en ese caso también ayudaré, cualquier cosa sabes que estoy para ayudar - expreso con una cálida sonrisa -.

Creo que el día de hoy tendría la agenda algo llena.

Esperamos hasta llegar al súper mercado, ingresamos al parqueo privado, al ser antiguos trabajadores del súper, se nos permitía estacionar el auto junto a los demás empleados.

Bajamos del auto, nos dirigimos hacia la entrada donde carritos de compras esperaban ser usados.

Tome uno para después adentrarme al súper, el lugar habia cambiado demaciado, 7 años si que marcaba la gran diferencia, así es. Han pasado 7 largos años, ya se imaginarán que edad tenía mi hijo.

Tal vez el lugar habia tenido sus remodelaciones y algunas cosas nuevas en algunos utensilios, pero los pasillos siempre fueron los mismos.

Conduje hacia el último pasillo del súper, este lugar si que tenía bastante historia.

Inclusive seguían algúnos productos sin moverse del sitio.

- Mira nada más, la carne sigue aquí.

- ¡Ja!, Aquí esta la escoba que siempre usaba - Tomó la escoba empezando a mover de un lado a otro - y sigue siendo estable.

- Amigo, es como volver al trabajo, buscando si alguna cosa ya estaría en sus fechas de vencimiento - le dije entre carcajadas, tomando una que otra cosa y echarla al carrito -.

- No cambió mucho estos pasillos - Red de igual forma echaba algunos productos a su carrito -.

- Vaya, vaya. Red y Gabriel.

Mencionaron nuestros nombres justo a nuestras espaldas, la voz fue tan familiar que ambos pintamos una sonrisa.

Se trataba de nuestro ex jefe, extendió su pata hacia nosotros, teniendo que estrecharla el uno al otro.

No pensamos que el viejo lobo seguiría trabajando en este lugar, si había sufrido unos cuantos cambios, sus manos ya eran un poco más gruesas, su pelaje ahora era uno más claro que el anterior, ahora hasta usaba lentes de contactos, ya que sus pupilas eran de un tono verde suave.

- ¡Jefe!, Que gusto de volverlo a ver, mire como a cambiado, se cambió de color de pelaje - comenté con impresión mirando su nuevo estilo -.

- Bueno, debía también cambiar un poco, ¿No?.

- Y si que lo hizo jefe, hace mucho que no vengo a este súper, ya cambió mucho en el exterior - agrego mi amigo Red, recostando su cuerpo sobre el carrito -.

- Lo se, lo sé. Los tiempos dejan de ser los mismo, por cierto, felicidades por tu nueva vida Red. Tu y Mari deben de estar felices ahora que están casados.

- ¡Si!, Ahora entre nosotros dos solo hay felicidad, muchas gracias. Lo ví en mi vida, disculpe si no lo salude, estaba tan nervioso.

- No te preocupes, lo importante es que la pasaron todos bien - el volteó a verme, colocándome su pata sobre mi hombro - en cuanto a ti, lamento mucho por todo lo que estás pasando.

- Descuide, trato de mejorar mi estado de ánimo, Red me está ayudando en eso - respondí con mi vista desviada a su rostro, evitando tener contacto visual -

- Te deseo lo mejor, Gabriel. Los tres siempre fueron mis mejores empleados, aún que tampoco eh visto a su amigo Álex, pero siempre pude confiar en ustedes.

- Éramos los mejores, jefe. Bueno... No le quitamos más su tiempo, debemos hacer compras, el pequeño Ángel no se alimentará solo - Guiño el ojo mirando de reojo a nuestro jefe -

- Muy cierto, dile a tu hijo que se cuide mucho, nos vemos chicos, pasen un buen día.

Habiendo terminado de hablar, procedimos a seguir con nuestras compras, de paso mirábamos todo el sitio en el que llegábamos a meternos.

Revisando cada esquina del súper, debía decir que habían más personal, eran más humanos que Furrys, cada uno con el aparato en la mano, revisando cada producto que iban tocando.

Yo también hice eso, fue algo difícil de manejar, pero con el tiempo me fuí acostumbrando.

- Listo, una buena parrilla será, ya me lo estoy saboreando - exclamó Red lamiendo sus propios labios -.

- Tranquilo carnívoro, esto se hará cuando mi hijo regrese, por cierto. ¿Qué horas es? - no pude mirar de mi reloj, estando ya metiendo todas las cosas a la bolsa, no podía nisiquiera bajar las manos -

- Espera - Red saco de su bolsa su teléfono, lo acerco hacia mi, mostrando que faltaba ya casi una hora de su salida -.

- Creo que deberíamos de ir a esperar que toquen el timbre, todos los lunes sale una hora menos.

- Meteré las cosas al auto ahora - algo apresurado tomó las bolsas de todas nuestras compras -

Le pagué a la persona que nos hizo el favor de despachar nuestras compras.

En cuanto nos acercamos al auto, el sonido de un fuerte relámpago sonó por todo el lugar, giré la cabeza hacia el cielo nublado, mierda. Creo que iba a llover.

Red y yo apresuramos el paso, encendió el auto y encuento sintió vibrar el motor, empezo a manejar con apuros.

En el parabrisas se notaban las gotas de agua que caían con intensidad, le hice señas que acelerará un poco, no solo debíamos pasar trayendo a mi hijo.

Ricardo, había echo una promesa de ayudarlo en entrar algunas de sus cosas a su garaje.

Teníamos la ventanas arribas, pero eso no evitaba que ambos sintieramos la brisa.

Red llamo mi atención, señalando al costado de la puerta, ya habíamos llegado a la escuela de mi hijo.

Algunos maestros esperaban afuera, con algunos de sus estudiantes agarrados de la mano, entre todos pude ver a mi hijo, Ángel estaba tomado de la pata, Karol lo tenía apegado a ella, con un paraguas en sus manos.

Salí del auto para después proceder a cruzar, me acerque a mi cachorro y en cuanto el me vio, saltó hacia mis brazos y se aferró a mi cuerpo.

- ¡Papá! - me dice Ángel moviendo su cola de un lado a otro -

- Que bueno que vino luego, por hoy suspendimos las clases, no queremos que los niños pasarán las horas en la escuela - me dijo en voz alta por la brisa brusca que soplaba -.

- Gracias, nos veremos luego - me di la vuelta, corrí hacia el auto con mi hijo en manos -.

Red abrió la puerta del acompañante, senté a mi hijo en la parte de atrás del auto, estando ya dentro del auto. Red encendió el auto empezando a manejar con algo ya de aceleración, ahora nos tocaba ayudar a nuestro vecino.

- ¡Tío Red! - gritó con emocion abrazando de su brazo - ¡Al fin viniste!

- ¡Hola súper campeón! ¡Mírate nada más, estás grande, te vez todo un macho apuesto!.

- ¡Verdad que sí!, ¡Soy apuesto!.

- Jeje, ¿Cómo te fue hijo?, ¿Que te dijo la maestra? - volteo a verlo, a lo que el me respondió alegremente -.

- ¡Super!, ¡Por esta cosa de lluvia, ya no tenemos que ir a clases!, Ahora recibiré clases en mi casa.

- ¿Virtuales?, Bueno la idea no está mal, ya no tendré que preocuparme por ti ahora que estarás en casa con nosotros - Ángel se pasó al asiento mío, estando ahora sentado sobre mis piernas -.

- Genial, ahora sí podremos estar unidos, creo que fue buena idea que los dejarán en casa - dice Red mientras manejaba - Bueno, aún no llueve fuerte, podemos ayudar a Ricardo con sus cosas, voy acelerar un poco.

- ¡Si!, ¡Más rápido, más rápido! - grito alzando sus patas al aire -.

Esperaba llegar a tiempo, no quería ver qué todas las cosas que había que ayudar a guardar a nuestro vecino estubieran ya guardadas.

Además, no estaba en la edad de estar haciendo ese tipo de esfuerzos, entre nosotros platicábamos sobre el día de Ángel, nos contó que no tubo problemas con el tema de sus tareas, Karol fue tan gentil al habérselas recibido con su mismo punteo.

En menos de unos cuantos minutos llegamos al camino verdoso, salí del auto con apuros, dirigiéndome hacia la casa de mi vecino, sus cosas aún seguían sobre la mesa, cosa que también debíamos de entrar.

Una por una empeze a tomarlas, el garage estaba abierto así que no tenía problemas por ver en dónde debía de colocarlas, Red se apresuró en ayudarme, tomando algunos de los aparatos y guardarlos dentro del garaje.

Ángel seguía en el auto, y no solo. Las compras que habíamos echos venian en el maletero del auto. Miré a mi amigo, asiento con la cabeza.

Saque las cosas del auto y empeze a meterlas dentro de mi casa, Ángel también me ayudó con algunas cosas con las que pudiera pasar, que bueno que está vez no le había colocado seguro a la puerta.

- ¡Joven Red!, Mírate muchacho, muchas gracias por la ayuda - se escucho dentro del garaje -

- ¡Ricardo!, !Mi vecino favorito! - lo abrazó con algo de fuerzas - Me da gusto de verlo.

- ¡Listo! - recién llegaba al garaje - Lamento la demora, tuvimos que ir a traer a mi hijo.

- Oh, no te preocupes, iba a entrar las cosas solo, pero gracias a dios que llegaron a tiempo, muchas gracias por la ayuda de ambos.

Voltee a ver a mi vecino estrechando mi mano con su pata.

- Vamos, lo invitamos a comer a la casa. Haremos algo de comer para nosotros, lo invitamos.

- ¿Enserio?, Muchas gracias Gabriel, sabes. No hay muchas personas con ese corazón tan noble que tienes, a pesar de todo lo has estado pasando, sigues estando de pie, eso es lo que admiro de ti.

- Gracias Ricardo, venga. Vallamos a mi casa.

Red se había quitado la camisa que traía puesta, con esto logramos pasar hacia el lado de mi casa, tapamos el pelaje de Ricardo, una lluvia como está le hubiese provocado un resfriado.

Entramos a mi casa, dónde esperaba mi hijo, estando sentado sobre el sofá, con la mirada hacia la puerta.

Corrió hacia mis brazos y me recibió con una enorme sonrisa inquietante.

- ¡Papá!.

- Ya estamos campeón, mira quién viene a comer con nosotros - le dije acercándolo a los brazos de mi vecino -.

- Hola pequeño, veo que sigues siendo el mismo animado.

- ¡Señor Ricardo!, Que genial que nos acompañé, mi papi hará comida para todos.

- Si, dejemos que ellos se encarguen, ¿Te han dejado tarea?.

- ¡Si!, ¿Puede ayudarme? - Ángel jaló de la pata de Ricardo, guiandolo hasta la mesa donde estaría ya sus cuadernos regados -.

Red voltea a verme colocándome su pata en mi hombro.

- Tienes a tu hijo muy educado..

- Si... Gabriela le enseño lo básico... Antes de abandonarnos... Vamos, usaremos la parrilla de la cocina, no podemos hacer nada con la lluvia.

No otra vez con ese mismo tema, entre Red y yo sacamos algunas cosas de las compras.

La carne solo podía ser dorada por pequeños grupos, uno a uno íbamos sacando los pedazos de carne.

Esto de tener visitas en casa, creo que era lo que me animaba, la soledad era algo en lo que me había estado acostumbrando.

Mi hijo... Jamás entendió mi dolor, aún seguía sin entenderlo, debía mantener todo este problema en secreto, aún que sabía que tarde o temprano iba a darse cuenta que no tenía madre.

Jamás le dije a mi cachorro que antes de todo fue huérfano... Sigue pensando que provino de Gabriela y de mi... El día que llegara a enterarse de todo esto... Lo perderé para siempre, su amor, afectos, todo lo perderé...

Detuve mis manos en el proceso de la carne, miraba con atención el lavado de manos, de la manija de la regadera, gota tras gota, su sonido me dejó con la mente paralizada.

Sentía como el tacto de alguien sobre mi hombre, gire la vista saliendo de mis pensamientos, Red mi miro a los ojos una vez más con preocupación.

- ¿Todo bien hermano...?

- Si, si... Solo pensaba en unas cosas. Seguiré con lo mío...

- Sabes, ¿Que tal si te ayudo a olvidar a esa hembra?.

- ¿Que, me vas a golpear la cabeza? - me hice a un lado -

- No seas bobo, claro que no, te ayudare a encontrar una nueva hembra, una que sea la indicada para ti.

- ¿Que?, No, no, no. El amor fue lo que me puso en esta situación tan deprimente, ya no quiere saber nada de relaciones, amigo.

- Vamos, no pienses de esa forma amigo, de todas formas debes conseguir una hembra, Ángel... El no puede quedarse sin una madre, recuerda que le has estado mintiendo mucho sobre, Gabi.

Tenía razón, debía hacerlo por Ángel, mi cachorro ya había pasado por mucho, estaría viviendo de forma infeliz.

Mierda, debía enamorarme otra vez y vivir otra vez con esa basura del amor, bonito día para hacer la comida.

Poco a poco fuimos terminado de asar la carne, Red se propuso en acompañar la comida con algo, no sería tan delicioso con tan solo carne.

Mientras servíamos los platos que lograban sacar, ví como Ricardo se aproximó a la cocina donde estábamos, tome una de las sillas en las que pudiera sentarse.

- Gracias chico, ¿Cómo les va con la comida?, ¿Necesitan ayuda?.

- Tranquilo, ya terminamos de cocinar, ya estamos sirviendo los platos - le dice para colocarle el plato de comida en la mesa -. ¡Tarán!

- Esa carne está muy bien echa, pareciera que fueran expertos en la cocina. La ensalada se ve tan colorida, buen trabajo a los dos.

- Naaa, mi esposa me enseñó a cocinar algunos platillos, creo que soy bueno.

- Creí que ella te cocinaba - dije en broma, siendo jalado por el brazo de Red y frotar su puño sobre mi cabello - ¡No espera, me vas a aplanar el cerebro!

- ¡Ja, ja!, Nunca cambian, hablando de cambios - Ricardo llamo mi atención - ¿Supo usted lo de la compra?

- ¿Compra? ¿A qué compra se refiere señor Ricardo?.

- La casa que tienes a la par fue vendida, por una Familia, se suponía que vendrían el día de hoy, pero con esta lluvia, hasta mis bolas se congelan.

- ¡Señor Ricardo!, ¡Ja,ja,ja,ja! ¡Dijo bolas!, Sonó gracioso - dice el oso entre carcajadas -

- ¿Está diciendo que ahora tendremos nuevos vecinos? - me senté al frente mirandolo confuso -.

- Sip, más vale que no sea una familia problemática, no quiero más gente mala en esta zona - empieza a comer, por su expresión se notó que le había encantado la comida - Mmm~ delicioso.

- Valla, vas a tener vecinos nuevos amigo, de suerte y tendrán una chica para ti.

- No digas tonterías amigo.

Con que vecinos nuevos, algo me decía que pasaría algo, y no sabía el que.

El día transcurrió con normalidad, todos nos reunimos en la sala de mi casa, estando ya con ropa más cómoda.

El frío de la lluvia empezaba afectar dentro de la casa, tuvimos que cerrar cada ventana, sacar un par de sábanas, cubrir a los que estábamos ya acostados.

Ángel dormía sobre las piernas de Ricardo, había tenido un día agitado suponía.

Ricardo de igual forma se había quedado dormido, con su pata sobre el pecho de mi hijo recostado.

Ver esa escena me recordó a mi vida pasada, cuando en las noches tan fría, dormía con mi pareja a su lado, sin importar en que sitio estuviésemos, ella siempre dejo recostar mi cabeza sobre su pecho.

De tanto pensar en aquello, no me di cuenta que mi amigo, Red. Me había estado llamando la atención, voltee a ver de golpe, como si hubiese estado dormido y despertase por el fuerte sonido de su voz.

- Estás algo distraído el día de hoy, amigo. ¿Seguro que te sientes bien?.

- Si... Te digo algo... Desearía tener ese tipo de afecto... - expresé teniendo la mirada baja, ocultando el sonrojo de mis cachetes -.

- ¿De verdad...? Ya lo ves, otra razón por la cual debes conseguir a una chica en tu vida.

- No lo sé, a la vez quiero y a la vez no...

Negué con decepción por las cobardes palabras que salieron de mi boca, le tenía tanto miedo al amor, que siempre sentía que no debía de corresponderle más a sus señales con otra mujeres.

Mi amigo se acercó, tomando asiento al lado mío, en un par de segundos sentí como su pata me daba pequeñas palmadas lentas sobre mi hombro.

Voltee a verlo.

- Amigo, ¿Cómo crees que perderás el miedo? Debes intentarlo, se que te da miedo entregarle el corazón a alguien más.

- Me aterra el tener que formar una nueva vida con alguien más... No quiero que me abandonen más.

- Eso le pasó al pequeño Ángel...

Debió sentirse feo... Se que no fue tan doloroso lo mío, que lo que le pasó a mi hijo, que las personas que lo trajeron al mundo lo abandonará por completo, como que si su único propósito solo halla sido el darle la vida y no darle los cuidados que merecía.

- Ahora lo entiendo...

- Vez, con amor o sin amor es como algunas personas viven, en mi caso eso es amor.

- Estuviste enamorada de la mamá de Max por más de 12 años, y mírate ahora. Apuesto que ya has tenido sexo con ella.

- ¡Ejem!, El punto es que debes atinarle a todo amigo, el que no arriesga no gana.

- No es por ser bromista, pero si arriesgo pues creo que no ganaré nada, solo mírame, hace mucho que no me doy un retoque.

- Esa es una cosa, la mujer que tenga que estar contigo, te amara tal y como eres, no por que tengas esa apariencia de acabado, significa que no conseguirás el amor de alg-

El teléfono de mi amigo empezó a dejar salir un fuerte sonido, lo sacó de su bolsillo, solo para darse cuenta que era una llamada, la llamada de nuestro amigo, Álex.

El contesto de inmediatamente la llamada, poniéndola en altavoz.

¡¿Hola?!, ¡Red! ¡¿Me escuchas?!

- ¿Álex?, Milagro que llamas amigo, ¿Que pasa, dónde estás?.

¡Estoy en mi casa!, Perdón si no contesté tus llamadas, pero estaba de paseo con mi novia, ya sabes que me puse la regla de no usarlo cuando estoy con ella.

- ¡Ya te pusieron las cadenas! - le dije en tono burlón, a lo que el se sorprende al oír mi voz -.

¡¿Gabriel?!, ¡Ustedes dos están juntos!, Que me parta un rayo, creí que sería el primero en ir a visitarte.

- No hermano, te gane, ¿Cuando puedes venir a casa de Gabriel? El pequeño Ángel también se preguntó lo mismo, tiene un mal tío.

¡No te preocupes!, Mañana mismo puedo llegar a ver a los cuatro, Por cierto amigo, le compré ropa interior a mi novia, como no supe su talla pues, mejor se la doy a tu novia, espero no te moleste.

- Oh... Ehh... Que lindo detalle amigo.... Yo Emmm... Se lo diré luego.

¡Fantástico, nos vemos mañana, chao amigos!

Llamada finalizada, bueno no lo podía culpar, el no sabía que mi relación con Gabriela se había terminado, supongo que mañana se lo diré, y de paso a saludar a los nuevos vecinos que se aproximaban a vivir ahora en esta zona.

Creo que podía socializar un poco, como mi hijo lo hace con las demás personas, si eso haré.

No puede ser que le tenga que pedir ahora consejos a mi hijo sobre socializar con las demás personas.
























HASTA EL DÍA DE MAÑANA, SUPONGO...





























CONTINÚARA.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro