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Mal's POV:
Dejé la prueba de embarazo sobre la cama y apoyé mi cara entre mis manos. Comencé a sollozar.

De nuevo, salió negativa.

Sentí como Ben tomaba mis manos y las apartaba con cuidado. Sus ojos estaban llorosos, pero sé que hacía el mayor esfuerzo por mantenerse fuerte por mí.

-Estoy comenzando a pensar que debemos darnos por vencidos-dije, con la mirada sobre nuestras manos.

Levantó mi mentón con cuidado, haciendo que lo viera a los ojos.

-No podemos rendirnos tan fácilmente.

Secó algunas de las lágrimas que estaban sobre mi rostro.

-Cariño, llevamos casi dos años intentándolo. Y este año con el tratamiento no ha servido de nada. No vale la pena seguir con esto.

-Princesa...

Me duele el corazón, porque sé que lo que le estoy diciendo lo está destrozando.

-Te prometí que haría todo lo posible por hacer realidad nuestro sueño de formar una familia, pero no puedo más. No podemos seguir haciéndonos falsas esperanzas sabiendo que no sucederá.

Soltó mis manos y se levantó del suelo. Comenzó a dar vueltas por la habitación.

Puedo percibir que tiene muchas emociones mezcladas en este momento. Pero si peleamos ahora, me volveré a derrumbar.

-Ben, por favor entiéndeme-le pedí, apunto de llorar de nuevo.

Se giró a mirarme y terminé de romperme al ver lo rojo de sus ojos y las lágrimas saliendo de ellos.

-Mal, sabes perfectamente que yo más que nadie te entiendo en este momento. Pero me niego a dejar de intentarlo, menos después de todo lo que hemos hecho para lograrlo.

Volví a bajar la mirada.

Vi como se sentaba a mi lado. Ninguno de los dos tenía el valor de mirar al otro a los ojos en ese momento.

-Escucha. De verdad lamento si sientes que te estoy presionando con todo esto. Lo menos que quiero es pelear contigo o hacerte daño-hizo una pausa- Es solo que en serio quiero que tengamos hijos, cielo. Pero si todo esto solo nos creará problemas, estoy dispuesto a renunciar a ese sueño con tal de no herirte y no perderte. Porque eso sería aún peor.

Al oír su voz, supe lo difícil que fue para él decir esas palabras.

-Jamás te quitaría ese sueño, Ben.

Como por reflejo, tanto él como yo nos miramos.

-Hasta que salí de la Isla, nunca pensé en que sería mi vida si no seguía los planes de mi madre. Cuando te conocí eso cambió.

Ahora fui yo quien tomó su mano.

-Tú has hecho por mí cosas que nadie más habría hecho. Me enseñaste a amar, me demostraste que puedo ser yo misma sin importar qué. Me has amado, apoyado y cuidado incondicionalmente a pesar de todo. No quiero arrebatarte algo que sé que has deseado tanto tiempo.

Las lágrimas aumentaban a medida que hablaba.

-Durante mucho tiempo, temí ser una mala madre. Porque hasta hace poco, mi relación con la mía no era la mejor. Pero tú me has demostrado que puedo serlo. Y ese sueño que tienes, se convirtió en el mío.

Acercó su rostro al mío y juntamos nuestras frentes.

-Entonces no podemos rendirnos. Debemos hacer lo que sea que esté en nuestras manos para hacerlo realidad-me dijo.

Sonreí. Dejé mis brazos alrededor de su cuello y concentré mi mirada en sus hermosos ojos. Me transmiten tanta paz y seguridad.

Es cierto lo que me dijo. Luego de tanto por lo que hemos pasado, no podemos rendirnos ahora que podríamos estar tan cerca de lograrlo.

-¿Qué tal si aprovechamos que aún es temprano y pasamos la tarde en familia? - me preguntó.

-Me parece una gran idea.

Besó mis labios durante unos segundos y nos levantamos.

Encontramos a mi papá jugando con Cerbero en el jardín, y a Bella y Adam en la biblioteca. Almorzamos, jugamos juego de mesa y vimos películas.

No faltaron las guerras entre mi papá y mi suegro, pero fue lindo pasar tiempo los cinco. Ben y yo necesitábamos eso.

(...)

-Amor, ¿qué haces? - me preguntó Ben.

Intentó no reírse, hasta que se le soltó una carcajada.

-Ja, ja, burláte todo lo que quieras.

Dejé los brazos cruzados sobre mi pecho.

-Perdón, pero es que no esperaba encontrarte así.

Oí sus pasos y supuse que estaba colocando su toalla en algún lado para que se secara.

La cama se hundió junto a mí. Lo miré.

-No quise tardarme tanto, pero alguien que no nombraré dejó una marca sobre mi cuello que dudo que quiera que vean los demás.

Arrugué la nariz y me reí.

-Pues quien te manda a provocarme tanto cuando estábamos en la ducha, Florean-le dije.

-Digo lo mismo contigo, Igna.

Los dos nos reímos.

Apoyó su cuerpo sobre el colchón y dejó sus pies al lado de los míos, sobre la cabecera de la cama.

No debería de prestarle atención a lo que he leído en Internet. Pero hasta la cosa más tonta podría ayudar.

-¿Crees que funcione? - me preguntó.

Voltee mi cara para poder mirarlo.

-Quisiera decir que sí, pero realmente no lo sé.

-Debemos recordar lo que nos dijo el doctor en la mañana. Aún tenemos posibilidades sin llegar más allá en los tratamientos. Pero mientras que más nos presionemos y nos esforcemos porque pase, menos sucederá.

-Tienes razón.

Acarició mi mano.

-Aún tenemos dos opciones más con el tratamiento...

-O podríamos adoptar un bebé-completé.

Me observó con atención. Sonrió y besó mi frente.

-Tal vez no sería lo que hemos planeado, pero sería lindo darle un hogar a algún pequeño o pequeña que lo necesite-dije.

-Eso suena bien.

Besé sus labios varias veces y apoyé mi cabeza en su pecho.

No le estábamos prestando mucha atención a lo que decían en la televisión hasta que oímos que decían nuestros nombres.

Ben se sentó primero y me ayudó a mí después. Le subió el volumen al televisor.

-Como dijimos al iniciar el programa, unos de los temas que tocaremos hoy es sobre el futuro heredero a la corona de Auradon-comenzó a decir una reportera.

Rodeé los ojos, sabiendo hacía donde querían llegar.

-El rey Ben y la reina Mal llevan casados casi cinco años. Y desde que empezó su relación, nos han enamorado de su amor-a un lado de ella aparecieron diversas imágenes de nosotros- Rompiendo todo lo que se había visto antes y demostrando que todos tienen tanto maldad como bondad.

Debo admitir que oír eso no fue del todo malo. Reí cuando Ben me abrazó por la cintura. Seguimos viendo el programa.

-Sin embargo, al tener tantos años de relación, me atrevo a decir que todos esperábamos que ya tuvieran al esperado heredero al trono del reino. En diversas entrevistas que se les han hecho a través de los años, siempre
han expresado con ilusión sus ganas de ser padres. Más eso no ha sucedido aún.

Volvieron a poner más imágenes de nosotros. Lo peor fue que tuvieron el descaro de poner unas donde salimos con nuestros sobrinos o con niños en eventos del reino.

Había pasado un tiempo desde que hacían reportajes como este.

-¿Ustedes que creen? ¿Será que nuestros reyes no nos han contado la verdad de varios asuntos? ¿O ya estará en camino el heredero y no han anunciado nada al público? Estaremos leyendo sus respuestas en nuestras redes sociales al terminar.

Bajé el volumen y apagué el televisor. Agarré mi almohada y grité en ella.

Ben puso su mano sobre mi hombro y comenzó a acariciarlo, intentando calmarme.

-Maldición, no soporto que nunca podamos tener lo más mínimo de privacidad en nuestra relación-me quejé.

Aún tenía la almohada en la cara, pero supe que me oyó bien cuando habló.

-Lo sé, es bastante frustrante. Aún así, no debemos prestarles atención. Es nuestra relación, no la de ellos, así que no saben que es lo que pasa realmente y lo que no-dijo.

Quité la almohada de mi cara.

-Entendería más que hablen de eso porque se preocupan por el futuro del reino, pero ambos sabemos que lo hacen por polémicas y chismes.

-Es cierto.

Me quedé pensativa unos segundos.

-Cielo, recuerda lo que hablamos hace unos días.

Se sentó frente a mí y continuó.

-No podemos dejar que nadie interfiera en esto. De por sí todo es bastante difícil, así que debemos mantenernos firmes en nuestras decisiones y no prestarle atención a lo que digan los demás.

Suspiré.

-De acuerdo.

Pasó unos mechones sueltos detrás de mi oreja y me sonrió.

-No nos estresemos, dejemos que todo fluya a su ritmo y puede que más pronto de lo que creemos pasará. ¿Sí?

Asentí sonriendo.

-Ven aquí-dijo, extendiendo sus brazos hacia mí.

Reí y lo abracé con fuerza.

-Te amo con todo mi corazón, Mal, sin importar qué-besó mi sien.

Hundí mi cara en su cuello y sonreí.

-Al igual que yo a ti.

Nos quedamos abrazados por bastantes minutos. Disfrutando de la paz y tranquilidad que nos transmitimos.

Levanté la mirada y sonreí como boba al ver su sonrisa.

-Mi hermosa reina-acarició mi mejilla.

Cerré los ojos al sentir su tacto. Puse mi mano sobre la suya.
Los abrí poco a poco y aún seguía sonriéndome.

-¿Por qué tienes que ser tan perfecto?-le pregunté.

Apreté sus mejillas y se rió.

-Lo mismo me pregunto yo contigo cada día.

Esta vez fui yo quien rió.

-Basta, harás que me sonroje-bromeé.

-Y cuando lo haces me pareces adorable.

Ahora sí me puse roja de verdad.

-Tantos años y aún lo logras.

-Es un don.

Solté una carcajada.

Me tomó desprevenida cuando se acercó para besarme. Sonreí y le seguí el beso.

Seguimos así por varios minutos hasta que nos hizo falta el oxígeno.

-Veo que quieres seguir con lo de la ducha-le dije.

-¿Y tú también lo quieres?

-Definitivamente.

Rió cuando volví a besarlo.

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Quedan dos capítulos más antes del final.

¿Creen que al fin podrán tener hijos?

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 24/08/2020.

Editado el 16/07/2021.