“Solo uno”

Megumi corrió con la chica lo mas lejos posible para evitar qué él Rey de las Maldiciones los alcanzará.

Pero con la velocidad de Sukuna era casi imposible huir de el.

— Dame a la mocosa Fushiguro — ordenó con voz imponente la maldición

— Vamos Sukuna, no es necesario pelear — respondió el azabache

— No podrán vencerme, así qué rindete de una buena vez — respondió Sukuna

Y tan pronto cómo Megumi ae negó, llegó Itadori. Ambos estudiantes ae vieron el uno al otro sabiendo lo que iba pasar.

El campo de batalla está devastado, con escombros y energía maldita flotando en el aire. Sukuna, con sus cuatro brazos y su mirada aterradora, lanza ataques implacables, pero Megumi y Yuuji se mueven con agilidad.

_____ estaba parada viendo todo, crea su propia burbuja de tiempo y se encierra a ella misma en ella, perdiendo la noción del tiempo de afuera acurrucandose en posición fetal.

Yuuji, con su habilidad física superior, usa su fuerza para bloquear los ataques de Sukuna y abrirle oportunidades a Megumi.

Mientras tanto, Megumi convoca a sus shikigamis, lanzando criaturas de gran poder que asedian a Sukuna, creando distracciones y debilitándolo.

El trabajo en equipo es clave: cuando Sukuna se concentra en un ataque contra Yuuji, Megumi aprovecha para lanzar un poderoso hechizo que lo impacta de lleno.

La combinación de ataques físicos y maldiciones es abrumadora.

Finalmente, después de una serie de ataques sincronizados y bien coordinados, Yuuji y Megumi ejecutan un ataque final devastador, fusionando la fuerza bruta de Yuuji con la estrategia y el poder de las maldiciones de Megumi.

El golpe combinado alcanza a Sukuna con tal fuerza que lo obliga a retroceder, y, en un momento decisivo, Megumi utiliza una técnica final para asegurar la victoria.

Con Sukuna derrotado, la tensión se alivia y el campo de batalla queda en silencio, marcado por la magnitud de la batalla.

Ambos, exhaustos pero victoriosos, se miran con una mezcla de respeto y alivio, sabiendo que han superado un desafío monumental juntos.

A su ve voltean a ver a la chica encerrada en aquélla burbuja, estaba con los ojos cerrados negándose a sí misma a ver a todos lados.

Bajo la luz tenue de un farol parpadeante. Megumi y Yuuji están frente a frente, el ambiente cargado de tensión.

Ambos respiran con dificultad, la frustración y el dolor visibles en sus rostros.

_____ abre los ojos dentro de la burbuja para ver cómo sus dos amigos y chicos a los cuáles amaba se miraban con enojó, pero no podía escuchar nada.

Yuuji, con el ceño fruncido, alza la voz. 

—Megumi, ¡esto no tiene sentido! Sabes que ella tiene que decidir, no nosotros. ¡No podemos pelear por su amor como si fuera un trofeo!

Megumi, por su parte, parece más frío y distante de lo normal. Sus ojos, habitualmente calmados, ahora están llenos de una ira contenida, algo que Yuuji nunca había visto antes. 

—Tú nunca lo entenderías, Yuuji. No es solo ella... es lo que significa. Ella es lo único que le da sentido a todo esto, lo que me mantiene... estable. No dejaré que me la quites.

Yuuji da un paso al frente, extendiendo la mano en un gesto de reconciliación. 

—Megumi, no tienes que hacer esto. Podemos encontrar otra solución. No quiero perderte a ti tampoco.

Pero en un movimiento súbito y desesperado, Megumi saca una daga que llevaba oculta y, antes de que Yuuji pueda reaccionar, lo apuñala en el abdomen.

El brillo de la hoja se refleja por un instante en los ojos de ambos. Yuuji suelta un jadeo de sorpresa y retrocede tambaleándose, sujetándose el costado ensangrentado.

—Lo siento —susurra Megumi, su voz quebrada mientras aparta la mirada, sabiendo que ha cruzado una línea que no podrá deshacer—. No podía dejar que fueras tú.

Yuuji cae de rodillas, su mirada fija en su amigo, llena de incredulidad y dolor, mientras Megumi se dirige hacia la chica, quién debería darle una explicación.

Alerta, esta a la vuelta de la esquina el final.

vayan a leer mi nuevo fic:)