"Obsesionado desde las
Sombras"

Suguro Geto, un hombre que se terminó obsesionando con la joven _____, sin siquiera haber entablado una conversación con ella.

Muchas personas lo describirían como amor a primera vista, pero esta situación fue diferente.

Geto, sin duda alguna, siempre tuvo una pequeña rivalidad con Gojo, a pesar de gran amistad que tuvieron en un pasado, ahora mismo tenía sentimientos diferentes hacia el hechicero.

Quería destruirlo, pero no solo físicamente, que su poder maldito acabará, si no también mentalmente.

Habían pensado en meterse con sus estudiantes, y claro que lo harían, de no ser hasta que llegó una joven e inexperta hechicera que no sabía controlar su energía maldita.

Observando a Gojo desde la sombras viendo cada unos de sus movimientos hacia la joven se percataron de algo.

Y era que ahí había algo más que una relación estudiante-maestro, sabían que la chica veía a Gojo tal vez como otra figura paterna, a pesar de que su padre siempre estaba ahí para ella.

Pero, de parte de Gojo, había un cariño especial de entre sus demás estudiantes de primer año, sabía que todos eran importantes para el. Pero ella era especial.

Fue ahí, donde Geto empezó a ver más a la chica.

Mientras Mahito la llevaba junto a Junpei a su lugar seguro, él veía las expresiones de ella, su forma de hablar junto a cómo trataba a las personas.

Sabias que Mahito era una maldición, claro que lo sabias, pero aún así lo tratabas como si se tratase de otro ser humano.

Y lo seguirías haciendo.

No es que fueras especial o algo así, simplemente te habían aislado del mundo real después de la muerte d tu madre que te hicieron creer que todo el mundo era bueno.

Por qué tu padre no quería hacerte una imagen diferente, no quería tocar tu inocencia, y te hizo ingenua, aunque Geto lo veía como estupidez humana.

Y tal vez no se equivocaba, ya que creías que todo el mundo era bueno, eras estúpida e ingenua, un arma de doble filo.

Siguió vigilandote, viendo cada uno de tus movimientos, para luego usarte, ya que sabía que eras una de las debilidades de Gojo.

Aunque claro, nunca contó con la idea que también te volverías una debilidad para el, tal vez no tanto como el de ojos claros, pero si en una mínima parte.

Ver tu sonrisa todos los días se volvió parte de su rutina, verte aveces tarareando melodías sin sentido alguno se volvió parte de su rutina, verte distraída o simplemente viendo al cielo como niña pequeña, perseguir mariposas cuando no tenías nada que hacer, jugar con los gatos de la escuela, todo eso se volvió parte de su rutina.

Que ahora no sabría como reaccionaria al very asustada, con miedo, aquellos ojos que suplicaban, imploraban y gritaban que alguien la salvará.

Estabas encerrada en una habitación sin ventanas, y una sola puerta, había una cama y nada más que eso.

Ran rápido como te dejaron en la cama, Mahito se disfrazó de otra persona cambiando su alma, para cuando te quitaran el saco en el que ibas envuelta no lo reconocieras.

Pero en cuanto viste a ambos hombres parados enfrente de ti, el miedo inundó tu cuerpo, empezaste a temblar, tus ojos estaban atentos a cualquier movimiento y tus oídos más agudizados que de costumbre.

Las lágrimas empezaban a salir de tus ojos, era la primera vez que no querías confiar en alguien.

— ¡Hey no llores! — te dice Geto

Trata de acercarse a ti pero rápido empiezas a gritar, lanzando patadas al aire, agitando las manos mientras cerraba los ojos con fuerza.

— Ayúdame maldita sea — le regaña Geto a Mahito

Mahito de acerca a ti, agarrandote de los pies para que dejes de lanzar patadas al aire, mientras que Geto te toma de los brazos.

— Calma, _____ nada te va a pasar, solo calmate — te dice Geto

— Dejame, por favor, tengo miedo, sueltame — dice entre llantos

— No te vamos a hacer nada, solo deja de querernos golpear, linda nada te va a pasar — dice nuevamente Geto

Mientras que Mahito mantenía la boca cerrada ya que sabía que sí decía algo, lo más seguro es que reconocerías su voz.

— Por favor, déjenme — dices débilmente

Mahito se aleja de ti haciendo caso a tu petición a la vez que recibe una mirada de enojo de parte de Geto.

Al ver que dejas de mandar patadas suelta también tus manos, tan pronto como te soltaron, te hiciste bolita en una de las esquinas de la cama

Geto suspira y se acerca a ti para luego subirse a la cama y ponerse a tu altura, te toma delicadamente de las muñecas alejándolas de tu rostro, para luego alzar tu rostro y ver como este estaba adornado de ojos llorosos, lágrimas cayendo por tus mejillas y labios temblorosos.

— No te voy a hacer nada — dice suave Geto

— Entonces dejame ir — le respondes

— No puedo

— ¿Entonces como puedo confiar en ti? "No te voy a hacer nada" disculpa pero no te creo nada — dices enojada

— Te doy mi palabra, solo no trates de huir.

— ¿¡Que no trate de huir!? No se que tienes en la cabeza pero me trajeron en contra de mi voluntad, y quieres que me quede aquí como si nada, ¡estas loco!

— Bien, si eso quieres, te trataremos como debe ser, así que no te quejes — responde Geto enojado

Si bien el iba a tratarte bien, dentro de lo que cabía, no iba a dejarte sin comer y también iba a darte la atención que necesitabas.

Pero por la forma en que me respondiste, ya no sería tan dulce contigo como quería, pero verían que aguantaría más.

Si tú, o el, al ver a la chica que inconscientemente quería cuidar, debilitarse poco a poco.