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"─ 💎 𖥻 Misteriosa belleza.

𝓤n chico de cabello blanco, salió de forma lenta de su hogar, su nueva vida en una nueva escuela estaba por empezar, aunque detrás de ese rostro estoico, no se podía notar bien lo que de verdad sentía o pensaba.

No expresaba nada.

Se observo de reojo en la vitrina de una tienda, para revisar si había algo raro en él, tenía su camisa blanca, su sweater beige y los típicos pantalones y chaqueta negra que representaba al karasuno, por lo que veía parecía que estaba todo en orden para seguir. Además de que llevaba su confiable pelota de vóley, ya estaba un poco vieja por todo el uso pero aun servía, así que sentía más seguro al respecto. 

En el trayecto que debía recorrer el muchacho, comenzó a notar que ya se estaba acercando a su destino puesto que se podía notar como otros chicos iban en su misma dirección con el mismo uniforme, aunque con sus diferencias en estos.

Muchas personas de forma inmediata se dieron cuenta del chico misterioso y no podían evitar quedar paralizados ante la belleza de este, tanto chicas como chicos, provocando que se hicieran a su lado para que pudiera tener más especio al caminar tranquilamente y siendo el centro de atención de todos.

—¿Quién es el? nunca antes lo había visto

— Al parecer va en nuestra escuela.

—Es tan guapo.

—Es como un ángel.

Y el joven parecía no estar pendiente de lo que decían o eso lo que uno pensaría al solo verlo, por su rostro alzado y mirada pulcra.

Se quedo un rato mirando a un pájaro que se encontraba quieto en una señal de tránsito, lo curioso de esto es que no era cualquier pájaro, se trataba de un cuervo, pero no era el típico cuervo negro.

Era un cuervo albino.

Es muy extraño ver uno así, normalmente solo se veían a los de color negro, la mayoría de las personas ni siquiera sabía que existía ese tipo de animal, pero ahí estaba, muy pocos eran los que los veían.

Tanto el chico como el ave se quedaron mirándose fijamente, hasta que el cuervo abrió sus alas y se fue volando, hacia quien sabe. El chico desearía poder volar como ellos.

—¡Ouch!- se quejó una voz desconocida.

Al estar tan pendiente del ave, no se dio cuenta de que había chocado con alguien, se trataba de una chica más bajita que él.

—¡Oye! ten más cuidado...!- la fémina se quedó callada al ver al chico y un sonrojo empezó a adornarse en su cara.

Su cabello tan blanco como la nieve, sus ojos eran de un color purpura brillante, jamas había visto a nadie con ese inusual color de ojos, además de que la chica estaba segura que media más del metro 70'

"Es como los chicos de los animes, es todo un ikemen" pensó la estudiante y sus mejillas las sentía demasiado calientes.

El guapo y misterioso chico simplemente le hizo una pequeña reverencia de disculpas y se movio un poco para seguir su camino, ya que o si no llegaría tarde, mientras la chica pensaba que había sido bendecida al ver visto tanta belleza.

Llego al fin a adentrarse a la escuela, sin percatarse de todas los ojos puestos en él y se aproximó a los casilleros, de todos modos ya le habían asignado el suyo al momento de inscribirse. Se agacho, ya que su casillero es el que estaba más abajo y luego se quitó sus zapatos para guardarlos y ponerse sus pantuflas, sin notar a cierto chico de cabello anaranjado que lo contemplaba curioso.

Hinata nunca había visto a ese chico rondando por aquí, supuso que era un nuevo estudiante sin embargo le parecía raro ya que la escuela comenzó hace un par de semanas, aunque su expresión cambio al instante por una emocionada, al ver que el nuevo llevaba consigo una pelota de voleibol.

—AH! ¡¿Acaso jugas vóley?!- pregunto el más bajito con sus mejillas rosadas y sus ojos brillantes por la emoción.- Yo estoy en el equipo de vóley, me llamo-

Su oración fue cortada de forma repentina, ya que cuando el nuevo se dignó a mirarlo, la postura del contrario de repente se puso rígida cuando se volvió hacia al de anaranjado, con una mirada oscurecida, como si le dijera "vete no hables, o te mato".

A Hinata le daba escalofríos como lo observaba el albino, pensaba lo que asesinaría en cualquier momento.

"¿Hice algo mal? ¿Sone grosero? ¿El me odia por eso? Estoy seguro de que no hice nada malo ¿¡Que debo hacer!? ¡No quiero morir tan joven! " el pobre Hinata sudaba de los nervios.

El chico solo se puso de pie y simplemente se fue con rapidez a buscar a su profesora encargada para que le dijera cuál es su salón de clases, ignorando al más bajito, dejando perplejo a este.

—Ese chico sí que es extraño, pero es...lindo.
-dijo la pequeña mandarina, viendo por donde se había ido, ese misterioso chico.








Shoyo se apresuró en llegar a su salón, con su velocidad logro llegar uno segundos antes que la profesora.

La mujer entro con una sonrisa y saludo a todos.
—Muy bien, hoy se nos une un nuevo alumno a nuestra clase, por eso vamos a darle la bienvenida, por favor entra y escribe tu nombre en la pizarra.

Todos los alumnos, incluido Hinata, miraron con atención y curiosidad, la puerta y pudieron ver a alguien entrar.

El numero 10 se quedó un tanto estático y nervioso, al ver al chico lindo y extraño entrar, mientras que los demás se preguntaban si la belleza de aquel chico era real, jamas habían visto alguien así. Su belleza es inusual y un tanto peculiar, pues casi nunca se había visto una persona albina y de ojos purpura, tenía una expresión seria en su rostro que solo lograba hacerlo ver más atractivo de lo que ya era.

Su caminar era de una forma elegante y tranquila, demostrando que no le importaba ser el centro de las miradas en ese momento y también los susurros mal disimulados.

—¡Es muy hermoso!

—¡Tenemos suerte en tenerlo en nuestra clase!

—¿Estará soltero?

—Creo que he perdido mi heterosexualidad.

—Es demasiada belleza para mi corazón.

Se detuvo justo en frente de la pizarra y con delicadeza agarro la tiza y de forma rápida y con un tanto de fuerza escribió su nombre, revelando al fin quien es este misterioso y guapo chico, también mostrando quien es el protagonista de esta historia.

"Hotaka Amao"

De la nada salió confeti, mientras todos los alumnos aplaudían sonrojados y animados por saber el nombre del chico que lo recibían igual como si fuera una estrella famosa.

—¡Su nombre es hermoso!

Entre tanto Hinata veía todo con cara de poker, preguntándose de donde había salido el confeti, pero si admitía que el nombre de Hotaka era bonito.

—Chicos, cálmense.- callo la profesora a los adolescentes.- Bien, Hotaka puedes elegir el asiento que más se te acomode.

El menor asintió y observo el que más se le acomodara mientras que los demás alumnos rezaban para ser el afortunado de sentarse al lado del ángel.

El de orbes purpura, camino con rapidez al asiento que se encontraba al lado del de cabello naranja, llevándose miradas de odio por la mayoría de los estudiantes.

Hinata sudo de los nervios "Que miedo"

Estuvieron toda la hora de clases, donde observaban de reojo a Hotaka y la pequeña mandarina temiendo por su vida, contemplo por el rabillo de ojo a su compañero de asiento y ve a este ligeramente temblar.

El bloqueador central se preguntaba por qué hacía eso, si solo cuando dijo su nombre ya es amado por todos a diferencia de él, que parece ser odiado por sus compañeros al recibir miradas con molestia.

Para Hinata, Hotaka era algo que no lograba comprender, y eso hacía que se le fundiera el cerebro por tanto pensar en eso.

Suena el timbre dando fin a la primera hora y dando comienzo al receso, antes de que una avalancha de estudiantes se abalanzaran para preguntarle si querían almorzar con ellos, Amao salió corriendo sin darle la oportunidad a nadie de dirigirle la palabra, y todos se asombraron por la velocidad del chico.

—Es rápido...- murmuro el de cabello naranja ladeando la cabeza, curioso por el chico.


Hotaka dejo de correr un momento y empezó a ir a paso lento por los pasillos del karasuno con su fiel pelota de Voleibol vieja en sus manos. Estaba intentando recordar en donde se encontraba la oficina de Nishida-san, puesto que era la única persona que conocía en estos instantes.

Además de que lo necesitaba un lugar en donde calmarse o más específicamente lo necesitaba a él para poder jugar un rato.

Luego de una vuelta, encontró la oficina y leyó lo que decía en la puerta.

"Psicólogo escolar"

Dio unos suaves golpes a la puerta, escucho un "pase" y entro , se encontró con un hombre bastante alto, tenía rasgos afilados, un cabello brillante y bien peinado de color verde con tres mechas rubias, usaba un traje pulcro y utilizaba unos lentes triangulares, aunque sus ojos daban un aspecto severo y de autoridad.

Se trataba de Nishida Mirai, el psicólogo personal de Hotaka desde que tiene memoria y el mejor amigo de su padre desde su niñez , aunque al igual que el menor acaba de entrar al Karasuno, ahora como un docente y no como alumno, pero a pesar de que llego hace unas hora su oficina lucia impecable.

Al ver que se trataba del menor, suspiro con cansancio, sin embargo ya se lo esperaba a que viniera, dejo de hacer el papeleo para poner atención a su mocoso.

—Siéntate.- dice y de inmediato Amao acata la orden, colocándose en la silla frente a frente.

Estuvieron haciendo contacto visual por unos minutos como si se hablaran telepáticamente y el mayor se froto la cien con aburrimiento.

—¿Tan mal te fue en tu primera clase?

Hotaka baja la cabeza con vergüenza y luego mueve la mano con un gesto de más o menos. Nishida vuelve a suspirar.

—¿Al menos lograste presentarte adecuadamente?.
—cuestiona el de cabello verde.

El de orbes amatista asiente con felicidad, Mirai tiene una leve sonrisa orgullosa que pasa desapercibida, por lo menos ha avanzado en eso, luego Hotaka muestra su balón al mayor.

El docente sabe perfectamente lo que quiere al ver esos ojos brillando de la emoción y como si una tormenta eléctrica pasara en ellos por un milisegundo, ansiando poder hacer lo que le apasiona.

—¿Quieres jugar vóley?.- el albino asintió frenéticamente soltando un leve chillido.- sabes perfectamente que estoy ocupado con el trabajo atendiendo a estudiantes, ¿Verdad?

Amao mira para todos lados y alza una ceja confundido dando entender ¿Que trabajo?

—Ja Ja muy gracioso.- declara de forma sarcástica.- a pesar de que nadie venga es porque es el primer día, aun así tengo cosas que hacer, debes hacer más para convencerme de jugar contigo.- se cruza de brazos con seriedad.

El menor se remueve en su asiento, para luego observar con su mejor puchero en sus labios y mirar a Nishida con ojos de cachorrito mojado, juntando sus manos en forma de súplica. Este era uno de los ataques especiales de Hotaka.

Hacer su mejor mueca tierna, tanto practicadas como naturales, para conseguir algo.

El de cabello verde hizo su mejor esfuerzo por no mirarlo, de verdad que lo intento pero al verlo de reojo, solo basto unos segundos para que se rindiera. No podía contra la ternura de Amao. 

—De verdad eres un mocoso molesto.- se queja, pero Hotaka solo sonríe levemente.- hacemos unos cuantos pases y nos vamos, tú tienes clases y yo trabajo ¿Entendido?

En respuesta solo alza sus pulgares y se levanta esperar al mayor afuera, a lo que el otro se levanta de forma aburrida y solo esperaba que esto no cause problemas.




Llegaron al gimnasio de la escuela, este estaba despejado y sin nadie a la vista, ya que el albino suponía que solo lo usaban en las tardes a la hora de las actividades escolares.

Y fue una suerte de que la red se encontrara puesta, así no tendrían el trabajo de ponerla, que era más riguroso.

Nishida se sacó la chaqueta dejándola en uno de los asientos y se arremango la camisa hasta los codos.

—Normalmente, no se necesita usar la red cuando el juego es de a dos personas, pero como tú eres un mocoso raro y obstinado, lo haremos a tu manera.- el menor al escuchar eso frunció el ceño y le saco la lengua.- no te quejes, es la verdad.

Ambos se pusieron en cada lado de la cancha y empezaron a hacer unos pasos suaves.

Tanto el adulto como el pequeño cuervo albino se empezaron a encismarse tanto en el juego que no se dieron cuenta que una bandada de cuervos negros venia hacia ellos.

Mientras tanto la mayoría de los chicos de Karasuno, excepto por el ace y la deidad guardiana de esta misma, se encontraban yendo a una pequeña reunión que tendrían antes de un partido de practica y debían revisar las posiciones y los jugadores que pondrían, aunque ya lo más revoltosos ya se andaban quejando que usaban ese tiempo en el receso.

—¡Ya para, Tanaka!.- le dio un golpe el capitán al pelado.

—¡Ugh!- se queja el de segundo año.- pero Daichi-san ¿¡Por qué solo nosotros hacemos una reunión en recreo?! ¡Desperdiciamos nuestro tiempo libre!

—Daichi ya había explicado eso Tanaka.- habla el chico refrescante del Karasuno.- Mañana, tendremos un partido de practica con Aoba johsai y debemos aclarar que posiciones y jugadas usaremos.

—Suga ya lo explico.- el mayor mira a su equipo que lo seguía por detrás.- además de que debemos aprovechar cualquier oportunidad que tengamos para poder mejorar.

Mientras que los chicos conversaban, Hinata se encontraba en su mundo sin escuchar lo que el resto decían, ya que había quedado impregnado en su mente ese chico de cabello blanco; Hotaka.

Y el pelirrojo no tenía ni idea de cuál era la razón de eso, solo le pasaba cuando se trataba de algo que le gustaba demasiado, como el voleibol o el pequeño gigante. Tal vez fue por la belleza angelical que el chico portaba o por que jugaba el mismo deporte que él.

O eso creía.

Salió de su ensoñación, cuando sintió un golpe en su cabeza, se sobo esta y miro mal al que le había hecho eso.

—¿Por qué pones esa cara de idiota?- Kageyama lo contemplaba con el ceño fruncido.

—¡No me golpees , tonto!- chilla con molestia el más bajito.- ¿Para qué me golpeas?

—Estabas distraído, los sempais te llamaban y tu no contestabas.- dice como si nada el azabache, Hinata gira un poco la cabeza y noto como todos los del equipo los observaban confundidos.

Sus mejillas se coloraron. Se quería morir de vergüenza.

—Hinata ¿Que te paso? te llamaba todo el reto y no contestabas.- Sawamura alzo una ceja, extrañado.- Al parecer alguien anda en las nubes.

—Pfff ¿Cuando este tonto no anda en las nubes?- se burla el bloqueador de cabello rubio acompañado con una leve risita de Yamaguchi.

—¡Tsukishima, teme!- gruñe molesto la mandarina andante, pero con una mirada mortífera del capitán todos se calman.- E-Es solo que estuve distraído por el chico nuevo que llego.

—Oh, Hinata ¿Te refieres al ángel?.- se dirige al de pecas al pequeño bloqueador, sin embargo al tener la atención de todos esperando que continuara, se ruborizo un poco pero aun así continuo.- es que todos han estado hablando de un chico nuevo que llego y tiene una apariencia angelical y que deslumbra con cada paso que da. Es la nueva sensación dentro de los de primer año.

—He escuchado hablar de eso con mis compañeros.- dijo Sugawara de forma pensativa.- según los rumores, el chico es demasiado atractivo, y ya se llevó bastantes admiradoras, incluso de chicas de tercer año.

—¡Hum! ¿Y ese quien se cree es?- Tanaka celoso puso su mejor cara de delincuente a la vez que se cruzaba de brazos con enojo, porque ese chico misterioso se está robando el corazón de todas las chicas y no puede evitar tener celos. -¡Debe ser un maldito egocéntrico!

—¡Deja de hacer esa expresión Tanaka!- le da un sape Sawamura y luego siguieron caminado al gimnasio que quedaba unos metros más para llegar.- yo también he escuchado un tanto de ese chico, ya es muy popular y apenas llego.- sonríe un tanto divertido por eso.- Hinata ¿De casualidad está en tu clase?

—Capitán...- el pelirrojo abre los ojos con sorpresa.- ¿Como lo sabe? ¿¡Acaso es adivino?!

—Ehhh...no.- se rasco la nuca.- como dije, se volvió tan popular que hasta los de tercer años saben en qué clase esta, así que supongo que está en la tuya.

—Ah, sí es verdad.- afirma y los chicos lo miran con curiosidad.

—¿Y bien, como es?.- pregunto el de cabello grisáceo, que también se encontraba curioso de la nueva tendencia en el Karasuno.

—Pues...tenía cabello blanco y ojos bastante grandes en forma del almendra y de un color morado, todo en él era inusual pero no en un mal sentido.- responde Hinata recordando con detalle cada aspecto de su compañero, a la vez que ya estaban por llegar al gimnasio.- cuando termino las clases, el salió corriendo apurado, es muy veloz y el-

Fue abruptamente callado cuando se escuchó una voz dentro del gimnasio y golpes de una pelota. Todo el Karasuno se voltearon a ver un tanto confusos y extrañados por esto, ya que a esta hora se supone que nadie usa el gimnasio.

Con curiosidad, se asomaron por la puerta lo primero que vieron fue un hombre de cabello verde, jugando al voleibol con un traje de trabajo.

—Es bastante alto.- murmura Ennoshita con los ojos abiertos de la impresión a su lado, Kinoshita y Narita asienten de acuerdo.

"¿Ese hombre es el Psicólogo que dijeron que llegaría? ¿Entonces por qué está jugando vóley?" se cuestionó neutro Tsukishima, sin dejar de ver al mayor

Luego dirigieron su vista hacia la otra persona, que con solo echarle una mirada sintieron su corazón latir con fuerza, al ver tanta belleza junta en un ser humano. Cabello blanco y ojos morados, con solo esas características sabían que ese chico era el que todos hablaban.

"De repente de me siento tan gay" es lo que piensan la mayoría.

Nishida usa todo su peso para lanzar el balón hacia el otro extremo de la cancha, sin medir su fuerza, ya casi llegando a la línea de salida.

—¡Lo siento Hotaka!- se disculpa a pesar de que el mencionado solo tiene ojos para la pelota en todo momento.- Me pase demasi-

Se callo al momento de ver Amao correr y se sintió un tanto estúpido al no recordarlo. Los cuervos contemplaron como el albino con ojos determinados miraban el balón con hambre y corría de forma veloz hacia esta que apenas pudieron notarlo, luego este mismo se dio un impulso con sus pies y salto.

Tanto Hinata como el resto de los cuervos abrieron sus bocas como Hotaka saltaba para evitar que la pelota saliera afuera de la cancha. El pelirrojo estaba seguro de que en el instante en el que Amao despego sus pies del suelo, le hubieran salido dos alas de su espalda para poder volar libremente.

Pero no como un simple pájaro, era mucho más que eso. Parecía un ángel, un bello y celestial ángel caído del cielo.

El golpe que le dio a la pelota, Hotaka uso todo el peso de su cuerpo para poder rematar con todo su fuerza que resonó por toda la cancha y que estremeció a todos y que cayo dando un tiro perfecto detrás de Nishida .

Después de dar ese disparo, Amao pareciera que descendiera lentamente  hacia el suelo, de forma fina y elegante, aterrizando primero con en el pie derecho y luego con el izquierdo.

El albino exhala e inhalo con cansancio y se limpiaba el sudor de que caía por su frente, se sentía emocionando por seguir jugando como cuando era niño y hacer más puntos, sin embargo toda esa emoción se fue cuando contemplo como un grupo de chicos lo miraban fijamente y volvió a su mirada tímida e insegura.

Demonios, lo vieron jugar. Era demasiado vergonzoso para él. 

Ahora pensaran que era horrible para el deporte y se burlarían de él, ya que no está a su nivel. Todos estos pensamientos estaban haciendo que empezaran a darle picazón en sus brazos por los nervios. La primera pisca de ansiedad que comenzaba a abundar en él.

Lo que Hotaka no esperaba fue que la mayoría del karasuno exceptuando por Tsukishima se apiñaran alrededor de él, dándole toda su atención. El albino se tambaleo cuando los jugadores lo rodearon sonriendo con gran entusiasmo y admiración.

—¡Eres increíble!- dijo Sugawara.

—¿Como pudiste usar toda su fuerza en el aire y cambiar de posición el balón para que cayera bien?.- cuestiono el armador serio pero con un brillo en los ojos.

—¡Hiciste bushh y luego wahh para después hacer bam!.- dice Hinata moviendo sus manitos y mirándolo con estrellas en los ojos.

—Fue genial de ver.- exclama con una suave sonrisa el capitán y ligeramente emocionado.- ¿Viniste a inscribirte al equipo?

—Oi Oi!- se acercó el pelado con su cara de delincuente intentando asustar al albino que en sí lo estaba logrando, ya que retrocedió unos pasos.- ¡¿Quién te dijo que podías entrenar aquí?! ¡¿Ah?!

—¡Tanaka deja de poner esa expresión para asustar a los nuevos! ¡Pareces un idiota!.- le da un zape el vice capitán al mencionado.

—Pff Sugawara-san, Tanaka-san ya es un idiota.- se burla el rubio tapando su boca, a lo que Yamaguchi ríe suavemente.

  —¡Tsukishima maldito!.- el numero 5 grita con fuerza y estaba dispuesto a lanzarse contra el bloqueador de lentes con intención de pelear. Ya en unos minutos todo se volvió un caos en el Karasuno.

Como siempre.

Entre tanto el albino no lo estaba pasando bien, veía de forma pausada escuchar los gritos y como la mayoría de los que se encontraban ahí lo observaban fijamente, Amao pensaba que esos gritos y bullicios eran dirigido hacia él.

Comenzó a sentirse mareado, contemplaba como todo se movía como si fuera un barco con olas redundantes. La gotas de sudor caían a borbotones por su frente al igual que su cuerpo, sus manos temblaban ligeramente como si lo hicieran por voluntad propia y no tuviera ningún control sobre ellas ahora. 

"Tengo que irme, me voy a morir" lagrimas empezaron a brotar por sus ojos de manera constante y sin ninguna intención de detenerse.

Todos se percataron de esto, como Nishida que intento acercarse a su alumno, como los miembros del equipo que vieron al albino llorar y detuvieron lo que estaban haciendo en ese momento, ya que se preocuparon pero al mismo tiempo se encontraron confundidos.

—¿Hotaka...?- intento Hinata tocar su brazo.

Sin embargo, en una acción inesperada como si las piernas de Hotaka se movieran por si solas, estas se activaron y salieron corriendo a gran velocidad, dejando un destello morado y los cabellos de algunos moviéndose por lo rápido que se fue de ahí, porque ese era su único objetivo; huir.

Esconderse y huir lo más lejos que pueda.

La mayoría quedo un tanto en Shock por lo que acaba de suceder, no solo por la extrema velocidad del albino, sino por ver a Amao llorar de la nada y luego salir huyendo.

—¿Que acaba de pasar?- estoico como siempre Kageyama cuestiona.- ¿Acaso tiene un problema?

—Kageyama.- lo llama Ennoshita en tono de réplica con un leve sudor en la frente.

—Disculpen por eso.- dice una voz gruesa que tensa a todos ya que habían olvidado por completo que ese alto hombre se encontraba ahí, puesto que el albino acaparo la atención de todos.- A veces los gritos alteran a Hotaka y piensan que van dirigidos a él y más cuando hay muchas personas alrededor de él.

Daichi entendiendo lo que paso, se muestra apenado y hace una leve reverencia al mayor.
—Señor, lo sentimos mucho no nos dimos cuenta de que pudimos abrumarlo de esa forma, a veces este equipo puede llegar a ser un tanto...caótico.

—Está bien, ustedes no lo sabían.- se acomoda los lentes.- para la próxima tengan más cuidado, Hotaka solo necesita acostumbrarse. Si desean hablar con el sobre unirse al equipo el siempre anda revoloteando cerca de mi oficina que es el primer piso al fondo y a la derecha...solo sean suaves con él. Que pasen buen día.

Es lo último que dice Nishida antes de retirase y dejar de nuevo al Karasuno en un silencio sepulcral, hasta que Sugawara hablo.

—¿A sí que deseas unir a él adorable chico al equipo, eh daichi?- le dio un codazo burlón a lo que el mencionado se quejó.- No es una mala idea, tiene mucho potencial como un diamante en bruto.

—Tch. Yo no lo creo.- suelta Tanaka cruzado de brazos.- sigo pensando que se cree superior a nosotros y un maldito egocéntrico que ni siquiera se dignó a decir una palabra...

—Idiota...- es la primera vez que habla Tsukishima después de estar un buen rato en silenció y analizado su alrededor, más específicamente a Hotaka.- ¿No crees que si no hablo es porque tal vez no sabe comunicarse? y también posiblemente que se lanzaron como buitres encima de él.

—¡¿A quién le dices idiota maldito Tsukishima?!

Volvieron a la pelea y el Karasuno volvió a su estado natural mientras que Kageyama y Hinata extrañamente estaban callados y cada uno con un pensamientos diferentes.

"Hotaka...¿en dónde abre escuchado ese apellido?" se cuestiona el antiguo rey intentando recordar en donde se le hacía tan conocido ese apellido.

"Hotaka" el de cabello naranja solo podía pensar en el de ojos morados y pensar en una forma de como acercarse a él.




Al momento en el que Amao salió del gimnasio, se refugio de inmediato en la oficina de Nishida, específicamente debajo de su escritorio hecho bolita demasiado abrumado por todo lo ocurrido, por mas que quisiera huir y esconderse en su habitación debajo de sus cobijas y no volver a salir, tenia que ser fuerte por sus padres. Su padre se puso tan feliz de saber que al fin intentaría ir a la preparatoria y a su madre a pesar de que no dijo nada se le iluminaron los ojos emocionada.

¿Como podría decirles el primer día que ya no quería regresar jamas?

Era un maldito débil y cobarde.

Solo había sido una maldita pregunta y se puso nervioso y salió huyendo y ahora esos chicos pensarían que era un rarito y no querrían acercarse a el, le contarían a todos y se quedaría solo para siempre ¿Por que no podía ser alguien normal?

Lagrimas iban a volver a salir pero se golpeo las mejillas para evitar que salieran.

—No te golpes las mejillas ¿Acaso eres masoquista?

El albino traga saliva al escuchar esa voz, levanta la mirada para encontrarse con el peliverde que lo observaba con los brazos cruzados.

—¿Estas bien?- cuestiona el mayor a lo que Amao simplemente se esconde más en el huequito del escritorio.- Eso es un no. Bien. Levántate, esos chicos se preocuparon de como saliste corriendo e incluso me pidieron disculpas por llegar alterarte.

Hotaka se asombró, era la primera vez que sucedía eso, normalmente cuando huye de las personas prácticamente dejan de hablarle o incluso lo ignoran como si ya no existiera.

Sin embargo no quería generarse esperanzas. Baja la cabeza en modo de disculpas hacia al mayor, era un idiota que solo le causaba problemas a Nishida-san.

Nishida suspira y suaviza su mirada, se acerco a el para levantarlo y le acaricio con cariño su cabello.

"A pesar de ser un adolescente, sigue siendo un bebe" piensa el mayor con una leve sonrisa mientras niega.

—Deja esos pensamientos negativos, tu no me causas problemas Amao.- usa un tono más suave algo que sorprende un poco al mencionado, nunca dejara de sorprenderse cuando el mayor deja esa actitud seria y se pone más gentil.- ya hemos hablado de esto muchas veces, eres mi paciente aunque mayoritariamente, eres mi alumno tu no me causas problemas porque es mi deber ayudarte y hacer que mejores, sin embargo no puedes hacerlo si tu cooperas.- el albino bajo la cabeza avergonzado ya que tiene razón no ha hecho mucho por mejorar, pero se le dificultaba demasiado.- piensa que ahora tienes una oportunidad para poder hacer lo que siempre quisiste ¿Acaso no querías desde niño pertenecer a un equipo de voleibol? En este instante es cuando debes hacerlo, quien sabe tal vez puedas encontrar algo más que un simple equipo pero no lo sabrás si no lo intentas.

El de ojos amatista se quedó un momento pensativo donde recuerdos estallan en su cabeza y se hacen presente. Muchas veces solo y que deseaba estar en un equipo como alguna vez lo hizo su hermano y la mayoría de su familia.

Luego ve a Daisuke tirado en el piso con un charco de sangre encima de él y provoca que se asuste y agite su cabeza evitando volver a recordar esos pensamientos que para Amao solo eran una maldita pesadilla. Nishida nota ese detalle y lo anota mentalmente.

—En unos minutos más tienes clases y antes de que te niegues a ir, no te lo digo como tu psicólogo, te lo digo como tu maestro, anda o te pondrán ausente, además no quieres que tus padres se enteren ¿o si?.- el menor agito su cabeza.- bien, anda si vuelves a sentirte mal, recuerda que tengo tus medicinas ¿okey? ya vete.

Hotaka hizo un puchero pero asintió como niño regañado.

Cuando salía por la puerta la suave voz de mirai, lo llamo.
—Amao, te prometo que las cosas cambiarían, solo cree en ti.

El albino solo lo observa sin expresión y levanto su pulgar.

"Lo dudo mucho" el menor se retiro cabizbajo.

Por qué para que las cosas cambiaran, el debía ser el primero en cambiar, pero ese primer paso le aterraba demasiado.



Hinata se tenso cuando vio a Hotaka llegar, sin embargo el de ojos amatista le dio una mirada y volvió a su asiento.

"Me pregunto como es que esta tan tranquilo con esas miradas" piensa un tanto asustado Shoyo al tener los ojos de los de la clase sobre ellos, incluso la profesora lo hacia.

La mujer tosió.
—Bien, empecemos con la clase, abran sus libros en la pagina...

Sin embargo, Hinata no podía concentrarse, en lo que sea estaba haciendo, puesto que tenia muchas dudas en la cabeza que tenia que ver con cierta persona.

Hotaka Amao.

Realmente deseaba poder hablar con el, después de ver su increíble habilidad en el voleibol, deseaba que le enseñara a jugar de forma tan genial como el, deseaba que le dijera cual era su jugador favorito, quien le enseño a jugar de esa forma, que le gustaba comer, cual era su color favorito, etc.

Quería saber muchas cosas pero creia que seria imposible.

El más bajito estaba tan absuelto en su mundo, que ni siquiera se dio cuenta de que el timbre había sonado, que la profesora se despidió y sus propios compañeros se fueron yendo poco a poco hasta quedar solo.

Bueno, yo no diría tan solo.

—¡¿Eh?!- Hinata salió de ensoñación, al darse cuenta que no había nadie.- ¿Ya todos se fueron?

Sintió una respiración a su lado, por esta acción el de cabello naranja se puso recto en su asiento y con lentitud giro la cabeza y se encontró a Hotaka observándolo fijamente, por lo que soltó un grito de terror, cayéndose de su asiento.

Amao al ver esto también se asusto levantándose de su asiento, estirando sus manos temblorosas hacia Hinata, pero luego se arrepintió por que tal vez este no querría su ayuda puesto que por su culpa este se cayo.

El de cabello naranja se levanto con rapidez.

—E-Esta bien no te preocupes, yo...!- chillo cuando vio como el albino puso su pie en el suelo con fuerza como si fuera un titan que provoco que el suelo temblara, para correr con su hiper velocidad.

Shoyo sudo "Mierda, esto es malo, no quiero que vuelva a llorar por mi culpa ¡debo solucionarlo! ¡ahora!"

El bloqueador centrar deslizo su pie para llegar a el y grito.

—¡Hotaka, no estoy seguro pero ¿A ti te cuesta hablar con la gente?

El de ojos morados se detuvo justo cuando iba a salir de la sala y se quedo quieto en su lugar. Solo se escuchaba la respiración agitada de Hinata por que estaba nervioso de como podía reaccionar el chico.

Amao se volteo a verlo sin ninguna expresión.

—Y-Y-Y-Y-Y-Y-Y-Y-YY-Y-Y-Y-Y-O.- el cuerpo del menor temblaba como una licuadora, algo que volvió a asustar a Hinata, hasta que de la nada se detuvo.

—D-De verdad te cuesta mucho hablar.- shoyo logro comprender el punto que le intento mostrar hotaka.

Estuvieron ordenando sus cosas, aunque extrañamente la expresión de Hotaka había cambiado, donde solo le podía ver sus ojos grandes y sin boca.

Acostúmbrense es su expresión habitual.

—¿Que tal si intentas escribir en la pizarra? a si podremos comunicarnos.- da la idea, a lo que amao se emociona con sus ojitos brillantes.

—"¿Como sabes que me cuesta comunicarme?".- es lo que pregunta el menor, mirando a el mas bajito con duda.

—Ahhh, etto..- se rasca la cabeza nervioso, no quería decir que fue gracias a Tsukishima que se dio cuenta, ya que se vería más tonto.- f-fueron por tus expresiones ¿Nadie se había dado cuenta?

—"No"
—A.

Hinata ya no sabia que más decir lo que era algo raro.

—Etto, creo que debería irme en un rato más tengo que ir a el gimnasio por que tendremos partido y eso.- shoyo intenta escapar pero sin saber como, Amao logra agarrar su mano para que no se fuera.

"Wahhh SUS MANOS SON DEMASIADOS SUAVES ¿COMO ES POSIBLE" inquieto al sentirlo, pero eso cambia cuando amao suelta su mano.

Hinata no sabe por que pero se siente triste al que haya soltado su mano.

El de ojos amatista suelta un suspiro y vuelve a escribir en la pizarra.

—"Yo de verdad quiero hablar".- el bloqueador abre bien los ojos.- "Me paralizo, frente a la gente, tengo miedo pero yo en verdad quiero poder hablar, las personas se ponen nerviosas conmigo, algunas se desmayan o simplemente huyen lejos, creo que me odian, se que me odian todos aquí"

Un aura negra y depresiva rodean a hotaka, mientras que en Hinata muchas gotas de sudor recorren su rostro.

—El en verdad no lo sabe.- susurra shoyo para si mismo.

El plumón en la mano de hotaka tembló, al dudar en escribir pero aun así siguió.

—"Cuando estuve en la escuela secundaria, fue muy dura, sobre todo en los almuerzos, odiaba comer solo, todos los demás charlaban y reían. Me sentía demasiado solo, estuve un año y medio así, hasta que no pude más y me encerré en mi casa, me sentí muy mal por mis padres por que mas que intentaban ayudarme yo no lograba, he intentado lograr hablar desde entonces pero no he podido. No me ha salido la voz, sin importar cuanto me esforzara, no podía hablar con nadie. ¿Que hago? ¿Como puedo hablar? ¿Que hago después? ¿Y si me rechazan? ¿Y si me consideran aburrido? ¿Y si no les gusta como sonrió? ¿Que tengo que hacer?"

Escribió las ultimas palabras con fuerza, a la vez que respiraba agitadamente, fue un grito silencioso que dese hace mucho tiempo deseaba poder sacar. Al fin pudo liberar lo que sentía.

Por parte del de cabello naranja, solo contemplo todo con atención y en silencio, todo lo que intentaba decir Hotaka, dejando que se expresara todo lo que el quisiera. Se afligió mucho al ver todo lo que le contaba Amao y lo que tuvo que soportar. El siempre fue una persona extrovertida y no le costaba hacer amigos, por eso el pensaba que para el albino debió ser muy duro.

Vivir en completa soledad, no creía que el pudiera hacerlo.

—"Lamento haberte molestado, Hinata".- oh, el bajito se sorprendió por que el ángel sabia su nombre.- "Perdón por haberte molestado tanto. Olvida lo que viste hoy, no volveré a fastidiar ni a ti, ni a tu equipo".- dejo el plumón y borro todo.

Hizo una leve reverencia a Hinata despidiéndose de el, puesto que ya no volverían a hablar y serian simplemente compañeros de clase.

Estaría otro año mas solo.

Cerro los ojos con fuerza, no podía ponerse triste por eso. Hubiera seguido en su lamento si no fuera por que el sonido del plumón escribiendo en la pizarra lo alerto.

Lo primero que sus ojos vieron fue como Hinata le sonreía de una forma tan brillante y apunto a la pizarra.

—"El clima esta agradable no crees?"

Amao lo contemplo curioso y con timidez se acerco a la pizarra, donde respiro hondo.

—"Si, me gusta".- el albino levanto su dedo.- "Creo que las flores de cerezo son hermosas".

El bloqueador emocionado volvió a escribir en la pizarra una pregunta y el albino se la devolvía, sin notar que ya poco a poco llenaban esta.

"Y asi inicio nuestra primera conversación" relato Hinata "Le dije que el equipo y yo nos asustamos al verlo llorar, Hotaka dijo que estaba muriéndose de vergüenza, también me conto que le gustaba el voleibol y los pandas, creo que me emocione en la primera parte, por que le hice demasiadas preguntas sobre eso a lo que el me respondía tranquilo, aunque me avergoncé cuando me corrigió palabras que estaban mal escritas"

Aunque en lo que de verdad el de cabello naranja pensaba es que era divertido hablar con Hotaka.

—"Hotaka cual es tu sueño? ¡¡El mío es ser como el pequeño gigante!!"

El de ojos amatista alzo una ceja.
—"¿El pequeño gigante?"

Shoyo esta vez dejo el marcador para hablarle emocionado de su ídolo.

—El pequeño gigante, fue un jugador del karasuno, el podía saltar muy alto y lograba vencer a bloqueadores más altos que el, yo algún día seré como el.- dice con un rostro determinado algo que hace que amao lo admire.

—"Se que lo lograras"

Hinata le agradece con un gesto suave, fingiendo que no esta gritando al ver que Hotaka lo apoyaba.
—¿Pero cual es tu sueño?

—"Mi sueño es poder tener amigos y también estar en un equipo voley"

Shoyo muestra asombro ante lo que dice.
—¿Nunca antes has estado en un equipo de voleybol?

Amao solo niega.

El más bajo escribe de nuevo.
—"Yo tampoco, esta es mi primera vez estando en un equipo, ¡Únete a nosotros veras que es divertido! y sobre lo otro, yo seré tu primer amigo y te ayudare a que tengas más!"

Los ojos de Hotaka después de estar mucho tiempo apagados, no sabia que con esa simple frase volverían a brillas como pequeñas estrellas en el cielo nocturno y una pequeña sonrisa temblorosa apareció en su rostro.

Shoyo lo contemplo unos segundos, después a la pizarra y así sucesivamente. Sus mejillas se pusieron rojas sin ninguna razón en particular.

—"Muchas gracias".- eso fue lo ultimo en escribir antes de salir como un torbellino sin que Hinata pudiera detenerlo.

—Supongo que ahora deberé decirle a los sempais que alguien se une al equipo, será genial poder compartir la cancha con hotaka.- se anima, volviéndose afortunado de poder estar con el albino.

Entre tanto, el de ojos amatista se hallaba escondido detrás de la puerta, cubriendo su rostro con sus piernas y manos para que nadie pudiera notar su rostro sonrojado y al mismo tiempo esconder los latidos fuertes de su corazón, pensaba que eran lo suficientemente fuertes como para que alguien los oyera.

Cuando alguien padece de un trastorno de ansiedad social, le cuesta mucho comunicarse con los demás. Le resulta difícil establecer vínculos pero eso no significa que no quiera hacerlo.

—Amigo...- susurra de forma baja, que ni el mismo Hotaka logra darse cuenta, al estar tan feliz de haber logrado dar el primer paso.




♡ ━━¡He vuelto! Tenía abandonada esta historia, lo siento mucho por los que la estuvieron esperando hace rato, pero ya entre a la universidad y no he tenido tiempo para nada pd : es horrible mátenme 🥲
♡ ━━Como recompensa hice el primer capítulo bastante largo, disculpen si quedo muy feo pero hice lo mejor que pude.

♡ ━━Que no se note que que está inspirando en komi san jij pero obviamente amao no sería parecidos a la prota tendrá su propia esencia.

♡ ━━ y qué opinan? les gusto? ¿Que piensan que pasará? Nos vemos en el prox cap se les quiere demasiado, gracias por los que han estado esperando, sus comentarios y votaciones siempre me motivan a seguir escribiendo uwu 🥺🤍🫶

M. A 👽🍂🔮

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