Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

໒✦❫⋮ El verdadero tú

Cuando el llanto de Bambam mermó, Yugyeom se alejó un poco de él, manteniendo la distancia entre ambos para no incomodar al mayor. El aroma de este había bajado de intensidad, y supuso que el supresor y el té estaban haciendo efecto.

Toda la información estaba en su mente, con él intentando canalizarla, pues aunque sabía que este tipo de situaciones existía, nunca la había vivido de cerca, y menos pensó que su vecino pasaría por algo así.

—Vete, Yugyeom —insistió Bambam, pero con menos fuerza que antes—. Me aterra tenerte aquí.

Miró a su hyung, notando como sus manos temblaban levemente, y le dio pesar el imaginar cuán confundido estaba en ese momento.

—Hyung, durante el celo de presentación no pasará nada —dijo con voz baja, mirando sus manos—. Su lobo solo quiere atención, pero no ese tipo de atención. Por favor, déjeme quedarme, he estado muy preocupado por usted y más ahora que sé toda la verdad —levantó su mirada nuevamente, posándola en los ojos contrarios—. Coma lo que traje, yo me encargaré de cuidarlo.

Bambam se encogió en su lugar. ¿Por qué Yugyeom era tan insistente? Le avergonzaba su situación, se sentía miserable, defectuoso, no quería que lo mirasen con lástima. Miró a Dalkyum dormitar sobre sus piernas, y deseo desaparecer por un instante, lejos de todos, lejos de su fatídica realidad.

Miró la bolsa de papel marrón que había traído Yugyeom, y estiró su mano para cogerla, y sacar el alimento, encontrando un sándwich con todo lo que a él le gustaba.

Su corazón se comprimió.

—Luego de que coma todo —miró a Yugyeom—, te irás.

—Hyung...

Ignoró al chico, y comenzó a darle mordidas a la comida, encontrando aquel sándwich sumamente delicioso. Ya llevaba mucho tiempo sin consumir algo de calidad. Miró a Yugyeom salir de la habitación, para luego volver al rato con un vaso lleno de jugo para él. Se sentía algo intimidado. ¿Por qué hacía todo eso por él? Lo había estado corriendo infinidades de veces, y a pesar de eso ese tonto Alfa seguía cuidándolo con esmero.

—¿Por qué? —murmuró, dejando la mitad del pan. Luego de tanto tiempo sin tener una buena alimentación, no tenía estómago para terminar la comida—. ¿Por qué sigues cuidando de mi? No es necesario.

Yugyeom ladeó su cabeza, y se encogió de hombros. —Ya lo dije, usted es importante para mí.

—¿Incluso... incluso si no soy un Beta?

La pregunta denotó toda la inseguridad que sentía en aquel momento, y se sintió confundido cuando miró a Yugyeom sonreír son mostrar sus dientes.

—Hyung, desde la primera vez que lo conocí supe que era un Omega —respondió con sinceridad—. Me sorprende más saber que era un Beta antes.

Bambam negó. —Eso es imposible. Debías de haber notado algo. ¿Cómo podría ser un Omega? No soy tan bonito como uno, y mucho menos soy delicado. Los Alfas me dan asco, y no quiero ser atractivo para ellos. Incluso mi manera de ser... soy un desastre.

—Bambam, yo te conocí siendo un Omega, y nunca cuestioné tu actitud. Ser Omega no es sinónimo de debilidad, eso es solo un tonto estereotipo de la sociedad. Mírame a mí, ¿Crees que soy igual a los demás Alfas? ¿Crees que no he sido cuestionado por cómo soy? Bambam, las personas siempre hablarán cuando algo no esté dentro de lo normal, pero no significa que sea malo —estiró su mano, y tomó la de Bambam—. Allá afuera existen millones de Omegas como tú, y también existe millones de Alfas como yo. ¿Por qué seguir encacillándonos en personalidades erróneas? Podemos ser como queramos, y eso es lo bueno de todo.

»Y no vuelvas a decir que no eres tan bonito, porque yo pienso que eres el Omega más precioso que he visto; no solo por tu físico, sino también por tu inigualable personalidad.

En la habitación danzaban combinados los dulces aromas de la manzanilla y el mango, logrando que el ambiente sea cálido y acogedor. Bambam sentía su lobo removerse ansioso y feliz por escuchar las palabras de Yugyeom, y él por otro lado solo podía ser llenado de nervios e inseguridades.

Relamió sus labios. —Gracias... —susurró, avergonzado de mirar a Yugyeom.

—No las de, hyung —sonrió y miró el computador—, y no haga eso, por favor. Dijo que no sabía quién era en realidad, pero yo pienso que el verdadero Bambam no es el Beta o el Omega. El verdadero Bambam es testarudo, independientemente, que le gusta comer, y no sale mucho de su casa. Que no le gustan los animales, pero quiere a Dalkyum. A quien le molesta la compañía, pero me tolera, y daría todo lo que fuese por sus amigos. El verdadero tú no se define por una posición en la sociedad.

Un rayito de esperanza se pudo notar, y Bambam asintió lento, desviando su cabeza hasta la ventana. ¿Cómo sería su vida ahora? ¿Qué debería hacer? ¿Cómo lo tomarían sus cercanos? Muchas dudas y pocas respuestas que tendría que ir afrontando con el pasar del tiempo.

Volvió su mirada a Yugyeom, sintiendo un poco de alivio. Ese tonto Alfa parecía que seguiría a su lado por todo este trayecto, y mentalmente lo agradeció, porque no quería afrontar todo solo.

🌸✨💜✨🌸

Bambam miraba nervioso a Jihong revisar algunos papeles con nuevos resultados. Luego de haber acabado su celo, había ido otra vez al doctor, dispuesto a escuchar e informarse sobre todo lo nuevo que vendría para él.

Yugyeom como siempre esperaba afuera. Había insistido en entrar, con la excusa de que ya sabía de su situación, pero una patada por parte de Bambam fue más que suficiente para que no siguiera.

—Tus defensas están un poco bajas, y tu peso bajó notablemente —apuntó dejando las hojas en el escritorio y quitándose los lentes—. Debes comer bien y te recetaré unas vitaminas para que las tomes.

—Soy de contextura delgada.

—Lo sé, pero se nota que no has tenido una buena alimentación. Tus exámenes de sangre lo dicen.

Suspiró y asintió. De igual forma no estaba comiendo como debía. —Me presenté hace poco... tuve mi celo.

—El primer celo no es tan riesgoso o alarmante. Tu lobo solo quiere llamar la atención para que todos sepan que está ahí y lo que eres —explicó de forma sencilla, y recordó a Yugyeom quien también le había dicho algo similar—. A partir del segundo si comienza a intentar aparearse para formar una familia, pero no te dejes llevar por esto. Son los deseos de tu animal, y existen muchos métodos para postergar una familia.

Las mejillas de Bambam se calentaron. ¿Ahora resulta que puede quedar embarazado? Se imaginó a sí mismo con una enorme barriga e hizo una mueca de asco, e ignoró al estúpido de su lobo que movía su cola con emoción.

Oh, ahora podía sentirlo mover su cola, qué putada.

—Parece que los cachorros no es algo que llame tu atención —Jihong rió al mirar la expresión de disgusto de Bambam—. Como dije, esto puedes evitarlo tanto como quieras. Puedes usar supresores o medicina natural para calmar el celo, pero como doctor te recomiendo no tomar esto cada vez que estés en celo, puesto que son químicos y a la larga traen consecuencias; infertilidad, irregularidad en tus celos, incluso algunos otros efectos de salud que varían en cada Omega.

—¿Y cómo podría pasar un celo sin tomar ningún medicamento?

—Existen dos opciones. La primera es autosatisfacerte —Bambam volvió a sonrojarse—, y la segunda, y más recomendada según estudios, es pasar tu celo con un Alfa, aunque este debe ser de mucha confianza. No te ves a ti mismo con cachorros, y el Alfa que te acompañe debe respetar eso. Ya sabes, que complazca a tu Omega, pero que no deje de lado a tu parte humana.

Mucha. Información. ¿Por qué no podía quedarse como un Beta? Su vida parecía ser más fácil.

—Entiendo —suspiró—. ¿Algo más sobre mi celo?

—Anota las fechas, de esa manera sabrás cuándo volverá, pero de todos modos tu cuerpo te dará señales; lucirás más radiante, y tu aroma se hará más dulce, también puede que sientas dolores de cabeza, o mucho sueño, todo varía en cada persona. Ahora bien, ¿Has notado algún cambio?

—Uh, sí. Puedo sentir mejor las emociones de mi lobo, y justo ahora descubrí que puedo verlo, de alguna forma, mover su cola —lo pensó un poco, antes de seguir—. También mi cuerpo cambió un poco.

—Tu Omega poco a poco irá tomando más confianza contigo, así que puede que pronto lo sientas gruñir cuando algo le moleste, o incluso lo escuches ronronear por gusto. También puedes escucharlo aullar, pero a comparación, solo lo hará en tu mente.

—Oh, mierda, ahora pareceré un perro rabioso —se quejó y su lobo le mostró los dientes descontento—. ¡Acaba de mostrar sus colmillos amenazante!

Jihong rió. —Tu lobo y tú son uno solo, así que él también podrá "opinar" sobre lo que hagas —hizo comillas en la palabra—. No lo reprimas, pero tampoco le des mucha libertad. Intenta ser cercano a él, y si quiere hacer algo, y tú ves que no es tan malo, entonces déjalo ser. Sobre tu cuerpo, este se volverá más curvilíneo, también puede que tus pestañas crezcan, tu pelo se vuelva más brillante, y tu piel suave. Se debe a las hormonas.

—Ok, eso no parece tan malo. ¿Qué hay de mi olor? Me gustaría mantenerlo oculto.

—Tu olor es tu esencia personal; gracias a ella las personas pueden reconocerte, y también puede indicar tu estado de ánimo. Puedes usar neutralizador, esto cubrirá tu aroma y así nadie lo olerá. No trae consecuencias usarlo, así que eres libre.

La idea de agradaba, y le diría a Yugyeom para pasar por el a alguna farmacia. Aún estaba en proceso de aceptar esta nueva parte de él, así que no se sentía muy seguro con que todos supieran de inmediato que, ¡Oh, sorpresa! ¡Era un Omega!

Se tomaría su tiempo para darlo a conocer, y mientras solo lo sepan dos personas, —Yugyeom y su doctor— podría tolerarlo.

—Creo que por hoy ha sido suficiente información. Te daré mi número para que puedas preguntarme cualquier duda que tengas. Internet es muy fatalista —rodó los ojos, y Bambam rió—. Me alegra que parezcas querer afrontar esto, así que estoy dispuesto a ayudarte.

—Yo lamento por mi actitud la última vez que vine —se encogió de hombros—. No fui muy educado que digamos.

Jihong movió su mano, restándole importancia. —Para descubrir lo que te dije, reaccionaste bien. Ahora que lo pienso, hablamos de todo menos de la marca. ¿No deseas saber nada sobre ella?

—No es necesario. Cuando era Beta solo salía con chicos Betas, y de Omega seguiré igual. Los Alfas no son de mi agrado, son unos imbéciles cabezas huecas.

—Oh, gracias por decir que soy un imbécil cabeza hueca —se llevó una mano al pecho, y Bambam no pudo evitar reír por eso. Jihong negó divertido—. Hablo de la marca por ese chico que está afuera esperando por ti. Créeme, los Alfas seremos imbéciles cabezas huecas, pero protegemos a nuestros Omegas, a los Omegas que queremos o a nuestra manada... y tú no eres de su manada.

Frunció el ceño, y tragó saliva negando. —Yugyeom solo es mi vecino, uno muy fastidioso que no se aleja de mi, pero no me ve como su... usted ya sabe.

—¿Seguro? Porque estoy seguro que ya su Alfa te reconoce como su Omega, solo que aún no lo sabes —cuestionó sin afán de contradecir a Bambam—. ¿Qué piensa tu Omega de él?

¿Qué piensa mi Omega de él? «A ver, saco de pulgas, qué piensas tú de Yugyeom». Sintió a su lobo acostarse boca arriba, mostrando su pancita, y moviendo su cola con alegría. Ladeó la cabeza sin entender, y miró al doctor. —No piensa nada.

—Bueno, no pensemos en eso aún —dejó el tema, y le dio una de sus tarjetas de presentación a Bambam, además de un récipe—. Ahí está mi número. Deja tus dudas, y yo contestaré. También están las vitaminas que te dije.

Bambam se levantó de su asiento, e hizo una reverencia al doctor. —Muchas gracias, doctor Hong. Prometo no fastidiar tanto.

—Llámame, Jihong, y no te preocupes, este caso tuyo me es interesante.

—Genial, ahora soy su show de espectáculo siendo el payaso —el mayor rió con ganas, y Bambam lo ignoró, saliendo del consultorio con una pequeña sonrisa en su rostro. Se encontró a Yugyeom y le hizo señas para que lo siguiera—. Vamos a la farmacia.

—¿Qué tanto hablaron? Lo escuché reír hace rato —ambos caminaban a la par—. Usted nunca ha reído así conmigo, ¿Soy aburrido?

Bambam rió. —Demasiado. Solo te acepto por la comida, y por Dalkyum.

Yugyeom abultó sus labios, y siguió caminando a la par de Bambam hasta llegar al auto estacionado. Subieron y emprendieron marcha a la farmacia más cercana.

—¿Necesita comprar medicamentos? ¿Está mal otra vez? —preguntó algo preocupado, y Bambam negó.

—Compraré supresores, y unas vitaminas que me recetó Jihong.

Yugyeom frunció la frente. —¿Por qué llama a su doctor por su nombre? ¿No es mucha confianza?

—Me dio permiso de llamarlo así —sacó la tarjeta que le había dado y comenzó a guardar el número.

—¿También le dio su número?

Bambam tarareó una respuesta afirmativa. —Me dijo que si tenía dudas podía escribirle. Mi caso le parece interesante, así que está en la disposición de ayudarme.

Le envío un mensaje al mayor, indicándole que era él, recibiendo la respuesta casi al instante, diciendo que el payaso le había escrito rápido. Rió por eso, y lo mandó a comer mierda. Ya había confianza, no tenía porqué preocuparse por ser educado con ese anciano.

Un gruñido se escuchó, y el ácido aroma de la manzanilla se sintió por todo el auto. Su cuerpo vibró en respuesta ante ese sonido, y se encogió en su lugar por mero autoreflejo. Miró de reojo a Yugyeom, encontrándolo serio, y con sus manos apretando el volante.

¿Por qué su Omega ladeaba su cabeza mostrando su cuello?

—Uh, Yugyeom... ¿Estás bien? —no recibió respuesta—. Me asustas, imbécil.

Al parecer aquello, funcionó, y Yugyeom relajó su expresión, al tiempo en que dejaba de apretar el volante. Miró a Bambam apenado, y pronto su olor volvió a ser dulce. —Lo siento, hyung. Es solo que no me gusta la confianza que tiene con ese doctor.

—Es solo mi doctor, Yugyeom, y el único que puede orientarme correctamente —explicó, cuestionándose a sí mismo por ello.

—Lo sé, hyung —suspiró—. Soy un tonto.

Estacionó al frente de la farmacia, y tomó el récipe de Bambam para luego bajarse del auto. El mayor se quedó adentro, aún confundido por lo recién sucedido. Las palabras de su doctor vinieron a su mente, y sus mejillas se sonrojaron.

—No, no y no —negó—. Yugyeom no me ve de esa forma. Yugyeom es solo un Alfa raro imbécil cabeza hueca.

Su lobo gruñó, y jadeó sorprendido cuando escuchó ese sonido salir desde lo más profundo de su pecho. ¿¡Acaba de gruñir!? ¡Puto perro asqueroso!

El animal volvió a hacer el mismo ruido, y Bambam estaba dispuesto a comenzar una severa discusión con tal irrespetuoso lobo, pero Yugyeom entró nuevamente al auto.

—Le compré todo lo que pidió, y también unos chocolates como disculpa —le tendió la bolsa.

—¿Cuánto gastaste? —preguntó tomando la bolsa y sacando los chocolates—. Iba a pagar yo, no debiste.

—Se lo regalo —sonrió mirando a Bambam—. Tómelo como un regalo por su presentación.

Bambam rodó los ojos, pero sonrió. Abrió uno de los chocolates, y lo metió a su boca, degustando el dulce con cuidado. Eran sus favoritos. Yugyeom no le quitaba la mirada de encima, y respiró hondo antes de soltar la pregunta.

—¿Cómo me ve tu lobo?

El rostro de Yugyeom lucía algo pasmado, y desvió la mirada. —¿Por qué quiere saber eso?

Las mejillas del mayor lucían sonrojadas, y Bambam alzó una ceja. —¿Por qué tan nervioso o qué?

El auto quedó en silencio por unos cuantos minutos hasta que Yugyeom volvió a hablar. —Porque mi lobo cuando te ve te reconoce como su Omega... —susurró apenado.

Ahora fue su turno de sonrojarse, y miró por la ventana. El olor de ambos en el auto estaba mareándolo, y su lobo no hacía más que mostrar su panza con sumisión. Estaba confundido.

—Usted me gusta, hyung, pero no lo obligaré a nada, ¿Sí? Incluso puede seguir saliendo con Betas si así lo desea —confesó y Bambam lo miró. Su lobo hizo una mueca de disgusto—. Solo quiero que lo sepa, y que seguiré a su lado siendo su amigo.

Yugyeom parecía sereno, incluso le regalaba una pequeña sonrisa, logrando que no se sintiera incómodo por la confesión. Confundido, seguía sintiéndose así. —No sé qué decir...

—No diga nada, sigamos como siempre.

Y eso lo apreció.

Pero su lobo no estaba de acuerdo, y aún no sabía el porqué.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro