OO8. strain
OLDER | OO8. TENSIÓN
—¿Haz tenido sexo en un auto? —Charlie piso el freno ante la pregunta, deteniendo la camioneta de golpe—. Eso es un no.
—Dame un respiro —musitó el hombre, recargando su cabeza en el volante.
Se habían alejado de la casa unas cuantas cuadras, en completo silencio hasta que Agnes decidió que era hora de jugar con su cordura.
—Si, yo también estoy un poco asustada —se encogió de hombros—. Pero mi atención siempre regresa a ti, ¿qué me haz hecho, Charlie Swan?
El susodicho arrugó el entrecejo, volviendo a avanzar por la calle.
—Eso debería preguntar yo —sus ojos se mantuvieron fijos en el camino, percatandose de lo vacío que estaba el vecindario al ser un fin de semana.
—Nada —jugo con su cabello suelto—. Aún no he tenido oportunidad de darte una mamad-
—¡Agnes! —se ruborizó el mayor, arrancándole una carcajada a la cobriza.
—Pensándolo bien, podría hacerlo ahora —Charlie la miró estupefacto—. Sé que lo quieres, lo peor que podemos hacer es dejar crecer esta tensión.
—No, no podría...
Agnes le sonrió, posando su mano en la que el azabache mantenía en el volante.
—Olvídate de todo cuando estamos a solas, eres un buen hombre y no estás haciendo nada malo —le susurro disminuyendo la distancia entre ellos—. No es un delito querer disfrutar un poco...
La fémina calló a su conciencia, era verdad lo que decía, tuvo que pasar un mes recalcandose aquello hasta aceptarlo. Por eso ahora ya no se negaría a seducir al Swan, ya no podría ocultarlo más.
De nada serviría si cada vez que se veían su líbido salía a resaltar.
Charlie suspiró, tomando otro rumbo, alejándose del poblado hasta llegar a una zona llena de maleza. El motor se apagó hasta que ambos estuvieran seguros de estar ocultos ante cualquier ojo curioso.
—De verdad sabes cómo seducir a un hombre.
—Hago el intentó —le sonrió, acariciando el rostro del contrario, ladeando la cabeza mientras sus ojos se perdían en los oscuros de Charlie—, ahora solo estamos nosotros, déjate llevar —susurro contra sus labios antes de unirlos.
Sus manos deslizándose por el cuello del azabache, delineando la apertura de sus labios con su lengua hasta obtener acceso a su cavidad bucal. Charlie dudo un segundo en dónde poner sus manos pero al final decidió en removerse hasta posar uno de sus brazos alrededor de la cintura de Agnes mientras su otra mano reposaba sobre la nuca de ella.
Agnes tiro de él, acomodándose mejor y poder ser capaz de pasar una de sus piernas hasta su otro costado para sentarse en su regazo. Charlie jadeó, sintiendo el peso de ella presionar su entrepierna.
La chica sonrió entre el beso, comenzando a mover sus caderas sobre él en un lento vaivén. Se separó mirando al Swan a los ojos mientras sus manos viajaban por su pecho hasta llegar a su abdomen, acariciando y jugando con la orilla de su pantalón.
—¿Puedo hacerlo? —preguntó desabrochando el botón y tirando del cierre—. ¿O quieres que sea rápido?
Charlie no respondió, solo acaricio el rostro de la fémina. Su mejilla y luego sus labios, Agnes aprovecho y tomo el pulgar del mayor entre estos, observando como su mirada se iba oscureciendo al succionar el dígito.
Campbell no espero más y se quitó de encima, moviéndose sin problemas por la cabina hasta acomodarse de nuevo en su lugar. Inclinó su cuerpo sobre el regazo de Charlie, exhibiendo su miembro erecto al aire al sacarlo de su pantalón.
—Esper- —pero ella no lo dejo terminar al comenzar a lamer la punta, sosteniendo el falo con su mano—, Agnes —solto un gemido que fue una señal para la susodicha, que sin más demora lleno su garganta con el miembro del mayor, ayudándose de sus mano con lo que no podia abarcar.
Charlie perdió el poco juicio que tenía en esos momentos al sentir la humedad de su garganta apresar su erección, no recordaba la última vez que se había sentido así de bien.
Estaba perdido.
Una de sus manos se aferró a los cabellos cobrizos de la fémina, profundizando sus movimientos y rozando el cielo en cuanto su glande y toda su extensión fue apresada. Agnes simulaba ahorcadas, haciendo vibrar su garganta y estimulando de sobre manera al Swan.
—Dios...Agnes... —tiro de su cabello, obligándola a separarse de su entrepierna. Cosa que solo hizo que su líbido subiera con tal acción.
—Qué impaciente eres —se burló, masturbando su miembro.
—Discúlpame —la soltó creyendo que la había lastimado.
—Está bien, sabes que me gusta rudo —beso sus labios, removiendose hasta volver a quedar sobre él—. Solo disfruta.
Charlie asintió, ya habían llegado demasiado lejos como para detenerse. Y claramente no tenía ninguna intención de hacerlo, quería sentirla, deseaba perderse en ella ahora más que nunca.
La cobriza levantó un poco su vestido, mientras se apoyaba de sus rodillas. Alineó el miembro de Charlie en su entrada aún cubierta por su ropa interior, meneando sus caderas y humedeciendo esta.
Pero lo que la tomo por sorpresa fue sentir las manos de Charlie hacer aún lado la única prenda que le impedía enterrarse dentro de ella. Dejando salir un gemido ahogado en cuánto sus caderas fueron tomadas con dureza mientras era penetrada sin aviso.
Su interior se apretó alrededor de su falo, haciéndolo gruñir. Agnes por su parte, se mordió el labio para evitar soltar gemidos tan altos ante lo rudo que se había vuelto el hombre debajo de ella.
Sin duda pudo presionar los botones indicados en él para hacerlo perder el autocontrol.
El Charlie tímido se había esfumado en un santiamén, dándole paso a un hombre que no le importó morder el inicio de sus pechos y con sus manos aferradas a su cuerpo, dónde seguramente quedarían marcas ante la fuerza con la que la sostenía.
—Charlie —gimió, sosteniendo su rostro para fundirse en un beso llenó de deseo.
Ambos estaban perdidos.
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