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Dos menos, cinco más para el final.

Casi salté del tren y corrí todo el camino a casa en nuestro viaje a Hogwarts cuando se detuvo para dejar subir a un Dementor.

No es un comienzo prometedor para el tercer año.

—— No te preocupes, Neve. —— Dijo Harry amablemente mientras yo convulsionaba de miedo tembloroso durante la cena, al descubrir que más Dementores estarían protegiendo el castillo en el futuro previsible. —— Solo están aquí porque tengo un padrino asesino en la fuga de Azkaban que busca matarme. ¿Salsa?.

Asentí en silencio mientras él ahogaba alegremente mi cena en un líquido marrón.

—— ¡Pssst, Potter!.

Tanto Harry como yo volteamos la cabeza para ver a Draco Malfoy tratando de llamar su atención de la mesa de Slytherin. Parpadeé. De alguna manera se veía diferente.

Sin embargo, no pude entender qué era.

—— ¿Es cierto que te desmayaste?. Quiero decir, ¿Realmente te desmayaste?, ¡Qué perdedor!.

Harry solo se burló.

—— Si ganar chocolate gratis me convierte en un perdedor, entonces sí, Malfoy, soy un perdedor.

Draco no tuvo una respuesta para eso. En lugar de eso, nos dio su mejor mueca antes de echar la cabeza hacia atrás.

Y ahí fue cuando lo supe.

—— Malfoy se cambió el pelo. —— Le dije en voz baja a Harry. —— Se ve diferente.

—— Finalmente descubrió que no necesita usar una olla entera de Brylcreem para parecer un idiota zalamero. —— Se burló Harry.

Le eché un vistazo rápido al Slytherin de cabello rubio blanco y me sorprendió sentir que mi estómago daba un pequeño vuelco.

Merlín solo sabía de qué se trataba.

Tuvimos dos clases nuevas este año. Cuidado de criaturas mágicas y adivinación.

—— Tú, niña. —— La profesora Trelawney ladró de repente, haciéndome caer de mi puf durante nuestra primera lección de Adivinación. —— ¿Tu abuela está bien?.

—— Eso creo. —— Dije trémula.

—— No estaría tan segura si fuera tú, querida. —— Dijo sombríamente antes de volverse hacia su próxima víctima.

Tragué saliva. Ya no me gustaba mucho esta clase.

Especialmente cuando rompí dos tazas de té ( ambas rupturas predichas por Trelawney, por supuesto ).

Estaba temblando cuando terminó la lección, especialmente porque Trelawney había visto a un maldito Grim en la taza de té de Harry.

Mientras caminábamos hacia nuestra primera lección de Cuidado de criaturas mágicas, me consolé pensando que al menos no podía ser tan malo como lo que acabábamos de soportar.

Me equivoqué.

Después de casi ser devorada viva por mi Monster Book of Monsters, me paré con mi túnica destrozada y miré con horror mientras Hagrid pedía un voluntario para montar este pájaro gigante de aspecto aterradoramente feroz como un animal.

Para abreviar una larga historia, Harry lo montó como un rey mientras Draco era masacrado vivo.

Afortunadamente, no afectó su cabello.

Snape estaba peor que nunca.

Una lección de pociones en particular me redujo a lágrimas cuando la vida de mi pobre Trevor estuvo en peligro de muerte.

Draco había entrado tranquilamente con el brazo atado en un cabestrillo, por alguna razón consiguiendo que Snape le ordenara a Ron que lo ayudara con su poción.

Miré mi propia poción, que se suponía que era de un verde ácido y brillante.

—— Naranja, Longbottom. —— Se burló Snape mientras lo miraba con desdén. —— Dime, niña, ¿Algo penetra ese grueso cráneo tuyo?, ¿No me escuchaste decir, con toda claridad, que solo se necesitaba un bazo de rata?, ¿No dije claramente que una pizca de jugo de sanguijuela sería suficiente?, ¿Qué tengo que hacer para que entiendas, Longbottom?.

Sentí mis mejillas enrojecer cuando las risitas se elevaron de los Slytherin. Estaba al borde de las lágrimas.

—— Por favor, señor. —— Dijo Hermione. —— Por favor, podría ayudar a Neve a corregirlo.

—— No recuerdo haberle pedido que se mostrara, señorita Granger. —— Escupió Snape con frialdad, provocando que las mejillas de Hermione se pusieran rosadas. —— Longbottom, al final de esta lección le daremos unas gotas de esta poción a tu sapo y veremos qué pasa. Quizás eso te anime a hacerlo correctamente.

Snape se alejó, dejándome sin aliento por el miedo.

—— ¡Ayúdame! —— Le gemí a Hermione.

Hermione pasó el resto de la lección murmurando instrucciones para que Snape no pudiera ver mientras yo agitaba febrilmente mi poción.

Estaba encogida sobre mi caldero de puro terror cuando Snape se acercó a mí hacia el final de la lección.

—— Todos reunidos. —— Anunció en voz alta, sus ojos negros brillando. —— Y miren lo que le sucede al sapo de Longbottom. Si ha logrado producir una Solución Reductora, se encogerá hasta convertirse en un renacuajo. Si, como no dudo, lo ha hecho mal, es probable que su sapo sea envenenado.

Los Slytherin miraron emocionados, especialmente Draco, quien parecía casi hambriento de júbilo cuando Snape tomó a Trevor en su mano izquierda y sumergió una cuchara pequeña en mi poción.

Contuve el aliento asustada mientras él escurría unas gotas por la garganta de mi Trevor.

Hubo un momento de silencio, en el que Trevor tragó saliva, luego hubo un pequeño estallido y Trevor, el renacuajo, se retorcía en la palma de Snape.

Casi lloré de alivio cuando un Snape de aspecto amargado sacó una pequeña botella del bolsillo de su bata, vertió unas gotas sobre Trevor, haciéndolo reaparecer de repente, completamente desarrollado.

—— Cinco puntos menos Gryffindor. —— Gruñó, mirando a Hermione. —— Le dije que no la ayudara, señorita Granger. Clase terminada.

No fue una sorpresa cuando terminó siendo mi Boggart.