🕸08
Mientras llegaban a casa, Jungkook abrió la puerta dándose cuenta de las luces apagadas, lo que quiere decir que sus padres están dormidos. Por lo menos no le dirán nada.
—Vamos a entrar por la puerta de la cocina, si entramos por aquí se darán cuenta por la alarma, ven.
Jimin no dijo nada y lo siguió. Es que aún tenía ese recuerdo de ellos dos besándose. Era la primera vez que tenía esa cercanía con alguien, se sentía extraño por el latido enérgico de su corazón. Es como si al estar cerca de Jungkook todo surgiera como mariposas, las estúpidas mariposas.
Entran y suben por las escaleras, pero antes de que se vayan, Jungkook lo detiene.
—¿Qué hacías en el bosque? —Jimin lo mira— Y quiero la verdad.
—Investigaba algo. —responde como si nada.
—¿En medio del bosque? ¿Si, sabes que podría ser peligroso?
—Lo sé, pero sé defenderme.
Jungkook se tocó el estómago recordando la patada.
—Park, no te vuelvas a acercar a ese lugar. Hace tiempo una persona desapareció y aún no han atrapado al responsable, no quiero responsabilizarme por tus tonterías de niño raro.
—No son tonterías. Investigo algo y quiero saber la verdad.
Jungkook frunció el ceño.
—¿Qué estás investigando?
Jimin lo dijo sin titubear, mirando a Jungkook con una expresión seria.
—Estoy investigando sobre la desaparición de Liz King y Jackson Wang. —dijo Jimin, su voz fría y seria.
Jungkook se molestó instantáneamente.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó, con su voz elevada.
Jimin se encogió de hombros.
—Se que eras cerca de ella y quería saber más. Es elemental tu participación.
Jungkook se acercó a él, su rostro enrojecido de ira.
—¿Quién te metió esa idea en la cabeza? ¿Por qué demonios crees que te participaría en esta mierda? ¿Quién te pidió hacer eso?
Jimin dudó un momento antes de responder. De todos modos lo iba a saber.
—Sam. Él me mencionó el caso y ambos acordamos que sería interesante saber lo que la policía ignora.
Jungkook se enfureció.
–¡Sam! Joder... ese hijo de perra no aprendió.
—¿Qué pasa con Sam? —preguntó Jimin, su voz llena de curiosidad.
Jungkook bufo y comenzó a caminar a su habitación con Jimin detrás de él.
—Me hizo preguntas sobre Liz y Jackson. Le dije que se metiera en sus asuntos, pero insistió. Lo golpeé para que se callara.
Jimin se sorprendió.
—¿Lo golpeaste?
—¿Eres sordo? —se la regresó Jungkook.
Jungkook se detuvo y se volvió hacia Jimin.
—Sí. No quería hablar de eso. Liz... se marchó. Eso es todo. Así que deja de meter las narices donde no te llaman Park. —le advierte.
Jimin se acercó a Jungkook.
—¿Cómo sabes que se marchó?
Jungkook lo tomó del brazo y lo llevó a su habitación. Jimin echo un vistazo, le gusta su decoración. Sacó una carta de su cajón y se la mostró a Jimin.
—Lee —dijo.
Jimin la toma y abre la carta semi arrugada, además tenía un poco de lodo seco. La carta era de Liz, explicando que estaba bien y que estaba en otro lugar para hacer su vida con Jackson ya que si volvían sus padres los separarán.
Jimin leyó la carta, su expresión inmutable.
—Vez. Ella se fue. ¿No entiendo por qué te preocupas por esto? —preguntó Jungkook, su voz llena de ira y preocupación.
Jimin se encogió de hombros.
—No me preocupo. Solo quiero saber la verdad.
Jungkook lo miró fijamente.
—Esa es la letra de Liz, dejando claro que se marchó ella misma y que no pretende volver. ¿Acaso no lo ves? —Jeon suspira y ve como Jimin se dirige a su escritorio— Deja esto, Jimin. No quieres meterse en esto. —dijo Jungkook, su voz firme.
Jimin negó.
—No puedo dejarlo, Jungkook. Ya estoy metido y comprometido con Sam a saber la verdad. Además, esta carta tiene claras faltas de ortografía.
—¿De qué hablas?
—Mira... en los signos de puntuación tiene letras mayúsculas, en toda la letra de la carta lo hay. Creo que se trata de un código.
—¿Código? —cuestiona Jungkook.
Jimin toma una hoja y comienza a enmarcar cada una de las letras. Jungkook lo observa y Jimin junta todo para poder unir y saber qué quiere decirles Liz. Cuando termina ambos quedan sorprendidos por lo que están leyendo.
Ayúdame, no estoy lejos.
—Ella sigue desaparecida. Te lo hizo saber aunque no entendiste.
Jungkook miró la nota leyendo lo que Jimin descubrió. Era verdad, le dejó una nota en clave, solo que él no pudo descifrarlo.
—Supongo que no quería hacerlo obvio. Su secuestrador quería leer la carta para que ella no pusiera nada raro. Incluso a mí se me dificultaría ver el mensaje oculto.
Jimin ve como Jungkook se sintió mal al ver lo que había descubierto, eso le hizo sentir extraño.
—No sientas culpa, seguro que ella aun sigue con vida. ¿Cuándo te mando la nota?
—Hace 8 meses. —contesta a lo que Jimin se sienta a su lado.
Jungkook con la respiración agitada y su cabeza dándole vueltas le hace una pregunta a Jimin.
—¿Crees que ella siga con vida?
El pelinegro sabe a qué viene esa pregunta, sabe que siente culpa de que ella no esté más en este mundo. Puede haber una posibilidad que en esos ocho meses ella esté más que muerta, pero no quería descartar una posibilidad.
—Puede ser que sí. No te lo aseguro, pero supongo que sí no salió de aquí y no se ha encontrado nada sobre ella, cabe la posibilidad que esté viva. Encontrar un cuerpo en un bosque puede ser difícil, pero siempre salen a la luz. Han rodeado ese lado en específico, tal vez no han encontrado nada y ella esté viva.
—Eso espero, porque no me voy a perdonar que ella no esté más aquí por mi culpa. Por no darme cuenta de su código.
Se sentía mal, si tan solo le hubiera dado la carta a la policía, tal vez el caso seguía y ella estuviera aquí con ellos. Miró a Jimin y le tomó la mano, acto que hace sentir esas cosas en el estómago a Jimin.
—Bien, tu ganas Park. Pero no harás esto sólo con Sam, sino también conmigo. —le dice decidido.
Jimin se suelta y asiente mientras se aparta de Jungkook.
—Como tú quieras. Me llevaré esto.
Jimin tomó la carta de Liz King, su mano rozando el papel con suavidad. De repente, una premonición lo invadió.
Vio a Liz King gritando y llorando, su rostro desencajado por el dolor. Jimin vio una figura oscura detrás de ella, acechándola.
Se tambaleó, su visión se puso borrosa. Jungkook lo sostuvo, preocupado.
—¿Qué te pasa, Park? —preguntó Jungkook.
Jimin se recuperó rápidamente, su expresión fría y serena. Sintió escalofríos en todo su cuerpo.
—Nada —respondió, liberándose de Jungkook— Me voy a mi habitación. Te diré si se algo.
Se dirigió a su habitación, dejando a Jungkook con más preguntas y dudas.
Al entrar en su cuarto, Jimin se tocó el corazón, su respiración agitada.
Esto estaba pasando otra vez. Las premoniciones que lo habían perseguido desde la muerte de su madre. Ya había tenido una con Jungkook y no le gustó mucho, tal vez pasara o no, pero tenía miedo.
Se sentó en la cama, su mente racionalizando el miedo.
No podía permitir que esto sucediera de nuevo. No podía poner en peligro a alguien más.
Pero la premonición había sido tan real... Liz King en peligro, y él sin poder hacer nada por ahora.
Jimin se cubrió el rostro con las manos, su corazón latiendo con ansiedad.
—¿Qué estaba sucediendo? ¿Por qué estas premoniciones regresaban?
No podía ignorarlas. Eran parte de él, una parte que odiaba mucho.
Jungkook practicaba sus tiros de basquetbol mientras los demás lo apoyaban. Había sido un día duro y no tenía mucho en su cabeza después de lo que Jimin dijo, sobre que Liz puede estar viva.
Desvió esos pensamientos y continuó con su entrenamiento. Jungkook sudaba en el gimnasio, entrenando intensamente para su próximo partido de baloncesto. Su concentración era absoluta, hasta que escuchó una voz femenina y seductora.
—Hola, Jungkook. ¿Preparándote para el partido?
Gisell, la capitana de las "Porristas", se acercó a él, coqueteando abiertamente.
—Si, tengo que hacerlo soy el capitán. —le dice.
Gisell le quita el balón a lo que Jungkook medio sonrió.
—Supe que Jessica hará una fiesta el viernes, sus padres no estarán y quería saber si quieres ir conmigo.
—No lo sé, no tengo ánimos de ir.
—Vamos, sé que será divertido. Y si vas más chicos irán, te consideran su ejemplo a seguir. Además habrá payasos de esos divertidos de químicos.
Jungkook no quería ir pero también un poco de diversión no le vendría mal. Lo de drogarse no va con él.
—Vale, iré.
Gisell lanzó el balón a la canasta pero falló. Jungkook sonrió educadamente, pero su atención se desvió al ver a Jimin entrar en el gimnasio.
Jimin se detuvo en la entrada, observando la escena con desagrado. Su rostro se tensó, y sus ojos se entrecierran.
No le gustaba ver a Jungkook con otra persona, especialmente no con Gisell, y lo peor de todo es que se siente extraño por estas cosas que le pasan. Jamás había sentido ese tipo de cosas hacia una persona lo cual lo deja confundido.
Pero Jimin negó esos sentimientos, considerándolos absurdos. No tenía derecho a sentir celos hacia Jungkook porqué ¿lo que siente son celos no?
Uno de los amigos de Jungkook se acercó y le susurró algo al oído. Jungkook miró hacia Jimin, su mirada seria y penetrante.
Jimin se sintió incómodo bajo esa mirada, y se desvió hacia un lado, fingiendo indiferencia.
Jungkook se despidió de Gisell y se dirigió hacia Jimin, su vestimenta de negro resaltando su figura rara.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Jungkook, su tono neutro.
Jimin se encogió de hombros.
—Vine a decir que investigaré más sobre Liz y su novio, pensé que te interesaría unirte con nosotros.
—Era eso… mira, por el momento no quiero estar metido en esto, pero si tienes pistas o irás a algún lado puedes decirme e iré contigo.
—Bien, entonces te diré todo lo que averigüe. Me voy.
—Vale.
Jimin se marcha pero cuando se gira ve a esa tipa otra vez encima de Jungkook. Apretó fuerte su libro con muchas dudas en él, tenía que averiguar qué era ese sentimiento.
Porque no le gustaba la sensación de arrancarle la cabeza a esa chica.
Tal como lo planeo, se puso a ver en su laptop sobre las emociones. Busco algo que le pueda ayudar, y ve un foro donde hablan todo tipo de sentimientos. Da clic y ve varias preguntas sobre el amor y sus síntomas.
Jimin jamás se relaciona con esto porque es algo que jamás ha sentido, al menos él no lo recuerda. Mordió su labio y ve la información. Decía cosas sobre cómo te empieza a gustar una persona, de cómo empiezas a sentir cosas y cada vez que miras a esa persona especial. Comienzas a sonrojarse y, cuando personas coquetas van con él te molesta, es un signo de que te puede gustar esa personas.
Leyó lo demás notando que son las mismas sensaciones que siente cuando ve a Jeon.
Se paró y fue a su cama. Jimin se sentó, mirando su teléfono con una mezcla de sorpresa y confusión. Había investigado sobre sus síntomas: el corazón acelerado, la ansiedad, la obsesión por Jungkook... Todos indicaban una cosa: sentimientos románticos.
Se tocó el corazón, sintiendo un latido irregular. ¿Era posible? ¿Podría realmente gustarle Jungkook? Y lo más importante ¿Sentir amor?
Jimin se cuestionó, analizando cada interacción con Jungkook. La tensión, los celos, la preocupación... Todo encajaba. Incluso el primer día que lo miró sintió esa misma sensación, sabe lo atractivo que es y le molesta verlo cerca de esa tal Gisell.
Esto despeja sus dudas y por estas cosas que siente quiere dejar las cosas en claro. Leyó que es bueno decirle a la otra persona sobre ello para ver que se puede hacer.
Justo entonces, escuchó un golpe en la puerta. Era Jungkook. Vaya, justo lo quería ver.
—Jimin, baja. Sam te busca. —dijo Jungkook, su voz neutra.
Jimin se levantó, su corazón latiendo con anticipación. Abre la puerta mirándolo, si, esa sensación era lo mismo que leyó. Tenerlo cerca le costaba respirar e incluso ver lo atractivo que se ve con su cabello largo en una semi coleta.
Antes de salir, se detuvo frente a Jungkook. Llenándose de valor.
—Jungkook —dijo Jimin, su voz fría pero llena de sinceridad.
Jungkook lo miró, intrigado.
—¿Qué pasa?
—Después de una investigación sobre lo que me ha estado pasando contigo —comenzó Jimin—, he llegado a la conclusión de que me gustas.
Jungkook se sorprendió, su rostro inmóvil.
Jimin se encogió de hombros.
—No sé qué hacer con esto, pero quería decirlo. Espero que lo hablemos más tarde y te hagas responsable de mis sentimientos —se le dificultó decir eso.
Y con eso, Jimin pasó junto a Jungkook y bajó las escaleras, dejándolo con una expresión de shock y confusión.
La puerta se cerró detrás de Jimin, y Jungkook se quedó solo, procesando las palabras de Jimin.
¿Qué significaba esto? ¿Jimin, el raro se le acaba de declarar? ¿Pero qué mierda?
Jungkook se sintió abrumado, pero una pequeña sonrisa se esbozó en su rostro. No sabía si era buena o mala. Hasta escalofríos le dió.
La confesión de Jimin lo había tomado por sorpresa, pero tal vez él no le era indiferente.
El Jungkook con cara de WTf Bro?
Jajajaja la cosa se pondrá mejor porque Jimin esta decidido a gustarle a Jungkook.
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