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La mirada de Jimin era sombría o eso le pareció a Jungkook al verlo mirar su casa. No podía dejar de pensar que ese raro está viviendo aquí, no quería ni imaginarse a sus amigos al verlo y que le hagan preguntas al respecto. Odiaba que su padre lo obligue a esto, si fuera por él, lo manda a un internado de raros donde pertenece.
Ya se veía las burlas hacia él por cómo vestía. Su popularidad caerá en picada.
—Jimin —lo llama la señora Jeon— Vamos, quiero mostrarte tu nueva habitación. Espero que te guste, la mandé decorar yo misma. Nos tardamos unos días, pero quedó perfecta.
—Mi esposa se esforzó mucho, lo hizo con mucho cariño. —dice Gong Yoo.
—No debieron molestarse.
—No es molestia, te dije que teníamos sorpresas y esta es una de ellas. Ven.
Jimin asintió siguiendo a la señora Jeon. Jungkook lleva su maleta, lo único que le faltaba, tener que llevar más cosas de ese tonto raro, de por si toda la semana llevaron un montón de cajas viejas llenas de lodo. Sus padres quieren matarlo. Al llegar, la señora Jeon y su esposo se pusieron delante de la puerta esperando el momento para enseñarle su nueva habitación. Ver a los dos de esa manera le hace recordar a la familia pastel de unos de sus libros favoritos. Una pareja perfecta, en un vecindario perfecto, con las personas perfectas.
No le gustaba, pero ellos eran únicos y daba su aprobación por recibirlo en su hogar.
—¿Estás listo Jimin? —pregunta la señora Jeon emocionada.
Jimin asintió.
La mujer le dio una mirada a su esposo y abrió la puerta de madera color negro, algo de lo que se dio cuenta fue esto, supuso que saben que ama el color negro, por eso la puerta negra. Ellos entran dejando pasar a Jimin quién quedó bastante sorprendido al ver toda la habitación.
Sus ojos verdosos brillaron. Casi hace caer su mandíbula al suelo y casi sonríe. La habitación estaba decorada como él siempre quiso tenerla, esto era increíble. Las paredes eran de un color púrpura pero apagado, los muebles negros, su cama es grande con cobijas ralladas entre negro y blanco, sus almohadas negras y un peluche de un gato esqueleto.
Recorrió un poco el lugar notando que tenía un espejo estilo victoriano, alrededor tenía murciélagos de papeles que dan una vista de que están huyendo. Su armario de la misma manera, era su mundo oscuro perfecto. Pero lo que más amó fue ver la estantería de libros en forma de sarcófago, como el de Drácula.
—¿Te gusta? —pregunta Yong-sun— Yo mandé decorar toda la habitación, espero que sea de tu agrado.
Jimin la miró agradecido.
—Es perfecta. Gracias.
—Me alegra que te gustará, porque este será tu rincón personal. —dice Gong Yoo.
Jungkook miraba con fastidio todo, parecía de esas habitaciones satánicas. Dejó la maleta a un lado y se cruzó de brazos. Sus padres eran tan amables con otros, menos con él.
—También me tomé la molestia de dejarte algunas velas con aromas. Hay varias en ese cajón. —dice la señora Jeon.
—Amo las velas con aromas. No debió molestarse tanto la señora Jeon.
Ella le acaricia la mejilla.
—Es un placer para nosotros, eres uno más de esta casa. —le sonrió con amabilidad.
—Si necesitas algo más, no dudes en pedirlo. —le dice Gong Yoo.
—Bueno, te dejamos para que te puedas descansar antes de bajar a comer algo. Te llamaré cuando esté todo listo.
—Jungkook, ayúdalo con cualquier cosa. —le dice su padre.
—¿Yo, por qué?
—Porque lo digo yo. —le advirtió su madre.
Los señores Jeon salieron de la habitación dejando a Jimin y a Jungkook solos. Este espera hasta que sus padres bajen y enfrentar a Jimin, solo que este le ganó.
—¿Tienes algo que decir? ¿O por qué mentiras como si fuera una cucaracha a punto de ser aplastada por ti? —el tono de su voz cambió a como hablo con los señores Jeon.
Jungkook sigue cruzado de brazos, Jimin dejó su mochila en la cama y su muñeco a un lado.
—No me agradas en lo absoluto. —dice al fin.
Jimin lo mira estoico, Jungkook ceñido.
—No me conoces y ya te caigo mal.
—No hace falta, solo te advirtió que mientras estés aquí, no quiero que entres a mi habitación, está prohibido.
—¿Por qué entraría a tu habitación? No creo que seas interesante.
—Soy interesante.
Dudó Jimin.
—No puedo entrar a tu habitación, pero tú sí a la mía.
Jungkook bufa.
—Esta es mi casa, puedo entrar donde yo quiera. Me das malas vibras.
El rubio no cambió sus facciones frías, una característica de él en defensa.
—Creo que la palabra "casa" es un adjetivo de tuyo. Estoy muy seguro que la casa es de tus padres, ellos la pagaron y tú solo creciste aquí, así que tuya no es.
—Es lo mismo.
—No lo es. —Jungkook frunce el ceño, de verdad que le molestaba.
—Si ya terminaste de decir tonterías, te puedes retirar.
Jungkook abrió la boca incrédulo con lo que dijo Jimin.
—¿Me estás echando?
—¿Estás sordo? -musito arisco.
Joder.
—¿Siempre eres así de antipático y grosero? —inquiere.
—No es que sea antipático, simplemente no me interesa caerte bien.
Esto era increíble, no solo invade su casa, sino que lo corre. Deja salir un suspiro y salió azotando la puerta, no valía la pena discutir con él. Sus padres enserio que están locos de traer a ese raro a casa. Se encierra en su habitación mientras su perro Bam se sube sobre él.
—Maldito raro.
—Odioso Normi.
A la mañana siguiente, Jimin se alistaba para su primer día de escuela, en la preparatoria Hybe. Una preparatoria de chicos presuntuosos que seguro le colmarán su paciencia. La verdad prefiere estudiar en casa como lo hacía antes, le gustaba su soledad, pero entendía qué los señores Jeon buscaban que integre con los demás, lo cual es un gran error.
Hará un gran esfuerzo para no tener problemas, pero si lo buscan, lo encuentran.
Toma sus cosas bajando al primer piso, mira en el comedor a los señores Jeon y ese sexy troglodita. Al menos una cosa que le llegó a fascinar aparte de su cuerpo, era su actitud, solo Jimin se sabe comprender el porqué.
—Buenos días.
Saluda Jimin tomando asiento.
—Buenos días. ¿Cómo pasaste tu primera noche? —le pregunta Yong-sun.
—Nada mal. El ruido de las ramas golpeando en mi ventana me arrullaron.
Empieza a desayunar, Jungkook le mira callado.
—Vaya, por lo general cuando pasaba por ahí esas ramas me caían mal. Es bueno saber que te gusta. Pensaba en quitarlas.
—No hace falta, me hace sentir que alguien quiere entrar por mi ventana asesinarme. —Prueba un bocado y los señores Jeon le miraron con los ojos abiertos de par en par- Broma.
Los señores Jeon se ríen con ligereza.
—Que buena broma —musita Yong-sun, con voz forzada.
—Si que buena broma. —le sigue Gong Yoo.
—Gracias.
El sonido de los platos únicamente se escuchaba, pero después de un rato pulcro ellos tenían que preguntar sobre la escuela.
—¿Estás nervioso por el primer día? Sé que puede ser algo escalofriante después de ser educado en casa.
—¿Fue educado en casa? —repite Jungkook en tono incrédulo.
—Así es Jungkook, por eso quiero que estés pendiente de Jimin. Él jamás ha ido a una escuela, así que esperó que le ayudes un poco.
—¿Y por qué yo?
—Por qué lo digo yo. —su padre habló serio.
—No se preocupe señor Jeon, sé cuidarme solo. —responde Jimin cortando su carne.
—Ves, no quiere mi ayuda. Además, yo tengo mis ocupaciones, no estaré vigilando todo el tiempo. El equipo me necesita.
Ni loco vigilará al raro, su popularidad depende de esto.
—Se que te puedes cuidar solo, pero estaría mejor si alguien te hace compañía. —dice Gong Yoo.
—Comprendo, estaré encantado de que Jungkook me haga compañía.
El pelinegro le mira para nada contento, se levanta yendo por sus cosas, Jimin hace lo mismo. Toma su mochila mirando al pelinegro sumamente molesto.
—Ni creas que te cuidare el trasero. —le susurra Jungkook.
—No pretendía que lo hicieras.
—¿Entonces por qué dijiste eso?
—Porque me gusta verte irritado, me gusta sentir las malas vibras, son como una vitamina para mí.
—¿Qué?
—Reitero lo que pregunte ayer ¿Eres sordo?
Jimin se fue a despedir de los señores Jeon quienes miraron con suma preocupación. Gong Yoo no estaba convencido de mandar a Jimin a la escuela donde sabe que a lo mejor tendrá problemas. Él sabía que Jimin no es un chico normal, era por eso que Moon Young lo educó en casa, tal como ella lo fue.
Vio el auto alejarse, Jungkook se puso sus audífonos con su música pop mientras Jimin con su música clásica.
¿Qué le prepara su primer día de clases?
Primeros capítulos muy buenos e intensos. Amo a este Jimin.
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