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—¡¿Estás loco?! ¿Acaso no pensaste que podrías quedarte sin dedos por el frío? —le regaña Jimin mientras estaban afuera, donde encontró a Jungkook.

Sentía mucho enojo por tu forma tan imprudente de hacer las cosas. Pero a la vez, se sentía más conmovido por arriesgarse hacer eso por él.

Jungkook le sonrió mientras que Jimin intentaba calentar sus dedos, soplando con sus manos.

—Tenía que hacerlo, es que te veías triste por lo del anillo de tu madre. No quería que se perdiera mañana así que vine.

Temblaba de frío, Jimin estaba aún confuso aunque era claro lo que estaba pasando. Jungkook le dio esa prueba que tanto espero sin siquiera pedirla. Ahora tenía claro que le gusta mucho, está enamorado, por primera vez de alguien hace que su frío corazón sienta algo más que dolor aunque Jungkook provocaba ambas.

—Vamos antes de que empeore el clima. Estás muy helado.

—Estoy bien.

—Claro que no. Vamos.

Jungkook no protestó y se fue con Jimin. Tomaron un taxi donde el pelinegro intentaba calentar a Jeon quien parecía un perrito chihuahua. Estornudo todo el camino y no dejo de temblar a pesar que el taxi tenía el clima puesto. Cuando llegaron, ambos entraron por detrás de la casa, no querían que su padre se entere que salieron a esa hora y menos por lo mal que se veía Jungkook.

Llegaron a la habitación de Jungkook y Jimin con cuidado le quitó el abrigo y los zapatos. También algunas prendas mojadas por la nieve. Casi dejó su cuerpo desnudo y aunque moría por ver más, prefirió mejor ponerle su camisa y los abrigo en la cama. El hizo lo mismo y busco en el armario mantas térmicas y encendió la calefacción.

Jungkook se abrigo y empezó a entrar en calor aunque sentía que su cuerpo tenía fiebre. Jimin se fue a cambiar y cuando estuvo listo, fue devuelto a la habitación de Jungkook. Quien estaba completamente dormido en su cama con todas esas mantas sobre su cuerpo.

Está enfermando.

Se acerca a él sentándose a su lado. Jimin acaricia su cabello y baja sus mejillas rojas. Está caliente. Claro que esto iba a pasar pues sensible al frío. De verdad que este chico era más raro que él mismo. Es muy contradictorio después de decirle que no quería saber nada él y ahora hace esto.

Jungkook es alguien que le importa mucho la apariencia, pero con esto demostró que puede mandar todo al carajo con tal de ser feliz él mismo. Jimin solo espera que no se arrepienta mañana porque de ahora en adelante Jeon Jungkook no podrá quitárselo de encima.

Jimin sonrió, una sonrisa preciosa que Jungkook apenas logró distinguir. Lo sabía, Jimin sonriendo era la cosa más linda de todas. Cerró los ojos otra vez y se quedó dormido mientras siente como alguien lo cuida y se queda a su lado.

A la mañana siguiente, como lo dijo Jimin, Jungkook enfermó. Tenía fiebre y algo de gripe por lo que pasó ayer. La señora Jeon estaba haciendo una sopa para su hijo, mientras el médico inyecta a Jungkook quien protestó ante eso.

Odiaba las inyecciones. En fin. De todos modos ya con eso se sentirá mejor. Por lo menos con Jimin cuidando de él sería mejor, ya que tienen pendiente lo que pasó, bueno, no tiene claro nada, solo fue bueno con él por lo del anillo. Su mente quiere jugarle a que tal vez esto no significa nada para él.

El sale con Daniel recuerda.

Joder, ahora se siente tan patético. Pero no se arrepiente de nada de lo que pasó ayer. El solo quería verlo feliz.

Afuera nieva mucho, tanto que las clases se suspendieron y lo agradece, de todos modos no se siente bien. Estornudo un poco más cuando la puerta se abrió dejando ver a Jimim quien le traía una sopa caliente con un té de limón con miel. Se veía tan adorable con ese suéter a rayas blancas. ¿Siempre lucía así de lindo?

—Te traje algo para que comas. —deja la charola a un lado por lo que Jungkook se siente conmovido.

—Gracias Jimin.

Come la sopa mientras Jimin toma la temperatura.

—Veo que estás mejor. Me alegro.

Le dice.

—Bueno, tengo un buen cuidador. Aunque aún me duelen los huesos.

—Es entendible.

Mientras come su sopa y está siendo revisado por su chico raro. Intenta llenarse de valor para decirle a Jimin que le gusta mucho y que lamenta no haber llenado de valor para decirlo bien y con las palabras correctas.

Todo era demasiado para su pobre corazón. Sin embargo, quiere decirle que ya no le importa nada más que él y quiere verle feliz.

El móvil de Jimin vibró con una llamada entrante. Jungkook quería decirle a Jimin que quería estar con él, que ya no le importaba lo que dirían los demás. Sin embargo, sabía que Jimin salía con Daniel y eso hacía que su corazón se rompiera.

Era él. Llamando a Jimin. Sus ánimos bajaron.

—Contesta a tu novio —dijo Jungkook con una voz suave— Seguro que está preocupado.

Jimin miró la pantalla de su móvil y tras un debate mental, cuelga. Jungkook lo miró sorprendido.

—¿No vas a contestar? —preguntó Jungkook.

Jimin se encogió de hombros.

—No tengo nada con Daniel —dijo con un tono de voz neutral— Solo salimos, pero no me gusta. A mí me gusta otra persona.

Jungkook se sorprendió ante su confesión y su forma directa de decir las cosas.

—¿Quién? —preguntó Jungkook, aunque ya sabía la respuesta.

Jimin lo miró a los ojos.

—Tú —dijo— Me gusta tú. Quiero que me correspondas mis sentimientos porque no voy a dejar que me des la vuelta otra vez.

Jungkook se sorprendió por la sinceridad de Jimin. Se sintió conmovido por sus palabras y no pudo evitar sonreír. Dejó de lado la sopa que estaba comiendo y se acercó a Jimin. Lo tomó por la cintura y lo tumbó en la cama.

Jimin se sorprendió, pero no se resistió. Jungkook se inclinó sobre él y lo besó. Jimin se sintió mareado por el beso, pero no pudo evitar disfrutarlo. Los labios de Jungkook eran suaves y cálidos, y Jimin se sintió como si estuviera flotando en el aire.

Jungkook se apartó de Jimin y lo miró a los ojos.

—Te quiero chico raro. Ya era hora que te lo dijera. —dijo.

Jimin sonrió y lo abrazó. Fue una sonrisa sincera y cálida que jamás había visto en Jimin. Aunque para que eso pase, solo tendría que encontrar a esa persona especial y es Jungkook esa persona especial.

—Jimin.

—¿Si?

Le acaricia la mejillas y le dice que quería escuchar su pelinegro.

—¿Quieres ser mi novio? Sé que no es lo más romántico pero no quiero perder más el tiempo. Acepta, nene.

Jimin escondió su rostro en el cuello de su ahora novio.

—Sí quiero. Ahora abrázame y bésame.

Jungkook suelta una risita.

—No me opongo.

Ambos se vuelven a besar. Pues ahora son pareja y Jungkook no pudo ser más feliz. Tal vez las cosas entre ellos no empezaron de la mejor manera, pero lo importante es lo que está pasando en esa habitación.

Un romance. Pero también la lluvia de cosas que vienen más adelante.


Ya estamos en los capítulos finales.
Y amo que ya empezó esta bonita relación.

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