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Tras lo que pasó en los vestidores, a Jimin solo se le ocurrió refugiarse en la librería. Buscaba un libro de amor o algo que le ayude a saber ¿qué rayos fue eso?

Fue como una onda de calor que le recorrió el cuerpo. Estaba confusa y se sintió bien qué era lo más impresionante. Si bien sabe que los jóvenes como él son más hormonales, no sabía que él también reaccionaría así.

Tomó un libro sobre una guía para padres de cómo lidiar con eso. Quería saber si algo le puede ayudar porque tener a Jungkook de esa manera.... Dios. Sus pensamientos volaron a cosas sucias, y no solo eso.

Lo besó.

Jamás había besado a nadie y con Jungkook dio su primer beso. Uno que fue muy pasional. Sus mejillas estaban al color de un durazno, en su pálida piel. No se lo podía creer. Toma asiento en la mesa y comienza a hojear el libro.

No leía nada interesante que le ayude. Tal vez, podría preguntarle a Sam.

A su lado se sientan dos chicos quienes hablaron de algo que asomó su curiosidad.

—Si también escuche sobre eso. Mi mamá le prohibió salir a mi hermana, aunque está enojara.

—Pero más vale prevenir. Ya ves lo que le pasó a Liz King, desapareció después de todo y encontraron el cadáver de su novio en el bosque. Ahora hay otra chica desaparecida.

Le dice el chico de cabello rizado a su amigo.

—Mi tío dice que es mejor salir acompañados, por si acaso. Aunque esto me recuerda a los secuestros de los 80. Jamás supieron quién fue, sólo hallaron a una chica pero estaba muerta. La única pista fue un cisne en su brazo.

El chico soltó un suspiro mirando su libro.

—Es muy triste que las mujeres tengan que pasar por esto. Tener que esconderse para que un loco no las rapte, tener que usar Gps y gas pimienta en sus bolsos para cuidarse.

—Si es jodido. Vamos, seguro que mi papá debe estar esperándonos.

Los dos dichos se fueron después de tomar algunos libros. Jimin frunció el ceño ante lo que aquel chico dijo. Tomó su móvil y le mandó un mensaje a Sam.

Salió de ahí y fue a donde quedaron. De camino, ve varios volantes sobre una clase de stop motion. Eso lo detuvo. Claro, esto lo hizo medio sonreír porque él ama este gran arte de la animación. Quiere estudiar esto, pero para ello necesita el dinero para la universidad. Es especial porque él quiere estudiar en Nueva York. No sabía si el señor Jeon pudiera pagarle eso, ya lo tiene en su casa, es más que suficiente.

El volante de la clase cobra 34. 787,25 wones el mes de clase. Tal vez lo pueda costearlo si trabaja.

Giro a la lado y ve el anuncio de "se busca empleado" en una librería. Tal vez conseguir un empleo podría ayudarle. Jimin empujó la puerta de la librería y entró, saludando con un gesto a la persona detrás del mostrador. La librería era acogedora, con estantes repletos de libros que parecían llamar su atención.

—¿Hola? ¿En qué puedo ayudarte? —preguntó la mujer detrás del mostrador, sonriendo.

—Estoy buscando información sobre el trabajo que están ofreciendo —respondió Jimin, acercándose al mostrador— Vi el cartel en la ventana.

—¡Ah, sí! Estamos buscando un nuevo empleado. ¿Te gustaría saber más sobre el trabajo? —preguntó la mujer, interesada.

Jimin asintió. —Sí, por favor. Me encanta leer y creo que podría ser una buena opción para el trabajo.

La mujer sonrió.

—¡Excelente! El trabajo consiste en ayudar a los clientes a encontrar libros, reorganizar los estantes y realizar algunas tareas administrativas. ¿Te parece bien?

Jimin asintió de nuevo.

—Sí, me parece perfecto. Me gustaría trabajar aquí.

La mujer sonrió. Le pidió algunos datos y Jimin lleno una solicitud.

—Bienvenido a bordo, entonces. Puedes empezar mañana a las 2 de la tarde.

Jimin se sintió aliviado y contento.

—Gracias, mucho. Estoy emocionado.

Salió de la librería con una sonrisa en el rostro, sintiendo que había encontrado un trabajo que realmente le gustaba. Se dirigió hacia el lugar donde había quedado con Sam, pero de repente vio al señor con el que había chocado hace un rato en la escuela.

El señor estaba parado junto a un auto, acompañado de un hombre rubio muy guapo. Jimin supuso que era su esposo. El hombre rubio se subió al auto, mientras que el señor rodeó el vehículo para entrar.

Pero justo cuando iba a entrar, el señor miró a una chica que pasaba por la calle, con una mirada que hizo que Jimin se sintiera incómodo. La chica iba vestida de manera linda, y el señor la miraba con una intensidad que parecía asquerosa.

Jimin frunció el ceño, sintiendo una mezcla de disgusto. ¿Quién mira así a una chica menor de edad.

El auto arrancó y se alejó, dejando a Jimin pensativo. No podía sacar de su mente la imagen del señor mirando a la chica de esa manera. ¿Qué significaba eso?

Jimin se sacudió la cabeza, tratando de deshacerse de those pensamientos. No era asunto suyo, después de todo. Tenía un trabajo nuevo que empezar mañana, y eso era lo que realmente importaba.

Pero mientras se dirigía hacia el lugar donde había quedado con Sam, no podía evitar sentir una sensación de un mal presentimiento.


Jimin llegó al bosque, donde Sam ya lo esperaba, sentado en una roca y con su laptop en la mano. La luz del atardecer iluminaba el entorno, creando un ambiente misterioso.

—¿Por qué me mandaste llamar? —preguntó Sam, cerrando la laptop y mirando a Jimin con curiosidad.

Jimin se sentó junto a él, sin mirarlo a los ojos.

—Escuché algo en la biblioteca hoy. Algo que me pareció interesante.

Sam se inclinó hacia adelante, intrigado.

—¿Qué fue?

Jimin comenzó a explicar, con una voz monótona y sin emoción.

—Había una sección de libros sobre crímenes y desapariciones en la zona. Encontré uno que hablaba sobre una chica que desapareció en los años 80. La encontraron muerta, pero solo había una pista: un tatuaje de un cisne blanco en su brazo.

Sam se sorprendió.

—¿Eso que tiene que ver en el caso de Liz King?

—Pues fue secuestrada a una edad de 16 años. Supongo que tiende a fijarse en menores. —dice Jimin.

—Vaya, que enfermo.

Jimin asintió.

—Y no es el único caso. Hay varias desapariciones de chicas menores en la zona, todas con la misma característica: 16 años y al parecer les hace un tatuaje de un cisne blanco. Busca algo así, tal vez en las noticias pasó algo similar.

Sam abrió la laptop y comenzó a teclear.

—Mira, aquí dice que el 12 de marzo se encontró a una chica llamada Rose Kim. Obvio muerta, pero lo más curioso es esto, mira —ambos ven una foto del cuerpo de la chica, estaba en un bosque cubierta de plumas negras y blancas. Su cuerpo parecía desnudo y ahí tenía el tatuaje.

—Dicen que le llaman el asesino del cisne. —dice Jimin.

—Aquí dice que fue la última víctima porque dejó de hacerlo. Nunca supieron quién fue el asesino. —dice Sam— ¿Crees que este devuelta?

Jimin se encogió de hombros.

—No lo sé. Pero creo que un cisne blanco... creo que es importante.

Sam asintió.

—Sí, podría ser una pista. Vamos a buscar información sobre el significado del cisne blanco en diferentes culturas.

Jimin asintió. Anotó cosas en su móvil mientras investigan.

La noche cayó sobre ellos, pero ambos continuaron investigando, sumergidos en la oscuridad del bosque y la incertidumbre del caso. La laptop de Sam proyectaba una luz tenue, iluminando sus rostros concentrados.

Finalmente, después de horas de investigación, Jimin se levantó.

—Es tarde. Me voy a casa.

Sam asintió, cerrando la laptop.

—Sí, es hora de descansar. Mañana seguiremos investigando.

—Claro, adiós.

Jimin se despidió de Sam con un gesto breve y se marchó, desapareciendo en la oscuridad del bosque. Sam lo miró irse, pensando en la frialdad de Jimin, pero también en su determinación.

—Me gustas Jimin. Pero creo que no puedo competir con Jungkook.

Con sus ánimos por los suelos, se marcha. Con su pequeño corazón roto.

Jimin entró en la casa, saludando a los señores Jeon con un gesto breve. La cena estaba servida en la mesa, y Jungkook ya estaba sentado, evitando la mirada de Jimin. La tensión entre ellos era palpable.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó la señora Jeon, sonriendo.

Jimin se sentó en su lugar habitual.

—Estuvo bien. Conseguí trabajo.

El señor Jeon se sorprendió.

—¿Trabajo? No necesitas trabajar, Jimin. Tenemos suficiente para mantenerte.

Jimin se armó de valor.

—Quiero trabajar, señor. Quiero tener mi propio dinero. Es normal que los jóvenes trabajen.

La señora Jeon sonrió. Les sorprendió todo el asunto pero entienden que Jimin quiere tener dinero propio.

—¿Dónde vas a trabajar, cariño?

—En una librería —respondió Jimin— Me gustan los libros y creo que será un buen lugar para mí.

El señor Jeon asintió.

—Está bien. Si eso es lo que quieres, adelante.

Jimin comió contento que respetaran su decisión. Jungkook le miró, pero no dijo nada más.

Después de cenar, Jungkook se levantó y se marchó a su habitación sin decir una palabra. Jimin se fue a la suya, pensando en cómo disculparse con Jungkook por el beso que se habían dado. No sabía cómo abordar el tema, pero sabía que debía intentarlo.

Salió de su habitación y se dirigió hacia la de Jungkook, pero justo cuando llegó a la puerta, este la abrió y lo miró con una expresión molesta.

—Quiero hablar contigo —dijo Jungkook, su voz baja y tensa.

Jimin se detuvo, sintiendo un nudo en el estómago.

—¿Qué pasa? —musitó neutro. La expresión de Jungkook no era buena.

Jungkook lo miró con desdén.

—No me vuelvas a besar. No siento nada por ti y no quiero que nadie sepa sobre eso. No soportaría que me llamarán raro por tu culpa. Espero que mantengas tus distancia de mi porque no me interesa tenerte y menos besarte otra vez.

Las palabras de Jungkook fueron como un golpe en el corazón de Jimin. No había esperado que Jungkook reaccionara de esa manera. Se sintió herido y confundido.

Jungkook se marchó, dejando a Jimin solo en el pasillo. Jimin no dijo nada, pero sintió por primera vez su corazón roto. No sabía cómo procesar lo que había pasado, pero sabía que debía aceptarlo.

Ni en eso podría hacer. ¿Será que está destinado a estar solo?

Se volvió hacia su habitación, sintiendo una sensación de vacío y soledad que nunca había sentido antes. La puerta se cerró detrás de él, y Jimin se quedó solo en la oscuridad, con su corazón roto en pedazos.


Jk estas bien p3nd3jo jajakaka pero ya te veré de celosin. Jajaja

Esto se pondrá weno 

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