Norawit estaba aburrido, hasta que cierta persona entró por la puerta y se dirigió sin pensarlo a sentarse a su lado. Traía entre manos un tupper celeste con contenido, hasta el momento, dudoso.

—Hola, P'Gemini—saludó alegre con ambas manos, luego de dejas el recipiente en su mesa—. ¿Te cuento algo? Ayer mamá estuvo enseñándome a cocinar galletas con chips de chocolate, yo sé algunas recetas aunque no siembre me acerco a la cocina, pero siempre cuando vienen mis primos a casa yo...

El mayor le apretó la nariz, suave, para hacerse notar.

—¡Oye, eso no se vale!—Fourth rió ante su voz más aguda y extraña.

«Fotfot, hablas mucho, y las galletas que tienes en ese recipiente se van a enfriar»

—Tú solo piensas en comer, Phi—se rió—. Estaba por explicarte sobre eso... Me levanté temprano para hornear las galletas y que estuvieran calientes cuando tuviera esta conversación contigo.

Gemini sonrió de solo imaginar a un peli-castaño madrugando por y exclusivamente para él. Otra vez, como le venía pasando seguido, sintió ese enjambre de mariposas en su estómago, y las palabras de Taeha resonaron en su cabeza.

«Estás enamorado»

¿Realmente estaba enamorado como había dicho TaeHa? ¿De Fourth?

—Gem, ¿te encuentras bien?—incluso Win, quien estaba sentado adelante, se había dado cuenta—, ¿te hace calor?

Fourth volvió a llamar su completa atención; le miraba preocupado, aunque mostraba una fina línea como sonrisa. Sus cabellos castaños se movían cada que cambiaba la posición de su cabeza, tal como un perrito curioso. Gemini se quedó clavado en sus orbes marrones, casi de color miel,  y volvió a sonreír mientras el calor de su rostro incrementaba.

"Creo que voy a morir de un ataque al corazón, chicos"

© ʟᴀsᴠᴏᴄᴇsᴅᴇᴍɪ_ᴄᴀʙᴇᴢᴀ