La mañana en la cafetería estaba siendo de lo más aburrida, era domingo y estaba lluvioso por lo que la gente había preferido quedarse en casa. Y Fourth también hubiera querido quedarse en su casa viendo la televisión, jugando videojuegos y comiendo palomitas de maíz.

Pero tenía que cubrir sus horas de trabajo.

—Hola, N’Fourth—saludó al entrar por la puerta principal.

El pequeño mesero se acomodó bien tras el mostrador de madera, debía mostrar al encargado que estaba feliz de trabajar en el lugar, como mínimo.

—P’Force, buenos días—hizo una reverencia por respeto al mayor—, quería hablar con usted.

—Claro, te escucho.

—Sobre ayer... Mí amigo se puso muy mal cuando le avisaron que su tío había sido asesinado en su propia casa, y lo único que pude hacer fue salir corriendo tras él para asegurarme de que no le sucediera nada malo. No pensé en las consecuencias que me pudiera traer con mi empleo, lo siento mucho.

—Nong, lo que hiciste fue muy valiente de tu parte. Poner primero el bienestar de tu amigo que tu trabajo, te hace una persona admirable por qué si te hubiera importado más perder el empleo, no estaríamos hablando de esto.

Fourth sonrió tímido.

»—Eres uno de mis mejores meseros, Fot, y descuida que el empleo sigue siendo tuyo. ¿Pero has visto a Aou? Tengo que hablar con él.

El menor señaló hacia atrás, a la cocina. Y justo cuando Force le daba una palmada en el hombro y se retiraba, la puerta se abría dejando ver a un nuevo cliente.

Uno al que Fourth conocía mucho.

—P'Gem, ¿tú de nuevo?

Era gracioso por qué se habían visto hace unas horas.

—Y-yo... Solo quise venir.

—A molestarme—afirmó para sí mismo, esbozando una sonrisa. Se dió vuelta y entró a la cocina, rápidamente fue en busca de un par de frutas y leche. Lo colocó todo en una máquina, le agregó azúcar y hielo para finalmente licuarlo y servirlo en un vaso largo. Al volver donde el peli-negro suspiró—. Espero te guste el licuado de frutilla, P'Gem.

El otro frunció el ceño, acomodándose en la banca tras la barra.

—Y-yo no pedí n-nada.

—Oh, claro que lo sé. Pero pagaste un café que ni siquiera probaste. ¿Te gusta el licuado?

—Si. Gra-gra... Gracias—habló bajito, casi que no se podía oír su voz. Probó la bebida que le ofreció el chico y se sorprendió por lo delicioso que estaba.

Por lo general no le gustaban los licuados con leche, los prefería con agua, pero estaba delicioso.

—¿Y? ¿Qué tal?—Gemini había olvidado que Fourth lo observaba, por lo que el sonrojo pintó sus mejillas—, la frutilla llegó a tus mejillas.

Oh, maldito Fourth Nattawat. Gemini se sentía el doble de avergonzado.

—¡Tonto!

—Aww~ ahora también tienes bigotes blancos—siguió burlándose.

—¡Cálla-cállate!

Fourth se rió, más bien fue una carcajada que llamó la completa atención del otro, y acabó sonriendo como siempre lo hacía él, una sonrisa cuadrada y traviesa.

Se veía lindo, tan lindo.

Gemini tenía que dejar de pensar en esas cosas. Pero le era inevitable. Fourth simplemente era y siempre sería lindo.

—Tierra llamando a P'Gem—le tocó la nariz, captando la atención del chico—, escucha... ¿Tienes algo que hacer más tarde?

—No puedo ir—negó con decisión. A los ojos de el menor, él pareció asustado de solo escuchar su invitación.

Fourth apoyó los brazos en la barra y asintió con la cabeza. Se mordió las mejillas por dentro, se sentía tan patético tras aquél rechazo, o tal vez lo patético de todo había sido pensar que el chico diría que sí.

Apenas se conocían, ¿qué más pretendía?

—Oh—sonrió, pero sin mostrar los dientes—, está bien.

Por supuesto que el mayor no era tonto, sintió la decepción en el tono de su voz. Él quería pasar tiempo con Fourth, claro, pero le aterraba el afuera y cualquier lugar donde el mesero le quisiera llevar estaría lleno de personas.

—Lo siento m-mucho, pero de ve-verdad e-estoy o-ocupado—habló tan bajito, como un susurro. Estiró un brazo hasta que las yemas de sus dedos tocaron con timidez la mejilla suave del otro por unos segundos—, ¿Qui-quieres venir a ca-casa el Ma-martes? Ten-tengo juegos. ¡D-de mesa!

Fourth no lo pensó demasiado.

—Ahí estaré, P’Gem.

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