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Definitivamente, Jungkook no llegó a imaginar que estaría en los brazos de Jimin, lo estaba abrazó y él tenía su rostro muy cerca del suyo, casi rozando sus narices.

Había recordado lo que pasó, la maldita crisis que lo hizo estallar y las cosas que no lo dejan atormentar. Su padre era la principal de todas, lo extrañaba demasiado, era su mejor amigo y estaba completamente seguro que no le gustaría verlo de esta manera.

Le había fallado mucho, y se sentía jodidamente mal.

Jimin abrió sus ojitos lentamente, miró el rostro del Jungkook y sus mejillas volvieron a ese color carmesí, no sabían hasta cuándo esto le seguiría pasando, pero dudaba que dejará de hacerlo si lo tenía cada vez más cerca de él.

─Hola ─su voz profunda y ronca de Jungkook le erizó la piel del menor.

─Hola, ¿cuánto tiempo dormí? ─mira el reloj de la pared del cuarto y nota que son las siete de la tarde─ ¡Dios! Es tarde, me tengo que ir.

Trata de levantarse, pero Jeon no lo deja.

─No te vayas, aún no.

Lo abraza y ahora el menor queda sobre su pecho escuchando los latidos de su corazón ¿O eran los de él?

─Jung- Jungkook...

─Lo siento ─dijo y el rubio elevó su rostro para mirarlo─, siento lo que te dije ese día por lo del besó, eso fue mentira o eso me hice creer yo. La verdad no sabía cómo decirte que me gustó besarte, era tu primer beso y lo arruine, lo siento pequitas.

Se disculpa realmente sinceramente, supo cagarla, ahora intenta arreglarlo.

─Eres un idiota ¿lo sabías?

Soltó una risita el pelinegro.

─Lo sabía.

Se quedaron en silencio un poco, solo abrazados de manera cálida. Jimin con una débil sonrisa y las mariposas en su estómago se sintieron tan bien, más no quería hacerse ilusiones otra vez.

─De verdad lo siento.

─Te perdono ¿solamente quiero saber el por qué me besaste?, ¿sólo soy un juego?, ? ¿Alguien más en tu lista?

Necesitaba una respuesta, algo que le dé un poco de esperanza.

─Ya te lo dije, me gustó hacerlo. No pienses mal, solo que cada vez que tengo algo bueno se marcha y terminó haciéndolo mierda, o se alejan o me dejan.
Suena lo mismo, pero es muy diferente.

Suelta un suspiro. Era verdad, siempre que tenía algo bueno lo hacía perder algo que realmente le importaba. Pasó con su padre, ahora su madre y ahora Jimin. Aunque esté último aún no tenía algo claro de cómo llevar la situación.

─¿Crees que me alejaré? ¿Aun si no somos nada?

Asintió.

─Eres bueno Jimin, y yo estoy podrido, hice cosas muy desagradables, mírame, tengo un maldito monitor de tobillo, pude ir a la cárcel y estar ahí un buen tiempo. No merezco nada Jimin, no lo merezco.

Escuchar eso hizo tener un nudo en la garganta a Jimin, Jungkook estaba muy lastimado.

─Mereces mucho, todos cometemos errores, somos humanos. Desde que llegué aquí noté algo especial en ti, jamás creí que fueras todas esas cosas y me... gustaste desde que llegué aquí ─Esa confección sí que no la espero Jeon, aunque ya lo había escuchado─ No mire a alguien podrido, si no aún joven lleno de sueños que está estancado por lo que sea que le atormente, puedes ser mejor persona, pero únicamente si tú quieres. Y lo del tobillo y prisión, yo... escuche como el director Nicolás te provocó, le dije a la policía que no fue de toda tu culpa, por eso decidieron dejarte con ese monitor de tobillo.

Jeon se remueve para mirar mejor al rubio quien mordía su labio esponjosito. Ambos se sentaron en la cama, Jimin no sabía descifrar su mirada.

─¿Fuiste tú?

Asintió el rubio.

─No iba a dejar que tú pagarás todos los platos rotos, él empezó.

Jungkook no sabía si sonreír o besar a Jimin. Definitivamente, era un ángel, por él está aquí y no en una cárcel pudriéndose.

─Vaya, no puedo creer que fueras tú esa persona, gracias Park.

─¿Ya no soy pequitas?

Ríe el pelinegro, acariciando su manita regordeta.

─Gracias, pequitas.

Jimin sonríe escondiendo sus ojitos en un par de líneas perfectas, haciendo que el corazón de Jeon latiera y eso lo confundió un poco. Acarició la mejilla del rubio y se fue acercando a él poco a poco. Jimin pensó que lo besaría y moría por qué lo hiciera, cerró sus ojitos y paró su trompita, pero para su sorpresa, el beso lo sintió en su frente.

Abrió sus ojitos mirando al pelinegro algo avergonzado.

─Descansa Jimin, nos vemos mañana para retomar las tutorías.

El aturdido y confundido Jimin se quedó en un pequeño shock. Asintió sin decir nada y se puso de pie acomodando su ropa.

No quería irse, quería estar más tiempo con él. Era suficiente con tantas emociones por hoy, necesitaba estar solo, era lo mejor.

─Bu-bueno me voy, nos vemos mañana.

─Descansa.

El rubio salió de su habitación sin saber qué más decir, es obvio que salió aún más confundido de lo que ya estaba, no entendía lo que el pelinegro le dijo.

Llegó a su casa y cenó con su familia y después fue a su habitación para darse un baño, al salir puso su pijama de burbuja de las chicas superpoderosas y se acostó en su cama con una gran incertidumbre en su cabeza.

Quería saber más de lo que pasó esa tarde, más de lo que él pudo decirles en su habitación, pero sabía que nada bueno saldría si lo presionaba a contarle algo que él no quería soltar. Estaba tan enamorado de su conejito que esto solamente inició algo más fuerte por él, sabiendo que podría salir lastimado y arriesgando su pobre corazón.

¿Lo haría por alguien como, Jeon? «Si» Se respondió así mismo.

Minutos después se volvió a quedar dormido, entró Yeonjun quien sonríe al ver a su primo con esa pijama. Le toma una fotografía y se la manda a Jeon, ya que este le dio su número.

Jungkook, quien estaba tocando su guitarra, miro el mensaje del primo de Jimin. Sonrió como bobo al ver al rubio dormir abrazado a su almohada con esa pijama de burbuja. Park Jimin es una lindura.

El suspiro sin saber qué sentía realmente por ese rubio, todo lo confundía, necesitaba hablar con alguien, alguien que le pudiera decir que es lo que ahora su corazón empezaba a sentir.


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La tarde estaba bien para el tercer día de clases para Yeonjun y Soobin. Eran los nuevos y no les molestaba porque era genial ser el centro de atención, en especial de las chicas quienes se les amontonaban para darles sus números o invitarlos a fiestas.

Bueno la verdad era más a Yeonjun que a Soobin. Este prefería ignorar a todos y leer sus libros, le gustaba la paz. Había notado que el que más amigos hizo fue Yeonjun, ya que este era invitado a todos lados por cualquiera de compañeros, el más agradable de todo el salón.

Le molestaba un poco ese hecho, la verdad es que desde que conoció a Yeonjun le había gustado a primera vista, era lindo, divertido, amaba sus ojos y los labios además de tener mucho en común. Sonaba egoísta, pero solo lo quería para él.

Dejó su libro a un lado para mirar la hora, ya casi salía, ya que el profesor no vino y les dieron la hora libre, esperaría por Yeonjun e ir a casa. Lo bueno que estaba detrás de la escuela en los salones desolados, quería paz y aquí era bueno.

De repente alguien toma su libro y Soobin rápido reconoce quién es. Son los del salón F, unos chicos problemáticos que le cayeron muy mal desdé el primer día, son unos idiotas.

─Pero miren quién está aquí, al fin no estás con tu sombra.

─Dame mi libro, no quiero problemas ─Soobin intentó quitarle el libro, pero ellos se lo lanzaron entre sí.

─Porque debería, desde que ustedes llegaron solamente me han causado molestia.

Dice el chico de pecas de cabello rubio, mirándolo con esa sonrisita arrogante.

─Apenas tenemos tres días aquí, no hemos causado molestias ─refuta.

─Claro que sí, ustedes llegaron creyéndose la gran cosa en esta escuela. Me molesta el hecho de que tu amigo ande molestando a mi novia, eso no lo dejaré pasar.

Se acercó el rubio junto a sus amigos acorralando a Soobin, este tenía miedo, él no sabía pelear, ya que odiaba la violencia.

Le estaban poniendo nervioso, eran más y él es todo un debilucho.

─Por qué llegar a los golpes, yo ni siquiera sabía que él molestaba a tu novia.

─Pues lo hace, así que yo haré exactamente lo mismo, con su noviecito.

─Espera...

El rubio lo aventó tirándolo al césped. Soobin se quejó del dolor, los demás se rieron de él. El pelinegro se levanta y empuja al rubio más alto, ni siquiera sabía de dónde sacó esa fuerza y la valentía.

Ayúdame kaneki.

─¡Vamos Félix! ¿Dejarás que esté tonto te empuje? ─dijo uno de los amigos del rubio.

─¿Cómo te atreves a empujarme?

─T-tú empezaste, yo no quería... ─tembló en su lugar, no sabía cómo fue capaz de empujar a alguien como Félix.

─Ahora no lo volverás hacer porque te partiré la cara, agárrenlo.

Sus amigos sostuvieron a Soobin mientras se removía, Félix dio el primer golpe en su estómago, sacándole él iré a Soobin, este escupió un poco de saliva. Miro alrededor para ver si alguien lo ayudaba, pero nadie aparecía, ¿Por qué vino aquí solo?

─Esto es por mi novia.

Le dio otro golpe, pero esta vez en la mejilla. Eso mareo un poco al Soobin quien ya no tenía fuerzas para seguir forcejeando contra ellos. Solo escuchaba las risas de ellos algo lejanas por como lo estaba golpeado Félix, él ni siquiera había sido el del problema, fue más bien por culpa de Yeonjun.

Iba a lanzar otro golpe, cuando alguien le aventó una roca al rubio que lo hizo quejarse del dolor en la cabeza.

─¡¿Quién mierda?!

─¡Tan cobardes son que son tres contra uno! ─le dijo un chico de cabello gris, quien le lanzó la roca a la cabeza.

─Pero si aquí tenemos al club de Loser ─se ríe, junto a sus amigos.

El club de los Loser era los marginados de la secundaria, eran los más molestados y más cobardes.

Soobin alzó la mirada, miro a un chico alto de cabello largo con mechones rubios; otro chico rubio de piel muy blanca; y otro chico de cabello gris el cual tenía otra roca en su mano. ¿Quién eres ellos?

Estos soltaron a Soobin y este gateado se apartó de ellos para ir con los demás, en eso apareció Yeonjun que corrió tirando su mochila para ayudar a Soobin.

Muy, muy molesto.

─¡So! ¿Qué fue lo que te paso?, ¿estás bien?

Le pregunto rápidamente al verlo sangrar y de esa manera.

─¡Ya, no le hicimos la gran cosa! ─se burla Félix.

Yeonjun apretó sus puños y se puso de pie para ir por ese infeliz pecoso.

─Espera, no vayas ─le suplicó, Soobin.

─Te lastimaron, no dejaré que se salgan con la suya ─exclamó con sumo enojo el pelinegro.

─Por favor...

Se debatía entre si ir y partirle la cara a esos tontos o quedarse con su amigo, aunque al final se quedó con Soobin.

─Waa... Que conmovedor, pero no venimos a esto. Vas a apagar por haberme quitado a mi novia ¿quién se creen que son?

Yeonjun se suelta a reír, eso los molesta más.

─Si Lía te dejo, no fue por mí. De seguro que te dejo por lo idiota que eres, esa no fue mi culpa.

Los tres chicos miraron como los amigos de Félix tomaban rocas y ellos no estarían dispuestos a dejar que les pase algo a los nuevos. Son cobardes, pero honorables.

─Tú fuiste quien la apartó de mi lado.

Le reclama.

─Ella no me interesa, yo quiero a alguien más, así que deja tus estupideces aun lado y lárgate antes de que te parta la cara.

─Quiero ver qué lo intentes.

Se miraron retadores cuando de repente gritaron. ¡Ahora! Todos se empezaron a arrojar rocas, unos contra los otros, Yeonjun y Soobin se unieron lanzado unas más grandes dándole a esos idiotas en el rostro.

─¡Tomen esto, cobardes de mierda! ¡¿Quieren más de ésto eh?! ─les grita el de cabello rubio.

─¡Malditos, Losers! ─grita Félix.

Al final de su guerra de rocas, los amigos del rubio corrieron dejando a Félix solo, este también corrió como tal cobarde porque sabía que no ganaría. Todos gritaron cosas insultantes a Félix y sus amigos, habían triunfado y eso era más que bueno.

─¿Están bien? ─pregunta el chico de cabello negro y largo.

─Si, solo fueron unos golpes ─murmura Soobin, tomando asiento en el banco que estaba ahí.

─Gracias por ayudar a mi chico, les debo mucho ─agradece Yeonjun, pero las mejillas de Soobin se tornaron rojas al oír la palabra «mi chico» ¿escucho bien o el golpe lo dejó sordo?

─No hay problema. Pasábamos por aquí y miramos como Félix y su banda quisieron pasarse de listos con tu chico, no íbamos a dejarlo morir, aunque Huening Kai, si ─le sigue el del cabello gris.

─Oye, solo no quería que mi trasero terminará aplastado por culpa de los nuevos ─se excusa.

─De igual forma, gracias. ¿Estás mejor, So?

─Si ya estoy bien, gracias chicos ─Estos se encogieron de hombros.

─No hay de qué. Mi nombre es Taehyun, un placer ─dice el peligris.

─Yo soy Huening Kai, pero solamente díganme Kai ─Ese fue el rubio.

─Y yo soy Beomgyu, un placer.

─Bueno... Yo soy Yeonjun y el Soobin.

─Un gusto. Bueno hay que curar a tu chico o eso se infectara, vamos a nuestro club, ahí nadie nos molestara.

─¿Su club? ─pregunta, Soobin.

─Tenemos un Club, se llama los perdedores.

─¿Cómo los de la película de It?

─Exactamente. ¿Quieren ir?

Ambos se miraron y terminaron asintiendo, después de todo no perdían nada con ir con ellos, parecían buenas personas. Tomaron sus cosas y se fueron por un baldío algo desolado, un rato después llegaron a una casa del árbol muy bien hecha.

Tanto Yeonjun y Soobin sonrieron al ver lo grande que era. Así empezando una hermosa amistad.


Eso me inspiró en la película It. Ya saben que los últimos videos de los niños de TXT hicieron referencia a la película, quise agregarlo porque me gustó mucho.

Espero que le haya gustado.

2/3...

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