Capitulo 20
Querías confiar en Rindou, querías convencerte a ti misma que era una buena persona.
Que no estaría con otra chica, pero varias cosas pasaban por tu cabeza.
Pero ahora te encontrabas en el auto de Sanzu rumbo a un camino que desconocias.
—Tranquila, solo vamos a comprobar—dijo Sanzu, pero el sabía mejor que nadie el daño que estaba haciendo.
—Solo necesito sabes que es lo que pasa con Rin...
Sanzu sonrió, su única diversión aparte de sus pastillas, era destruir cosas, o personas.
Al llegar al lugar, era un gran bar, la música se escuchaba desde afuera, gente ebria salía y entraba.
—Nos avisaron que aquí esta un de nuestros hombres, que estaba dando información, mandaron a Rin y a Ran a investigar, Ran hace rato me mando un mensaje diciendo que una chica de ahí adentro quiera follarse a tu esposo, y que te dijera que "tenían mucho trabajo y posiblemente esa noche po podría llegar" cuando en realidad se iba a estar follando a otra chica en el día de su boda...—finalizó el chico.
—No te creeré hasta verlo con mis propios ojos.
Saliste del auto, entrando con Sanzu al lugar, buscaste por el lugar a Rindou pero no lo grabas dar con el.
—Allá bonita~—señaló Sanzu hacia donde estaba Rin.
El hombre estaba siendo jalado por una chica hacia una de las habitaciones privadas.
Te sentaste en la barra, sin quitarle la vista a aquella habitación, Sanzu te hizo compañía.
Muy dentro de ti, pedías que saliera un Rindou enojado diciendo que no podía.
O alguna otra excusa para no follar con ella.
Pasaron los minutos y el tiempo se hacía cada vez más largo, hasta que por fin el hombre salió del lugar.
Pero no como esperabas.
Aquel hombre tenía el cabello desarreglado, el traje mal acomodado, y la corbata desarreglado. Y por si no fuera poco los pantalones se veía que estaban arreglados a la carrera.
Saliste de lugar enojada, triste, con varias emociones, un mar de emociones que no lo grabas controlar.
Mientras tanto Rin se estaba acercando a su hermano que este no tardó en avisarle.
—Rin tu chica estuvo aquí... Ve por ella, está saliendo del lugar.
El hombre pidió que fuera una broma, pero logró verte como salias del lugar.
Corrió hacia ti, sin decir nada te tomó de hombro, por dentro quería que todo esto fuera una confusión.
—Qué haces aquí!?—preguntó el
—Sueltame Rin...
—No se que viste, pero te prometo que todo esto tiene una explicación—dijo tratando de convencerte
—Me tengo que ir, sueltame—no querías verlo lo único que querías era estar lejos de él.
—¿¡No te lo dije antes!? No puedes escapar de mi!
Lágrimas empezaban a salir de tus ojos, ya no creías nada de lo que decía.
—Rin...No me iré a ningún lado, solo dejame, encierrame en un maldito sótano, dejame odiarte, no quiero ver tu maldito rostro!—le llamaste y presto atención—No iré a ningún lado por que la maldita ley dice que somos marido y mujer, cobraras la maldita herencia y te quedaras con ella!! Pero no quiero verte, encierrame! Lo último que quiero hacer es verte! Escucharte! No quiero nada de ti!!
—Cuantas veces te tengo que decir que tu eres Mía! Mi Chica
—Tienes razón—dijiste bajo—Yo soy tu chica, solo tuya, pero tu no eres mio, por más que quiera, jamas lo fuiste o serás, por que no soy mas que otra de las miles de chicas que tienes a tu disposición ¿no es así?
—¡¡Por qué no lo entiendes de una vez!!—grito desesperado
—¡¡Entiéndelo tu!!—le devolviste el grito—Sabes que jodete
Te soltaste de sí agarre, caminando hacia el auto de Sanzu para que te regresará a casa.
¿Rin? No fue por ti. Por que sabía que había perdido a Su chica.
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