Capitulo 18
—Ahora por favor, desatame—pido tu padre
Tu ibas a hacerlo, después de todo ya no lo querías volver a ver, ya no confiabas en el ni en tu hermana. Peor Rin se acerco a ti tomándote de la muñeca evitando que te acerques a ellos.
—Espera...—murmuro Rindou—No creas que saldrás ileso de esto...
—¿¡Que!? No espera!! Ya te dije todo!!—exclamó con miedo el mayor
—No será la gran cosa... Solo no tendrás un ojo—respondió Rindou.
El chico se acercó a tu padre y con un cuchara, empezado a meterla en ojo de tu padre.
Claramente no sería fácil, pero tampoco quería ser delicado en ese aspecto.
Empezó a lastimar el ojos izquierdo de tu padre, con la cuchara metiéndole en su ojo tratando de quitarlo.
Sangre corría por el rostro del mayor, y los gritos era lo único que se escuchaba en el lugar.
Hasta que Rindou logró chispar su ojos, dejó la cuchara de lado para ver el desastre que había hecho.
Alzó el rostro de tu padre para ver, la sangre no dejaba de salir de su rostro
—Mañana a primera hora, te quiero bien, si no, no te salvas...—le dijo Rindou y se dio la media vuelta.
Tu que estabas ahí, tuviste que aguantar las ganas de vomitar al ver lo que había hecho Rindou.
—Quieres vomitar?—preguntó Rindou y negaste
Decidió ignorar el hecho de que sí querías vomitar y salieron los dos juntos.
Hasta llegar al departamento ninguno de los dos dijo nada hasta llegar al lugar.
En el camino se la pasaba hablando por teléfono y escríbiendo por el teléfono. Hasta que llegaron.
—De verdad te piensas casar conmigo?—murmuraste apenas entraron a la habitación.
—Si ¿acaso tu no?—preguntó el
—No es eso... Simplemente que no se si de verdad quisieras casarte conmigo, o solo lo haces por el dinero.
Tenias inseguridades de la verdadera razón por la cual había aceptado eso.
Era por dinero, o por meto capricho.
Lo que no sabias, es que si estuvieras o no casada con el, Rindou jamás de dejarías huir de su lado.
—Escuchame linda, no importa si estamos casados o no, por que siempre serás mía, aunque quieras alejarte de mi, no podrás, por que desde que te metiste conmigo, fuiste mía..
Sus palabras hicieron que un escalofrío recorrerá tu cuerpo, querías creerle y a la vez no.
—No me crees?—te susurro el chico al oído, hizo que tu piel se erizara—Toda tú es mía
El chico llevo sus manos a tu cintura, pegando tu espalda a su pecho, llevo su cabeza a tu hombro oliendo tu aroma corporal.
—Toda tú es perfecta...—murmuró
Si bien Rindou aveces podía actuar muy cariñoso, como también podía actuar posesivo y obsesivo.
—Mi gente ya está buscando tus papeles, oficialmente mañana seremos marido y mujer...—dijo para después depositar un beso en tu cuello.
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