★ 𝟎𝟏𝟖: epiphany
018.┆ ⋆ ˚。⋆୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗜𝗚𝗛𝗧𝗘𝗘𝗡
—Epiphany ˙✧˖°📷
"Something med school did not cover
Someone's daughter, someone's mother
Holds your hand through plastic now
Doc, I think she's crashin' out
And some things you just can't speak about"
—T.S
La luz del día se asomaba por una pequeñísima rendija de nuestra celda, yo me había despertado desde hace rato sin embargo se me hacía imposible levantarme, al contrario de Carl, quien había salido.
Me acomode en la litera de tal modo que me abrazaba a mi misma con el calor de mi mantita.
No podía permanecer todo el día así, tenía que ser útil de alguna forma más, no obstante, estaba terriblemente cansada. Un mismo pensamiento resonaba en mi mente desde hace algunos días: mi papá había estado en la cárcel. Había sido un prisionero.
Pero, ¿por qué? No era el tipo de hombre que te imaginas cuando piensas en un asesino, un drogadicto, un secuestrador o cualquier cosa de esas. Muy lejos de serlo, parecía una imitación de Adam Sandler.
Desde ya puedo deducir que el día de hoy sera una tortura.
Removi la manta y me decidí a ponerme de pie, en el preciso instante que lo hice un risueño Carl entró en la celda con objetos en mano, uno de ellos eran cintas VHS que terminó por lanzarme una por una y, de alguna forma, logré atraparlas y comenzar a inspeccionarlas.
En cada una de ellas se podía apreciar en una esquina nombres de artistas abreviados sobre cinta, tales como "TS" "The NBHD" "LDR" y "CAS".
—¡Gracias, gracias, gracias!—agradecí, ya asfixiándolo en un abrazo—. Parece que los prisioneros tenían buen gusto. ¿A dónde fuiste? Tu papá estará enojado.
Nos apartamos al mismo tiempo.
—Como siempre lo está cada vez que quiero hacer algo bueno.—bufó, sentándose en la litera inferior—. No fui a ninguna celda, era más como una oficina.
—Rick solo quiere que...a la mierda, no creo que sea correcto como te trata pero tampoco que tu siempre te estés poniendo en peligro.—sentencie, colocando mis manos en mis caderas y con el ceño fruncido como imitación a la pose de Rick—. ¿Y cómo crees que se usan esas cosas?
—Pues considerando que son de la época de los picapiedra, Hershel seguro sabe.
—Oh, eso no...—murmure, revoloteando mis pestañas.
—¡Era broma!—exclamó, alargando la última vocal.
Coloque las cintas VHS en la litera y me subí las mangas de mi sudadera de tal modo que cubrían mis muñecas enteramente, era primavera pero Dios, parecía que estaba en Alaska.
—Nos vemos, voy a buscar a mis papás.
Y me marché, no sin antes pasar mis manos por su cara buscando algún signo de heridas, tal como la otra vez, él estaba impoluto y mirándome con aquella mirada azulada que parecía conocerme completamente, cada sentimiento y pensamiento, incluso los que lo involucran a él.
Llegué al patio del lugar y me dejé envolver por la fría brisa, la cual hacía danzar en el aire mis castaños cabellos. Ahí estaban Daryl, Carol, Rick y T-Dog.
¿Saben que se me hace curioso? Antes ni siquiera podía recordar todos los nombres de mis compañeros de clase y ahora tengo que lidiar con toda esta gente que, para variar, tienen nombres tan raros como "T-Perro".
—Eh, hola, ¿saben dónde están mis papás?—inquirí.
—Eso, nos vendría bien su ayuda.—apoyo la peligris, aunque yo no comprendí para que los necesitaban exactamente.
—Arriba, en la torre de guardia.—apuntó Daryl.
—¿La torre de guardia?
—Estuvieron allí anoche.—aclaro Rick a lo que yo solo alce las cejas.
—Si, y yo creo que será imposible hacerlos bajar.—bromeó T-Dog.
—¿Tan imposible como convencer a Rose de que si era posible que Jack entrara en la tonta puerta en el final del Titanic?
—Exacto, lo planteaste perfectamente.
Sonreí y puse mi mano como visera, volteé a mi alrededor y observé a los prisioneros, Axel y Oscar, quienes nos estaban observando. No es por sonar paranoica pero especialmente el primero no me daba buena espina y, repito: ojo de loca no se equivoca.
Daryl comenzó a llamar a mis papás, ellos estaban bien, tal vez demasiado, y aquello fue la razón por la que los quería encontrar, esta ya fue completada, por lo que me fuí. Como siempre lo hago.
—¡Rory se empeña en sacar fotografías!—soltó alegremente T-Dog, quien apareció tan rápido como se desvaneció.
Un rastro de risa salió de mis labios al mismo tiempo que desaparecía de mi vista la pequeña cámara y, en su lugar, un par de niños platicaban como si en realidad se agradaran el uno al otro y no como si sólo se tolerarán, un momento digno de capturar.
Sophia y Carl comenzaron a hacerme señas para que me sentara junto a ellos y exactamente eso fue lo que hice, ambos se removieron al lado contrario para de esa forma colocarme en el medio de ellos.
Continuaron con su plática activa mientras yo me movía de un lado a otro buscando la posición perfecta para platicar cómodamente.
Le pasé la cámara a Carl en un movimiento rápido provocando que nuestras manos rozaran accidentalmente.
Yo bajé la mirada, apenada como si no fuera hace menos de unas horas que nos estábamos abrazando cada oportunidad que teníamos. Me vi obligada a verlo nuevamente una vez que el me tendió la fotografía en formato de polaroid.
La observé por unos instantes e, inconscientemente, sonreí.
—Niños, vengan, traemos las muletas de Hershel.—pidió Lori, acompañada de Beth.
Los tres obedecimos y mantuve mi brazo entrelazado con el de Sophia hasta que noté como Lori era quien cargaba las muletas, me separé de la rubia y me acerqué hasta la mayor, arrebatándole suavemente lo que tenía en manos.
—¿Cómo se siente?—murmuré, caminando a su lado y tratando de que las muletas no me aplastaran.
—Bien, bien.—respondió con una sonrisa, una en la que me pareció haber algo más que alegría.
—Estoy emocionada por la bebe, bueno, también puede ser niño. Pinky promise que voy a ser una buena niñera.—aseguré, alzando mi meñique—. ¿Usted está emocionada?
—Demasiado.
—Necesitaremos comida, ropita, biberones, juguetes y...¡Hola papá Hershel!
El mencionado se giró hacia nosotras y Sophia y yo rápidamente colocamos en frente de la litera las muletas para facilitar el trabajo.
—Tomate tu tiempo.—la señora Grimes susurro, mientras junto con Beth lo ayudaban a levantarse.
El, lejos de obedecer, parecía necesitado de lograrlo en el menor tiempo posible.
—No te sobreexijas.—habló Beth, alarmada cuando el anciano quiso levantarse de golpe.
—¿Qué más voy a hacer?—ironizó el hombre, finalmente levantándose—. No soporto quedarme mirando, acostado en esa litera.
—Cuidado.—susurre, dándole soporte al igual que todas las demás mujeres mientras que Carl solo se quedaba mirando.
—¿Saben? Estoy bastante fuerte.—aseguró papá Hershel.
—¿Quieres descansar?—indagó Lori, quien estaba con el Jesús en la boca asegurándose de que no se tropezara y cayera.
—¿Descansar? Vamos a dar un paseo.
¿Mi meta en la vida? Tener ese nivel de energía cuando tenga su edad. Pero considerando que a mis once años de edad mi espalda truena, no creo siquiera llegar a su cantidad de años.
Estuve a punto de hacer un comentario sobre como nunca me he quebrado un hueso y como me hubiera gustado tener la experiencia de tener muletas, pero claramente todo eso estaba siendo complicado y difícil de asimilar para él, por lo que preferí callarme.
—Cuidado, cuidado.—murmuraba cada dos por tres, ya que el de las muletas nos daba tremendos sustos cuando saltaba los escalones ya que esta acción terminaba por provocar pequeñas caídas que eran detenidas por todas nosotras, aun así, se sentía como si la que se estuviese cayendo fuera yo.
—Estoy bien.—reitero el anciano.
—Tomate tu tiempo, tranquilo.—decía Beth.
Finalmente los escalones cesaron y ahora nos encontrábamos en el patio. Papá Hershel parecía haberse adaptado rápidamente a su nueva forma de andar.
—¿Listo para una carrera, Hershel?—bromeó Carl, haciéndonos reír a Sophia y a mi.
—Dame un día más, y te ganaré.
—Oigan, pero aquí no hay igualdad de condiciones, la pierna de Carl viene sobrando. ¡Soph, trae el hacha!
El ojiazul se nos quedó viendo como si temiera por su vida mientras que yo visualizaba el área, perfecta para jugar a cosas de niños normales y no unos que van por la vida rematando muertos.
—¿Quieren jugar a infectados? ¡Tú también, Beth!—pedí y todos accedieron.
—Que Carl sea el infectado, nos tienes que dar cinco segundos para correr, ¿eh?—Sophia propuso.
Todas a excepción de Carl nos volteamos dispuestas a correr para evitar que nos atraparan, sin embargo lo que vimos fue como un cubetazo de agua fría.
—¡Caminantes!—Beth gritó—. ¡Rory, manifestaste!
¿Entonces soy bruja? Hocus Pocus pues.
Mi primer instinto fue acercarme a Lori e intentar protegerla, tome mi navaja y me coloque en posición en caso de defenderme. A lo lejos, mi nombre resonaba desde el fondo de la garganta de mi mamá quien en un momento había llegado a mi lado también.
Eran demasiados caminantes, podría atreverme a decir que incluso más que los de la granja, pero no podía permitirme pensar en aquello, no cuando podría significar debilidad.
Solo comencé a destrozar a cuanto caminante se acercaba a mi, lo hice sin pensar, lo hice con enojo y recelo.
¿Por qué siempre tenía que ser así? ¿Acaso siempre lo será? ¿Morirá alguien hoy? ¿Seré yo?
Una vez más tengo la razón, pensar en posibilidades es una debilidad, y esto se confirma puesto que mientras yo me debatía internamente si me voy a morir o no, casi se me cumple. Un caminante se acercó peligrosamente hacia mi y con este otros dos me acorralaron, logré detener a los de mis costados con ambas manos y al de enfrente con mi pierna, pero no podía matarlos. Si movía alguna de mis extremidades de donde estaban, ya me consideraba muerta.
Pero para mi exquisita suerte, Lori le disparó a los tres caminantes sin problema alguno, o si lo tenía, no lo demostró.
Solté el aire de mis pulmones y continué destrozando cráneos hasta que una señal de mi mamá llamó mi atención.
Ella, Lori, Carl y yo nos adentramos en el pabellón de nuestras celdas esperando un momento de tranquilidad, todo opuesto a ello, estaba infestado de caminantes.
Mire a los lados hasta dar con la única salida viable.
—¡Por ahí!—Indique la puerta que daba a los túneles de la prisión.
Mi mirada se topó con la de Lori y ella mantenía una sonrisa, aquella que siempre tiene en su rostro cuando está conmigo, pero nuevamente, había algo más. Algo pasaba y yo no estaba enterada. Y odiaba ese sentimiento.
Ahí abajo el ambiente no era más que sombrío, en algún punto del camino reemplace mi navaja por la pistola ya que sabía que me brindaria más protección.
Avanzábamos cuidándonos los unos a los otros con la sensación de que aún no estábamos seguros, aún no había terminado.
—Algo...algo está mal.—dijo Lori entre jadeos.
Todos nos volteamos a verla.
—¿Te mordieron?—preguntó Carl.
Apreté la mano de mi mamá en un fuerte y firme agarre ante la pregunta.
—No.—solté un suspiro de alivio—. Creo que el bebe ya viene.
Lo único que pude responder ante aquello fue dejar salir una pequeña risa por lo estúpidamente estupido de la situación.
Para terminar de aplastar mis esperanzas, una pequeña horda de caminantes hambrientos salió de las sombras, rodeandonos en cuestión de segundos.
—¡Por aquí!—indicó Carl señalando un cuarto el cual podría asumir que era un cuarto de calderas. Nos adentramos en este.
Lori se sujeto de unos tubos de metal, ahora su dolor era evidente y no me podía imaginar lo difícil que podía ser experimentar algo así. La maldita alarma que empezó a sonar literalmente de la nada no parecía cesar pronto.
Mi mamá y yo nos miramos, y en esa única y corta mirada supe lo que ella pensaba.
Negué con la cabeza y dejé que ella me abrazara, que acariciara mi pelo y que susurrara:
—Tienes que ser fuerte. Te necesitare.
Nos apartamos del abrazo más no la una de la otra.
—¿Qué son esas alarmas?—preguntó Lori, supongo que tratando de olvidarse del dolor.
—No te preocupes por eso.—hablo mamá.
—¿Y si los atrae?—alarmó el del sombrero sin bajar su arma.
—No, viene de todas partes. No hay manera de que sepan a donde ir exactamente.—aclare.
—Lori, tienes que acostarte.
—No, voy a tener al bebe.
—Carl y yo podemos regresar para buscar a Hershel para así tener al bebe sin riesgos. Podríamos lograrlo.—propuse a la par que el antes mencionado asentía.
—No los dejaré ir solos y mucho menos con el riesgo de que los atrapen, Lori, tendrás que tener al bebe aquí. Ven, te ayudaré a quitarte los pantalones.
Mordisquee mis labios hasta que la sangre se esparció por estos y el estado de Carl era aún peor que el mio. Sus facciones se habían tornado completamente preocupadas y parecía que rompería en llanto en cualquier momento. Lo único que podía hacer era abrazarlo y fue eso lo que hice a la vez que dejaba caricias en su pelo.
—No alcanzo a ver si estás dilatada o no.
—Tengo...tengo que pujar.—dijo la señora Grimes, incorporándose nuevamente y abriendo las piernas mientras que mamá permanecía de rodillas revisándola.
Lenta y taimadamente comenzó a pujar soltando gemidos de dolor y tomando grandes bocanadas de aire entre ellos.
Mis primeras lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas con esa acción, claramente no estaba preparada para lo siguiente.
—Lori, espera, ya no pujes...algo anda mal.—mamá se detuvo y sacó su mano revelando lo que yacía en ella.
Sangre.
Una débil Lori estaba recostada en el suelo perdiendo más sangre a medida que el tiempo transcurría, sus ojos permanecían cerrados y aquello era algo que me escandalizaba, tomé su mejilla en mi mano en un intento en vano de mantenerla despierta.
Las alarmas habían dejado de sonar desde hace un rato pero puesto que mis pensamientos fueron consumidos por lo que implicaba que la mayor no pudiera tener un parto normal, no me di cuenta.
—¿Mamá?
—¿Lori?—llame con un nudo de voz.
—Tenemos que llevarte con papá.—sentenció mamá.
—N-no voy a llegar.—dijo con dificultad y aunque muy en el fondo de mi mente sabía que tenía razón, no lo aceptaría. Jamás.
—¡Lori! Salio mucha sangre y creo que no estás completamente dilatada todavía.—informó, temblando ligeramente, incapaz de siquiera pensar en herir a la mujer.
—Se lo que significa, no voy a perder a mi bebe, tienes que abrirme.—pidió, apenas consciente—. No tienes opción.
Yo me levanté con mi navaja en mano.
—Saldré por ayuda, puedo hacerlo, yo los distraere y así ustedes llegarán hacia Hershel. ¡Confíen en mí!
Giré sobre mí misma y, en cuanto tomé el primer paso, la mano de Lori me detuvo.
—No dejaré que lo hagas, Rory, si yo no estoy tu tienes que estarlo.
—C-Carol es la que practico esto, papá solo me enseño los pasos y yo...
—Por favor, por favor.—interrumpió, delirante.
—N-no tengo anestesia ni equipo...
—Rory tiene un cuchillo.
Aquellas palabras terminaron por acabar conmigo, sentí mi corazón hundirse y el aire escapar de mis pulmones para convertirse en un lloriqueo debil de mi parte.
—No sobreviviras.
—Mi bebe tiene que sobrevivir, por favor, mi bebe...por todos nosotros ¡Por favor, Maggie! Por favor...
La mencionada levantó la camisa de Lori, dejando ver una delgada cicatriz.
—¿Ves la cicatriz de la cesárea de Carl?
—No puedo...
—Si, si puedes, tienes que hacerlo. Carl, no quiero que te asustes, ¿de acuerdo? Esto es lo que quiero y es lo correcto. Cuida de tu padre, de tu hermanito o hermanita y de Rory por mi. Cuidalos.
—No tienes que hacer esto.—negó Carl, con sus ojitos llenos de lágrimas amenazando con salir.
—Estarás bien, vas a vencer este mundo, sé que lo harás. Eres inteligente, eres fuerte y muy, muy valiente. Y te amo.
—Yo también te amo.
Sentí unos brazos rodearme y acariciar mi cabello torpemente a la vez que también sentí como aquella persona se encontraba llorando también.
—Tienes que hacer lo correcto, bebe. Prométeme que siempre harás lo correcto. Es fácil hacer lo contrario en este mundo así que...si te parece incorrecto, no lo hagas, ¿está bien? Si te parece fácil, no lo hagas. No dejes que el mundo te arruine.—Lori secó las lágrimas de Carl con un dedo—. Eres muy bueno. Siempre serás mi niño. Lo mejor que hice. Te amo.—observe a Carl agacharse hasta llegar a la altura de su madre, se abrazaron y los sollozos de Lori comenzaron a brotar—. Mi dulce, dulce niño. Te amo.—Una vez ambos se separaron, la mayor depositó un beso en la mejilla de su hijo—. Maggie, cuando esto termine vas a tener que...
Maggie negó rápidamente.
—Tienes que hacerlo, no podrá hacerlo Rick.—me cubrí la boca con mi mano aun sollozando y nuestras miradas se cruzaron—. Rory, mi niña...—negué y me acerqué más a ella, tomando sus manos entre las mías.
—Ya te lo dije, p-puedo hacerlo. Saldré de aquí e iré con Hershel, él hará lo que necesite hacer y...y todo saldrá bien. Estaremos bien.
No pude contenerlo más y finalmente rompí en llanto. Con la cabeza inclinada hacia ella y con mis ojos cerrados ella comenzó a hablar. Hablo como si fuera la última vez.
—Te amo, te amo. Eres asombrosa, lo eres. Tal como Carl, tú vencerás todo lo que se interponga en tu camino. Eres una niña tan fuerte, inteligente y llena de amor...no dejes que te cambien. Solo te pido eso, por favor. Eres importante, para mi y para el grupo. Quiero que lo tengas.—dijo entre un sollozo entrecortado, colocando su anillo entre mis manos—. Gracias por dejarte querer como una hija.
—Por favor, no. Te necesito, Carl te necesita y el bebe también. ¿Q-qué se supone que hagamos sin ti?
La única respuesta que obtuve fue una risa seca seguida de un breve abrazo que desearía perdurará para siempre.
—Está bien, está bien. Todo está bien.—nos separamos del abrazo y observe a Carl tomar mi cuchillo y entregárselo a Maggie mientras cada uno de nosotros sosteniamos una de las manos de Lori.—Buenas noches, amor.
Observe mi navaja, la misma que mi papá me regaló, la que me gustaba tanto y la misma que condenaría a Lori.
—Lo siento, Lori.—murmuró mamá y tras la pronunciación de esta oración, hizo el corte y los gritos de Lori inundaron el lugar.
—¡No, detente! ¡Déjala, por favor!—pedía Carl. Yo no había soltado mi agarre de la mano de Lori hasta que tras unos segundos, ella callo.
—Dame una mano. ¿Aurora? Dame una mano, por favor.—asentí y me acerqué, tratando de no ver la herida—. Mantén limpio aquí, si corto muy profundo podría cortar al bebe.
Obedecí sin decir nada.
—Creo que veo las orejas.—avisó—. No se si esto es un brazo o una pierna...bien, sacare al bebe.
Yo asentí y finalmente me alejé.
Mi mirada se mantuvo fija en el suelo pese a el movimiento de Maggie que capte por el rabillo del ojo donde se levantó con la bebe recargada en su pecho, aquel que fue seguido por unos segundos de silencio donde el temor de que todo haya sido en vano se hizo presente. Hasta que el primer lloriqueo resonó y con ello los míos solo intensificaron su lucha por salir. Aun así, era incapaz de alzar la vista.
Temo no poder ser una buena niñera. Temo siquiera ser capaz de acercarme al bebe conociendo la causa del porqué está aquí.
—Tenemos que irnos.—dijo Maggie, haciendo que Carl y yo nos levantemos.
—No podemos dejarla aquí. Se convertirá.—reitero el ojiazul con su arma en mano.
—Carl, no.
—Es mi mamá.
—Entonces, no te dejaré solo.
—Solo vete.—farfulló.
Asentí y comencé a caminar en compañía de Maggie, tambaleando un poco en el camino. Ella pareció notar mi negación absoluta ante el bebe.
—Oye, escucha...
Un disparo resonó en mis oídos. Uno solo y sabíamos lo que significaba.
Los lloriqueos de la bebe me parecían los gritos de Lori disfrazados.
Sí no lo supiera, pensaría que ella está aquí. Y aunque lo sé, ella está aquí.
La rendija se abrió y salimos al exterior, donde los demás estaban. Todos se giraron a vernos pero yo solo miraba a Carl. El, totalmente estático y frío.
Vi a el señor Grimes y como trato de analizar el por que el bebe se encontraba ante sus ojos pero Lori no.
Él negó repetidas veces antes de dejar caer su machete.
—¿Dónde está ella?—preguntó con un hilo de voz.
Nadie respondió, por lo que el hombre decidió dirigirse al pabellón.
—No, Rick, no vayas.—imploro mamá.
El cambió su mirada entre Carl y yo antes de que los primeros sollozos salieran y, posteriormente, se echó al suelo a llorar.
Y en ese momento fue cuando realmente sentí todo.
No volvería a verla, a abrazarla, a bromear con ella, a aconsejarme, ni siquiera a sentir su presencia a mi lado.
No debía de ser así, solo por un segundo tenía que haber tenido más tiempo, más memorias y más de ella.
Si lo hubiera sabido así habría sido, si tan solo hubiera sido consciente de que todo lo relacionado a ella sería arrebatado de mi...
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LLEGAMOS A LOS 10K!!!!! Ya les agradecí en mi tablero sin embargo nunca sera suficiente, gracias por todo nuevamente 💞💞💞
¿Vieron como cambie todo mi theme a rep? Esq estoy enamorada JAKSJSJ no se crean
Lori se nos murió y la historia morirá con ella, si me dolió hasta el alma escribir este cap, ¿que me espera con la muerte de Glenn? Bait...maybe.
Estoy muy feliz y agradecida pq nitszha se tomo el tiempo de hacer algunos gráficos preciosos para este fanfic, los pueden ir a ver al area grafica 🫶🏻
¡Los amo y mil gracias por leer "Mastermind"! 📖💓
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