★ 𝟎𝟏𝟐: eyes open
012.┆ ⋆ ˚。⋆୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗘𝗟𝗩𝗘
—Eyes Open˚˖𓍢ִ໋🌷͙֒✧
"The tricky thing is yesterday we were just children
Playing soldiers, just pretending
Dreaming dreams with happy endings
In backyards winning battles with our wooden swords
But now we stepped into a cruel world
Where everybody stands and keeps score"
—T.S
Sophia y yo habíamos sido raptadas. Nos encontrábamos irremediablemente desoladas y asustadas tratando de escondernos de aquel monstruo de aspecto robusto e imponente. El aspecto del lugar era rocoso y desierto a la vez que estaba lleno de toda clase de criaturas curiosas, peligrosas y a la vez extraordinarias. Nuestra única opción fue escondernos debajo de un avión devastado por una explosión y ahora inservible, el olor era nauseabundo pero teníamos un objetivo claro y era sobrevivir. Sentí un dolor punzante en mi brazo izquierdo, me giré y...
—Oye, ¿estás en tu quinto sueño o qué? Como sea, ¿segura que Carl si sabe contar?—inquirió Sophia quien ya había dejado de pellizcarme aquella extremidad.
Y de repente aquella escena se esfumó convirtiéndose en dos niñas escondidas debajo de un auto en una triste granja con la intención de no ser atrapadas en el juego de las escondidas.
—Sophia, por favor, eso es algo idiota.—Mis pestañas revoloteaban con indignación—. Tal vez simplemente nos escondimos muy bien.
—El auto está en medio de la granja.—repuso.
—Pero a Carl le falla tantito, recuerda. No seas pesimis...—me interrumpí a mi misma.
Oh no, estaba empezando a sonar como el.
—Ya deberíamos de salir para ganarle.—propuso a punto de levantarse.
—Va, pero que una de nosotras se quede por si nos atrapa en el camino. La cosa es que una de nosotras le gane a ese. ¿Piedra, papel o tijera?
—Piedra, papel o tijera.—hablo y ambas posicionamos nuestras manos en la tijera, otra vez—. Piedra, papel o tijera.
Yo coloqué piedra y ella papel, por consiguiente perdí. La suerte no estaba de mi lado.
Suspiré levemente antes de reponerme y me tome un segundo antes de empezar a correr hasta el árbol en el que Carl había contado, sentí mis piernas flaquear y al no ver señales de el niño y puesto que el árbol se encontraba a una corta distancia, comencé a bajar la velocidad.
Carl apareció ágilmente detrás de mí e inmediatamente reaccioné, haciéndole competencia y ganando esta.
—¡1, 2, 3 por mi y por todos!—exclamé, tocando el árbol.
Me senté debajo de este en busca de sombra y no tan lejos Sophia llegaba detrás de Carl, quien estaba rodando los ojos. Saqué mi lengua a modo de burla y él repitió mi acción, haciéndolo ver como un perro sarnoso.
Ambos llegaron a mi lado y se colocaron en la misma posición que yo, sin necesidad de palabras todos entendimos que no queríamos jugar más.
Gire a mi derecha para observar a Carl pero encontrándome con la sorpresa de que él ya me estaba mirando atentamente, esbozo una sonrisa que me hubiera gustado corresponder pero el calor que sentía en las mejillas y la necesidad de ocultarme me lo impidieron.
Aparte la mirada de la suya rápidamente y en su lugar comencé a mirar a todos lados nerviosamente, repiqueteando los dedos en mi rodilla.
No quise volverme para ver su expresión pero seguía sintiendo su mirada en mi.
—Miren.—apuntó Sophia entusiasmada—. Daryl ya salió del granero, ¡vamos a escuchar el chisme!
Nos incorporamos al mismo tiempo y comenzamos a avanzar, entrelace mis brazos en los de Sophia, era un hábito que habíamos adaptado.
Para nuestra suerte y para no quedar como chismosos, llegamos antes que Daryl al campamento.
—Pronto lo sabremos—llegué a escuchar a Rick decir y ladear su cabeza apuntando a Dixon quien acababa de residir.
—Tienen una banda, son 30 hombres.—contó—. Tienen artillería pesada y no buscan amigos. Si nos encuentran, los hombres moriremos. Y las mujeres...querran estarlo.
Ah no, primero me mato yo. ¿Qué se creen?
Un silencio inundó el ambiente y bostecé inconscientemente aunque cubriéndome la boca.
—¿Como sabes eso?—interrogó Carol.
—Tuvimos una charla.
Amistosisima me imagino.
—Que nadie se acerque a el.—ordenó Rick.
Ni quien quiera.
—Rick, ¿qué vas a hacer?—su esposa le preguntaba.
Ninguno de nosotros tres logramos escuchar lo que contestó ya que se encontraban a una distancia considerable.
Lo único que alcanzamos a oir ya que Dale lo había afirmado casi gritando fue lo siguiente:
—Lo vas a matar.
Desde el juego había estado evitando a Carl todo el día, ¿el motivo? Tenía miedo de la reacción que había tenido más temprano. Habíamos tenido contacto físico antes: abrazos, agarrarnos las manos...todo eso no había significado nada hasta hoy por aparentemente ninguna razón.
O sea, hicimos contacto visual y de repente sentí que me apuñalaban el corazón. Lo que era raro porque se supone que si te enamoras se te acelera o algo así...¡no estoy diciendo que estoy enamorada!
Como sea, para complicar más mis pensamientos, el Carlangas se dirigía a mi tienda de acampar, lo había visto y, si yo huía, iba a ser más que obvio que lo estaba evitando y por consecuencia el pensaría que lo odiaba.
Así que acepté mi destino y exhale profundamente preparándome mentalmente para entablar una conversación con Grimes sin hacer el ridículo.
—Ven conmigo.—pidió a penas se colocó enfrente de mí. No moví ni un músculo pese a su petición y me decidí a ignorarlo—. Por favor.—agregó en cuestión de segundos como si se hubiera dado cuenta que su tono no fue para nada educado.
—¿A dónde y para qué?
—Con el prisionero. Quiero verlo y conocerlo antes de ya sabes que.
En realidad, yo aspiraba a lo mismo. Me enteré que tan solo tenía 17 años y entendía que representaba un peligro para nosotros pero, ¿realmente tenía que terminar así?
—Vamos.
Me puse de pie y él estiró su mano para que yo la tomara y caminar juntos como tantas veces lo habíamos hecho. Lo note. Lo note y lo ignore.
Cuando llegamos al granero el momento ya era incómodo.
—Espero que no nos descubran.—murmuró.
—Meh, yo no tengo familia que me regañe.
El gesto del ojiazul se volvió tosco y me dedicó una mirada de lástima. Pero yo no la quiero.
—Yo subo primero.—avisó y empezó a trepar conmigo detrás de él.
Cuando llegué arriba él tenía la mano extendida nuevamente y esta vez tuve que aceptarla, aunque a regañadientes, ya que de lo contrario seguro me caigo.
Cuando pase por su lado escuche que susurraba algo, casi inaudible.
—Somos tu familia. Yo soy tu familia.
Mis ojos centellearon y sonreí ligeramente. Le hice un gesto indicando que me siguiera hasta unas tablas que estaban lo suficientemente lejos del chico para que no nos lograra dañar.
Una vez ambos nos sentamos pude observar al prisionero mejor. Si, era joven. Su rostro se encontraba hinchado y lleno de moretones que le habían propiciado una tonalidad púrpura a su piel. Deduje que estos se debían a su plática civilizada con Dixon.
El volteo su rostro hacia nosotros, mi corazón dio un mini brinquito.
—Hey, hola.—saludo en un tono sorpresivamente amable—. Ese es un lindo sombrero.
Me incline ligeramente hacia Carl.
—Pss, hay que vendérselo.
El me miró a los ojos y sonrió tal como lo había hecho más temprano con la diferencia de que esta vez yo no aparté la vista y al contrario, sostuve el contacto visual pero este tuvo que ser interrumpido por el chico.
—Soy Randall, ¿y ustedes?—no respondimos y a este no le importó sino que continuó hablando—. El sheriff, ¿es su padre? Me cae bien.
Uy, como te digo...
—T-tienen suerte de tener una familia. Yo perdi a la mía.
Igualitos, tal vez somos almas gemelas.
—No se que andan diciendo de mí ahí afuera, pero no es cierto, yo no hice nada, lo juro. Tu padre me iba a liberar hasta que su amigo se opuso.
Me encontraba insultando a Shane en mil idiomas incluyendo uno inventado cuando me di cuenta de que Carl ya no se encontraba a mi lado y ahora avanzaba a una peligrosa distancia hacia Randall, quien empezó a contar hasta su nacimiento pero yo ya lo había dejado de escuchar hace un rato, toda mi atención estaba en tratar que Carl regresara conmigo.
Lo llame en susurros mil y una veces, hice muecas de lagartija muerta y casi me arranco el pelo, pero él simplemente me ignoro.
La puerta del granero estaba siendo forzada, ocurrió por una fracción de segundo y en menos de eso salí huyendo. No, nadie me podía regañar pero ¿y si era Shane o Rick? No quiero sermones, muchas gracias.
Los adultos tendrán una reunión en la que decidirán qué harán con Randall, Sophia y Carl me ofrecieron escabullirme con ellos para conocer la decisión final, pero me negué rotundamente.
No tenía sentido alguno, lo matarían. Ya lo habían dicho y dudo que Rick cambiara de opinión. No quiero confirmar mis sospechas. Carl me prometió que me avisaría cuando la junta haya finalizado para así poder entrar a la casa libremente, tomar las semillas y plantarlas.
Por lo tanto, yo escribía. Una idea había llegado a mi mente y se había incrustado en esta. Escribir era una buena forma de pasar el tiempo y no pensar en todo lo que ocurría a mi alrededor.
¿Quién lo narraba? La villana. Al final, todo depende de quién cuente la historia.
Escuché pasos apresurados, cerré mi libreta y vi a los dos niños y después a la casa. Todos ya estaban saliendo.
—Vamos. Soph, ¿vienes?—propusé.
—No, estoy cansada. Nos vemos más tarde.
Asentimos y caminamos hasta llegar a dicha propiedad de la que Shane justamente estaba saliendo. Caminaba a zancadas y, en una de estas, aplasto la peonía con brusquedad. No fue accidental, estaba molesto y lo hizo.
Mi cara se ensombreció y cerré los puños con fuerza. Era una pequeñez y podríamos plantar más, lo sé, pero quien lo había hecho me hervía la sangre.
—¡Shane!—Carl se quejó—. Rory y yo la íbamos a cuidar...—contó girándose a verme pero yo simplemente di media vuelta y me marché.
No sabia a donde, pero no quería estar sola y en momentos como este se me quitan las ganas de escribir. Vi el remolque y enseguida decidí que ahí me quedaría.
Sabía que Dale se sentía terrible con el nuevo mundo. No le gustaba la idea de matar para sobrevivir. Puedo acompañarlo, después de todo, hablar con él siempre era una experiencia nueva.
Subí los pocos escalones y me lo encontré ahí, sentado mirando hacia la ventana con el semblante impasible pero sabía que, en el interior, era lo contrario.
Giró su mirada hacia mi y una sonrisa deslumbrante se dibujó en su rostro, me indico que me sentara, cosa que hice.
Coloque mi mano en mi mentón, mirándolo atentamente.
—No te gusta nada de esto, ¿no es así?—verbalice.
—No es humano.
Suspire pesadamente a la vez que estiraba los brazos y hacía un puchero.
—Yo...no estoy muy segura de qué pensar. Matar está mal, me queda claro pero realmente quiero sobrevivir por él. Es solo que me tomará un tiempo acostumbrarme a lo que tendré que hacer para lograrlo.
—No tienes por qué.
—Me temo que sí.
Él negó con la cabeza aun con esa sonrisa que tanto lo caracterizaba.
—El...¿quién es el?
—Mi hermano.—conteste a secas.
—¿Falleció?
—Si. Bueno, así lo supuse.
—¿Y no has pensado en que...—lo interrumpí. ¿Por qué todos pensaban en esa posibilidad?
—Hubiera regresado conmigo.
—A menos de que algo se haya interpuesto en su camino.
—Aja, un caminante seguramente.—bufe.
Él enarcó una ceja antes de agregar algo más.
—En la Odisea...una obra antigua—aclaró—. Ulises finalmente regresa a casa, aunque después de muchas dificultades y después de haber pasado pruebas extraordinarias e imposibles...él lo logra. Al final vuelve con Penélope y descubre que ella siempre, siempre lo ha estado esperando. Todo ese tiempo ella lo espero.
—Pero no estamos en la Odisea, yo no me llamo Penélope y él no se llamaba Ulises y no somos pareja.
—El lazo que los unía no era lo importante, sino la conexión y los sentimientos. El amor se encuentra en todas sus formas, en los amigos, en la familia y por supuesto, en los intereses amorosos.
La luz de la luna iluminaba la granja.
Yo, después de minutos cuestionandome si deberia hacerlo o no, me decidí ir hacia el granero donde el asesinato se llevaria a cabo.
Pero al parecer llegué tarde puesto que todos empezaron a marcharse, Carl incluido.
Ya lo habían hecho...o no.
Daryl se encontraba arrastrando a Randall por los brazos para después ponerlo de pie de un solo tirón, llevándolo a tropezones. Estaba vivo.
¡Dale estará muerto de felicidad!
Todos se dirigieron al campamento por lo que yo imite su acción llegando al lado de Lori, quien colocó una mano en mi hombro.
—¿Acaso no tienes frío?
Yo negué y ella sonrió, divertida.
—Lo mantendremos como prisionero por ahora, estara vigilado.—Rick informó.
—Iré a buscar a Dale.—Andrea anunció antes de ir.
Lori se alejó de mí y le mandó a Carl algo que no logre escuchar, pero este salió disparado a la casa.
Yo en todo momento seguí a Glenn y a Maggie, estaba apegada a ellos como chicle.
En algún punto del recorrido, quejidos de dolor se hicieron presentes.
El estaba ahí, tumbado en el pasto y con el estómago abierto y completamente destrozado. Era irremediable.
Mis lágrimas luchaban por salir, mis labios temblaban así como mi cuerpo también lo hacía. No quería ver pero de algún modo no podía dejar de hacerlo. Ver la expresión de su rostro, tan serena e irradiando paz incluso en el momento de su muerte fue tan destructivo...
Me acerqué a él, arrodillándome junto a su cuerpo agonizante.
—No lo mataron.—comencé despacio y con un hilo de voz—. Tal vez nuestra humanidad no está completamente perdida. Tal vez, todavía podemos ser lo que éramos antes de esto.
El me miro. Me miró con aquellos ojos que antes estaban llenos de vida y luz, una que ahora se estaba apagando con cada segundo que pasaba.
Y sonrió.
Lo último que hizo fue...sonreír.
Me aparte y avance hacia Andrea envolviendola en un abrazo. Me aferre a ella y cerré mis ojos con fuerza.
—Lo siento hermano.—oí que Daryl decía.
El sonido del disparo me desgarró el alma en dos y mis lágrimas finalmente corrieron por mis mejillas.
Las mejores personas siempre mueren primero.
🎀 Word Count: 2374
Me dolió un buen escribir esto, no estoy bien.
Ya llegamos a 2k, EAAAA
No sean lectores fantasmas y voten y comenten 😭
No solo por las vistas, sino que realmente me motiva a seguir escribiendo JAJSJSJA
Buenas noches, días o tardes, los amoo y síganme en ig y tt (el user es el mismo)
—With love, A🏹
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