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★ 𝟎𝟏𝟏: tied together with a smile

011. ˚୨୧˚ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗘𝗟𝗘𝗩𝗘𝗡
—Tied Together With a Smile˚˖𓍢ִ໋🌷͙֒

"Hold on, baby, you're losing it
The water's high, you're jumping into it
and letting go, and no one knows
that you cry, but you don't tell anyone
that you might not be the golden one"

—T. S


Pasado,
𝗼𝗺𝗻𝗶𝘀𝗰𝗶𝗲𝗻𝘁 𝗻𝗮𝗿𝗿𝗮𝘁𝗼𝗿.

Un llanto abrumador resonaba en la casa, parecía venir de todos lados y de ningún lado al mismo tiempo. Aurora bajó de su cama sin antes acomodarla y sus pequeños pies descalzos hicieron contacto con el suelo.

Caminó por los pasillos y apreció como todas las puertas se encontraban cerradas, por lo que aun debía ser muy temprano. Bajó por las escaleras saltándose aquel escalón que siempre rechinaba y una vez llego al piso inferior ahi, en la esquina de la cocina donde se encontraba el sótano los llantos eran más claros.

—¿Qué haces despierta?—mamá preguntó detrás de Aurora.

Su semblante era nervioso y al Aurora verla con detalle, su mirada parecía sombría y un tanto tétrica.

—Uhm, escuche lloriqueos, creo que son del sótano.—dijo, con una voz infantil y chillona, después de todo solo tenia siete años.

Mamá río como si de una broma se tratase y una vez más, su risa resultó de lo más extraña.

—No, no, creo que estas pasando demasiado tiempo en la televisión, ve a dormir de nuevo.

—Se lo que oí, tan solo escucha.

—Basta Aurora, ve a dormir. Tienes cita con el psicólogo el proximo sábado, espero no me salga con que ahora también estas loca.

Ella no quiso seguir discutiendo y por mucho tiempo la hicieron creer que aquellos ruidos eran producto de su imaginación por falta de sueño.

Era una lastima que ella no se entero de la realidad sino después de varios años.


Actualidad,
𝗥𝗼𝗿𝘆.

—Buenos días, bella durmiente.—saludó Glenn, revoloteando mi hermosa cabellera.

—Pues si, soy muy bella y duermo mucho. Me parece curioso que por un día que te despiertes supuestamente temprano te vuelvas un criticón.—rodé los ojos y vi mi alrededor, estaban todos a excepción de Carl—. ¿Y donde esta Carl?

—En China, volverá hasta el otro año bisiesto. 

—Ash, ¡dime donde esta!—rezongué mientras me sentaba y observaba el desayuno: pancakes con fresa—. ¿Los hiciste tu?

—Sip, solo para ti. Los demás comieron huevo, y como se que a ti te da asco y yo me traume desde que Maggie estrello uno en mi cabeza, decidí hacer pancakes.—respondió, haciendo una pequeña pausa antes de agregar—. Por ahi andara, ni lo busques eh, ya Daryl me contó que andaban bien juntitos y le diste un anillo de papel. O sea, tómense un cafe o algo antes del compromiso.

Que lindo gesto, pero los Pancakes también tienen huevo.

—Los tres tenemos un anillo como aquel, no exageres.

—Pero tu se lo entregaste personalmente, no en compañía de Sophia. Y aparte, ¡tenia forma de corazón!

—Ya pues, para la otra le hago uno en forma de sapo.

—No habra "para la otra" pero así si te lo acepto, solo no te vayas a creer Tiana y besuqueartelo.

"Hola, yo soy Glenn y estas viendo Disney Channel"

—No, que asco. Siéntate, que vamos a hablar seriamente.

Glenn obedeció y tomo una posición cautelosa y ¿preocupada? Ya parece que no conoce la ironía o el sarcasmo.

—¿Qué paso?—preguntó con una mano en la barbilla.

—Ah, nada, solo que quiero que me enseñes a disparar.

El asintió, para después agregar:
—En la tarde ve y búscame, empezaremos con lo básico y después sabras como usar rifles de guerra.—aseguró, bromeando.

Asentí con una mueca de sonrisa y finalmente di el primer bocado a la obra culinaria de Glenn y apenas esta toco mi paladar una mueca de disgusto se postro en mi rostro. El, para mi mala suerte ya que mi intención no era hacerlo sentir mal, se dio cuenta de esto.

—¿Qué? Vamos, no puede estar tan mal...—rio antes de probar un poco, y su reacción fue igual o peor a la mía.

—Glenn, eso no era azúcar.—bromeé, apartando el plato y dandole un sorbo a la limonada la cual imagino también fue creación de el, con la diferencia de que esta si sabía bien.

Este tosía como si acabara de tragarse una cucaracha voladora o algo por el estilo, mientras yo ya lo había superado. Lo importante es el detalle y no el salado resultado.

—Lo siento...¿que comerás ahora? yo puedo aguantarme el hambre, ¿pero tu? Estas en desarrollo, debes de comer.

—No tengo mucho apetito que digamos...

Una arruga de preocupación tiño su rostro y yo ya veía venir un extenso sermon, que recuerdos, antes me los propiciaba mi padre.

—¿Qué cenaste anoche?

—Uhm, nada. Pero al fin y al cabo es un apocalipsis, no esperes mucho.—conteste encogiéndome de hombros.

Yo jamas cenaba antes de que el mundo se pausara, ¿por que lo haría ahora que la comida es un privilegio?

Pero mi situación con la comida no era siempre la misma, por supuesto que hubiera comido todos los pancakes si estos no hubieran sido una aberración y por supuesto que jamas me negare a un platillo de pasta...y eso era el problema. Como lo que quiero comer, y si cocinan algo que me disguste, no como.

—¿No tienes hambre realmente?—negué—. Pues de igual forma algo tendrás que comer, en la casa hay fruta, dile a Maggie que te diga donde. No necesitas comer demasiado, cuando te sacies para, pero siempre aliméntate por favor. La idea de que te pase algo...

—Glenn, hey, no es nada. Yo me siento bien, no voy mareada por la vida. Es solo que me olvido de comer, aunque suene raro. No volverá a pasar. —aseguré una de mis otras probables mentiras.

—Confío en ti.



Los recuerdos de la granja ahora se veían lejanos, borrosos y discontinuos a pesar de que en mi memoria conservan aquella alegría infantil y serena.

Recordaba aquel rincón olvidado detrás de la casa como un lugar lleno de vida, de colores y de flores que desprendían un aroma singular. Pero ahora lo único distinguible que quedaba era una solitaria peonia triste de tonalidad rosada apunto de ser deteriorada por el tiempo y pese a este hecho, su belleza se mantenía intacta.

Quisiera ser una flor, tan hermosa como para no hacer nada más que lucirme y que ni las espinas logren arrebatarme ese don.

Pero las espinas cuando uno es persona son dañinas, tanto como para los demás y como para mi.

Me acerque a la flor arrodillándome ante esta y me entristecí inmediatamente, era cuestión de días para que esta se marchitara y una vez que esto ocurriera seria un lugar desolado, completamente abandonado.

Sentí una presencia detrás mío y un par de ojos que me observaban atentamente.

Carl.

—¿Ahora que miras, loca?—preguntó con su tono de voz lleno de curiosidad.

—Es una flor muy linda, ¿no lo crees? Y antes había tantas más...

El se acerco más a mi sitio, arrodillándose ante la flora del mismo modo que lo estaba haciendo yo.

—Es casi como si la vida misma nos dijera que las cosas tienen que terminar en algún momento, sin importar su magia.

Las palabras que Carl acababa de soltar parecían sencillas y sin chiste a simple vista pero para mi cargaban un significado mucho más profundo, un pensamiento que se había incrustado en mi interior como una promesa a mi misma.

Nada dura para siempre, no te confies y mucho menos encariñes.

Pero, ¿y si ya lo había hecho?

Intentaba ignorar el final que tendríamos, mantenerme positiva..Carl tenia razón, es la vida misma quien te pide a gritos protegerte, lo veo en todas partes: Los caminos de sangre. El granero. El brazalete. En ellos.

Se habían convertido en mi familia, en un recuerdo vivo de ellos. Aquello no era como lo había planeado.

Tome mi mascara invisible de rayito de sol y positivismo, confeccionada con fin de no preocupar a los demás y complacerlos.

—También podríamos verlo de otra manera. Esta flor, por ejemplo, es la única que sobrevivió a todo el caos, es como una luchadora o super héroe.

—¿Como Spiderman?

—Como Spiderman.—esboce una sonrisa serena—. Alguien debido sembrarla recientemente, deberíamos de cuidarla y tal vez sobreviva unos días más.

—O podríamos plantar más.—sugirió.

—Aja, ¡eso también! Hershel solía amar y plantar flores, supongo que dejo de hacerlo por todo esto, pero las cosas parecen estar calmadas.

—Excepto por lo de el chico.

Ugh, era cierto. No me había tomado el tiempo de pensar sobre aquello, esto se debe principalmente a que yo no lo consideraba una amenaza...y esperaba que no lo fuera.

—Ah si, la lagartija de Monster Inc.—bromeé—, no importa ahora. Ire adentro a ver si encuentro semillas.—anuncié levantándome del césped.

—¡Te acompaño!—exclamó, alargando la o.

—No, no, no.—dije apresuradamente—. Voy sola. Tu espérame aquí.

Pero antes de darle la oportunidad de pronunciar otra palabra, yo ya me encontraba a mitad del camino y para el momento en el que estaba en la puerta de entrada un ardor ligero pero molesto en las rodillas se hizo presente por producto del pasto.

Entre en el salon y me senté en el sofa con el único propósito de eliminar las marcas de raspones, ya que arruinaban el outfit.

De una forma u otra hice todo menos mi objetivo y termine en una curiosa posición, con mis piernas alzadas en la cabecera y mi cabeza colgando, veía el mundo al revés.

Termine por cuestionarme todo tipo de "incógnitas" como por ejemplo, ¿por que el sofa se llama sofa? ¿Quién lo decidió? ¿Y si yo le quiero decir licuadora? Listo, desde ahora no estoy recostada en un sofa, sino en una licuadora muy cómoda.

Mi mente viajo al Pais de las Maravillas y no regreso sino hasta que logro percibir ruidos que parecían lejanos, debido a esto y por que la sangre ya se me estaba subiendo al cerebro, coloque mi postura correctamente y me apresure a llegar al punto de procedencia.

Los ruidos se hicieron más presentes y cercanos, los logre apreciar como gritos. Gritos de Maggie.

—iBeth abre la puerta! —gritó mientras golpeaba.

—¿Maggie? —preguntó Lori, quien entraba en la habitación.

—Ella está ahí dentro, oí vidrios rotos. No hagas esto Beth. Abre por favor.—volteó a mirarla—. La deje con Andrea.

¿Beth pretendía...?

El pensamiento me robo el aire y las lágrimas amenazaron con salir, por que después de todo, solo era una llorona.

Me uni a la búsqueda de la llave desesperadamente, revolviendo una cantidad de objetos a mi paso a la par que los sollozos provenientes de el baño se hacían más persistentes. Al menos, aun estaba con nosotras.

—No, no veas esto.—Lori me decía, pero no obtuvo respuesta alguna.

¿Por que siempre me impiden ayudar?

Ella termino por apartarme y no me sentí con animo de forcejear por que después de todo no, no quería ver esto ni revivir recuerdos.

Estática era mi posición, como si cadenas aprisionaran mis muñecas privándome de cualquier movimiento, no reaccione sino hasta que la sangre se hizo presente.

Ninguna de ellas pareció darse cuenta de que yo continuaba ahi, observando todos los detalles hasta que Lori postro su vista en mi y por su expresión puedo pensar que mi cara era un manojo de nervios. Logro hacerme marchar, probablemente mandarían a llamar a Hershel.

En mi interior quería gritar. Gritar hasta que mi garganta no pudiera soportar más. Algunas personas están tan dañadas que simplemente no pueden más. Algunas personas como mi hermano y Beth. Yo temía convertirme en una de esas personas y mierda, ahi voy yo haciéndolo todo sobre mi.

—No te angusties.—una voz murmuro a unos pasos de mi costado—. El peor error que puedes cometer en tu infancia es pensar que ya debes de tener todo resuelto.

—Yo...es solo que no quiero que Beth haga lo mismo que el, no quiero que sufra. Y todos parecen evitar que vea...lo que sea que este sucediendo. Pero yo puedo ayudar si tan solo me dieran la oportunidad. Beth parece quererme, puedo apoyarla, t-tengo mucho que decir...

Mi voz temblaba y en este punto si lloraba lo haría por más de una cosa.

Glenn dio unos pasos más y tomo mis manitas suavemente, ladeo una sonrisa reconfortante.

—Sabemos que puedes ayudar y si Rory, eres muy, muy capaz. Pero no tienes que hacer esto, no es normal para una niña. Me dijiste que no dejara de cuidarme a mi por ti y ahora te lo digo yo a ti. No puedes cuidar de todos y lo sabes; y a veces, con solo tu presencia puedes ayudar.

—Estaba con mi hermano al morir y eso no lo salvo.

El no contesto nada más por unos largos segundos, tan solo me miraba con sus iris destilando preocupación.

—Si te hace sentir mejor, puedes iniciar ayudando enseñándote a usar un arma, como habíamos acordado.

—Vamos.—dije en un tono más agresivo de lo que quería y en seguida me arrepentí.

El me empezó a guiar a un espacio libre en la granja, las botellas de vidrio ya estaban colocadas y un arma ya reposaba entre ellas.


Glenn resultó ser un excelente maestro, me enseñó de todo, desde como tomar la pistola correctamente a recargar balas.

Y yo resulte ser...demasiado buena. Si bien mi puntería no era la mejor, todo lo demás lo hacia correctamente y Glenn dijo que esta no estaba nada mal para ser mi primera vez.
En los ejercicios de puntería le atine a 3 de 5 botellas, pero debo de admitir que en parte se debía a que estaba exprimiendo mi enojo.

Y a todo esto un pensamiento me llego a la cabeza: Carl. ¡Había dejado al pobre esperando!

Me despedí de mi instructor con un abrazo—de alguna forma siempre encuentra la manera de subirme los ánimos—y me apresure a llegar al mismo rincón a pesar de que lo más seguro era que el se haya cansado de esperar y decidiera marcharse.

Sorpresivamente, el estaba ahi, sentado y esperando.

—Lo siento. Sucedió algo con Beth y papá Hershel fue a ayudar y después Glenn me enseño a usar la pistola.—me excusé.

—No pasa nada.—dijo a regañadientes, si se molesto—. Al rato me vas a querer matar, ¿no es así?

—Oye no, si me caes bien.

—Pues a quien no.—rodó los ojos.

Coloque mi cabeza en su hombro y lo noté tensarse por esta acción, estaba a punto de apartarme cuando sentí sus músculos relajarse ante el contacto.

—¿Tienes alguna idea de nombre para el bebe?

—No lo he pensado, le corresponde a mamá.—yo asentí en aprobación.

—Tal vez el bebe no tendría que nacer.—susurre, pero al parecer no fue lo suficientemente bajito ya que Carl escucho y en seguida me miro como si hubiera matado a su abuela—. Solo piénsalo, es un maldito apocalipsis y solo nos pondría en riesgo. Tu lo dijiste más temprano, tu mismo lo dijiste cuando era más temprano, "es como si la vida misma nos recordara que las cosas siempre terminan sin importar su magia" este lugar parece mágico y seguro, pero no perdurará por siempre y temo que sin la protección que nos brinda la granja el bebe y el grupo peligremos.

Ahora solo estaba pensando en voz alta. ¿Donde quedo la Aurora rayito de sol?

—¿Por que tienes que ser tan pesimista?—espetó para después marcharse dando zancadas.

Prefiero realista...

Hundí mi cabeza en mis rodillas por unos momentos antes de decidirme a visitar a Beth. Con tan solo ver su estado me bastaría.

Me encamine y entre a la casa por enésima vez en el día, pronto di con el cuarto en el que la estancia de Beth estaba. Estaba despierta.

—Hola.—saludé con un hilo de voz—. ¿Como te encuentras? ¿Necesitas algo?

—Mejor. No, solo ven y platica conmigo.

Sonreí débilmente y me senté al borde de la cama, pensé que ella iniciaría la conversación pero al verla expectante supe que era el caso contrario.

—¿Recuerdas el anterior jardín? Hoy fui y ya no es el mismo que yo recordaba, esta muerto o casi muerto, si no fuera por aquella peonia.

Una sonrisa se inundó en el rostro de Beth y se apresuró a hablar:
—¿Si creció?

—Oh, ¿la plantaste tu? La encontré junto con Carl y queríamos ver si había semillas. Hershel amaba esas flores y estaría bien revivir aquel jardín, aparte estamos a finales de otoño...

—El mejor mes para plantar peonias, hijas mias.—Beth y yo arremedamos al unísono para después reír.

Esboce una sonrisa sin necesidad de forzarla y ahi me di cuenta que el rostro de la rubia estaba mucho más vivo y sereno, tal como yo la recordaba previo al apocalipsis.

Y una duda embargo mi mente, ¿y Jimmy? ¿Que no era su novio?
Pero me ahorre mis preguntas, sabia lo enfadosas que podían llegar a ser y no quiero meterle más problemas a Beth.

—Si, hay más semillas. Cuando me mejore podríamos plantarlas los tres...los cuatro.

Asentí y tome su mano fría al tacto.

—Lo que hiciste hoy, quiero que sepas que no estas sola y que siempre estaré yo para echarte una mano.  No puedo comprender exactamente como te sientes, pero si te quieres distraer aquí estaré yo. Por que te quiero, Beth, todos te adoramos.

—No lo volveré a hacer. Quiero vivir.—aseguró, con la misma sonrisa en su rostro.



🎀 Word Count: 2926

¿Creen q los capítulos son muy cortos? JSJSJSJA juro q una vez lleguemos a la t3 serán más largos, en esta temporada Aurora no puede hacer mucho...

Por otro lado, feliz navidad y año nuevo bonitas/os. Sorry por actualizar cada mil años, yo ya tenia 10 caps listos en notion y se me cerro la sesión de la nada, cuando volvi a ingresar había perdido todo. (Me voy a matar)

—With love, A 🏹

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