3. Harry's birthday
"Louis planea una sorpresa"
Una pequeña risa tímida escapó de su boca, sus ojos brillaban y su cabello caía en su frente, el castaño solo podía verlo embobado.
La verdad es que Louis no estaba poniendo mucha atención a todo lo que decía Harry, su cabeza estaba ocupada ideando y preparando alguna sorpresa para el cumpleaños de Harry, tenía que ser perfecto.
"Lou", la voz del rizado lo trajo de vuelta, vio como hacía un puchero,
"¿Eh?", lo miró con una sonrisa, una sonrisa que solo podría hacer cuando veía a su pequeño novio, "No estás prestando atención, te quedaste pensando",fingió enfado, "Perdón, sol", acarició su mano y lo miró, "Tengo un importante asunto que resolver y me he distraído", sonreía tratando de sonar convincente.
"¿Necesitas ayuda?", sonrió con ternura, siempre era tan lindo, "Gracias, cariño", se levantó sacudiendo sus pantalones, "Pero creo que puedo hacerlo solo, aunque tengo que apresurarme", se inclinó y lo beso en la frente.
"Oh, bien. Ve con cuidado", asintió a sus palabras y se despidió con un cariñoso beso.
Se fue del parque, iría a comprar algunas decoraciones y tenía que recoger sus regalos que había encargado hace meses, también tenía que aprender a envolverlos, era pésimo en ello, nadie tenía que saber que horas más tarde se encontraría viendo tutoriales para aprender, eso no le molestaba, haría eso y mucho más por su pequeño.
El recuerdo de la nochebuena lo azotó con una pequeña oleada de tristeza, su fiesta de cumpleaños había sido divertida y acogedora, su familia y amigos estaban ahí, también su lindo novio, fue una cálida velada; horas más tarde, con su novio recostado en su pecho, contaba sus increíbles historias de cumpleaños pero el como este había sido el mejor por el simple hecho de tener al rizado con él, al querer motivar la charla y preguntar a su acompañante sobre su experiencia con su cumpleaños, se enteró de las horribles y deprimentes anécdotas sobre el como su cumpleaños era una fecha que no le gustaba celebrar por siempre tener un caos en casa ese día y tener que escuchar a sus padres regañarlo por según ellos, arruinarles la vida o tal vez el como sus propios "amigos" pasaban de largo ese fecha o la última que contó, cuando vio una lágrima rodar por su mejilla y lo acercó más a su pecho, una fiesta de cumpleaños a la que nadie llegó. Imaginar al menor tan triste esperando en el umbral de la puerta a que alguien llegará a comer pastel y felicitarlo, lo rompía por completo.
Pero eso cambiaría, no podía borrar sus recuerdos ni las lágrimas que derramó pero podría crear nuevos acompañados por una sonrisa tan brillante como un diamante.
Sacudió su cabeza, necesitaba concentrarse. Miró la hora en la pantalla de su celular y se levantó con rapidez, colocó los guantes para hornear en sus manos y sacó el panque para el pastel que iba a decorar, tomó su tiempo en los pequeños detalles y sonrió con satisfacción al ver el resultado, esperaba que le gustará tanto como a él.
Fue corriendo a su habitación a darse una ducha, trató de vestirse bien por la fecha tan especial de hoy.
No se trataba de cualquier otro día, era el cumpleaños de Harry.
Una vez todo colocado en su lugar, tan solo tenía que esperar, no mucho tiempo después sus amigos y los del rizado estaban ahí, lo ayudaron a agregar unas cuantas decoraciones más. Con prisa, los miró y dijo "¡Es hora, ya!", apagó las luces, saltó emocionado atrás del sillón y se escondió. El ruido de unas llaves chocar entre ellas se escuchó, la puerta fue abierta y ruido del apagador sonó en el silencio de la habitación.
Todos salieron de su escondite y gritaron con fervor, "¡Sorpresa!", un rizado con los labios abiertos formando un pequeño círculo en señal de sorpresa, los vio a todos.
Su mirada se clavó en el ojiazul y sonrió, sin duda la vista que Louis tenía ahora la conservaría en su memoria para siempre, su bonito chico se veía tan feliz y parecía que iba a llorar, se acercó a abrazarlo y susurro en su oído, "Feliz cumpleaños, amor", pronto todos se unieron a su abrazo brindando toda una burbuja de amor al festejado.
Cuando se separaron, la música comenzó a sonar y las personas fueron pasando a felicitarlo, el castaño veía todo a su lado, entre risas y conversaciones la luna comenzaba a caer frente a sus ojos, se dirigió al balcón y tomó una lata de soda, un segundo después sintió unos pequeños brazos rodearlo, sabía quien era, se volteó quedando frente a frente con el ojiverde, tan pronto como se miraron aquel enterró su cara en su cuello y sollozo con alegría.
"Te amo mucho, Louis. Gracias por todo esto, nunca imaginé que yo tendría una fiesta de cumpleaños y no sabría si la gente vendría", sus ojos estaban rojos pero sonreía, estaba tan contento. Los ojos del ojiazul también se nublaron, "Haría cualquier cosa por verte así de feliz, ricitos", sonrió besando su mejilla, bajó sus besos a su cuello y escuchó al menor reír, "¡Lou!", su cara estaba inundada en un bonito rojo, "¡Lou, ya!", soltó una risa junto a él y lo atrajo más contra su pecho, no quería soltarlo.
El espacio que creaban cuando estaban juntos, era una manta de amor cayendo sobre sus hombros que los rodeaba con la perfecta intimidad que podía flotar en el aire.
Unieron sus frentes, se admiraban el uno al otro en silencio, "Te amo tanto, eres la persona más importante en mi vida, Harry", susurró mirándolo con cariño, "También te amo, quiero quedarme entre tus brazos por siempre", dijo sonriendo y sonrojado, se volvía tan tímido en tan poco tiempo, tomó su mano y le dio un beso en el dorso de ella.
"Vamos, sol. Más tarde te tendré completamente para mí pero ahora podemos estar un poco con ellos", le guiño un ojo divertido, vio al otro chico reír y tomar su mano, volviendo a la fiesta.
La noche concluyó con un pequeño chico de rizos alborotados sonriendo tanto que sus mejillas podrían explotar de felicidad y el ojiazul a su lado rodeando su cadera con un brazo, cantaron la conocida canción de cumpleaños entre gritos y risas, aplaudieron cuando el cumpleañero sopló las velas y lo hicieron darle la mordida al pastel, con la cara cubierta de pastel y una sonrisa se acercó al castaño que se reía viéndolo, puso sus manos en su nuca y lo atrajo a su boca, se besaron escuchando alientos de todos los presentes.
Aquella fiesta de cumpleaños se convirtió en una noche memorable llena de pastel y suspiros enamorados.
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No puedo mentir, constantemente pienso en Louis escribiendo una tierna carta para Harry y me llena el corazón de ternura.
Recuerden que pueden comentar si quieren, me gusta leer sus comentarios c:
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