𝟯𝟲.
Amelia sintió como un escalofrío recorrió todo su cuerpo al escuchar su débil voz, la castaña se giró y observó a Billy mirándola fijamente.
— ¡Oh Billy! Que bueno que despertaste, buscare al doctor —Exclamo Max para luego abrir la puerta y salir.
— ¿No te vas a acercar? Tranquila no muerdo —Billy sonrió levemente para luego toser—. Me siento como la mierda.
— No puedo creer que hayas despertado —Amelia tocó la mejilla del rubio quien al sentir el tacto de la chica se recostó en su palma.
— Perdóname Amelia, perdón por haberte hecho tanto daño, estos últimos días me he sentido como una mierda. Me di cuenta que en verdad te amaba y no te conté sobre la apuesta porque sabía que te ibas a alejar de mi lado y prefería pasar ese tiempo feliz contigo que decírtelo y me odiaras toda la vida, bueno creo que decidí lo peor, ahora me odias y no lo puedo cambiar, pero ten por seguro que mi amor por ti es totalmente sincero. Porque contigo supe que era en verdad el amor, con un beso tuyo supe que todo lo que quería era estar contigo, aunque soy un idiota lo sé —Amelia carcajeo entre lágrimas—. Quiero ser tú idiota Amelia, necesito tenerte a mi lado, pero primero necesito que me perdones.
— No te odio Billy, nunca te podría odiar, claro que te perdono —Exclamó Amelia para luego besar al rubio el cual sonrió levemente durante el beso.
— Dios, no sabes cuánto te amo —Billy sonrió débilmente.
— Yo también te amo Bill —Amelia lo beso para luego sonreír.
— Dilo otra vez —Susurro Billy tratando de que aquella palabra que había dicho la chica se quedara grabada en su mente.
— Te amo Billy Hargrove —Amelia tomó su rostro y el chico miró sus ojos sabiendo que ella decía la verdad.
— Oh mierda tanta cursilería me puso duro, ¿Quieres un rapidín? Jalas o que —Amelia carcajeó para luego negar.
— Creo que es mejor que primero te recuperes, además te tengo una noticia importante —Billy bufo para luego sonreír,
— Muero por saber cual es —Los dos escucharon como la puerta se abrió.
— Señor Hargrove que bueno que ha despertado, necesito hacerle unos chequeos para comprobar si está bien —El doctor miró a Amelia quien asintió para luego empezar a caminar hacia la puerta y salir por esta.
Amelia se encontraba recostada en las piernas de Steve, quien acariciaba la cabellera de la chica preocupado. Sabía que algo le rondaba por la cabeza a la castaña.
— ¿Me vas a decir que te pasa, no estás feliz de que Billy haya por fin despertado? —Preguntó Steve.
— Claro que estoy feliz Stevie pero he estado pensando. ¿Y si Edward tuvo algo que ver en el accidente de Billy? —Amelia se levantó del regazo de Steve, quien la miró bastante dudoso—. Siento que tuvo algo que ver.
— ¿Enserio lo crees? —Amelia asintió bastante convencida—. Puede ser, lo más que quería Edward era separar a Billy de ti sea como sea.
— No puedo creer como puede caer tan bajo como para atentar con la vida de alguien.
— Edward es el alcalde Meli, tiene mucho poder, además de que sabes que a él no le importan ni sus hijos, menos le va a importar un desconocido que para el colmo odia con su ser. Edward Harrington es el diablo en persona Meli y lo sabes —Amelia abrazo a Steve tratando de no llorar, simplemente no entendía la vida que le había tocado, ahora mismo hubiera deseado estar muerta.
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