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Como la última vez, el doctor revisó la garganta, oídos, temperatura, pulso y presión de Jin, mientras le hacía preguntas que el pelinegro respondía.
El doctor sonreía complacido, impresionado por su habla, un poco preocupado por la fiebre del chico, pero aún así bastante feliz.
Y de nuevo, al igual que la última vez, le dio una paleta que el chico guardó en su bolsillo, les dijo a los chicos que se fueran para así hablar con la señora Kim.
Jungkook notó que Jin volvió a ponerse del mismo modo que la última vez, con la mirada baja, e ignorándolo completamente.
El rubio no quiso decirle nada, hasta minutos después, aún esperando a la señora Kim, con ambos sentados en el auto, Jin había empezado a llorar.
Preocupado, Jungkook lo abrazó, acariciando su cabello en un inútil intento por calmarlo.
— ¿Qué pasa, bebé? ¿Porqué lloras? Dime, por favor...
El pelinegro señaló su cabeza, aún con el rostro escondido en el pecho de Jungkook, intentando calmar su llanto al escuchar lo preocupado que estaba su novio.
— ¿Te duele mucho? — habló el rubio con suavidad, Jin tardó un momento, hasta que asintió en su pecho.
Lo acunó aún más sobre él, intentando recordar cuándo había sido la última vez que había tomado el medicamento.
Sin más nada para calmarlo, intentó reconfortarlo con su abrazo y sus besos sobre su cabeza.
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