Para sorpresa de Jungkook, Jin tomó su rostro, besándolo de forma brusca, colocándose lentamente cada vez más sobre él.

El mudo abrió sus labios, aún sin dejarlo ir, pidiendo que la lengua de Jungkook entrara, y así lo hizo, recorriendo la boca del otro, ahogando un jadeo con su baile.

Jin tuvo que separarse de la misma forma que había iniciado aquel beso, respirando agitado, con el corazón muy acelerado y el rostro muy rojo, sintiendo cómo sus pantalones comenzaban a apretarle.

Se dio cuenta que estaba prácticamente sentado sobre Jungkook, y que podía sentir lo mismo en el otro.

No sabía por qué lo había hecho.

Avergonzado, negó de forma agitada, intentó retroceder, pero los brazos de Jungkook se enroscaron alrededor de su cintura.

— No paremos, por favor— pidió, con ojos suplicantes—. Sigamos... Al menos hasta lo que puedas, Jinnie.

Jin mordió su labio con nervios.

— Lo dejaremos cuando creas que sea demasiado, lo prometo— habló Jungkook con suavidad.

El chico lo miró con cierta inseguridad, pero asintió lentamente.

Sabía que tendría que hacerlo en algún momento, y que quizás era la hora de al menos intentarlo.

Sabía que Jungkook sería bueno con él, que podía confiar completamente, repetirse eso lo hizo perder un poco el miedo.

— Comencemos de a poco, juntos— dijo el rubio—. Yo te quitaré una prenda, y luego tú me quitas una a mí— Jin asintió—, ¿Quieres empezar?

Jin sintió su labio comenzar a doler de tanto morderlo, con manos temblorosas, se acercó a la remera de Jungkook, se complicó él mismo para intentar quitarla, así que el rubio terminó por hacerlo él.

Jungkook le dio una mirada de permiso antes de hacer lo mismo con la remera de Jin.

Para ese punto, Jin ya estaba como un tomate, sin poder dejar de mirar el torso de su novio, pero sintiéndose inapropiado por hacerlo.

Luego de unos segundos, Jin acercó sus manitos a la cremallera de los jeans de Jungkook, quién también tuvo que ayudar para que pudiera bajarlos.

Sólo con bóxeres, Jungkook bajó con suavidad los pantalones del chico mudo, dejándolos a un lado.

Con ambos en ropa interior, Jin tenía la frente perlada en sudor por la vergüenza.

Jungkook acarició sus mejillas.

— ¿Vas bien? — le preguntó, mirando a sus ojitos.

Jin respiró profundamente antes de asentir, y sonrió un poco, para alivio de Jungkook.

El mudo bajó la vista hacia la única prenda que le quedaba Jungkook, sintiendo los nervios a flor de piel.

— Espera— lo frenó el rubio, haciendo que Jin lo mirara con sorpresa—. Antes de eso... Te despertaré un poco.

GENTE, YA SE VIENE EL SMUT EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO, ESPERENLO.