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• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙓𝙓𝙑𝙄


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"Me importas demasiado como para hacerte sufrir"

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—Oye, Jack, te trajimos comida —Lindsay le dijo adentrándose junto a Stiles a la camioneta donde él estaba prisionero.

—¡Déjenme salir! ¡Ahora! —Ambos chicos se abrazaron ante la brusquedad de las palabras de Jackson. Se miraron y tras soltar un carraspeo, se soltaron y volvieron a mirar a Jackson.

—Yo te puse esos pantalones, ¿Okey? —Stiles habló —. Una pierna a la vez. Y estar así de cerca de eso... No fue la mejor parte de mi día, así que no creas que me estoy divirtiendo.

—Sí, te estamos haciendo un favor.

—¿Esto es hacerme un favor? —Levantó sus manos encadenadas.

—Sí... Jackson, escúchame, has matado personas. Y hasta que sepamos como detenerte, tenemos que dejarte aquí. Lo siento. —Ella agarró la mochila a su lado —¿Qué prefieres? ¿Jamón o pierna de pavo? —Alzó dos opciones de sándwiches.

—¿Creen que mis padres no estarán buscándome?

—No si no creen que pase algo malo —Stiles buscó entre sus bolsillos y sacó el aparato electrónico de aquel chico para mostrarle un mensaje. —Sí...

En la estación de policía, aquel padre le mostró su celular al Sheriff con un mensaje extraño en el mismo.

—Señor Whittemore, talvez me perdí de algo, pero no creo que pase algo malo...

—Dice: "Me quedé con un amigo a dormir. Estoy bien. Los quiero." Aunque somos una familia muy cercana, hay cosas que Jackson nunca ha podido decir desde que le dijimos que es adoptado.

—¿Qué tipos de cosas?

—Jackson nunca dice "Los quiero".

—¿Nunca?

—No en los últimos once años. —Dijo el padre de aquel chico.

Mientras tanto, Allison estaba sentada frente al escritorio de su abuelo en la oficina del director de la secundaria Beacon.

—¿Con quién dijiste que estudiaras en la noche? —Preguntó él.

—Con Lydia. Estudiaremos para el examen de Historia.

—Era una de mis materias favoritas, en especial la historia militar. ¿Has oído la frase "Conoce a tu enemigo"?

—Del Arte De La Guerra de Sun Tzu.

—Muy bien... ¿Sabes qué significa? —Volvió a preguntar el anciano.

—Que para ganar una batalla debes saber todo lo que puedas sobre tu enemigo. —Contestó ella sin pensar.

—Exacto. Tu padre y yo tenemos el mismo problema. Tenemos un enemigo del que no sabemos casi nada. Y mató a uno de los nuestros, entre otros.

—Me enteré. —Ella evitó mirar a los ojos de su abuelo.

—¿Supiste que Jackson Whittemore no vino a la escuela?

—¿En serio? —Su voz apenas salió.

—Sus padres llamaron y también la policía. No sabes nada sobre eso, ¿Verdad? —Allison negó con su cabeza —. Bueno, te diré lo que yo sé. Sé que es instinto de los adolescentes proteger a sus amigos. Y también sé que mi nieta siempre protegería a sus amigos hasta mintiendo —Se levantó de su asiento y se posicionó detrás de Allison —. Así que te haré una pregunta más, pero está vez será con una pequeña ventaja. No te lastimaré, solo quiero sentir tu pulso —Colocó dos de sus dedos en el cuello de Allison para poder sentir su pulso. —Como si fuera un juego. Solo tienes que decir la verdad. ¿Sabes algo de la desaparición de Jackson?

—No...

—¿Está en problemas?

—No-no... Yo... No lo sé.

—¿Tiene algo que ver con los mellizos McCall?

—No, bueno... No lo sé.

—Se aceleró tu pulso... —Allison se levantó bruscamente de su asiento.

—Porque me estás asustando.

—Ah, lo siento, linda. Sé que está vez me excedí un poco. No debí usar ese tipo de táctica, lo siento. Puedes volver a clase.

Ella caminó hasta la puerta y al cruzarla, pudo ver a un hombre colocando una cámara de seguridad arriba de la oficina. Miró a su abuelo y solo le dijo un "Adelante" para que siguiera su camino hasta su próxima clase. En cada pasillo y en cada esquina había una. Ningún rincón de Beacon Hills High School se había salvado de aquellas cámaras.

Una vez estuvo en su clase, vio entrar a Scott y sentarse en la fila a su lado, pero dos asientos más adelante. Una vez él se sentó, comenzó a susurrarle en la espera de que la escuchara y pudiera informarle sobre aquello que había visto y sobre lo que su abuelo le había dicho.

—Scott. Scott... —Antes de que pudiera continuar, unos tacones se hicieron resonar por el suelo. Todo el salón miró hacia la puerta encontrándose con su nueva maestra sustituta.

—Temo que su profesora está... Enferma hoy y tuvo que irse antes. Lamento decirles que me tienen a mí como sustituta —Informó Victoria Argent frente a toda la clase —. ¿Alguien puede decirme en qué se quedaron? —Miró a su alrededor hasta detener su mirada en Scott —Señor McCall, ¿Usted lo sabe? —Él dejó de mirarla y con los nervios y podría decirse que miedo a flor de piel, comenzó a buscar lo último visto en su carpeta.

Una vez la clase terminó, Allison caminó hasta la salida, pero no pudo continuar pues su madre la llamó. Ella volteó y su madre comenzó.

—Notamos que has llamado mucho al chico raro... Stilinski.

—Ah, bueno... Me pidieron que investigara a Lydia, y bueno él ha estado enamorado de ella desde tercer grado, así que... Pensé en hablar con él.

—Tenía entendido que ese chico salía con la hermana de Scott. —Su madre frunció el ceño.

—Sí, pero ya sabes como es la situación. Nunca se puede olvidar a alguien del pasado, ¿No? —Ella dijo sin pensar. Era seguro que, si Lindsay hubiera estado ahí, Allison se hubiera arrepentido de sus palabras.

—Sé que es difícil estar ahí sentada y no mirarlo... —Se levantó de su silla y caminó hasta quedar frente a su hija. —Pero piensa en lo fuerte que serás... En especial cuando las demás chicas dejan que sus vidas adolescentes se definan por un chico que esperan la lleven al baile de graduación.

—¿No puedo ser fuerte e ir al baile?

—Claro, pero con alguien más. No olvides que mientras seas fuerte no tendremos que matar a un chico de dieciséis años. O talvez dos. Tú decides.






[...]






Otra vez en aquella camioneta prisión, tres adolescentes mantenían una charla para pasar el tiempo. Aunque uno de ellos no estuviera del todo cómodo estando encadenado a dicho vehículo.

—¿Escamas? ¿Cómo un pez? —Preguntó el chico Whittemore.

—No, como reptil —Aclaró Stilinski —. Y tus garras tienen un líquido que paraliza a las personas y tienes cola.

—¿Tengo cola?

—Sí, tienes cola.

—¿Y hace algo?

—No que yo sepa.

—¿Puedo usarla para estrangularlos? —Intentó mover sus manos, pero al estar encadenadas, solo se movieron unos pocos centímetros.

—¡Dios, Jackson! ¿Aun no nos crees? —Lindsay habló —. Bien, a ver... La noche de la semifinal, ¿Qué hiciste cuando acabó?

—Me fui a casa.

—¿Estás seguro?

—Sí, niña, ¿A dónde más iría?

—Sí, bueno, porque esa noche atacaste a Derek y Stiles en la escuela y los atrapaste en la piscina.

—Además, mataste a un mecánico frente a mí y, por cierto, fue hermoso. —Dijo con sarcasmo —Y, a uno de los cazadores de Argent. Oh, y ayer intentaste matar a Danny.

—¿Por qué querría matar a mi mejor amigo?

—No lo sabemos. De eso se está encargando Scott. De todos modos, yo una vez quise matar a Scott. Así que puedes matar a quien tú quieras cuando no tienes control.

—¿Y por qué razón harías eso? —Preguntó aquel chico.

—Bueno, la verdad son tiempos que no quiero rememorar —Ella dijo y recordando un poco de cuando fue luna llena y Scott había confesado el secreto de Lindsay a Stiles.

—Igual de lo único que se tendría que ocupar Scott es en buscar un buen abogado para cuando ¡Los denuncie ante la policía y los mande a prisión!

—Oye, Jack, tienes que controlar tu ira...

—¡Dije que no me dijeras así!

—¡De eso es lo que hablo! Deja de gritar... Es un espacio pequeño. Me duelen los oídos... —Ella dijo tapándose sus orejas.

—Dime, Jackson, durante tu primera luna llena ¿Qué pasó? —Preguntó Stiles.

—Nada. No pasó nada. —Dijo él con sinceridad.

Luego de un rato, ambos adolescentes salieron de la camioneta prisión para dejar a Jackson solo antes de que decidiera morder las cadenas y estrangular a ambos con ellas. Stiles le volvió a mandar un mensaje a sus padres para que se mantuvieran calmados y no sospecharan nada de algún Jackson secuestrado. "Papá, voy a llegar tarde. No me esperes." Fue el mensaje que envió Stiles al señor Whittemore.

—Oye, tú... ¿Podemos hablar? —Lindsay dijo colocándose a un lado de él.

—Am, sí, seguro. ¿Sobre qué? —Guardó el teléfono de Jackson en su chaqueta y le prestó toda su atención a ella.

—Sobre todo. Porque la verdad no entiendo qué es lo que nos está pasando.

—No comprendo...

—Por favor, Stiles. Deja de fingir que todo está bien con nosotros, porque no es así. Y lo sabes. Lo sabes desde anoche.

—Bien. Sí. Tienes razón. Pero no quiero que sigamos así. Quiero que las cosas dejen de estar así.

—Escúchame, yo tampoco quiero que las cosas sigan así. Si queremos continuar con aquello, necesitamos terminar con este ciclo consecutivo de celos. Créeme, a mí me duele demasiado esto.

—Lin, yo... Lo siento. Siento todo. Siento los celos innecesarios que surgieron por Isaac, por Matt, por Jackson. Todo es nuevo para mí, como también es todo nuevo para ti. Ambos hemos estado muy distraídos con esto. No tuvimos tiempo para nosotros. —Stiles se acercó a ella y comenzó a acariciar su brazo lentamente.

—Creo que sabíamos cuales serían las consecuencias de empezar una relación siendo lo que soy. Y odio que todo en mí crezca de una manera descontrolada. Aun no puedo controlar mis emociones y eso me destroza. Porque odio hacer sufrir a las personas que quiero. No quiero que eso vuelva a pasar. Me importas demasiado como para hacerte sufrir.

—Entonces...

—Entonces... Tú no lo quieres y yo tampoco. Así que...

—Así que... —Repitió él.

—Continuemos con esto. Sigamos aprendiendo juntos. Intentemos superar aquellas pequeñas batallas que la vida nos pone en frente. No dejaremos que unos torpes celos acaben con esto que tanto nos costo conseguir, porque no quiero perderte... —Ella confesó y Stiles le regaló una sonrisa —. Ay por Dios. Eso sonó tan cursi.

—Y por más cursi que eso haya sonado, fue lindo. Y tienes razón. No dejaremos que nada ni nadie nos separe. ¿Cómo es eso que dices con Scott? ¿Somos nosotros dos contra el mundo? —Ahora fue turno de Lindsay de sonreír ante las palabras de aquel chico. —Entonces, ¿Qué dices? ¿Estamos bien?

—Nos llevará tiempo poder reconstruir todo nuevamente. Tengo que dejar de escuchar a personas externas y empezar a concentrarme en lo que yo quiero. No dejar que nadie me diga con quien salir, con quien hablar y que hacer. He vivido toda mi vida bajo la sombra de algo que no era, y tú fuiste aquella primera persona que me vio como en verdad soy. Y haré todo lo posible para hacer que esto continúe su curso. Porque no quiero alejarme de ti. No quiero perderte. Fuiste y serás aquella persona que siempre estuvo conmigo. Y planeo hacer todo lo posible para que eso no termine. Y entonces, creo que sí. Estamos bien. —Ella sonrió y lo miró.

—No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. No soportaría que alguien te alejara de mi lado. Y sé que sentir esto tan fuerte en tan poco tiempo juntos es imposible. Pero, hasta hace unas semanas creí que era imposible creer en hombres lobo y mira ahora... Estoy feliz de estar saliendo con una mujer lobo.

—Y yo estoy feliz de ser esa mujer lobo.

Volvieron a mirarse para luego acercar sus rostros y besarse. Había pasado tiempo desde la última vez que lo hicieron y se extrañaban. Extrañaban sentir aquella sensación que les producía una gran emoción. Volvían a estar juntos, y esperaban en lo más profundo de su ser, que esto permaneciera así.

—Un segundo... —Lindsay se separó de él.

—¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Hice algo malo de nuevo?

—No, tonto. Cállate. —Ella lo silenció y comenzó a caminar un poco alejada de él.

—Lin... ¿Está todo bien?

—Sí, solo que... —Ella escuchó como alguien se acercaba a ellos y no dudó en empujar a dicha persona contra la camioneta y colocar su mano sobre ella para que no se moviera —¡Ajá!

—¡Lindsay, soy yo! —Allison gritó asustada.

—Ya lo sabía. Solo quería hacer eso. —Dijo ella deshaciendo su agarre sobre la chica y colocándose a un lado de su novio nuevamente.

—Bien, da igual. Tenemos un problema muy grande. —Habló ella.

—¿De qué se trata? —Preguntó Lindsay cruzándose de brazos.

—Lo saben.

—¿Qué? —Habló Stiles.

—Saben que Jackson desapareció.

—No, no pueden. Les he mandado mensajes desde anoche.

—Mi abuelo me dijo que fueron a la policía. Lo saben.

—Stiles, ¿Quieres prestarme el teléfono de Jackson unos minutos? —Le dijo Lindsay.

—Sí claro, Lin, toma —Él le entregó el aparato y cuando ella terminó de leer lo miró. —¿Qué? ¿Qué hice?

Los quiero... ¿En serio? ¿¡Cuándo has escuchado o leído a Jackson decir "Los quiero"!?

—Yo no... Ay Dios... —Corrió hasta la cabina de la camioneta y activó la radio para escuchar a los oficiales.

A todas las unidades disponibles, vayan a la Reserva de Beacon Hills como se les dijo. Procedan con precaución hasta que llegue el alguacil. Repito. Procedan con precaución.

—Bien, no entremos en pánico, ahora tenemos que alejarnos de aquí. —Lindsay informó.

—¿A dónde vamos? —Preguntó la chica Argent.

—A un lugar muy lejos de aquí —Los tres subieron a la camioneta y se alejaron de aquella ubicación, Lindsay arrojó el celular de Jackson por la ventana mientras este sonaba con una llamada a la madre de él.






[...]






Scott llegó hasta el hospital y se adentró a aquella habitación donde Danny, el mejor amigo de Jackson, estaba luego de aquel incidente en el club la noche anterior.

—¿Seguro que está todo bien entre Jackson y tú?

—Sí. Todo bien. —Comenzó a buscar sus cosas. Revisó su billetera dándose cuenta de que algo faltaba —Me quitaron mi identificación falsa, genial.

—¿No hiciste nada para hacerlo enojar? —Volvió a preguntar.

—¿Qué tan enojado?

—En una escala del 1 al 10... Donde el 1 es "Poco irritado" y 10 es "Quiero matarte violentamente".

—Jackson siempre está como en el 4, pero estamos bien. De hecho, le estaba haciendo un favor.

—¿Qué favor?

—Restaurar un video que me dio. Lo puse en mi tableta... —Él recordó —Que está en la cajuela de mi auto, que puede que siga en el club.

—¿De qué es el video? —Volvió a insistir aquel chico.

—Curiosamente antes de que pudiera restaurarlo, Lindsay me hizo la misma pregunta... Pero no debo hablar de eso.

—Danny, ¿Si te digo que es cuestión de vida o muerte...?

—Ustedes los McCall si que son insistentes. De igual forma, no debo hablar de eso.

—Bien... —Scott vio al chico buscar algo en su billetera —¿Y si recupero tu identificación?

Y tras un asentimiento negativo, pues Danny no traicionaría a su amigo, Scott salió de la habitación para ir en búsqueda de aquel auto que estaba estacionado en el club y en el cual se encontraba la grabación que miraría sin que nadie se diera cuenta. Al llegar al pasillo, su madre lo interceptó.

—Creo que el que vengas a ver a tu amigo es encomiable, pero tengo que ser una mamá estricta ahora. Aunque no me sale muy bien.

—¿En este momento?

—Sí, ahora. Me llamó el director. ¿Estás reprobando dos materias?

—Sí, lo sé. Iré a estudiar con Stiles ahora.

—¿Sabes que si repruebas un examen te atrasaras un año?

—¿Eso te dijo? —Preguntó él preocupado por su futuro.

—Todos tus amigos, incluida tu hermana, pasaran de año y tu seguirás en cuarto de prepa. ¿Entiendes, Scott? No puedes reprobar. Dile a Lindsay que te ayude. Para algo son hermanos.

—Sí, es solo que... Ella está ocupada con otras cosas.

—¿Ocupada saliendo con Stiles?

—¿Cómo es que todos saben de eso? Por lo que tenía entendido, ellos han intentado ser los más discretos posibles.

—Trabajo aquí, Scott. Sé lo que pasaba cuando se quedaban a cuidar a Lydia. Cuando la veas dile que quiero hablar con ella. ¿Sí?

—Bien. Se lo diré.

—Y tú prométeme que estudiarás... No quiero verte repetir el año.

—Bien. Lo prometo. —Abandonó el hospital para seguir con su destino.

Al llegar allí, abrió la cajuela del auto. La cajuela se abrió sin presionar ni forzar, pues al parecer, alguien ya lo había hecho y había forzado la cerradura. Comenzó a buscar la tableta entre las cosas, pero no estaba. Alguien se la había llevado. Luego de su búsqueda fallida, volvió a montar su bicicleta y pedaleó hasta el bosque donde sus amigos estaban.

—Si Jackson no recuerda ser el Kanima, no recordará haberse robado la tableta de Danny. —Dijo él.

—¿Por qué la robaría si no sabe lo que contiene? —Stiles habló.

—¿Y si alguien más se la llevó? —Está vez fue turno de Allison.

—Entonces alguien más sabe lo que es.

—Entonces hay alguien que lo protege... —Lindsay aclaró.

—En el bestiario dice: "El Kanima busca un amigo" ¿Cierto? —Allison recordó.

—A ver... Un momento. ¿Alguien vio un video de Jackson de sí mismo convirtiéndose en el Kanima y lo borró para que no lo supiera él mismo? ¿Quién haría algo así? —Habló Stiles.

—Alguien que quiere protegerlo... —Lindsay dijo mirando hacia la camioneta. —Espera, hay algo más —Volvió a mirar a Stiles —. Dijiste que el Kanima solo persigue homicidas. Si eso es cierto...

—No, no puede ser. Intentó matarnos a todos, ¿Recuerdas? No sé ustedes, pero yo no he matado a nadie últimamente. —Stiles habló.

—Bueno yo... No creo que... —Todos miraron a Lindsay —. ¿Qué? Es un chiste. Quiero agregarle algo de carisma a la situación.

—Bueno, no creo que quisiera matarnos. ¿Recuerdas la vez en la casa de Isaac? —Miró a Allison —Solo pasó sin lastimarnos.

—Tienes razón. Solo huyó.

—Y a ti no te mató en el taller mecánico.

—Sí, pero intentó matarnos a Derek y a mí.

—¿Estás seguro? —Lindsay le preguntó. —Porque apenas llegamos, se vio en el reflejo del espejo y salió corriendo.

—Seguro. Lo hubiera hecho. Estaba esperando a que saliéramos.

—O tal vez solo quería retenerlos ahí...

—¿Por qué de pronto me siento violado? —Habló Stilinski.

—Porque está pasando algo más. No sabemos que le está pasando a Jackson ni porque hay alguien protegiéndolo.

"Conoce a tu enemigo" —Dijo Allison. —Solo... Mi abuelo me lo dijo —Y ante la mención de aquella persona, Lindsay volteó los ojos incrementando su odio en aquel sujeto.

—Bueno, ya sé. Matemos a Jackson y problema resuelto.

—Stiles, por mucho que también lo deseo, en cierto modo, no mataremos a Jackson. —Lindsay dijo sonriéndole falsamente.

—Por mucho que ambos quieran hacerlo, no mataremos a Jackson. Arriesgó su vida por nosotros. Contra Peter. ¿Ya lo olvidaste, Lindsay?

—Sí, pero ¿Qué pasó después de eso? Lo mordió Derek. Solo porque quería ser como nosotros. Es gracioso que consiguiera lo que quería arriesgándose por nosotros. Que divertido.

—Eso no implica que no valga la pena salvarlo.

—Todo se relaciona con él ahora.

—No sabe lo que hace.

—¿Y qué?

—Nosotros tampoco lo sabíamos.

—Bien, paremos aquí. Deja de incluirme en tu tonto descontrol hormonal de principiante. Aquí entre nosotros dos, yo era la única que sabía lo que hacía cuando nos pasó. ¿Recuerdas aquella noche cuando querías matar a Allison y Jackson en el estacionamiento? Si yo no te hubiera detenido, nadie lo hubiera hecho.

—Ese es mi punto, Lindsay —Scott habló —. Yo tengo a alguien que me detenga. Ya sea tú o Allison. Pero él... No tiene a nadie.

—No quiero ser la grosera aquí, porque en el fondo me duele, pero él solo se ganó la soledad... —Y mientras ellos hablaban, Jackson escuchó todo. Todo lo que ellos decían. Él era o se hacía el fuerte, pero las lágrimas no pudieron ocultarse. Sus ojos se encontraban cristalizados por aquellas lágrimas a punto de salir.

—Tenemos que intentar salvarlo.

La noche cayó. Allison y Scott quedaron de vigilancia mientras Lindsay y Stiles caminaban por el bosque y despejarse un poco de las presiones de cuidar un Kanima con perdida de memoria. Ella estaba mirando la ciudad iluminada desde la altura de una sierra montañosa.

—¿Has considerado la opción de que vuelva a ser normal? —Habló ella.

—¿Qué? —Stiles se acercó a ella colocándose a su lado.

—Lo he estado pensando desde lo de Lydia. Peter te dijo que, si la mordida no te transforma, te mata. Y a ella no la transformó, pero tampoco la mató. Es como inmunidad. ¿No crees que si existe la inmunidad no pueda haber una cura?

—Lin, ¿A qué viene esa pregunta?

—A que, si consigo una cura, ya no nos tendríamos que preocupar por nada más. Dejaríamos atrás el mundo de lo sobrenatural. Dejaríamos a Derek lidiar con sus problemas porque nosotros ya no seríamos parte de su mundo.

—¿Tú estarías dispuesta a perder todo lo que conseguiste? La popularidad. Tu fuerza. El equipo de Lacrosse.

—Esas son cosas que puedo volver a adquirir sin necesidad de poderes sobrenaturales. Me daría la libertad de descubrir mis habilidades sin hacer trampa. —Ella dio media vuelta para mirarlo —De todos modos, esas cosas no me interesan. No si tú sigues a mi lado...

—Sabes que nunca me alejaría de ti. No importa si eres humana, mujer lobo, unicornio... —Ella rió —. Solo te quiero a ti.

—Y no sabes cuanto aprecio eso —Acercaron sus rostros para poder besarse. Aunque aquel beso no duró mucho, pues un sonido de algo rompiéndose los alertó y obligó a separarse.

—¿Y ahora qué fue?

—No lo sé...

Ambos chicos corrieron hasta el lugar donde estaban los demás. Se acercaron al auto de Allison y al ver por la ventana, ambos estaban con sus torsos desnudos y durmiendo sobre el otro.

—Esto no puede ser en serio... —Lindsay habló. Ella les golpeó la ventana y despertaron exaltados por el susto. —Será mejor que vuelvan a vestirse y vengan a ver esto.

Luego de unos minutos donde Allison y Scott ya estaban completamente vestidos, salieron del vehículo y se acercaron a la camioneta que tenía sus dos puertas traseras abiertas de par en par y en completa soledad.

—Tengo que decirle a mi padre. —Allison habló.

—No.

—¿No? —Allison miró a Lindsay.

—No dejaré que un Argent hiera a Jackson. Ya vi lo que tu familia es capaz de hacer. No podemos dejarlo en sus manos.

—Lindsay, va a matar a alguien.

—¡Y eso no hubiera ocurrido si no hubieran estado de calientes haciéndolo en el auto! ¡Por Dios, Allison, deja de meterte en nuestros asuntos! —Ella gritó. Ya había alcanzado su punto máximo. Y esas palabras de "Tengo que decirle a mi padre" habían colmado el vaso.

—Yo solo... También quiero proteger a mis amigos. No quiero que nadie salga lastimado. Y no dejaré que una criatura como Jackson mate a mis amigos.

—Una criatura como Jackson... Genial. ¿Así que eso es lo que somos? ¿Criaturas?

—Sabes que no hablaba de ustedes.

—Pues yo no lo escuché así. —Ella volvió a cruzarse de brazos mirando a Allison —¿Quieres ver lo que estás criaturas pueden hacer? —Colocó sus ojos amarillos por un corto segundo.

—Bien, Lin, contrólate. Aquí estoy —Stiles se colocó frente a ella para que no cometiera una locura.

—Cuéntale. Cuéntale todo a tu padre —Scott habló.

—¿Qué? —Empujó levemente a Stiles para llegar hasta Scott —Dime que no harás lo que ella dice.

—¿Qué otra opción tenemos? No podemos controlarlo. Tú no puedes controlarlo. —Miró a su hermana quien tenía una cara de decepción.

—Esto es... Increíble —Murmuró ella.

—Entonces yo tendré que hablar con el mío también —Stiles continuó.

—Todo esto es culpa mía —Scott se reprochó.

—No. No es tu culpa. Pero debemos decirles. Solo somos adolescentes. No podemos solucionar esto.

—Cierto...

—Stiles, ¿Cómo te creerá tu padre? —Le preguntó.

—No lo sé.

—Estamos juntos en esto. Por más en desacuerdo que este —Ella lo miró —. ¿Crees que me creerá? —Volvió a colocar sus ojos amarillos.

—Nos creerá. —Scott caminó a un lado de ella repitiendo su acción.

Los tres adolescentes se dirigieron a la estación de policía para poder completar su objetivo de demostrarle al alguacil su verdadera naturaleza y contarles todos los secretos que aquel pueblo realmente ocultaba.

—¿Me dejas pasar? Debo hablar con papá... —Stiles le pidió a un oficial y él aceptó la petición —Gracias...

Antes de cruzar la puerta a la oficina, los tres se miraron y asintieron nerviosos por aquello que iban a revelar. Al estar a unos cortos pasos de la oficina, pudieron ver a un Jackson sentado en el sofá con la chaqueta del alguacil cubriéndolo y hablando con su padre. Jackson los miró con una sonrisa ladina.

—Scott. Lindsay. Stiles. Qué oportunos. —El rostro de los tres cambió por completo a una de confusión y terror —¿Conocen al padre de Jackson? El señor David Whittemore. Abogado.

—Es mi abogado. —Jackson habló desde el sofá.

—Nos condenamos... —Murmuró Lindsay tomando la mano de Stiles que la hacía sentir segura.

Allison llegó a su casa y entró a su habitación. Su cabeza pensaba miles de escenarios en los que le decía a su padre sobre el Kanima y Jackson. También acompañaban sus pensamientos aquel enfrentamiento con Lindsay en el bosque. Eran casi familia, pues al estar saliendo con Scott eso las convertía en algo así como cuñadas, pero Lindsay no lo tomaría tan bien por lo visto. Y a lo mejor tendría que dejar que el tiempo decidiera por ella. Si seguir o no su amistad con aquella integrante de la familia McCall.

—Ay por Dios. Casi me matas del susto —Dijo ella al ver a Lydia sentada en su cama.

—Llevo más de una hora esperándote...

—No puedo salir ahora, Lydia.

—No necesito con quien salir, solo con quien hablar.

—Oye, entiendo que es importante, pero si pudieras esperar...

—¿Por qué todo el mundo me dice que espere? —Ella se puso de pie alzando un poco la voz —. ¿Por qué nadie tiene tiempo disponible ahora?

—No puedes tener todo lo que quieres. ¿Sabes que quiero? Necesito a alguien que traduzca cinco páginas de latín antiguo. Lo cual obviamente no ocurrirá pronto.

—Yo sé latín antiguo —Ella informó.

—¿Sabes latín antiguo?

—El latín clásico me aburrió.

—¿Qué tan lista eres? —Ella sonrió mirándola.

—Enséñame las hojas. —Y así, Lydia comenzó a traducir aquellas páginas.

—¿Segura? La señorita Morrell dijo que significa "Amigo". "El Kanima busca un amigo."

—Se equivocó. Significa "Amo". "El Kanima busca un amo." ¿Qué? ¿Es importante?

—Sí... —Lydia se retiró del frente de la laptop para volver a sentarse en la cama. Allison ocupó su lugar mirando aquellas páginas incomprensibles —No lo está protegiendo. Lo está controlando.









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