• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙓𝙓𝙑
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"Creo que es un club gay"
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Luego de aquella pelea en la casa de los McCall, Allison subió a Lydia a su auto para poder regresarla a su casa y que pudiera descansar y lograr que no dijera nada sobre aquello que había visto esa noche.
—Necesito que prometas que no diras nada acerca de lo que pasó. —Allison habló con Lydia aun dentro del auto.
—Prometo no decir nada de lo que pasó si tú me dices qué demonios pasó. —Contestó ella.
—Es un poco complicado y...
—Bueno, que tal si me dices, ¿Qué hacía Derek ahí? ¿O dónde se fue Jackson? ¿O qué le pasa a Érica? —Allison agachó la cabeza —Ah... Necesitas un minuto para inventar algo, comprendo...
—Una de las razones por la que te lo pido es que, Scott y yo no deberíamos estar saliendo. Así que, es mejor que guardes en secreto todo lo que sabes.
—Bien. No diré nada de tu novio y de ti, pero no sé nada de todos modos... —Abrió la puerta para bajarse del auto, cuando Allison volvió a llamarla.
—Oye... No solo es mi novio, ¿Entiendes eso?
—Me quiero ir...
—Solo por un segundo intenta recordar...
—¿¡Recordar qué!? —Ella exclamó.
—Recordar como se siente... Todas las veces en la escuela que lo ves en el pasillo y... No respiras hasta que estás con él —Pequeñas lágrimas amenazaron con salir de lo ojos de la chica Argent —. O las veces en clase en las que no dejas de mirar el reloj porque sabes que él está afuera esperándote. ¿No recuerdas cómo se siente?
—No...
—¿Cómo puedes decir que no? Has tenido novios...
—Ninguno así. —Finalizó ella para salir del auto ante la mirada de Allison en forma de sorpresa mezclada con confusión y tristeza.
Por otro lado, Derek corrió por todas las calles del pueblo de Beacon detrás del Kanima que había escapado esa misma noche de la casa de Scott y Lindsay. Lo perdió de vista al llegar a un espacio baldío donde estaba todo en completa oscuridad. Un rugido detrás de él le dio su ubicación. Volteó para verlo mientras colocaba sus ojos del color característicos de un Alfa. Mientras tanto, los dos lobos adolescentes fueron transportados hasta aquel lugar por el chico Stilinski quien detuvo su Jeep al ver una fila de picos para detener su auto.
—¿Y ahora qué? —Preguntó él cuando la puerta donde Scott estaba se abrió y desapareció rápido de ahí seguido por su hermana. Vio a ambos saltar el alambrado que dividía las calles para luego comenzar a correr con dirección hacia la criatura.
Derek comenzó a pelear con el Kanima. Golpes iban y venían entre ambos. Derek era fuerte, pero el Kanima lo era más y podía ayudarse con su cola que enredó en la pierna de Derek para derribarlo y estrellarlo contra una pared. El Kanima subió a un pilar y cortó los cables de luz que soltaron un par de chispas y desestabilizaron un poco a Derek por su potente luz.
Una vez la criatura volvió a tocar el suelo, el ruido de ruedas frenando hicieron que mirara a otra dirección encontrándose con Chris Argent bajando de su vehículo y recargando sus armas dispuesto a herirlo. Argent disparó en el pecho del Kanima quien salpicó sangre color negra por todo el suelo a la hora de caer de espaldas. Chris se acercó a él mientras miró a su alrededor en búsqueda del Alfa que misteriosamente había desaparecido.
El Kanima volvió levantarse y antes de que Chris pudiera recargar nuevamente su arma, pues se había quedado sin balas, lo golpeó en el pecho haciendo que su espalda chocara con un pilar y además golpeara su cabeza y quedara sentado en el suelo adolorido. Un auto llegó y de él bajó Gerard Argent quien de a poco comenzó a acercarse a la criatura y unieron miradas por un corto minuto antes de que Lindsay pudiera llegar y taclear a la criatura para que se alejara de ellos. Ella miró a Gerard con seriedad y viceversa. Pues al parecer la disputa entre ambos aun no terminaba y después de lo ocurrido, eso no terminaría bien para ninguna de las partes.
Ambos hermanos volvieron a correr detrás de la criatura quien había vuelto a escapar luego del golpe proporcionado por la chica lobo, mientras Argent los veía alejarse y declarando una vez más, su destino final. Ellos llegaron hasta la parte trasera de lo que parecía un club. Se acercaron a la entrada mientras veían entrar a la gente. Stiles llegó hasta ellos asustándolos un poco por su entrada silenciosa.
—Lo siento, perdón... ¿Vieron dónde se fue?
—Lo perdimos... —Informó el adolescente.
—¿Qué? ¿No pueden seguir su olor?
—Creo que no tiene.
—¿Alguna idea de a dónde irá?
—Va a matar a alguien —Lindsay aclaró.
—Ah, eso explica las garras, los colmillos y todo. Ahora todo tiene sentido —Dijo sarcástico y Lindsay lo miró —¿Qué? Lindsay, por favor. Soy 66 kilos de huesos y piel pálida. El sarcasmo es mi única defensa.
—Da igual, tenemos que encontrar a Jackson... —Volvió a mirar al frente a aquella fila de personas que seguían entrando al club.
—Bien, pero ¿Él lo sabe? ¿Alguien más lo vio salir de su casa?
—Pues no lo creo, pero ya pasó la prueba de Derek —Recordó Scott.
—Sí, pero no entiendo ¿Cómo pasó la prueba?
—A lo mejor actúa como dos personas diferentes —Lindsay agregó.
—¿Qué? —Scott preguntó —¿Qué quieres decir?
—¿Olvidas que Derek dijo que una serpiente no se envenena con su propia ponzoña? —Le dijo ella mirándolo, pero solo a él. Después de todo lo ocurrido, aún no podía mirar a Stiles sin sentir pena o culpa. Como si todo hubiera vuelto a ser como antes —. Cuando deja de ser Kanima...
—Cuando es Jackson —Completó su hermano.
—Oigan, chicos... —Stiles lo llamó y retrocedió unos pasos mirando un punto en específico arriba del techo —¿Lo ven? —Señaló discretamente al Kanima adentrándose al club.
—Está entrando...
—¿Y qué está haciendo ahí?
—Sé a quién atacará —Dijo Scott mirando al frente. A alguien en la fila específicamente.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Puedes sentirlo? —Interrogó su amigo.
—Armani... —Respondió él viendo entrar a Danny al club.
—Bien. Y ¿Por dónde entramos? —Lindsay habló para alejarse de ambos y comenzar a buscar una entrada —Tiene que haber una especie de puerta trasera que podamos usar.
—Aquí. —Stiles le indicó. Intentó abrirla, pero no lo consiguió. —Talvez haya una ventana o algo por donde podamos entrar... —Lindsay se acercó a la puerta y arrancó aquella manija para entregársela al chico —O una manija para arrancar con fuerza sobrenatural. ¿Por qué no pensé en eso?
—¿Puedes dejar de hablar y entrar? —Ella le dijo con un tono de voz apagado.
—Sí, claro. Vamos.
Los tres entraron al club donde la música podía escucharse a todo volumen. Las luces de neón adornaban el ambiente creando una buena pista de baile donde cualquiera podía mostrar sus mejores pasos. Había personas con collares, pendientes y hasta pulseras que los iluminaban. Varios hombres con sus torsos desnudos y bailando arriba de pequeños escenarios.
—Son todos hombres aquí... Creo que es un club gay. —Scott informó.
—Amigo, no se les escapa nada a tus agudos sentidos de lobo, ¿eh? —Stiles dijo y ambos hermanos voltearon a verlo rodeado de las famosas Drags Queens.
—Vele el lado positivo, Stiles. Siempre preguntabas si les atraías a los gays... Bueno, ahora lo comprobaste —Ella rió por primera vez en lo que iba de la noche.
—¿Te parece gracioso? —Él la miró sonriendo.
—Un poco...
—Oigan —Scott los llamó señalando la barra de bebidas donde Danny estaba. Cuando se acercaron a él, éste se retiró sin percatarse de la presencia de los adolescentes.
—Tres cervezas —Stiles pidió.
—Identificación —Exigió el chico que los atendió. Los tres un poco apenados, entregaron su carnet de conducir. La única identificación que llevaban con ellos. —¿Les parecen tres sodas? —Sonrió.
—¿Con ron? Claro —Comenzó a menear su cabeza al ritmo de la música —. O solo gaseosa. Me toca conducir.
—A veces me das vergüenza —Dijo ella mirándolo cuando el chico se retiró en búsqueda de las sodas.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Enviaron esto para ti —Un chico con su torso desnudo les entregó sus vasos y entregándole su bebida a Scott enviada por uno de los chicos que ya le había echado el ojo.
—Vaya, hermano... Eres bueno en el arte de la seducción —Lindsay volvió a sonreír mientras tomó su vaso entre sus manos. —En estos momentos me vendría bien aquella botella de alcohol que Jackson me ofreció antes del baile de inverno. ¿Saben qué? Mejor me iré a hacer nuevas amigas.
—No, espera... —Stiles la detuvo antes de que pudiera dar un paso —Ya vi a Danny.
—Y yo vi a Jackson —Scott dijo mirando al techo.
[...]
Lydia salió a su patio trasero mientras esperaba a que Prada, su mascota, terminara de hacer sus necesidades para volver a adentrarse a su casa. Era una noche un poco fría, por lo que la chica comenzó a impacientarse cuando su perra no volvió.
—Ya, Prada. Pesas tres kilos. No puede salir nada de ahí. ¡Prada, ven! —Volvió a llamarla, pero su mascota siguió sin aparecer —¿Prada? —Comenzó a caminar unos pasos siguiendo el rastro de su perra. —Prada... ¿Prada? —Una sombra humana comenzó a acercarse a ella y una cara de preocupación podía notarse en ella.
—¿Perdiste algo? —Preguntó aquel chico que se había encontrado en la sesión con la terapeuta hace unos días. Él cargaba a Prada entre sus brazos, pues al parecer había logrado escaparse al bosque que daba justo al patio trasero de la chica Martin.
—Oye, ¿Llamo a la policía o tienes una explicación para estar en mi jardín a medianoche?
—Lo escuché ladrar y yo vivo en la casa de atrás —Explicó —. ¿Está bien o salgo corriendo?
—Bueno, gracias por traerla —Tomó a Prada entre sus brazos y comenzó a caminar dentro de su casa.
—¿Está todo bien?
—¿A qué te refieres?
—Bueno... ¿Tú estás bien?
—¿Lo dices por lo de la clase? —Ella le preguntó, pues el día que había escrito aquella palabra en inglés, él estaba en la misma. —No estoy loca. Puede que haya caminado sin saberlo y que escriba palabras al revés en el pizarrón, pero al menos no soy de los desesperados que toman vicodina y se cortan las muñecas.
—¿Así son las demás chicas? —Comenzó a acercarse a ella, obligando a Lydia a retroceder y chocar su espalda con aquella enredadera de flores en su pared. —¿Por qué hiciste eso?
—¿Qué cosa?
—Tú diste un paso atrás.
—Tú diste uno al frente.
—Talvez quería besarte —Soltó sin más.
—¿Y si no quiero que lo hagas?
—Entonces, ¿Talvez sí lo quieres?
—Si quieres que te golpee la cara.
—¿Puedo sostener tu mano?
—¿Qué tenemos? ¿Nueve años?
—O... Puedo darte una flor —Sacó una de aquella planta cerca de él. Lydia iba a tomarla, cuando él retiró su mano rápidamente —¿Prometes conservarla? Mañana preguntaré si la tienes, y si dices que no, me sentiré muy mal.
Ella la aceptó —Bueno, si no la tengo, mentiré. —Dijo ella entrando a su hogar y dejando al chico con una sonrisa en su rostro.
Volviendo al club, donde los tres chicos intentaban salvar a Danny del trágico destino que el Kanima le tenía preparado, Scott le pidió a Lindsay que fuera en búsqueda de Danny para mantenerlo a salvo.
—¿Y tú que harás? —Le preguntó ella. Scott extendió su mano sacando sus garras —Sí, claro. Eso siempre funciona —Volteó los ojos y fue hacia donde estaba aquel chico.
Scott comenzó a caminar siguiendo al Kanima que aun permanecía en el techo, mientras Lindsay y Stiles quien la había seguido, intentaban llamar a Danny para que les prestara atención. El plan de los tres se vio imposibilitado por un par de máquinas de humo que colgaban del techo y que cada vez nublaba más la vista de todos. Haciendo que Scott perdiera de vista al Kanima y que los otros dos, no pudieran llegar hasta el lado de Danny.
De pronto, personas fueron cayendo al suelo. Como si algo los hubiera herido. Y aunque tres de ellos supieran lo que había sido, las otras personas comenzaron a alarmarse y desesperarse. Danny, al igual que el chico con el que bailaba, cayeron al suelo con su cuerpo paralizado.
—¡Jackson! —Lindsay lo llamó intentando conseguir su atención, pero no resulto. —¡No! ¡Alto! —Miró a Derek que había llegado de la nada y atacándolo.
Lindsay salió por la puerta trasera lo más rápido que pudo al ver a Jackson salir por esta. Bajó el pequeño escalón del lugar y comenzó a seguir la sangre color negra que la criatura había dejado. Encontró a Jackson arrinconado detrás de un auto con su cuerpo lleno de rasguños y sangre brotando de sus heridas, cuando se acercó a él, comenzó a toser para luego caer inconsciente. Stiles llegó hasta ella para ayudarla, pues al verla salir decidió ir detrás de ella.
—¿Qué hacemos con él ahora? —Le preguntó ella agachándose a su nivel, pero volvió a levantarse rápido —Ay Dios... Está desnudo. —Apartó su mirada.
—¿Desnudo? Hablas de, ¿Completamente desnudo? —Preguntó el chico.
—Si no me crees, verifícalo tu mismo —Señaló a Jackson y Stiles asomó su vista.
—Sí, tienes razón. Está complemente desnudo.
—Aun así, tenemos que ayudarlo. —Lindsay pensó una idea rápido —Tu Jeep. Lo dejaremos ahí hasta saber que hacer.
—¿Y cómo lo llevaremos hasta ahí sin levantar sospechas de alguien por cargar a un chico desnudo e inconsciente?
—No lo sé, Stiles, yo pensé el plan. Tú cárgalo hasta tu auto. Luego veremos esa otra parte.
Y así, Stiles intentó llevar a Jackson hasta su auto con ayuda de Lindsay, pues se dio cuenta de que él no podía cargarlo solo. Una vez lo hicieron y sin levantar sospechas de nadie, ya que aun seguían adentro del club en espera de la policía y las ambulancias, dejaron a Jackson en los asientos traseros mientras ella se reunió con su hermano quien mantenía una conversación con Danny.
—Danny...
—McCall, ¿Qué haces aquí? —Le preguntó él.
—Solo veía si estabas bien y me preguntaba si te pasó algo extraño el día de hoy... Además de ser paralizado del cuello.
—Lo siento, pero debo llevarlo al hospital —Informó el enfermero.
—Una pregunta más, por favor —Lindsay habló y luego miró a Danny —. ¿Estás bien?
—¿También le pasó a mi ex? —Preguntó el chico y Lindsay miró detrás de ella en busca del sujeto.
—Sí.
—Entonces, estoy bien —Ambos soltaron una pequeña sonrisa.
Ambos hermanos volvieron al Jeep del chico Stilinski para poder conversar sobre que harían ahora que tenían a un Jackson en su poder. Scott subió en el asiento del copiloto y Stiles del conductor. Mientras que Lindsay tenía que subir al asiento trasero, donde un Jackson desnudo se encontraba y además como el espacio era pequeño, tuvo que colocar la cabeza del chico sobre sus piernas. Como si de un niño pequeño durmiendo tranquilamente se tratara.
—Oigan... ¿Es necesario tenerlo aquí atrás? Me está empezando a incomodar —Dijo ella.
—Danny no dijo nada —Scott habló ignorando los quejidos de su hermana.
—¿Podemos largarnos de aquí antes de que alguien que trabaja con mi papá nos vea?
—¿Tienen una manta para cubrirlo, por favor? —Volvió a insistir —Olvídenlo, ya encontré una. —Dijo colocando sobre Jackson una manta color azul que encontró entre los asientos.
—Oye, no... Mi manta... —Lindsay lo miró —¿Qué? La tengo aquí por si necesito dormir en el Jeep. —Stiles encendió su auto, pero lo detuvo rápidamente al ver a su padre estacionado frente a él. —¡Por Dios! ¡Por Dios! ¿Podría pasar algo peor? —Jackson soltó un quejido, pero sin despertarse —¡Era pregunta retórica!
—Tienes que deshacerte de él —Lindsay le dijo.
—¿Qué? Es una escena del crimen y él es el alguacil.
—Sí, bueno, pero haz algo igual —Volvió a insistirle.
El chico bajó del vehículo al igual que su padre y caminó hasta llegar al adulto que lo miró un poco confundido mientras dentro del Jeep, un Jackson parecía estar despertando.
—¿Qué...? ¿Qué está pasando?
—Jackson, Jackson... Guarda silencio. No es buen momento —Lindsay le susurró.
—Hola. —Stiles saludó a su padre.
—¿Qué haces aquí? —Preguntó él.
—Cómo que, ¿Qué hago aquí? Es un club. Estábamos de fiesta... Ya sabes, en el club...
—No es tu tipo de club.
—Am... Bueno, papá... Hay una conversación que no hemos-
—No eres gay. —Habló rápido el adulto.
—¿Qué? ¡Podría serlo! —Dijo él indignado.
—No si vistes así... Además, ¿Crees que no lo sé?
—¿Saber de qué? —Preguntó Stiles.
—Que sales con Lindsay —Ella, quien se encontraba en el Jeep, levantó su vista rápido con dirección a ellos.
—Pero, ¿Cómo lo...?
Jackson volvió a moverse en el asiento.
—Vamos, Jackson, cállate. Quiero escuchar esto —Ella volvió a callarlo.
—No era difícil darse cuenta de que algún día terminarían juntos. En fin, luego hablaremos de eso. —El sheriff frunció el ceño para volver a mirarlo y cambiar su tono de voz a uno más firme —Es la segunda escena del crimen en la que apareces sin aviso. A estas alturas, estoy tan harto de tus mentiras que no sé si conozco al chico frente a mí. ¿Qué diablos te sucede?
—¿Qué? ¿Qué sucede? —Volvió a hablar Jackson despertándose casi por completo.
—Jackson, perdóname, te juro que esto lo hago por el bien de todos, además, no te mentiré, lo quería hacer desde hace tiempo...
—¿Hacer qué? —Dijo él adormilado, para luego sentir en su cara el puño de Lindsay. El padre de Stiles miró hacía el Jeep y ambos hermanos saludaron sonriendo.
—Lo que sucede, papá...
—La verdad, Stiles.
—La verdad, claro... —Miró por un corto segundo al Jeep y luego a su padre —. La verdad es que vinimos con Danny. Sí, porque terminó con su novio y queríamos cuidarlo y distraerlo un poco. Eso es todo...
—Bueno, eso es muy amable. Son buenos amigos.
Luego de las palabras de su padre, Stiles volvió a su Jeep para luego encenderlo y alejarse del lugar antes de levantar más sospechas en el adulto. Por otro lado, Gerard y Chris Argent habían estado pendiente de todo lo ocurrido esa noche.
—Siete paralizados. Creen que son drogas. Puede que alucinógenas, porque los testigos dicen que vieron un monstruo demoniaco en la pista —Informó él a su padre.
—¿Quién podría creer algo así?
—¿Sabes lo que me cuesta creer? Que te quedarás parado ahí con esa cosa asechándome sin hacer nada. —Él le reclamó —. ¿Quieres explicármelo?
—Intuición.
—¿Sabes lo que es?
—Oh, lo sospecho —Sacó aquel tarro de pastillas de su chaqueta para luego tomarlas. —Y si tengo razón, sé que sigue algunas reglas que no se rompen con facilidad.
—¿Dejamos a Derek a un lado para solucionar esto?
—No es necesario. Esta es la primera vez que lo ves desde que Kate murió. ¿O me equivoco?
—Por desgracia...
—Y nuestro único vínculo con él es Isaac Lahey.
—¿Y qué piensas? —Lo miró.
—En que si esto molesta a Derek como para hacerlo salir tenemos una oportunidad. ¿Te dije cual es la mejor manera de eliminar una amenaza?
—Dejar que alguien lo haga por ti —Respondió su hijo mirando al frente.
Los tres adolescentes recorrían las calles vacías de Beacon Hills en busca de algún lugar donde ocultar a su amigo inconsciente que ahora era una criatura asesina y que seguramente despertaría en cualquier momento y se abstendrían a las consecuencias de haberlo hecho.
—¿Y su casa?
—No, mamá está ahí —Respondió Scott a la idea de Stiles de ocultar a Jackson ahí.
—Chicos, tenemos que llevarlo a un lugar donde podamos encerrarlo para que no nos asesine trágicamente o hasta que podamos convencerlo de que es peligroso. —Lindsay habló aún con Jackson sobre ella.
—Yo digo que lo matemos —Stiles soltó.
—No lo mataremos —Ella lo golpeó detrás de su cabeza levemente.
—¡Oye! Ya nos ha causado varios problemas. Matarlo solucionaría todo.
—Suenas igual a Derek. Te odio.
—Sí, okey... Entendí... Aunque, tengo una idea.
—¿Eso involucra infringir la ley? —Le preguntó Lindsay.
—Por Dios, ¿Qué no es evidente?
—Intentaba ser optimista.
—Y ni te molestes.
Y así, con la idea de Stiles en curso, a la mañana siguiente Jackson despertó. Sus pies y manos estaban atados con una cadena y él estaba encerrado en lo que parecía un auto policial. Comenzó a moverse por el lugar y luego, solo llamó a los adolescentes que estaban en el exterior en medio del bosque.
—¡Stiles! ¡McCall! ¡Los voy a matar a los tres!
—Creo que nuestra mascota ha despertado —Dijo Lindsay mirando al frente preparándose para el largo día que les esperaría.
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