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"Control"

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—Es que, no hemos hablado desde esa noche y... —Lydia habló con Jackson mientras él guardaba sus libros en su casillero. —Jackson, ¿Puedes mirarme cuando te hablo? —Él cerró su casillero y la miró bufando. —Si no me hubieras encontrado y traído de vuelta, hubiera muerto. Yo sólo... Quiero darte las gracias.

—Lydia, no quiero volver contigo.

—¿Qué? —Preguntó ella sin comprender.

—El que evitara que te desangraras en el campo una vez, no significa que vaya a rescatarte cada vez que grites.

—Nunca dije-- —La interrumpió.

—No eres mi responsabilidad, ¿Entiendes? Pero te voy a dar un consejo, si fuera tú, me quedaría en casa esta noche.

—¿Qué significa? ¿Qué pasará?

—Hay luna llena —Contestó él de espadas con una sonrisa en su rostro.

Mientras tanto, los mellizos abandonaron la oficina del director Argent, dejando con toda la responsabilidad del castigo a su amigo y para correr hacia el exterior antes de que pudieran llevarse a Isaac a la estación de policía. Ambos salieron abriendo las dos puertas a su paso y Lindsay pudo ver como él le dirigió una mirada mientras aquella patrulla se alejaba del establecimiento educativo.

Rendidos por su intento fracasado de salvar a Isaac, dieron media vuelta para adentrarse nuevamente a la preparatoria, cuando un auto lujoso de color negro se estacionó frente a ellos. Derek bajó la ventanilla del auto llamándolos.

—Entren.

—¿Es en serio? Tú hiciste eso. Es tu culpa. —Lindsay acusó.

—Ya lo sé. Ahora suban al auto, y ayúdenme.

—No, tenemos una mejor idea —Scott dijo —. Llamaré a un abogado. Un abogado tiene mejores posibilidades de sacarlo antes de que salga la luna.

—No cuando revisen bien su casa.

—¿De qué hablas? —Lin preguntó acercándose al auto del hombre lobo.

—No sé lo que Jackson le dijo a la policía, pero es peor en su casa. Mucho peor. —Derek les abrió la puerta y así ambos hermanos se adentraron sin decir ninguna palabra más para dirigirse a la casa de aquel Beta.

Matt llegó hasta la casa de Jackson y lo esperó afuera para entregarle aquella cámara que tanto le había insistido en prestarle. Matt no era un chico muy reconocido en la preparatoria Beacon. Solamente gracias a su cámara y las buenas fotografías que sacaba para los anuarios o periódicos escolares.

Jackson salió de su gran casa y se acercó a él para recibir aquel pedido que tanto necesitaba para la noche que tanto deseaba grabar. Le extendió la mano con los cien dólares que le había cobrado por su uso.

—Comienzo a sentirme incómodo...

—No, no, no. Te sientes... —Le colocó los cien dólares en su bolsillo —Cien dólares, más rico. Dame la cámara y ve a comprarte una lente o un medidor de luz, o lo que sea que excite a los fotógrafos nerds.

—Esto no tiene nada que ver con Lindsay, ¿Cierto? —Jackson lo miró —Los vi hablando antes de que llegara a la práctica y pensé que... Estaban saliendo...

—¿Qué? ¿Yo salir con McCall? Nunca. —Lo miró sonriendo pícaro —¿Te gusta Lindsay? ¿Ella te gusta?

—No. —Negó rápidamente.

—¿Crees que perdería mi tiempo con algo tan terriblemente ordinario como un video de sexo?

—Entonces, ¿Qué harás?

—Documentar la historia. Mi historia... Y quiero ver lo que pasa. Todo.

Jackson entró a la casa luego de recibir la cámara que prácticamente le arrancó del hombro a Matt. Él antes de irse y dejar a Jackson con sus cosas raras, pudo ver el reflejo de un par de linternas provenientes de la casa de Isaac. Por la ventana y aunque estaba oscuro, pudo divisar el rostro de aquella chica que últimamente rondaba sus pensamientos, aparte de Allison claro. Pues a Matt, no le alcanzaba con investigar o fotografiar a una sola chica, tenía que hacerlo con dos de ellas. Y luego de quedarse parado unos segundos ahí, no le dio importancia al asunto y se alejó de ambas casas.

Mientras, allí dentro, Lindsay y Scott alumbraban cada rincón en busca de algo que les dijera por qué el actuar de Isaac.

—Si Isaac no mató a su padre, ¿Quién lo hizo? —Lindsay preguntó.

—No lo sé, aún. —Derek respondió.

—¿Cómo sabes que no está mintiendo?

—Porque confío en mis sentidos. En la combinación de ellos, y no solo en el olfato —Esto último lo dijo mirando a Scott.

—Am, ¿Viste la práctica de hoy? —Preguntó él avergonzado.

—Sí.

—¿Se vio así de mal?

—Sí.

—Oye, al menos yo logré encontrar a nuestro hombre lobo. Y no tuve que olfatear a todos los jugadores. —Lindsay dijo.

—Sí, pero solo porque Isaac era el siguiente. —Scott le reprochó.

—Pero ella ya había presentido a otro hombre lobo, y sabía quién podría ser el siguiente. Usando sus sentidos —Derek la halagó.

—Gracias, hombre lobo que sí me comprende.

—Pero seguir a tu hermano en sus intentos de vergüenza, fue totalmente idiota. Así que, ¿Quieren aprender? —Derek continuó su charla principal abriendo la puerta del sótano de la casa Lahey. —Comiencen ahora.

—¿Qué hay aquí abajo? —Scott preguntó al ser el primero en bajar.

—Un motivo.

—¿Y qué buscamos? —Le siguió ella.

—Sigan a su intuición. —Comenzaron a inspeccionar el lugar sintiendo una especie de vibra extraña recorrer su cuerpo.

—¿Qué pasó aquí? —Volvió a preguntar ella algo preocupada y perturbada.

—Algo que dejó una marca...

Scott se agachó pues en el suelo pudo distinguir un par de marcas parecidas a rasguños. Lindsay, por su lado, se acercó hasta una especie de nevera prisión con un candado en su cerradura. Tomó el candado entre sus manos y antes de abrirla, fue espantada por Derek quien la alumbraba con la linterna. Scott llegó hasta su lado.

—Ábrela.

Ella lo obedeció y al hacerlo, las paredes de aquella cosa se encontraban con rasguños por todas partes. En el suelo, y hasta en el techo. Sin olvidar que se encontraba con pequeñas manchas de sangre por cada una de sus paredes. Ninguno de los hermanos dijo nada. Se encontraban en completo silencio intentando descifrar qué era lo que su padre le hacía a aquel pobre chico.

—Por eso te dijo que sí. —Lindsay dio una conclusión luego de unir las piezas.

—Todo el mundo quiere poder —Respondió el Alfa.

—Si te ayudamos, tienes que detenerte —Scott volvió a hablarle —. No puedes ir por ahí convirtiendo a todos en hombres lobo.

—Puedo si eso quieren.

—¿Le advertiste sobre los Argent? ¿Sobre la cacería? —Lindsay continuó.

—Sí, y lo pidió, aun así.

—Entonces, es un idiota —Scott insultó.

—Y tú otro por salir con la hija de Argent —Scott lo miró torciendo completamente su cuello en su dirección, sorprendido —Sí, yo sé tú secreto. Y si yo lo sé, ¿Cuánto crees que ellos tardarán en averiguarlo? —Scott evitó su mirada —Ya vieron lo que le pasa a un Omega. Conmigo pueden aprender a usar sus sentidos. Conmigo pueden aprender control... —Tomó la mano de ambos dejando a la exposición sus largas garras que no podían ser ocultadas —Incluso en luna llena.

—Si estoy contigo, la perderé.

—La perderás de cualquier modo. Lo sabes.

—No lo entiendo... —Lindsay habló —. Yo tenía control sobre mí. ¿Qué sucede?

—Te sientes débil. Has creado una relación tan dependiente de Stiles con tus poderes que ahora sin él no puedes controlarlos. —Derek le informó —Y sí, también sé de su relación. Sé todo, chicos. Lo necesitas sí o sí a tu lado. Y yo te ayudaré a que eso se termine. Te ayudaré a que seas solo tú controlando lo que eres. Que no dependas de alguien más para hacerlo. —Lindsay no dijo nada. Solo se quedó observando la espalda del hombre lobo que estaba a punto de abandonar la habitación de no ser por Scott quien lo volvió a llamar.

—Espera, no somos parte de tu manada, pero queremos ayudarlo.

—Es nuestra responsabilidad. —Lindsay completó.

—¿Por qué? ¿Por ser uno de nosotros?

—Porque es inocente. —Ella concluyó.






[...]






Los Argent se encontraban reunidos en la oficina de aquel Argent mayor para decidir el destino de aquel pobre chico que horas atrás había sido arrestado por el supuesto asesinato de su padre.

—No me importa si encierran a un chico de dieciséis años —Gerard dijo caminando hasta su escritorio y abriendo el cajón —. Me interesa lo que le pasará a ese chico cuando la luna salga esta noche. ¿Tenemos evidencia? —Preguntó tomando las pastillas que previamente había tomado del cajón.

—¿El siguiente paso es matarlo? —Chris habló.

—El siguiente paso es eliminar la amenaza. ¿Hay amenaza? —Volvió a repetir.

—No he ido a clase de historia en un tiempo, pero estoy seguro que el genocidio prematuro no termina bien.

—¿Hay evidencias o no?

—Nada irrefutable —Permaneció en silencio unos segundos y luego continuó —, tampoco insignificante. La puerta del conductor del auto de Lahey fue forzada.

—¿Forzada? —Mientras ambos adultos conversaban, Allison se asomó para intentar escuchar algo de aquella conversación.

—Arrancada. —Gerard le hizo una señal a Chris, quien miró detrás suyo y viendo a Allison. Le dedicó una mirada y luego cerró la puerta volviendo la conversación privada, ajena a cualquier otra persona.

Luego de unos minutos que parecieron horas, Allison pudo escuchar a una persona salir de esa oficina. Se interpuso en su camino encontrándose con un oficial de policía, o lo que ella suponía, algún cazador de su familia disfrazado de policía.

—Lo siento —Se disculpó ella.

—Allison —La llamó Chris.

—Pasa. Queremos hablar contigo —Gerard continuó.

—Tengo que ir a estudiar con Lydia y Lindsay. No tengo tiempo para charlar.

—De hecho, queremos hablar de una de ellas, ven —Chris volvió a llamarla.

Después de una charla con su padre y abuelo, Allison llamó a la única persona con la que se podía comunicar en ese momento.

Hola, perdón, Harris apenas me dejó salir del castigo. En serio, y se quedó con mi teléfono hasta ahora.

—Tenemos que hacer algo ahora. Me estaban haciendo preguntas sobre Lydia y como la mordió Peter. Y luego le dieron órdenes a un hombre.

Espera, ¿A qué hombre? —Preguntó Stiles.

—Uno vestido como ayudante del alguacil.

Irá a la estación por Isaac.

—Llevaba una caja con algo en ella, no lo sé —Allison intentó recordar —. Como un gravado o algo así.

¿Y qué era?

—Espera, está en uno de estos libros, le tomaré una foto —Ella comenzó a buscar la foto para luego mandársela al chico Stilinski. —¿La tienes?

Sí. Wolfsbane.

—¿Eso qué significa? —Preguntó la chica sin entender aun las palabras de hombres lobo.

Significa que van a matarlo.

Luego de terminar la conversación con el chico Stilinski, Allison se arregló para luego ir a tomar su arco y retrasar la llegada a la estación de aquel que se hacía pasar por un policía. Una flecha fue a parar a cada neumático de la camioneta. Aquel oficial bajó del vehículo y tras unos segundos de espera, la última flecha que Allison disparó se incrustó en la pierna de ese sujeto.

Oye, ¿Lo retrasaste? —Stiles le preguntó.

—Podrías asegurarlo.

De acuerdo. Yo voy a la estación.

—¿Y Scott?

En casa de Isaac.

—¿Tiene un plan?

Sí, pero no es muy bueno y lamentablemente no tenemos tiempo para pensar en algo mejor.

Allison llegó hasta la casa de aquel chico y bajó hasta el sótano para acompañar a su novio en el plan que habían ideado junto a su hermana. Aquel plan constaba de aprisionar a Scott dentro de aquella especie de refrigerador con las cadenas para evitar que saliera e hiriera a alguien. Por su lado, Lindsay solo tenía que ir a un lado de Stiles para poder controlarse y tenía que llegar junto a él antes de que la luna saliera por completo.

—¿Scott? —Él se encontraba de rodillas con sus garras a la exposición y la cabeza gacha —¿Estás seguro de esto?

—Sí...

—¿Dónde? —Preguntó ella sacando las cadenas del bolso y Scott le señaló el refrigerador.

—Hazlo. No quiero lastimarte —Le dijo él para que cerrara la tapa. Antes de hacerlo, ella lo besó con todo sentimiento cargado de miedo y preocupación.

—Listo. —Dijo ella al cerrar con candado. —Está cerrado.

—Largo.

—Scott, no voy a dejarte.

—¡Solo hazlo!

Allison subió otra vez a la sala principal de la casa con su miedo constante de que algo malo podría pasarle a Scott allí encerrado. O incluso, él mismo dañarse por no poder controlar lo que era. Su linterna se apagó y la apoyó sobre la mesada de la cocina que aún se encontraba destrozada por todo lo que el señor Lahey había arrojado. Tras unos segundos de completa oscuridad, la joven cazadora comenzó a escuchar una respiración que no provenía de ninguno que ella conociera y tras mirar hacia un pasillo de la casa, una figura parecida a un lagarto la observaba desde allí. Ella gritó, pues esa criatura quería hacer con ella, lo mismo que había hecho con el padre de Isaac.

—¡Allison! ¡Allison! —Scott gritó desde su prisión improvisada. Con toda su fuerza implementada de hombre lobo, intentó de alguna forma escapar de aquel lugar, pero con las cadenas a su alrededor se le era sumamente imposible.

—¡Vamos! ¿Qué esperas? —Allison le dijo a aquella criatura.

Agarró un cuchillo que estaba cerca de ella mientras esperaba que esa criatura se acercara para poder darle su merecido. La puerta del sótano quedó hecha astillas cuando Scott apareció por esta. Había logrado liberarse y aquel refrigerador había quedado completamente destruido. La criatura al ver a Scott ya transformado en su forma de lobo, decidió irse de ahí. Ambos se encontraban completamente confundidos por todo lo sucedido.

—¿Qué diablos era eso? —Allison cuestionó.

—No lo sé...






[...]






Por otro lado, Lindsay había llegado al lado de Stiles antes de que la luna llegara a su punto máximo. Y con Derek de copiloto, pues no viajaría en el asiento trasero, se dirigieron hasta la estación de policía para controlar la situación con Isaac. La cual no se veía con un futuro prometedor.

—Aún no puedo creer que esto me éste pasando a mí —Lindsay habló aun sin poder ocultar sus garras.

—Ya lo controlaras. Estoy aquí para que lo hagas —Stiles le dijo mirándola por el espejo retrovisor.

—Tenía que haber aceptado el castigo contigo. Esto no estaría pasando si no me hubiera alejado de ti.

—Y aunque me hayas dejado la furia de Harris a mí solo, era necesario que buscarás la causa de todo esto —Sonrió.

—Sí, pero todo esto me obligó a convertirme en alguien dependiente de otra persona para mi control. Y no sé si me agrada mucho... —Murmuró esto último.

—¿Qué quieres decir? —Stiles la miró. Pues se encontraban estacionados y podía dar la vuelta para mirarla.

—Solo digo que no me agrada ser dependiente de alguien para mi beneficio. No quiero vivir el miedo constante de que no estés y tener que pasar por esto una y otra vez. O que, por culpa de esto, tú salgas herido... —Pequeñas lágrimas se habían formado en los ojos de la mujer loba —No quiero, Stiles... No quiero eso...

—Ey, eso no pasará. Yo estaré aquí para ser tu soporte de control —Tomó su rostro entre sus manos para limpiarle las lágrimas que habían caído —, te ayudaré a que puedas controlarte sola, ¿Sí? —Ella asintió y se unieron en un tierno y cálido beso.

—Odio arruinar su momento, pero se nos acaba el tiempo. —Derek interrumpió.

—Tú sí que sabes matar la pasión —Lindsay dijo deshaciendo el beso.

—Sólo dime como entrar —Derek insistió.

—Bien, las llaves de todas las celdas están en una caja fuerte con contraseña, en la oficina de mi papá. —Stiles informó —. El problema es pasar por la mesa de recepción.

—Yo lo haré. —Habló el hombre lobo Alfa —. Yo la distraigo.

—Wow, wow, wow, ¿Tú? Tú no entrarás ahí —Stiles dijo deteniéndolo del brazo. Derek lo miró y lo soltó rápidamente —Te quito la mano de encima...

—Fui exonerado.

—Pero puedes ser sospechoso.

—Soy inocente, tonto.

—¿Tú? Sí, claro —Habló con sarcasmo.

—Bueno, ya. ¿Cuál es tu plan? —Lindsay preguntó.

—Distraerla.

—Ajá. ¿Cómo? ¿Golpeándola en la cara? —Stiles hizo una mueca rara con su rostro.

—Ja. Hablándole.

—Sí, claro. Dame un ejemplo. ¿Qué vas a decirle? —Lindsay habló —Vamos, práctica conmigo.

—Oh, no. No practicará nada contigo. No dejaré que te coquetee. Ni siquiera en juego. —Stilinski dijo con algo de celos en su voz.

—Por Dios, Stiles, necesitamos que practique con alguien. —Volvió a mirar a Derek —Vamos, dime algo lindo. —Derek solo la miró sin decir ninguna palabra —Silencio absoluto. Eso funcionará a la perfección, ¿Tienes más ideas?

—Sí, los voy a golpear a ambos en la cara.

Derek se adentró a la recepción cuando una oficial salía de algún cuarto de archivos o algo así y le habló.

—Buenas noches, ¿Puedo ayudarlo? —Aquella oficial lo vio mejor —Tú...

—Hola. Tengo una pregunta, lo siento estoy algo confundido. No esperaba alguien tan...

—¿Cómo yo? —Ambos soltaron una risa nerviosa, y mientras Stiles y Lindsay entraron sigilosamente hasta la oficina del alguacil para tomar las llaves de la celda.

—Iba a decir, tan increíblemente bella, pero sí. Son sinónimos.

Ambos entraron a la oficina mientras Stiles se acercó a la caja fuerte donde puso la contraseña y se dedicó a buscar las llaves, solo que estas no se encontraban en su sitio. Aquella pequeña caja estaba totalmente vacía.

—Pero ¿Qué...? —Lindsay dijo —¿Dónde están?

—Alguien llegó primero que nosotros.

—Espera... —Ella habló tras escuchar el tintineo de unas llaves —Sé dónde está.

Aquel oficial que Allison había herido en su pierna, era quien había tomado las llaves y se dirigía a las celdas. Dejando un gran charco de sangre en su camino. Sacó una pequeña caja de uno de sus bolsillos que contenía una jeringa con aquel veneno que mataría al hombre lobo. Tras dar una vuelta en un pasillo, el oficial se encontró con ambos adolescentes que habían sido llevados ahí por el oído de Lindsay que rastreaba el tintinear de las llaves.

—Am, solo estábamos buscando... —Stiles comenzó y luego se percató de la sangre y la mitad de la flecha en la pierna del sujeto —Ay no...

Aquel sujeto empujó a Lindsay contra la pared haciendo que su cabeza golpeara fuerte contra el muro. Tomó a Stiles por los hombros y tapándole la boca para que no gritara, lo llevó hasta la sección de celdas. Lindsay al recuperar su orientación, colocó sus ojos en aquel amarillo característico y corrió hasta donde Stiles se encontraba para protegerlo.

La alarma de la estación comenzó a resonar por cada rincón del lugar. Stiles la había activado cuando el oficial no había aprisionado. Lo dejó caer sobre el suelo y se acomodó en un rincón por protección, mientras la vista del oficial estaba dirigida a la celda de Isaac que se encontraba con la puerta completamente destrozada. De repente, el oficial fue empujado hacia una de las paredes con una fuerza increíble. Lindsay lo acorralo contra la pared y hubiera terminado con su vida de no ser por Isaac que la atacó sin ninguna razón aparente.

Hombre y mujer lobo comenzaron una pelea. Lindsay para intentar tranquilizar a Isaac y Isaac simplemente porque no tenía el control sobre sus acciones. La luna llena los había afectado a ambos. A Lindsay le había incrementado sus ansias por ver sangre derramada con total de defender lo que le importa y a Isaac, bueno, todo de él había incrementado.

—¡Isaac! ¡Tienes que controlarte! —Lindsay le decía —Soy yo, Lindsay. ¿Me recuerdas? Te salvé de la policía en el campo de Lacrosse. ¡Vamos, Isaac!

Aquel adolescente no decía nada. Solo se limitaba a atacar a la chica generando rasguños en su rostro que dejaba a la vista pequeños hilos de sangre que caían de ahí y de su nariz. Aquel sujeto que Lindsay había estampado contra la pared, estaba por tomar aquella jeringa que contenía el veneno, pero Derek fue más astuto llegando hasta él y lo volvió a golpear contra la pared dejándolo inconsciente para luego pisar aquella arma rompiéndola en millones de pedacitos y esparciendo el líquido por todo el suelo.

Isaac volvió a mirar a Lindsay y luego desvió su mirada para aquel humano que se encontraba refugiado en aquella esquina de la habitación de las celdas. Se acercó peligrosamente a él y antes de que Lindsay pudiera hacer algún movimiento para intentar defender a su novio, Derek rugió con todas sus fuerzas obligando a aquel Beta a acurrucarse en un rincón. Su forma lobuna había desaparecido y se veía muy asustado.

—¿Cómo lo hiciste? —Preguntó Stiles.

—Soy el Alfa.

Los dos hombres lobo habían desaparecido cuando el Sheriff Stilinski llegó hasta las celdas desactivando la alarma que su hijo había activado para salvar su vida. Lindsay y Stiles se encontraban parados en medio de la escena con la atenta mirada de Noah y algunos oficiales más sobre ellos.

—Ohm... Él lo hizo. —Stiles señaló al sujeto que aún se encontraba tirado en el piso.

A la mañana siguiente, Jackson despertaba de su sueño en su gran cama y en su gran habitación. Rápidamente se acercó a la cámara que había posicionado muy bien la noche anterior para grabar aquello que lo haría ser la persona más popular de todo Beacon Hills. La tomó entre sus manos y comenzó a adelantar la grabación hasta la parte sorprendente, pero la sonrisa en su rostro desapareció y se transformó en una de confusión mezclada con furia.

—No, no, no, no... —Tiró la cámara a un rincón de la habitación.

—Jackson, ¿Qué pasa? ¿Qué pasó? —Preguntó su madre desde atrás de la puerta.

—No pasó nada. Absolutamente nada.

Y era cierto. La cámara no había grabado nada extraño. Porque a Jackson no le había pasado absolutamente nada. Aquella transformación que con tantas ansias había esperado, no se había realizado.











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Buenaaas, ¿Cómo andan?

Este fue un capítulo un poco intenso, ¿No? Digo, Scott y Lindsay sin control sobre ellos. Derek haciendo cagadas desde que se convirtió en Alfa y los Argent. Cada día Gerard me cae más mal que el anterior. ¡Dios! Ese hombre me hace odiarlo demasiado.

En fin, espero que el capítulo les haya gustado tanto como a mí y nos leemos en el próximo. Donde más cosas locas pasaran. Los quiero, y no olviden tomar awita.

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