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• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙓𝙑


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"¿Dónde está Lydia?"

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Ninguna noche volvería a hacer normal en Beacon Hills desde que los hombres lobos aparecieron a atormentar sus vidas, o al salvarlas, mejor dicho. Y aquella noche no sería la excepción. Algo ocurrió en el lago del bosque que de seguro hubiera llamado la atención de cualquiera que hubiera pasado en ese momento por ahí. Jackson Whittemore salió del agua con toda su camisa rasgada y una mordedura en su abdomen. Derek lo había hecho. Había conseguido a su primer Beta de su manada. Mientras Jackson sonreía satisfactoriamente por su nueva vida que de seguro sería maravillosa. O eso creyó él...

Mientras tanto, en otro lado de ese mismo bosque, Scott McCall se encontraba corriendo en cuatro patas. Algo típico en lobos y que Scott había adaptado a su forma, aunque algunos lo vieran como algo vergonzoso. Saltó sobre una gran grieta que se había formado entre dos montañas, mientras los recuerdos de él y Allison llegaban a su mente. Aquel día en que Chris los descubrió y se vio obligado a alejarse de Allison para siempre.

Pero vamos, es Scott, era obvio que no cumpliría esa promesa. Por lo que retomó su camino a través del bosque hasta llegar a la ciudad y donde comenzó a correr en cuatro patas evitando y haciendo que los autos tocaran su bocina a aquella criatura que confundían con un perro muy grande. Saltó cercos, atravesó los patios de las casas, hasta que subió al techo de la chica Argent y se adentró por su ventana mientras ella rápidamente se acercó a él para besarlo apasionadamente y aprovechar esa hora libre que ambos tenían mientras los padres de Allison no estaban en casa.

Y no nos olvidemos de Lindsay McCall. Sus días se habían vuelto un trabajo de guardaespaldas. Ella junto a Stiles no se movían del hospital, ambos preocupados por la seguridad de la chica Martin quien ya por suerte, había despertado luego del ataque de Peter Hale en el baile de invierno. Aquella mordida que le había hecho, todavía no había sanado o al menos no en su totalidad, por lo que eso preocupaba demasiado a las personas del hospital y alteraba todo en el ser de la chica McCall. Era una de sus únicas amigas más cercanas, si algo le pasaba, no la volveríamos a ver igual.

Por otro lado, la relación de ella junto al mejor amigo de su hermano, transcurrió normal. Lo llevaban tranquilo. Salían en citas para despejarse un rato de la presión de los doctores que le reprochaban el hecho de estar en el hospital, pero luego volvían rápidamente a ver si algo nuevo había ocurrido. Se querían y lo demostraban con besos, pero nunca llegando al otro nivel, pues ella no se sentía preparada y agradecía demasiado que Stiles no la presionara en ese ámbito. Él era el chico que cualquier chica hubiera deseado en su vida, y Lindsay se sentía muy afortunada de tenerlo.

Stiles se encontraba recostado y durmiendo entre las sillas de la sala de espera. Tenía un par de globos que le entregarían a Lydia una vez las visitas a su habitación sean permitidas. Lindsay estaba a su lado, pero sentada como una persona normal, mientras leía algunas revistas que se encontraban a un lado de ella.

—Justo así... No, tú primero... ¿Yo primero? —El chico Stilinski hablaba dormido y soltaba ronquidos. Lindsay solamente se limitaba a sacar su celular y grabar esa escena para que quedara en la historia.

El señor Martin salió de la habitación de Lydia encontrándose con Melissa McCall, mientras ambos veían a los adolescentes cerca de ellos.

—¿Estuvieron aquí toda la noche? —Los señaló.

—Han estado aquí todo el fin de semana —Melissa le aclaró y ambos se retiraron en la espera de que Lydia terminara su ducha.

Stiles aún seguía dormido y Lindsay lo filmaba, pues ahora se encontraba babeando y tirándole besos a una enfermera que había venido a cambiar la bolsa de basura del tacho a un lado de ellos.

—Tú Lin, eres estupenda... —Luego de decir eso dormido, Lindsay lo golpeó para que despertara.

—¿Qué soñabas? —Le preguntó algo preocupada.

—Am, nada. Nada relacionado contigo —Dijo el chico acomodándose en los asientos medio adormilado.

—Este video no dice lo mismo... —Ella le aclaró mostrándole la pantalla de su celular.

—Oye, se supone que dormir es privado.

—Sí, porque el Hospital General de Beacon Hills es muy privado —Se cruzó de brazos.

—A veces tu sarcasmo duele.

—Lo aprendí del mejor —Dijo con una sonrisa. Ambos acercaron sus rostros y se dieron un corto beso.

—Iré a la máquina expendedora, ¿Quieres algo? —Stiles le preguntó.

—No gracias, estoy bien.

—No has comido nada en todo el día. Te traeré una barra de cereal —Se levantó de su asiento.

—En serio, Stiles, estoy bien. No necesito nada —Ella volvió a repetir.

—Te la traeré de todas formas —Antes de que pudiera dar vuelta al pasillo para ir a la máquina, Lindsay le gritó desde su lugar.

—¡Al menos que sea de frutilla!

—¡Anotado!

El chico dio la vuelta al pasillo y caminó hasta donde la máquina se encontraba. Al llegar allí, inspeccionó los dulces que esta le proporcionaba y adentró las monedas en la ranura para así, tomar su comida. Apretó el botón "G", la fila donde se encontraba la barra de cereal que le llevaría a Lindsay, y luego apretó el botón "I" donde se encontraba su chocolate. Pero este último decidió no salir y quedarse trabado en el resorte que los tenía acomodados. Apretó el botón múltiples veces intentando tomar su chocolate, pero este no cedía.

—Vamos... ¿Es en serio? —Stiles golpeó el vidrio un par de veces para ver si su chocolate decidía caer, pero esto no resultó. Luego, abrazó la máquina para intentar levantarla y que su golosina cayera. —No... No funcionará...

Tomó la máquina por los costados y la movió de un lado a otro, pero en un desliz, esta cayó de frente estrellándose en el piso ocasionando un gran estruendo, pero para suerte del chico Stilinski, ningún doctor o enfermero se encontraba cerca como para regañarlo o hacerlo pagar por los daños.

Mientras tanto, en la habitación de Lydia, más específicamente en el baño, estaba ella quitándose su bata de hospital para adentrarse a la ducha. Su herida a su costado aún se veía muy reciente, aunque ya habían pasado varios días desde el accidente. Dejó caer el agua por su cuerpo relajándola por completo, desde el desagüe de la tina comenzó salir una especie de bruma negra de la cual ella no se percató pues se encontraba con los ojos cerrados disfrutando del agua que caía por todo su cuerpo.

Al abrir los ojos, se vio rodeada por un montón de agua color negra que la empezó a asustar. Se agachó para poder tocarla y comenzó a sacar lo que parecía cabello desde aquel desagüe. Su cara de asco mezclada de confusión y susto podía notarse a kilómetros. El cabello seguía saliendo, cuando una mano salió de la nada y la agarró haciendo que soltara un grito que alertó a todos a su alrededor.

—¿Lydia? —Lindsay se levantó de su asiento y corrió a su habitación —¡Lydia!

—¿Qué diablos fue eso? —Preguntó su madre adentrándose a la habitación junto al señor Martin. Lindsay empujó a los dos adultos para correr hacia el baño de la habitación.

—¿Dónde está? —Preguntó Stiles al llegar y ver que la chica Martin no se encontraba por ningún rincón de aquel baño. Solamente podía escucharse el correr del agua de la ducha, la cual se encontraba en perfecto estado.

—Esto no puede estar pasando... —Lindsay volvió a repetir abrazándose a sí misma y viendo que la ventana se encontraba abierta, pero era una ventana muy pequeña, dudaban de que Lydia pudiera caber por ahí.

La policía no tardo en llegar. Ambos adolescentes se encontraban preocupados por la pelirroja y era totalmente entendible. El sheriff Stilinski se acercó hasta Melissa McCall y el señor Martin para que pudieran darle todos los detalles de la desaparición.

—¿Desnuda? ¿Desvestida? —Preguntó Noah ante las descripciones de cómo se encontraba Lydia.

—Creo que significan lo mismo, pero por lo que sé, sí. Se fue sin ropa.

—De acuerdo. ¿Revisaron todo el hospital? —Volvió a preguntar.

—Cada rincón.

—¿Algo sospechoso?

—Nada. Solo se fue.

—Reporta una pelirroja de dieciséis años —Stilinski le informó a un oficial —. ¿Alguna otra descripción? —Dijo mirando al padre.

—Yo...

—Mide 1,59, ojos verdes, piel clara y su cabello es rubio rojizo. —Stiles llegó hasta ellos junto a Lindsay.

—¿De verdad? —Noah cuestionó.

—Sí...

—Ven aquí. —Lo tomó desde la chaqueta y lo alejó de los demás para hablar con él. Lindsay por su instinto de mantenerlo seguro, los siguió. —¿Qué diablos haces?

—Señor, Stiles solo quiere ayudar. Su obsesión por Lydia durante años es de muy buena ayuda para estas cosas. Y lo digo sin nada de celos, puedo jurarlo... —Ella dijo y Stiles la miró enarcando una ceja.

—¿Celos? —Stilinski frunció el ceño —. ¿Algo pasa entre ustedes?

—Eso no importa ahora. Solo encontrar a Lydia —Lindsay insistió. Aún no habían podido decirle a ninguno de sus padres sobre su relación, pues nunca se dio la oportunidad. Y aunque estuvieran todo el tiempo en el hospital, Melissa nunca logró verlos besarse y esas cosas.

—En fin, ¿Qué crees que haces? —Volvió a repetirle a su hijo.

—Am, ¿Proporcionando apoyo moral?

—¿Qué tal si llevas tu trasero a casa? Donde pertenece.

—Sí puedo hacer eso... —Los dos comenzaron a caminar a la salida y Lindsay logró ver a unos hombres arreglando la máquina expendedora que se encontraba en el piso.

—¿Tú hiciste eso? —Dijo ella posicionándose a un lado de Stiles.

—No, como crees...

—Stiles.

—Bien. Fui yo. Pero solo porque mi chocolate no quería salir, así que mejor salgamos de aquí —La tomó por los hombros y la empujó para salir rápido de aquel hospital. Una vez llegaron al estacionamiento donde se encontraba su Jeep, Stiles volvió a hablarle —. ¿Estás celosa de Lydia?

—¿Qué? No, como crees... —Desvió la mirada y Stiles la tomó del mentón haciendo que lo mirara de nuevo —. Bien, puede ser que tenga algo de celos —Se cruzó de brazos —. Es que esos años que estuviste loco por ella a veces me genera inseguridades, y agradezco que ahora sepas todos esos datos sobre Lydia para ayudar en su búsqueda, pero...

—Pero nada, Lin. No quiero verte con inseguridades. Ya te dije que tú me gustas, y mucho, y por más años que estuve enamorado de Lydia, no cambia el hecho de que ahora quiero saber todo sobre ti.

—Lo siento, yo... Todo esto es nuevo para mí. Necesito aprender...

—Aprendamos juntos entonces... —Stiles se acercó a ella para poder depositar un beso en sus labios.

—No quiero ser el hermano sobreprotector, pero el que beses a mi hermana frente a mí, me genera cosas —Scott apareció a un lado de ellos interrumpiendo su beso.

—Desearía por mucho que no fueras mi mellizo así podría matarte y no sentir lo mismo que sientes. —Contestó Lindsay volteando los ojos.

—Un minuto, ¿Pueden sentir el dolor del otro? —Stiles cuestionó.

—No tanto. O sea, los gemelos al compartir literalmente lo mismo, en todo sentido, lo pueden sentir más que los mellizos. Nosotros solo sentiríamos una fracción del dolor y de vez en cuando podemos sentir si el otro está o no en peligro —Lindsay explicó.

—Deaton nos habló de esto. Todo comenzó cuando adquirimos lo que somos. Ya que nunca nos había pasado algo así. —Scott continuó.

—Asombroso... —Stiles sonrió —O sea, que si yo le doy un golpe a Scott —Lo golpeó —, ¿Tú lo sentirías?

—No funciona así, Stiles —Scott dijo sobándose su hombro —. Solo sentimos dolor cuando algo fuerte nos pasa. Lo experimentamos cuando tuvimos la pelea con Peter, por eso recurrimos a Deaton y nos explicó todo eso.

—Bien, ahora que ya tuvimos que dar nuestra clase semanal de: "Datos que no sabías sobre los hombres lobo", ¿Podemos continuar con nuestra búsqueda? —Lindsay insistió.

—Sí... ¿Trajiste eso? —Lindsay le entregó aquella bata de hospital que Lydia usaba —¿Esto es lo que traía? —Ambos asintieron —Bien, no dejaré que nadie la lastime. No de nuevo.

—No dejaremos —Corrigió ella —. Es nuestra amiga ahora. La protegeremos no importa que pase. —Los tres caminaron hasta el Jeep para subirse —Oh, Scott, es tu turno de ir atrás.

—El que seas novia de Stiles no significa que ahora me quites mi lugar.

—Sí, el que seas mi novia no significa que ahora le quites su lugar —Stiles dijo y Lindsay lo miró cruzada de brazos y con una mirada asesina. —Sí, Scott, es tu turno de ir atrás.

—Así me gusta. —Dejó pasar a su hermano al asiento trasero y ella se sentó adelante con Stiles en el asiento del conductor.

—Bien. Ahora huele eso y encontremos a Lydia —Stiles dijo mientras encendía el auto y Allison aparecía frente a ellos —Wow...

—¿Qué haces aquí? Nos puede ver alguien. —Scott le habló desde los asientos traseros.

—No me importa, es mi mejor amiga. Debemos encontrarla antes que ellos —Allison añadió.

—La policía no la encontrara antes que nosotros.

—¿Y antes que mi padre tampoco?

—¿Él sabe? —Stiles preguntó.

—Sí. Lo vi a él y a otros tres salir de casa en camionetas.

—Van a buscarla. —Scott dijo.

—Más bien a cazarla —Lin aclaró. Abrió su puerta para que ella pudiera pasar —Sube. Siéntate atrás.

Stiles arrancó su Jeep nuevamente y con el olfato de Scott activado, se dirigieron a donde su nariz los guiara. Aunque eso los llevaría a los lugares más recónditos de Beacon Hills.

—De acuerdo, pero si está transformándose, ¿La matarían? —Stiles preguntó.

—No lo sé. Nunca me dicen nada. Solo dicen: "Hablaremos después del funeral de Kate, cuando todos lleguen."

—Otros, ¿Quiénes?

—No lo sé, tampoco me han dicho eso.

—Claro, tu familia tiene problemas de comunicación. Scott, ¿Vamos por el camino correcto? 

Él se encontraba casi sobre Lindsay mientras asomaba su cabeza por la ventana e intentaba seguir su olfato. Como si de un perro se tratase.

—A la derecha —Informó y Stiles dobló por la calle indicada —. Hubiera sido más fácil si estuviera en el asiento delantero.

—No, hermano. Es mi momento de marcar territorio —Dijo ella golpeando levemente el estómago de Scott.

En otro lado de la ciudad de Beacon Hills, más precisamente en el cementerio, se encontraba un chico de cabello rubio, medio tímido y que nunca le generó problemas a nadie. Isaac Lahey era un chico pacifico, con buenas calificaciones y algunas malas. Trabajaba en el cementerio de su padre, pues como Allison había informado, el funeral de Kate sería al día siguiente y a él le habían encargado cavar su tumba para después ponerle su lápida.

La excavadora sacaba y dirigía la tierra a un lado, él se miró por el espejo viendo el morado de su ojo que allí tenía y que nadie por el momento sabía como había aparecido allí. Solamente él. El crujir de una rama hizo llamar su atención y con la luz de la excavadora se encargaba de inspeccionar el lugar. Sonidos de pasos, hojas crujir, fueron algunos sonidos que él escuchaba. Un último intento por alumbrar hacia unas lápidas lo hizo ver una especie de manos con garras, muy similares a la de los hombres lobos.

—¿Qué demonios es eso?

Isaac no pudo seguir viendo aquel punto, porque su excavadora fue derribada por una criatura haciendo que él cayera en aquella tumba que se encontraba excavando, con la máquina tapando el agujero de salida. Logró divisar una criatura saltando sobre ella, lo cual generó un poco de terror en el sistema de Lahey. Como pudo, intentó subir hasta la orilla y divisar a la criatura escarbando en una tumba en busca de lo que parecía algunos huesos. Rápidamente volvió a agacharse mientras veía como la excavadora que había caído sobre el agujero comenzaba a moverse y posicionarse en su lugar. Un hombre miró a Isaac, que aún se encontraba dentro de la tumba, y habló:

—¿Necesitas ayuda? —Derek Hale lo miró desde su altura.






[...]






Aquel cuarteto de amigos, detuvieron el Jeep en la entrada de la Reserva de Beacon Hills y gracias al olfato de Scott llegaron hasta la casa destruida de Derek. La cual se encontraba con una cinta amarilla de la policía a su alrededor, pues allí fue donde el homicidio de Kate se había llevado a cabo.

—¿Vino aquí? —Lindsay le preguntó a su hermano —Ay que idiota. También siento su olor. Olvida que te pregunté.

—¿Están seguros? —Allison habló.

—Sí, su aroma llega hasta aquí. —Le respondió Scott.

—Pero, ¿Cómo pudo llegar hasta aquí si Lydia no conoce este lugar? —Lindsay volvió a hablar.

—Talvez vino por instinto. A buscar a Derek —Allison agregó mirando a Scott.

—Más bien buscando un Alfa —Lindsay le aclaró. Iba un paso más adelante que los dos tórtolos.

—Los lobos necesitan una manada, ¿No?

—No todos...

—Pero ¿Se sentiría atraída a un Alfa? ¿Es instinto buscar una manada?

—Allison, no me molestan las preguntas, pero ¿Podemos concentrarnos en buscar a Lydia? —Lindsay habló. Luego de todo lo ocurrido aquella noche, a ella aun le costaba procesar el hecho de que Allison quería unirse a su grupo. Y no lo tomaba precisamente como una disculpa por lo sucedido.

—Lin, solo quiere saber —Su hermano le reprochó —. Y sí, somos más fuertes en manada.

—Superioridad numérica... —Allison aclaró.

—No. Somos mucho más fuertes, rápidos, y mejores haciendo todo.

—¿Lo mismo es con un Alfa?

—Sí, con Derek pasaría igual.

—Oigan, miren esto —Stiles los llamó para que vieran una especie de cable que había en el suelo y Allison fue. Lindsay aprovechó y se acercó a su hermano para hablar.

—Sabes, no me molesta el hecho de que quiera saber todo sobre nosotros, pero al menos déjame procesar el hecho de que ella y su tía hace unos días nos intentaron matar. —Susurro.

—Ella cambió. Estaba siendo influenciada por Kate. Tú misma lo dijiste.

—Lo sé, pero entiéndeme. Sabes que no lidio bien con los cambios. Y, además, no- —Su conversación fue interrumpida pues ambos hermanos ahora se encontraban colgando boca abajo con sus pies en una especie de trampa —¡Stiles!

—¿Sí, Lin? —Ambos chicos voltearon para encontrarse con sus parejas colgando de un árbol.

—La próxima vez que vuelvas a ver una trampa, ¡No la actives! —Ella recriminó.

—Sí, claro...

—Agradece el hecho de que casi nunca uso falda, sino, lo pagarías, Stiles Stilinski.

Él se acercó a ella —Oye, ¿Has oído hablar del beso Spiderman?

—¿En el que Spiderman está en mi posición y Mary Jane se acerca, le baja la máscara sin revelar su identidad y lo besa? —Ella intentó cruzarse de brazos, aunque le fue imposible ya que la gravedad los hacia bajar hacia el suelo —. No, ¿Por qué?

—Podríamos recrearlo... —Sonrió.

—Oigan, no quiero arruinar su momento, pero escucho pasos —Scott informó —. Alguien viene, escóndanse —Les dijo a su amigo y novia. Luego de unos segundos transcurridos, Chris Argent llegó hasta los hermanos acompañado por dos hombres.

—Scott. Lindsay.

—Señor Argent. —Respondieron ambos.

—¿Cómo están?

—Am, bien. Pasando el rato. Estar de cabeza ayuda a la circulación, ¿Lo sabía? —Lindsay dijo, volviendo a intentar cruzarse de brazos obteniendo el resultado anterior. —¿Esto es de usted? Creo que necesita algunas mejoras. No son para nada cómodas, aprietan mucho.

—¿Qué hacen aquí, chicos? —Argent preguntó.

—Buscamos a nuestra amiga —Habló Scott.

—Ah, claro. Es de su grupo ahora, ¿No? ¿Parte del equipo? ¿Así es como le dicen? ¿O le dicen de otra manera? ¿Parte de la manada?

—De hecho, grupo suena muy bien.

—Eso espero, porque sé que es amiga de Allison y hay una circunstancia especial con ustedes... Puedo soportar una, dos a lo mejor, ¿Pero tres? No. —Chris los miró y luego volvió a hablar —¿Saben lo que es una hemicorporectomía?

—¿Se ha puesto a considerar ser profesor? —Lindsay dijo. La sangre de apoco parecía llegar a su cerebro y eso le hacía soltar esa clase de preguntas.

—Es el término médico para amputar a alguien por la cintura. Cortarlos por la mitad. Se requiere mucha fuerza para cortar el tejido y hueso de esa forma —Mostró la acción con su mano indicando por donde cortar en el cuerpo de Scott —. Espero que nunca sea necesario mostrárselos. —Él se retiró seguido de sus hombres.

—¡Nos vemos, señor Argent! ¡Siempre es lindo hablar con usted!

—Lin, basta.

—Vamos, Scott, vele el lado positivo. No nos hizo esa hemicorpopomía.

—¿Están bien? —Allison les preguntó.

—Solo otra conversación con tu papá en la que me amenaza.

—Nos amenaza, querrás decir —Lin lo corrigió.

—La tuya fue la primera. Te libraste de todas las otras cuando me veía por ahí.

—Por eso nunca salgo contigo.

—Stiles, ayúdame. —Allison lo llamó.

Antes de que los dos pudieran hacer que bajaran, Lindsay y Scott sacaron sus garras y cortaron el cable que los tenía prisioneros. Cayeron de pie como si fuera la cosa más simple del mundo.

—Gracias, pero nosotros podemos solos —Hablaron juntos sonriendo.

—¿El que hablen a la vez también es un poder de lobo? —Stiles cuestionó.

—Am, no. Solo pasa. —Scott agregó.

—Bien, ¿Vamos? —Lin señaló la casa.

A la mañana siguiente, el Sheriff Stilinski llegó al cementerio junto a unos oficiales más, donde Isaac se encontraba y también su padre. Un hombre reconocido en aquel pequeño pueblo, un tanto amargado y muy exigente.

—Lahey. Isaac Lahey —Informó el chico.

—¿Trabajas con tu padre, Isaac?

—Cuando no está en la escuela. En donde debe estar en veinte minutos —Su padre habló por él.

—Sí, lo entiendo, pero tengo una adolescente perdida y la unidad canina nos trajo aquí. Ella no trae ropa, y si está afuera y la temperatura baja...

—Lo siento. No vi nada —Isaac aclaró.

—Créame, si hubiera visto una chica desnuda fuera de la pantalla de la computadora, lo recordaría —Aquel hombre soltó una risa.

—¿Dónde te lastimaste el ojo, Isaac? —Preguntó Noah viendo de reojo al señor Lahey.

—En la escuela.

—¿En una pelea?

—No, Lacrosse. —Contestó él mirando el suelo.

—¿Lacrosse? ¿Juegas en Beacon Hills? Mi hijo juega con ellos. Está en el equipo. En realidad, no juega, no aun... Sus dos amigos también. Y uno de ellos es una chica, aun no entiendo como es que ella puede jugar tan bien. Lindsay McCall, ¿La conoces? —Noah hablaba con orgullo. Pues quería mucho a los hermanos como si fueran sus hijos. Stilinski vio como Isaac no quitaba la vista de atrás de él donde el bosque se encontraba —Am... ¿Te pasa algo, Isaac?

—No, lo siento. Me estaba acordando de que tengo que ir a la práctica matutina.

—Una pregunta más... ¿Hay robos de tumbas a menudo aquí?

—Sí, algunos se llevan la joyería. —Contestó el chico. Su padre solo permanecía callado, sin decir absolutamente nada.

—¿Qué se llevaron de aquí? —Señaló la tumba.

—Un hígado. —Informó Isaac. Stilinski miró hacia aquella tumba donde el cajón se encontraba roto con el cadáver al aire libre y algo repugnante.

Y así, un nuevo misterio aparecía en Beacon Hills. ¿Dónde estaba Lydia? ¿Qué planeaba Derek? ¿Y quien era el saqueador de tumbas? Muchas preguntas, y nada de respuestas.











🌙🌙🌙

Bueno, aquí estamos con un nuevo capítulo de esta nueva temporada. Y me disculpo por tardar tanto en subirla. Fueron semanas difíciles y muy atareadas con mis tareas del colegio, pues era mi último año antes de la universidad y me exigieron mucho... Pero ya no más. Ahora soy libre. Okno.

En fin, espero que les haya gustado. No sé que decirles, solo que esta nueva temporada se vendrán un montón de cosas nuevas y espero que les guste...

Esta vez las actualizaciones no serán los lunes, sino que quizá un poco más constantes y pueden ser hasta dos por semana. Ya que decidí escribir algunos capítulos de corrido para que no tengan que esperar tanto.

En fin, eso es todo. Gracias por leer, nos leemos dentro de muy poco. <3

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