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"Mi primo... Miguel"

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—Quieres que hagas, ¿Qué? —Danny preguntó una vez llegó hasta la casa de los Stilinski.

—Rastrees un mensaje —Le contestó el chico.

—Vine por trabajo de laboratorio. Eso hacen los equipos.

—Y lo haremos, después de que rastrees el texto.

—¿Qué te hace creer que sé hacerlo? —Danny preguntó.

—Yo... Yo leí tu reporte de arresto...

—¿Lees los reportes de todos los que arresta tu papá? —Lindsay le preguntó. Ella se encontraba sobre la cama de Stiles leyendo un libro.

—No todos, solos los más importantes... —Respondió él volteando a mirarla.

—Tenía trece años. Retiraron los cargos —Se defendió Danny —. Por cierto, ¿Qué haces aquí, Lindsay?

—¿Por qué todos preguntan eso hoy? —Dijo ella.

—Eso no importa, ¿Rastrearas el mensaje? —Volvió a la conversación original el joven Stilinski.

—No. Haremos tarea.

—Pero... ¡Agh! —Se quejó.

—¿Quién es él? —Preguntó Danny luego de unos segundos mirando a Derek, quien se encontraba en una silla leyendo un libro gigante.

Am... Mi primo... Miguel —Contestó él.

—¿Hay sangre en su camiseta?

—Sí, sí, tiene horribles derrames en la nariz. —Stiles le aclaró. Lindsay soltó una pequeña risa ante las ocurrencias del chico —. Miguel, te dije que podías usar unas de mis camisetas. —Derek lo miró, cerró el libro y lo tiró con furia hacia la cama, casi dándole a Lindsay con él. Derek se levantó de la silla, se quitó su camiseta y comenzó a revisar el cajón de Stiles, con la vista de Danny sobre él. —De todos modos, ambos sabemos que tienes la habilidad para rastrear ese mensaje, así que...

—¿Stiles? —Derek lo llamó.

—¿Sí?

—Esto... No me queda.

—Entonces, pruébate otra. Lo siento —Volvió a mirar a Danny, pero este seguía con la mirada en Derek —. Oye, esa luce bien. ¿Qué opinas, Danny?

—¿Qué?

—La camiseta.

—No es... No es su color. —Respondió él nervioso.

—Sí, tienes razón, Danny. Las rayas naranjas y azules no son lo suyo —Lindsay contestó riendo. Derek la miró con una mirada que irradiaba odio.

Derek volvió a quitarse la camiseta quedando con su torso desnudo y su tatuaje resplandeciendo en su espalda. Lindsay, al igual que Danny, se quedó observándolo mientras buscaba otra camiseta. Stiles la vio mirando a Derek y carraspeó para que quitara la mirada del hombre lobo. Sí, Stiles estaba celoso.

—Bateas para otro lado, pero aun así puedes jugar, ¿No es así, Danny? —Stiles dijo desviando la mirada de Danny de Derek.

—Eres una persona horrible. —Él respondió.

—Sí, lo sé. No me deja dormir por las noches. Como sea, el mensaje...

—¡Stiles! —Derek volvió a interrumpir —. Ninguna me queda.

—Necesito el proveedor, el número de teléfono y la hora exacta del mensaje. —Danny por fin aceptó ayudar con el rastreo del mensaje. Luego de unos minutos de búsqueda, y en la cual Derek había conseguido una camiseta de su talla, Danny había encontrado el origen del mensaje. —Listo. Se envió desde una computadora. De ésta.

—¿Registrada al nombre de esa cuenta? —Derek preguntó viendo la pantalla.

—No, no, no. No puede ser cierto —Lindsay dijo. La búsqueda decía: "Cuenta registrada para Hospital Beacon Hills: Melissa McCall".






















[...]
























Scott se encontraba en la habitación de Allison. Había entrado por la ventana para ver si podía encontrar allí el collar que tanto necesitaban para encontrar al Alfa. Revisó los cajones, joyeros, entre las carpetas, pero no logró dar con dicha joyería. Hasta que su vista se detuvo en un papel que se encontraba sobre un libro. Era un recibo. El recibo del día que fueron a los bolos. Al voltear el papel se podía leer muy claramente "Primera cita con Scott". Luego de unos segundos más en los que observó el papel, vio que una cadena colgaba del libro, al abrirlo, se encontró con el collar que tanto buscaba.

La página del libro marcada por el collar, se trataba sobre La Bestia de Gevaudan. Y en la cual tenía palabras marcadas como: Leyenda, monstruo mítico y la palabra que más le llamó la atención a Scott, loup garou. La cual, al traducirla en su celular, significaba: Hombre lobo. Cerrando el libro y dejando todo en su lugar, a excepción del collar, volvió a abandonar la habitación de Allison. Él había bajado por la ventana, y cuando estaba tomando su bicicleta, una voz lo sorprendió.

—Scott —Lo llamó el señor Argent. Lo invitó a entrar a su casa luego de la excusa de Scott de que tenía que hablar con Allison —. Llegará en un momento. A veces corre después de la escuela.

—En realidad, debería irme. Tengo un partido en la noche.

—¿Quieres algo de beber? —Ofreció —. Cerveza. —Le dejó una botella frente a él.

—No tiene que ponerme a prueba. Ya no salgo con Allison.

—No es eso, y lo siento —Dijo sincero —. Los romances de preparatoria son fugaces, se desvanecen. Vamos, bebe.

—No, está bien... —Rechazó la botella con la bebida.

—Tengo curiosidad por algo, Scott. ¿Conoces a Derek Hale?

—¿Quién? —Preguntó él algo atemorizado.

—Allison dijo que te ha visto hablando con él. Incluso también vio a tu hermana. ¿No crees que es algo desconcertante, Scott? ¿Qué ambos hablen con un presunto asesino?

—No somos los únicos que lo conocemos —Se intentó defender.

—Pero son los únicos que le hablan.

—¿Por qué está hablando cómo si hubiéramos hecho algo malo? O yo en todo caso... Siento que esa pregunta va más dirigida a mí, que a mi hermana. —Scott dijo.

—¿Lo hiciste? —Scott no respondió —No debes tenerme miedo.

Allison corría por el bosque. Los audífonos en sus oídos la desconectaban del mundo. Corría sin rumbo fijo, pero una casa destruida la distrajo. Sí, la casa de aquel hombre lobo. Ella entró a la casa guiada por su curiosidad. Comenzó a examinarla. Cada rincón, cada trozo de madera quebrado. Incluso se detuvo a examinar unas marcas en el piso. Unas marcas las cuales podían notarse muy claramente que eran rasguños. Ella pegó un grito al ver una persona parada frente a ella.

—Vaya pulmones que tienes —Kate la tranquilizó.

—¿Me seguiste hasta aquí?

—Sí. No puedes culparme por preocuparme por mi sobrina favorita ¿O sí? ¿Qué estás buscando? —Le preguntó al verla agachada.

—No lo sé, algo. Lo que sea.

—¿O respuestas a preguntas lejanas cómo...?

—Por qué nos quería matar. —Ella la interrumpió.

—Allison, mira bien este lugar. ¿Te imaginas que tu padre y yo estuviéramos en un lugar así? Te hace pensar cosas interesantes, ¿No crees?

—No me convertiría en una psicópata asesina.

—No tienes que ser psicópata para ser asesina. Solo tener una razón. Y, aun así, algunas veces... —Ella se acercó a observar un pedazo de madera consumido por unas llamas ya viejas —Puede sorprenderte. ¿Qué quieres, Allison?

—No sentir miedo. Esa noche en la escuela, me sentí muy débil. Como si necesitara que alguien viniera a rescatarme. Que horrible sensación. Quiero sentirme más que eso. —Ella eligió sus palabras adecuadas —Quiero sentirme poderosa.

—Allison, si me das un poco más de tiempo... Se solo un poco más paciente. Creo que puedo darte lo que exactamente quieres. —Kate se alejó de ella con una sonrisa en su rostro. Convertiría a su sobrina en una copia de ella.

Allison volvió a su casa y escuchó a su padre hablando con alguien. Se asomó un poco a la sala y estaba él hablando sobre algo con Scott.

—Sabes que solo pienso en la seguridad de mi hija, ¿Verdad?

—¿Me creería si le digo que yo también pienso en eso? ¿Qué es en todo lo que pienso? —Scott se levantó del sofá para mirar mejor al señor Argent —. Cuando estuvimos en la escuela esa noche, cada decisión que tomé, cada detalle fue para asegurarme de que estuviera a salvo.

Chris se levantó para quedar al nivel de Scott —Deberías irte. Llegaras tarde al partido.






















[...]
























Lindsay ya se encontraba en la banca donde los demás jugadores de Lacrosse se encontraban. Ella había sido obligada por Stiles a que fuera al partido y dejara que él y Derek fueran a investigar la procedencia de ese mensaje. Elle vestía su uniforme de Lacrosse, al igual que sus debidas protecciones para el juego y en su mano tenía su palo, también para el juego. Scott se acercaba a ella a paso lento, pues tenía el celular en su oreja, estaba manteniendo una conversación con alguien. No lo había visto desde esta tarde, así que tampoco tuvo tiempo o la oportunidad de contarle todo lo que habían descubierto.

—¿Tomaste la fotografía?

Sí, y es justo como el dibujo. —Stiles decía del otro lado de la línea.

Oye, tiene que haber algo atrás. Tiene que tener algo. —Derek añadió tomando el teléfono de Stiles. —Algo escrito. ¿Se abre? ¿Algo?

—No. Es plana y no se abre. —Scott se sentó a un lado de su hermana, a la cual se le podían notar los nervios que sentía por su primer juego. —No hay nada dentro o fuera de él. Nada. ¿Dónde estás? Lindsay ya está aquí. Tú también deberías estar aquí. Eres titular.

El entrenador se acercó a Scott golpeando levemente la mano en la cual tenía el celular —¿Dónde rayos está Bilinski? ¿Eh?

—No jugaras si no estás aquí cuando empiece el partido. —Volvió a decirle al chico.

Lo sé. Mira, si ves a mi papá, dile que estaré ahí, pero un poco tarde. ¿Quieres?

—Sí, se lo diré.

Está bien, gracias. —Ambos cortaron la llamada.

—¿Llegará a tiempo para el partido? —Lindsay le preguntó.

—Espero que sí.

—Le dije que no fuera allí. —Susurró para ella misma.

Jackson se acercó hacia los hermanos y se sentó en medio de ambos —La mordida lo hace, ¿Verdad?

—Sí. —Respondió Scott.

—Entonces, es fácil.

—No, Jackson, no lo es. —Lindsay habló por fin —Y nosotros no podemos hacerlo. Debe hacerlo un Alfa.

—Bien. Llévame con él —Dijo mirando a la chica.

—Escucha, niño bonito, ni siquiera sabemos quién es él.

—Ella no miente, Jackson —Scott apoyó a su hermana —. Esto es más complicado de lo que crees. Hay, hay otros... Cazadores.

—¿Qué? ¿Qué cazadores?

—Cazadores de licántropos. —Lindsay le aclaró.

—Ay por favor, puras mentiras. —Jackson se rio, pues para él son puras invenciones de los hermanos para no darle lo que él quería.

—Sí, idiota —Lindsay dijo ya irritada —. Hay toda una familia con armas. ¿Puede tu pequeño cerebro entender eso? Portan rifles. —Dirigió su mirada hacia la familia de Allison para que Jackson entendiera la gravedad del asunto.

—¿Ellos? —Señaló, nada disimuladamente, a la familia Argent.

—¿Qué? No, no, no. —Scott intentó negarlo.

—Por Dios, ahora tiene sentido. Allison Argent. —Scott lo miró confundido —Por favor, ¿No entiendes? Has estado con ella todo este tiempo. Su apellido, idiota. ¿Sabes que significa Argent en francés?

—Plata —Informó la chica McCall. Nunca lo había pensado. —Significa plata.

Derek y Stiles se encontraban en el Jeep de este último. Luego de la información obtenida gracias a Danny, se dirigieron hacia la ubicación que les había indicado.

—No vas a llegar. —Derek dijo una vez Stiles terminó su llamada con Scott.

—Lo sé.

—No le dijiste lo de su mamá.

—No hasta que sepamos la verdad.

—¿No crees que Lindsay le dirá?

—Ya hablé con ella. Acordamos no sacar conclusiones hasta saber la verdad. Por lo tanto, no le dirá nada a Scott.

—Por cierto, una cosa más.

—Sí. —Derek tomó por atrás la cabeza de Stiles y la estrelló contra el volante del Jeep —. ¡Por Dios! Pero ¿Qué diablos fue-

—Sabes por qué lo hice. Ahora ve. —Señaló el establecimiento médico. El mismo donde Lindsay y Scott habían ido y donde tenían al tío de Derek. Stiles aun quejándose por el golpe, bajó del vehículo y corrió hasta dentro del lugar.

—No, no puedo encontrarla. —Stiles había buscado por todo el lugar a una persona, pero no había logrado encontrarla.

Pregunta por Jennifer, ha cuidado a mi tío. —Derek le dijo del otro lado de la línea.

—Él tampoco está aquí —Stiles informó entrando a la habitación y viendo que allí no había nadie.

¿Qué?

—No está aquí, Derek.

Derek no respondió por unos segundos. Su mente estaba uniendo todos los puntos, hasta que por fin lo comprendió todo —Stiles, sal de ahí ahora. ¡Es él! ¡Él es el Alfa! ¡Sal de ahí!

Stiles muy sorprendido por la noticia, salió del cuarto, pero Peter Hale lo estaba observando desde fuera de esta. —Tú debes ser Stiles.

Stiles retrocedió de espaldas para no quitarle la vista de encima, cuando alguien habló —¿Qué haces aquí? —Al voltearse, vio a la enfermera que cuidaba a Peter. —Ya no es hora de visitas.

—Tú... Y él... ¿Eres quién...? ¡Oh, por Dios! Él es... —Intercalaba miradas entre ambos sujetos —¡Ay por Dios! Voy a morir... —Derek llegó en el momento justo para noquear a la enfermera.

—Eso no es amable. Ella es mi enfermera.

—Solo es una loca que te ayuda a matar personas. A un lado, Stiles. —Derek intentó alejarlo de la pelea que se vendría.

—Ay demonios...

—¿Crees que maté a Laura a propósito? —Peter comenzó a acercarse lentamente a su sobrino. —¿Alguien de mi familia? —Derek puso sus ojos de ese azul eléctrico y atacó a su tío, pero este, al ser un Alfa, logró evitar su golpe y comenzó a estrellarlo contra las paredes del lugar. Ah, y Stiles había salido corriendo fuera del hospital, para proteger su vida. Peter tomó del cuello a Derek, poniendo presión en el —Mi mente y mi personalidad, literalmente, se quemaron en mí. Me manejé por puro instinto. —Soltó a Derek y caminó hasta su enfermera para tomar unas llaves de su bolsillo.

—¿Quieres perdón? —Derek se reincorporó y le dio un puñetazo en la cara.

—Quiero que me entiendas. —Dijo Peter después de darle un cabezazo y lanzarlo lejos de él. —¿Tú tienes alguna idea de lo que fueron para mí estos años? Sanar cada una de mis células. Incluso más tardado, reparar la conciencia. —Stiles había vuelto al lugar, y se quedó escondido en la espera del momento indicado para ayudar a Derek —Sí, volverme un Alfa, tomar eso de Laura, me alentó al proceso de sanación. No puedo evitarlo. —Derek volvió a enfrentar a Peter, pero él con sus instintos más desarrollados por ser el Alfa, logró esquivar cada uno de sus golpes —. Intenté decirte lo que pasaba. Intenté advertirte.

Peter tiró a Derek por los aires, haciendo que rompiera un vidrio divisor entre la recepción y él. Derek arrastrándose se adentró a una especie de habitación donde se ocultó. Peter lo siguió.

—Esperaba algo dramático más atractivo, pero... —Él se miró en un espejo que había allí e hizo desaparecer su cicatriz de quemadura. —Cuando luces así, ¿Por qué esperar? Derek, al menos debes dejarme explicar. Después de todo, somos familia.

De vuelta al partido, Bobby Finstock se acercó a sus dos co-capitanes y a su nueva titular. Para felicitarlos por la buena amistad que estaban creando.

—Bien, esto es lo que quiero ver. Que el rival se vuelva aliado. Saben que no hay un "Yo" en un equipo, ¿Verdad?

—Sí lo hay entrenador. —Scott respondió.

—Entonces, sabelotodo, ¿Qué tal esto? No aprobaras Economía si no ganas el partido. ¿Bien? Perfecto —Golpeó levemente las espaldas de ambos muchachos, luego miró a la chica McCall —¡McCall! Espero lo hagas bien. Es la única oportunidad que te doy, si no, estás fuera de mi equipo.

—Sí, entrenador. —Respondió ella. —Haré que ganemos el partido.

—Ese es el espíritu. —Alentó Bobby para luego alejarse.

—¿Qué es lo que harás? —Scott le preguntó a Jackson.

—Bien. Les daré una oportunidad de darme lo que quiero. ¿Qué les parece tres días? —Ambos hermanos lo miraron —72 horas. Es todo lo que tienen.

—No podremos hacerlo en tan poco tiempo —Dijo ella.

—Ay, por favor, McCall. Esa no es la actitud. —Se levantó alejándose de ambos.

—¡Vamos, chicos! —Bobby llamó a todos sus jugadores para la típica charla antes del partido —¡Esta es una gran noche!

Por su lado, luego de interrogar a Harris, y que le dijera que una chica con un collar muy peculiar había iniciado el incendio, Stilinski había llegado al partido. No vio a su hijo por ningún lado, lo cual le pareció muy extraño. Se fijó entre los jugadores que formaban una especie de barrera hacia Finstock, pero no lograba distinguir su característico número 24. Vio el de Scott, y el de Lindsay, pero no había señales de Stiles.

—El de allá es Jackson —Allison le dijo a su tía mientras señalaba al chico con el número 37 en su jersey. —Y esa de allá, es Lindsay, la hermana de Scott. —Volvió a señalar a la chica, esta vez con el número 23.

—¿Una chica jugando Lacrosse? ¿Eso está permitido?

—Eso creo. Ella es muy buena esquivando, corre muy rápido y además es muy fuerte. —Explicó Allison —Me alegra que haya entrado al equipo.

A Kate le pareció un tanto extraño que una chica de su estatura y de su complexión pudiera hacer tantas cosas. Con Lindsay como sospechosa, Kate interrogó a Allison sobre Jackson —Es muy guapo ese chico. Si estuviera en preparatoria de nuevo, o tal vez maestra sustituta...

—Estás loca.

—Deberías hacer algo con él. —Jackson se volteó hacia el frente, dejando a la vista su herida en el cuello. Kate lo miró y luego a su hermano para susurrarle: —Chris, ¿Recuerdas que hablamos de dos Betas más, además de Derek? ¿Dos de ellos más jóvenes?

—Sí...

—¿Un rasguño te puede convertir?

—Si el rasguño fue profundo, talvez.

—¿Qué tan profundo crees que sea ese? —Señaló a Jackson —¿Y no te parece extraño que solo haya una chica en el equipo? Tiene fuerza, rapidez... ¿Tú que dices?

Y así, los Argent sacaban conclusiones sobre aquellos chicos. Si eran eso que estaban pensado, todo se volvería un caos. Lindsay no prestaba atención a nada. Solo estaba concentrada en escuchar las palabras del entrenador para un juego estupendo. Mientras que Scott, él estaba muy atento a la conversación de los Argent. Los habían atrapado. Habían descubierto a Lindsay, pero, además creían que el segundo Beta, era Jackson y no él. Tenía que alejar o retirar las sospechas que los cazadores tenían de su hermana.














































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