• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙄𝙄𝙄
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"Atrapados en la escuela"
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—¡Ciérrala! ¡Ciérrala! —Scott decía entre asustado e histérico, mientras entre los tres intentaban cerrar como podían las puertas de la preparatoria. Pues el Alfa había escuchado el aullido que la chica McCall había hecho, y ahora venía en busca de ambos lobos adolescentes.
—¿Te parece que tengo una llave? —Stiles añadió también histérico, como todos, por el terror que sentían.
—¡Trae algo! —Lindsay dijo.
—¿Qué?
—¡Lo que sea!
Stiles se asomó a la puerta para poder ver por el vidrio de esta, y tirado en medio de las escaleras del exterior, se encontraba la herramienta que habían usado para cortar la cadena de la puerta cuando entraron por primera vez.
—No. —Lindsay le dijo.
—Sí.
—Stiles, no, no salgas —Ella intentó evitarlo, pero no resultó. El chico Stilinski abrió la puerta y se adentró a la oscuridad de la noche.
Stiles lentamente se acercó hasta poder tomar la herramienta. Ambos hermanos registraban el exterior para poder dar aviso por sí el Alfa aparecía. Y sí lo hizo. De atrás del Jeep, y corriendo como nunca, el Alfa se acercaba a Stiles. Entre los gritos eufóricos que sus amigos soltaban, Stiles logró dar media vuelta y adentrarse nuevamente a la escuela para poder trabar la puerta con dicha herramienta.
—¿Dónde está? —Scott preguntó mirando por la ventana. Stiles tomó la linterna y alumbró hacia afuera.
—¿A dónde fue? —Ahora fue Lin quien preguntó.
—No resistirá, ¿Verdad? —Scott preguntó una vez se alejaron de la puerta.
—Probablemente no —Stiles le respondió.
Los tres se miraron y comenzaron a correr por el oscuro pasillo de la escuela. Se adentraron a un salón y empezaron a mover el escritorio.
—Esto no lo mantendrá afuera —Lin añadió.
—Lo sé... —Le respondió Scott.
—Es su jefe.
—¿Qué? —Ambos hermanos preguntaron.
—Deaton, el Alfa. Su jefe —Stiles especificó.
—No.
—Sí, el hombre lobo asesino.
—No, no puede ser él —Lindsay seguía negando.
—Ay por favor. Desaparece y diez segundos después esa cosa arroja a Derek, ¿No es suficiente?
—No es él —Ahora negó Scott.
—Mató a Derek.
—Derek no murió. No puede estar muerto.
—Salió sangre de su boca, eso no califica como una herida menor. Está muerto y seguimos nosotros.
—Bien, entonces, ¿Qué hacemos? —Lindsay preguntó.
—Vamos a mi Jeep. Nos iremos. En serio deben pensar en renunciar a su trabajo. —Stiles dijo para luego separarse del escritorio y asomarse a las ventanas del salón. Scott imitó su acción e intentó abrir una —. No. No abren por el sistema de aire acondicionado.
—La romperemos —Lindsay propuso.
—Lo cual hará mucho ruido.
—Entonces, correremos. Muy rápido.
Mientras intentaban buscar otra alternativa para escapar, Scott fijó su mirada en el Jeep y notó algo extraño.
—Stiles, ¿Qué le pasó a tu capó?
—¿Qué? No tiene nada.
—Está destrozado.
—¿Cómo abollado? —Él se acercó a Scott para poder alumbrar con la linterna su Jeep y verlo.
—No, dije destrozado.
—Qué diablos... —No terminó su expresión, pues algo fue lanzado por la ventana rompiéndola en miles de pedazos y haciendo que los tres se agachasen para no ser heridos por los vidrios. —Es mi batería... —Alumbró el objeto que había sido lanzado e iba a levantarse para buscarlo.
—No —Lindsay lo detuvo —No te muevas.
—Debemos irnos.
—Puede estar ahí afuera.
—Está ahí afuera. —Recalcó el chico Stilinski.
—Okey, déjenme echar un vistazo —Scott lentamente se levantó para poder ver hacia el exterior.
—¿Ves algo? —Preguntó Stiles.
—No.
—¿No vamos? —Ahora preguntó su hermana.
—Vámonos. —Y en total silencio, los tres salieron del salón para dirigirse al pasillo en busca de alguna otra salida —. Por aquí.
—No, no, no. Hay muchas ventanas —Stilinski lo detuvo.
—Cada salón tiene ventanas, Stiles —Ella dijo obvia.
—Entonces donde haya menos ventanas.
—Los vestidores —Scott agregó.
—Sí, vayamos. —Luego de unos segundos caminando por los oscuros pasillos, llegaron hasta los vestidores. Alumbraron el lugar para poder ver donde estaban parados y se adentraron en ellos.
—Llama a tu papá —Scott le pidió a Stiles.
—Y le digo, ¿Qué?
—No lo sé, una fuga de gas, un incendio. Sí esa cosa ve este lugar lleno de policías, se irá.
—¿Qué tal sí no? ¿Qué tal si se convierte en Terminator y destruye a todos los policías, incluido mi papá?
—Pero tienen armas.
—Sí, y a Derek le dispararon con una bala de Wolfsbane para tranquilizarlo, ¿Recuerdas? —Le recordó su hermana, dando apoyo al chico Stilinski. Pues ninguno de los dos quería que alguien más saliera herido.
—Entonces... Debemos... Debemos encontrar una salida y correr.
—No hay nada cerca a menos de un kilómetro y medio... —Stiles dijo.
—¿Y el auto de Derek? —Lindsay soltó.
—Sí, podría ser. Vamos afuera, nos llevamos las llaves y nos llevamos el auto —Stiles aclaró.
—Y a él. —Scott agregó.
—Bien. Como sea.
Los tres caminaron nuevamente hacia la puerta de salida de los vestidores, cuando Lindsay escuchó algo y detuvo la mano de Stiles que ya se encontraba en el pomo de la puerta.
—Espera.
—¿Qué? —Él la miró.
—Creo que escuché algo.
—¿¡Cómo que algo!? —Preguntó gritando en susurro.
—Shh, silencio.
—Escóndanse —Scott pretendió un intento de hermano mayor, aunque solo era mayor por quince minutos, para defender a su hermana y amigo.
Lindsay se escondió en el único casillero que era más grande que el resto, porque ahí se guardaba el equipamiento de Lacrosse, entre otras cosas. Scott se escondió en uno más pequeño frente al de ella, y Stiles atemorizado por el terror que sentía, no vio mejor manera que ocultarse en el mismo que la chica McCall.
—Stiles, ¿¡Qué haces!? Escóndete en otro —Ella intentó evitar que entrara, pero no resultó.
—Era el más cercano a mí. Y no quería esconderme solo.
—Por favor, Stiles. —Ella soltó un suspiro. Ambos habían quedado muy juntos. Sus respiraciones se mesclaban y la tensión que había allí dentro podía cortarse con una garra. Lindsay hizo un pequeño movimiento quedando pegada a la parte trasera del casillero, al igual que Stiles, pero él quedo frente a ella. Haciendo que Lindsay coloque sus manos sobre su pecho, pues no podía bajarlas. —Esto es... Creo que hace calor aquí dentro.
—Am, sí... —Un sonido se escuchó, como si alguien hubiera abierto la puerta de los vestidores. Ambos se quedaron en silencio para tener que evitar a hablar de lo que estaba sucediendo entre ellos, y para no ser asesinados por una criatura gigante. Una sombra se detuvo frente a su casillero y fueron alumbrados por una linterna.
—Por Dios santo, otros adolescentes hormonales intentando tener sexo en lugares prohibidos —El conserje dijo mientras abría la puerta del casillero.
—¿Qué? No, no, no. Claro que no —Ambos chicos comenzaron a negar rápidamente mientras salían de ahí.
—Shh, hagan silencio —Scott salió de su casillero y los silenció.
—Los quiero a todos afuera —El conserje ordenó.
—No, escúchenos un segundo —Stiles intentó hablar.
—No. Salgan de aquí ahora —Los empujó a los tres fuera de los vestuarios.
—No, no entiende, queremos decir-- —Lindsay fue interrumpida otra vez por el conserje.
—No, les dije que se-- —Algo arrastró al conserje de vuelta a los vestidores cerrando la puerta a su paso. Gritos fueron lo único que salió de ahí dentro. Al parecer el Alfa había logrado cazar al conserje. Lo golpeaba contra la puerta dejando ver pequeños manchones de sangre.
—Vámonos de aquí —Stiles dijo y los tres comenzaron a correr lejos del lugar.
[...]
Allison se encontraba en la entrada de su casa. Estaba esperando a Scott, pues ella lo había invitado a ir a su casa a las ocho y media y Scott aun no llegaba. Su teléfono sonó, con la esperanza de que sea Scott lo atendió, pero no. Jackson la llamaba.
—Lydia dijo que iríamos por ustedes.
—Por favor no, seguro viene en camino. Sólo está... veintiséis minutos tarde...
—¿Escuchaste eso? —Lydia ahora era la que hablaba —Primero dices: "Solo está veintiséis minutos tarde", un mes después diras: "Sólo me pega cuando está ebrio". Estás en un callejón sin salida, Allison.
—Iremos por ustedes. —Jackson dijo.
—No.
—Demasiado tarde —Él estacionó su Porche frente a ella. Allison caminó hasta posicionarse frente a la puerta de Jackson —Lydia tiene lo que Lydia quiere. Anda sube, podemos ir hasta su casa a ver si está ahí. —Un mensaje llegó al teléfono de Allison.
—¿Es él con la mejor explicación que existe de por qué lleva media hora de retraso? —Lydia añadió a un lado de Jackson.
—No es así...
De vuelta en la preparatoria, los tres amigos se encontraban corriendo por todos los pasillos intentando alejarse lo más posible de la ubicación actual del Alfa. Llegaron hasta las puertas traseras del establecimiento, pero se dieron un fuerte golpe al ver que estas no se abrían, estaban bloqueadas con unos contenedores de basura.
—Es un contenedor de basura. Lo puso frente a la puerta —Scott informó.
—Para bloquearnos —Stiles siguió insistiendo en abrir la puerta —Rápido, ayúdenme.
—Stiles, detente.
—No moriré aquí. No moriré en la escuela.
—No vamos a morir —Lindsay intentaba calmar a su amigo, mientras volvían a caminar por los pasillos.
—Dios, ¿Qué está haciendo? ¿Qué quiere?
—A nosotros —Le respondió la chica McCall —. Derek dijo que es más fuerte con una manada.
—Ah genial. Un hombre lobo al que le gusta trabajar en equipo. Es... Es hermoso —Stiles soltó con su total sarcasmo.
Los tres frenaron de golpe, pues algo los estaba mirando desde el techo del edificio del frente. El Alfa los estaba mirando, rápidamente empezó a correr rumbo a ellos, atravesando la ventana a un lado. Los tres adolescentes comenzaron a correr como si no hubiera un mañana. Bajaron las escaleras lo más rápido que pudieron, tratando de perder por completo al Alfa.
Allison, Lydia y Jackson llegaban a la preparatoria, pues supuestamente, Scott había mandado un mensaje diciendo que los vería ahí.
—¿Qué están haciendo aquí? —Jackson preguntó.
—Sólo recibí esto —Allison le mostró el mensaje.
—"Te veo en la escuela, es urgente. Scott" —Jackson leyó.
—Cierran la puerta en la noche —Lydia informó.
—Esa está abierta —Allison señaló un lugar. Era la misma puerta que Stiles había cerrado con la herramienta del otro lado para que no pudiera entrar el Alfa. Pero al parecer, sí había logrado abrirla.
—No necesitas que aclare lo obvio, ¿Verdad?
—¿Qué parece que entraron a la escuela? No. Es muy obvio.
—¿Quieres que vaya contigo? —Jackson propuso.
—No, está bien.
—Oye, Allison...
—Me miras como si fueras a decir: "Ten cuidado".
—Así es. —Le tendió una linterna. Lydia por su parte, observaba la escena un poco confundida. Ella aún permanecía en el auto de su novio. —¿Qué?
—Esa mirada no la había visto nunca.
—Estoy preocupado.
—Hum, luce bien en ti. Tranquilízate, no tardaré —Allison se adentró a la escuela. Dejando a Jackson con una sonrisa en su rostro y a una Lydia un tanto celosa.
Luego de unos minutos en los que Allison no volvía, Jackson notó algo extraño en el Jeep del chico Stilinski que estaba frente a él.
—¿Ves eso? —Jackson preguntó mirando al frente.
—¿Qué? —Preguntó Lydia sin entender.
—El capó de esa basura de Jeep luce más raro de lo usual —Él abrió la puerta para poder ir a investigar.
—¿A dónde vas?
—Iré a ver, quédate aquí.
—No me quedaré en el auto.
—Quédate en el maldito... —Lydia lo interrumpió.
—No me dejes sola en el auto.
—Bien. No hagas drama —Jackson le respondió ya un poco irritado por las acciones y actitudes de la chica Martin. Llegaron hasta el vehículo, y unos rasguños podían verse claramente en el capó del auto.
—Mira eso. Sí es un pedazo de basura. ¿Podemos ir por Allison e irnos? —Jackson comenzó a retroceder —¿Qué haces? ¿Iras por Allison? ¡Jackson! —Los dos se adentraron en el establecimiento.
Lindsay, Scott y Stiles, seguían corriendo por sus vidas. Llegaron hasta la parte más baja de la preparatoria, donde se encontraba los tanques de agua, los del gas, la calefacción y algunos casilleros más, entre otras cosas.
—Debemos hacer algo —Stiles dijo.
—¿Cómo qué? —Lindsay le respondió mientras veía a su alrededor.
—No sé. Matarlo, herirlo, causarle angustia mental... Algo. —Stiles tomó sus llaves de su chaqueta y la lanzó dentro de una habitación, para luego cerrar la puerta cuando el Alfa ya había entrado —El escritorio, tráiganlo. Rápido. —Los hermanos obedecieron bloqueando la puerta con el escritorio.
—Genial. Lo atrapamos.
—Sí, vengan para acá —Stiles les dijo, pues el escritorio los había dividido quedando los dos hermanos en el otro extremo del pasillo. Ellos saltaron encima del escritorio y llegaron junto a su amigo.
—¿Qué haces? —Scott le preguntó al ver a Stiles acercarse a la pequeña ventana de la puerta.
—Quiero verlo.
—¿Estás loco?
—Está atrapado, ¿Sí? No saldrá —Stiles subió encima del escritorio y comenzó a alumbrar con la linterna la pequeña ventana —. Así es, te tenemos.
—Cierra la boca —Lindsay lo calló.
—No, esta cosa no me da miedo —El Alfa apoyó su mano en la ventana haciendo que Stiles se llevara el susto de su vida —. No te tengo miedo. Porque tú estás adentro y nosotros aquí. No iras a ningún la-- —Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido del techo rompiéndose. Sí, el Alfa había escapado por el techo. Y con cada paso que daba, el techo arriba de los adolescentes, se iba abollando de a poco. Los tres comenzaron a correr nuevamente.
Allison ya había entrado a la escuela, por lo tanto, se encontraba recorriendo los pasillos en busca de su chico.
—¿Scott? ¿Scott? —Comenzó a caminar por los pasillos alumbrando su paso —¿Scott?
—Hay uno justo ahí —Lydia y Jackson se encontraban en el otro extremo de la preparatoria. Sin ninguno de sus amigos cerca.
—¿Tienes que ir justo ahora? —Jackson dijo, pues a Lydia le urgía ir al baño.
—Sí, justo ahora. ¿Tienes algún problema con que haga una función fisiológica básica?
—Comienzo a tener problemas con todas tus funciones —Lydia se adentró en el baño ignorando las palabras de su novio. A lo lejos, se podía ver una figura de pie intentando esconderse —McCall —Jackson lo llamó, pero no era Scott —. ¿Scott? ¿Derek? —Dijo sus nombres, pero la criatura no respondió por ninguno. Volvió a ponerse en cuatro patas y desapareció de la vista del chico. Dejándolo muy asustado.
—¿Los encontraste? —Lydia salió del baño. Por instinto, Jackson tocó la herida detrás de su cabeza mientras negaba la pregunta de la chica Martin.
Luego de tanto caminar, Allison por fin había llegado hasta la piscina que la escuela les brindaba. Comenzó a buscar a Scott por ahí, pero este no estaba por ningún lado. El sonido de su celular hizo que pegara un leve salto del susto. Cuyo sonido, también había sido escuchado por los dos lobos adolescentes que allí se encontraban.
—Esperen —Scott los detuvo.
—También lo escuchaste, ¿No es así? —Ella preguntó mirando a su hermano.
—Sí, parece un teléfono sonando.
—¿Qué? —Stiles preguntó sin entender la conversación de sus amigos.
—Conozco ese tono. El teléfono de Allison —Y así, rápidamente, Scott se alejó para seguir dicho sonido.
[...]
—Oye, no los encuentro. Claro, dame un segundo. Voy para allá —Allison cortó la llamada para volver a reunirse con Lydia y Jackson. Nuevamente el teléfono de Allison sonó, el nombre de Stiles podía leerle a la perfección —¿Stiles?
—No, soy yo. ¿Dónde estás? —Scott le preguntó.
—Estoy buscándote en la escuela. ¿Por qué no fuiste a mi casa?
—¿Dónde estás ahora?
—En el primer piso.
—¿Dónde? ¿Dónde estás exactamente? —Scott demandaba que le respondiera con exactitud.
—En las piscinas.
—Ve a la entrada. Ve ahora.
—Sí, ya. Ya voy —Allison cortó la llamada para dirigirse al lugar donde le habían exigido que vaya.
—¿Por qué viniste? ¿Qué haces aquí? —Scott preguntó una vez se reunió con Allison.
—Porque me lo pediste —Ella contestó.
—¿Yo te lo pedí? —Allison comenzó a buscar el mensaje en su celular para luego mostrárselo.
—¿Por qué creo que no mandaste ese mensaje?
—Porque no lo hice.
—¿Cómo llegaste aquí? —Stiles interrumpió para preguntarle.
—Jackson condujo.
—¿Jackson está aquí? —Ahora soltó Lindsay.
—Y Lydia. ¿Qué pasa? ¿Quién mandó el mensaje? —Allison pedía que, aunque sea le respondieran una de las preguntas que estaba haciéndose dentro de su cabeza. Su teléfono sonó —. ¿Dónde están? —Las puertas a un lado de ellos se abrieron dejando ver a Lydia y Jackson.
—Al fin, ¿Podemos irnos? —Lydia pidió.
Otra vez los pasos en el techo comenzaron a escucharse. Scott entrelazó su mano con la de Allison para luego decir:
—¡Corran!
Todos juntos comenzaron a correr, pues el Alfa había caído del techo y ahora se encontraba persiguiéndolos. Llegaron hasta la parte de la cafetería y trabaron las puertas con las trabas que estas tenían.
—Ayúdenme a poner esto en la puerta —Lindsay dijo mientras intentaba poner una maquina expendedora frente a la puerta.
—Scott, Lindsay, esperen. Aquí no —Stiles decía, pero nadie lo escuchaba.
—¿Qué fue eso? Scott, ¿Qué fue eso? —Allison preguntaba casi gritando. Scott no respondió ninguna pregunta, sólo se limitaba a ayudar a su hermana y a Jackson a colocar la máquina frente a la puerta.
—¿Qué le hicieron al techo? —Ahora Lydia fue la que soltó una pregunta.
—Las sillas. Traigan las sillas —Scott pidió y las chicas fueron en busca de los objetos.
—Chicos —Stiles seguía intentando llamarlos —. Esperen un segundo, chicos. Escúchenme —Nadie le hacía caso, estaban concentrados en apilar las sillas para bloquear la puerta. —Chicos, habla Stiles. ¿Pueden esperar un segundo, por favor? ¡Oigan! —Soltó un grito haciendo que por fin lo escucharan —. Está bien. Excelente trabajo todos. Ahora, ¿Qué haremos con la pared de seis metros de cristal? —Señaló detrás de él dejando ver todas las ventanas que la cafetería tenía.
—¿Alguien podría explicarme qué pasa? Porque me estoy asustando —Allison miró con preocupación a Scott —, y en serio me gustaría saber por qué. ¿Scott?
—Alguien asesinó al conserje —Stiles respondió ya que vio que su mejor amigo no respondería las preguntas que su novia hacía.
—¿Qué?
—Sí, el conserje está muerto —Lindsay apoyó las palabras del chico Stilinski.
—¿De qué estás hablando, Lindsay? ¿Es una broma? —Allison la miró.
—¿Quién lo hizo? —Ahora fue turno de Jackson.
—No, no, no. Esto ya debió haber terminado. El león de montaña... —Lydia intentó hablar, pero Jackson la interrumpió.
—No, ¿No entiendes? No hubo león de montaña.
—¿Quién fue? ¿Qué quiere? —En los ojos de la chica Argent podía verse como estaban a punto de salir las lágrimas que tanto estaba intentando retener —. ¿Qué está pasando? ¡Scott!
—No sé —Respondió después de tanto silencio —, pero está... Está afuera y nos matará.
—¿A nosotros? ¿Nos matará? —Lydia preguntaba aferrándose más al brazo de Jackson.
—¿Quién? ¿Quién es? —Allison al borde del colapso, miró a los dos chicos que antes habían dado la información. Pero ni Lindsay ni Stiles supieron que contestar. Aunque de la boca de Scott, salió esa respuesta que tanto estaban esperando oír.
—Es Derek. Derek Hale.
—Espera, ¿Derek mató al conserje? —Jackson añadió sin creer mucho en sus palabras.
—¿Estás seguro?
—Yo lo vi.
—El león de montaña... —Lydia seguía con lo mismo.
—No, Derek los mató —Y Scott seguía con su mentira.
—¿A todos ellos?
—Sí, comenzó con su hermana —Él respondía sus preguntas. Lindsay y Stiles solo se miraban sin entender por qué Scott estaba haciendo lo que estaba haciendo. ¿Por qué inculparía a alguien que ya había muerto?
—Al conductor del autobús...
—Y al chico de la tienda de videos. Fue Derek todo el tiempo. Él está en este lugar con nosotros. Y si no logramos salir... Nos matará también.
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