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• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙄𝙄


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"Ancla"

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—Sólo aléjate de ella unos días, puedes hacer eso —Scott y Stiles entraban a los vestuarios.

—Pero ¿Serán unos días o, para siempre?

—El asunto de las mujeres te hacen débil suena a guerrero espartano para mí. Talvez es parte del proceso de aprender.

—Sí, pero ya viste a Derek. Está solo. ¿Y sí nunca vuelvo a estar cerca de ella?

—Sí no estás muerto, puede ser buena idea —Stiles le contestó.

—Prefiero morir.

—No terminarás como Derek. Lo solucionaremos.

—Bien —Scott aceptó.

—Vámonos de aquí.

—Algo huele horrible aquí —Scott agregó mientras se colocaba su mochila para abandonar los vestuarios.

—¿En serio? ¿En los vestidores? No tiene sentido —Stiles dijo.

—No, como algo pudriéndose o muriendo —Scott aclaró.

Después de que ambos amigos abandonaran el vestuario, Jackson salió de detrás de unos casilleros. Su aspecto no era el mejor. Se encontraba todo sudado y con unas ojeras muy notables. Sí, su estado era muy lamentable. Él se acercó hasta los lavados y se miró en el espejo, colocó su mano detrás de su nuca, para sacarse el vendaje que cubría su herida y esta no se veía muy bien.

Jackson sentía nauseas, ganas de vomitar, pero por suerte no lo hizo. Después de todo, no sería una bonita escena de ver. Luego de echarse un poco de agua a la cara, para despejarse, abandonó los vestuarios. Caminaba por los pasillos, hasta que se encontró con Allison. Ella estaba leyendo un libro, parecía antiguo. Jackson se deslizó por los casilleros hasta quedar sentado a un lado de ella.

—¿Qué estás leyendo?

Allison dio un leve salto del susto —Ah, hola. Algo para mi proyecto de Historia. —Allison lo miró —¿Tienes hora libre?

—No, no me gusta la clase de Química.

—Lo entiendo... —Ambos se quedaron en silencio unos segundos, luego Allison volvió a mirar a Jackson —¿Tú querías algo?

—En realidad, sí. Quiero hablar —Él respondió —. Me di cuenta que he sido un idiota contigo, en especial con Scott. Y quería disculparme. En serio.

—Sí, claro. Sé que hablas en serio, pero no estoy segura de creer que eres sincero.

—¿Sabes que se siente ser el mejor jugador del equipo? —Jackson le preguntó. —¿Ser la estrella? ¿Qué cada persona en el partido grite tu nombre? Y después... Un niño llega y todos lo vean en lugar de verte a ti. ¿Sabes lo que se siente? —Los ojos de Jackson estaban a nada de expulsar lágrimas, pero las contuvo. No lloraría en frente de nadie.

—No lo sé.

—Se siente que... Se siente que alguien te robó algo. Y comienzas a creer que harías lo que fuera, por tenerlo devuelta.

—¿Has oído que no hay un yo en un equipo?

—Sí, pero hay un para mí. —Jackson ríe —Fue un chiste. De verdad, creo que debes odiarme.

—Claro que no.

—¿Segura? —Él preguntó. —Porque no soy mal chico. Digo, sí hago cosas estúpidas, muchas. Pero no soy malo. Me agradas. Y Scott. En serio me agradan los dos y quiero agradecerles. Quiero conocerlos mejor. Incluso a la hermana de Scott. Oí que ella es genial. Podría conocerlos mejor a ambos... —Allison miraba confundida a Jackson. Preguntándose porque tanta curiosidad hacia los hermanos McCall, y por qué quería acercarse a ellos. —Entonces, ¿Qué lees?






[...]






Los mellizos McCall junto a Stiles se encontraban en la clase de Economía del entrenador Finstock. Al parecer no solo enseñaba Lacrosse.

—Chicos, siéntense, siéntense. Tenemos mucho que ver hoy —Bobby decía mientras apoyaba unos cuantos libros en su escritorio. —Vamos, rápido.

—Stiles, siéntate detrás de mí —Scott le dijo, pero Stiles no llegó pues Allison había ocupado su asiento.

—Hola —Saludó ella.

—Am, hola —Stiles le devolvió el saludo.

—Hola. No te vi en todo el día —Ahora iba dirigido a Scott.

—Hola. Am, sí, estuve muy ocupado.

—¿Cuándo arreglaras tu celular? Siento que estoy muy desconectada de ti.

—Pronto. Muy pronto.

—Cambié de pareja de laboratorio.

—¿Con quién? —Scott preguntó.

—Contigo, tonto.

—¿Conmigo? —Scott sonaba muy nervioso —. Digo, ¿Segura?

—Sí. Así tengo una excusa para que vayas a casa a estudiar.

—Oh...

—No te importa, ¿Verdad? —Allison preguntó un poco dudosa.

—No quiero... Que tus notas bajen.

—Talvez yo puedo hacer que tus notas mejoren —Allison añadió y Stiles que se encontraba a un lado de ellos, volteó los ojos —. Ven a mi casa a la noche. ¿Ocho y media?

—¿Hoy?

Ella asintió —Ocho y media.

El profesor golpeó un libro contra la mesa —Escuchen todos. Comencemos con un resumen de la última lectura. —Varios alzaron la mano —Greenberg, baja la mano. Todos sabemos que sí leíste —Le dijo al pobre chico —. Que tal... McCall —Ambos hermanos lo miraron.

—¿Qué? —Ambos preguntaron.

—Agh, sí. Debí aclarar. Me refiero a Scott McCall. —Bobby aclaró.

—¿Qué? —Preguntó ahora Scott solo.

—La lectura.

—¿La lectura pasada?

—¿Qué tal la lectura del Discurso de Gettysburg?

—¿Qué? —Volvió a preguntar confundido.

—Es sarcasmo. ¿Te suena familiar el sarcasmo, McCall?

Desvió la mirada hacia Stiles —Mucho.

—¿Leíste o no?

—Creo que lo olvidé.

—Bien hecho, McCall. Como si fueras a aprobar. Por favor, sabes que no puedes estar en el equipo si repruebas. ¿Qué tal si resumes, la penúltima lectura?

El monitor que había sido colocado nuevamente en Scott, y el cual Stiles podía seguir monitoreando, estaba subiendo. El ritmo cardíaco de Scott estaba subiendo. Y esto no se veía nada bien.

—¿Qué pasa? —Lindsay le preguntó a Stiles acercándose a él. Se encontraba un asiento detrás. Él le mostró el celular del entrenador y podía ver su ritmo aumentar —. Ay no... Esto no está bien.

—¿No? ¿Qué tal la lectura antes de esa? —El entrenador seguía molestando a Scott —. ¿Qué tal si resumes algo que hayas leído alguna vez en toda tu vida?

—Yo...

El teléfono mostraba ahora su ritmo arriba de 160... Estaba a punto de explotar. Si nada lograba calmarlo, Scott podría transformarse en medio de toda la clase.

—¿Un blog? ¿Qué tal la caja de cereal de avena? No. ¿Qué tal el sitio para adultos que visitas todas las noches? Gracias, McCall. ¡Gracias por extinguir cualquier destello de esperanza que tenía para esta generación! —Bobby soltaba todo su enojo hacia él —. Gracias. La próxima vez, puedes empezar con carreras suicidas. O leyendo mucho. Bien, todos los demás, sigamos.

De pronto, el ritmo comenzó a bajar. Scott estaba controlándose o mejor, alguien lo estaba controlando. Allison tenía su mano agarrada a la de Scott por debajo del pupitre. Así era como Scott se estaba controlando. Allison era quien lo controlaba. Al finalizar la clase, los tres salieron al pasillo para poder hablar sobre esto.

—Es ella —Stiles soltó.

—¿De qué estás hablando? —Scott le preguntó.

—Es Allison. ¿Lo que dijiste la noche de luna llena? Sobre que pensabas en ella. En protegerla.

—Sí...

—¿Recuerdas el primer juego de Lacrosse? —Lindsay le preguntó ahora —. ¿Qué oíste su voz en el campo? Lo sé porque yo también la oí.

—Sí.

—Eso fue lo que te tranquilizó y anotaste —Lindsay completó.

—Y después en los vestidores no la mataste —Stiles siguió —, o no intentaste hacerlo como a mí. Ella te da calma, es lo que intentamos decir.

—No, no. Pero no siempre pasa. Porque literalmente siempre que la beso o la toco...

—No, no es lo mismo —Stiles aclaró —. Cuando lo haces solo eres otro adolescente hormonal pensando en sexo. ¿Me explico?

—¿Estás pensando en sexo ahora? —Lindsay le dijo al ver la tonta cara que su hermano había puesto.

—Sí, lo siento —Contestó él.

—Dios... No sé cómo eres mi hermano.

—Muy bien. En el salón, cuando sostuvo tu mano, eso fue diferente. No creo que ella te haga débil. Te da control. Es como un ancla —Stiles explicó.

—Lo dices porque la amo.

—Exacto.

—¿Dije eso?

—Sí, así fue —Lindsay dijo.

—La amo.

—Qué bueno, continuemos... —Stiles intentó seguir.

—No, en serio. Creo que estoy enamorado de ella.

—Y eso es hermoso. Antes de que escribas un soneto, ¿Podemos resolver esto, por favor? Porque no puedes estar con ella todo el tiempo.

—Sí, sí, lo siento. ¿Qué hago?

—No lo sé aun...

Lindsay había quedado un poco aturdida por las palabras que Stiles acababa de usar. Un ancla. Eso era lo que evitaba que Scott se transformara, porque Allison era su ancla. Entonces, sí Lindsay podía estar todo el tiempo tranquila, era porque alguien la controlaba. Alguien era su ancla... Alguien que ella realmente quería. Porque nunca dejaba de pensar en esa persona y siempre estaba ahí. Por Dios, el ancla de Lindsay era Stiles. Y ella lo sabía.

—Ay no, tienes una idea ¿No es así? —Lindsay escuchaba otra vez la conversación que los amigos mantenían.

—Sí.

—¿Me meterá en problemas? —Scott preguntó.

—Talvez.

—¿Me causará dolor físico?

—Sí, sin duda. Caminen.

Los tres llegaron hasta el estacionamiento. Stiles tenía un plan y seguramente no era nada bueno. Porque sus planes, siempre terminaban en algún desastre.

—Ya sé que queremos ayudar o probar que Allison es el ancla de Scott, pero ¿Qué estamos haciendo? —Lindsay preguntó.

—Solo esperen —Él miró hacia una dirección y luego miró a Scott —. Muy bien, quédate aquí. ¿Y tus llaves? —Scott sacó sus llaves —Perfecto. Levántalas así —Le indicó como levantar las llaves —. Ahora, sin importar lo que pase, piensa en Allison. Intenta buscar su voz como en el partido ¿Entendiste? —Scott asintió —Muy bien, solo quédate justo así. Lindsay acompáñame.

—¿Qué? ¿A dónde? —Stiles la arrastró hasta posicionarla frente a un auto.

—Quiero que rayes ese auto —Señaló el auto frente a ella.

—Claro que no. ¿Quieres que me maten?

—Es por Scott. Vamos, solo hazlo.

—Bien. —Ella tomó las llaves que Stiles le tendió y empezó a rayar con mucho cuidado de que nadie la viera, la puerta del auto. Luego al terminar, se posicionó a un lado de Stiles, que ya se encontraba bastante apartado del vehículo y le devolvió sus llaves —¿Ahora qué?

—Ahora esto. —Dirigió su mirada devuelta a Scott —¡Oye amigo! ¿Qué le acabas de hacer a esa camioneta?

Unos tipos que estaban cerca de Scott dirigieron su mirada a la camioneta y vieron el rayón, luego uno miró fijamente a Scott —¿Qué te sucede?

Scott al ver al sujeto, guardó rápido su llave y comenzó a negar todo, aunque fue tarde. El tipo ya le había dado un buen golpe en la cara. Scott lo tacleó, pero el sujeto ni se movió. Uno de sus amigos llegó para poder darle su merecido. Y así, entre unos tres tipos, le dieron una buena paliza a Scott.

—Mantente tranquilo, mantente tranquilo —Stiles decía, el monitor subía, pero parecía estar controlándose.

—¿Esta mal que me sienta bien por la golpiza que le están dando a mi hermano? —Lindsay preguntó viendo como seguían golpeando a Scott.

—Depende.

—¿Depende de qué?

—De que sí estás dispuesta luego a sufrir el dolor de Scott.

—¿Cómo sufrir el dolor de Scott?

—Leí por ahí, que cuando dos hermanos son mordidos a la misma vez y ellos tienen un parentesco como gemelos, o mellizos en tu caso, pueden sentir el dolor del otro.

—No quiero sentir el dolor de Scott.

—No es algo totalmente confirmado, pero puede ser que sí. —Ambos volvieron a mirar a Scott —Oh, eso no está bien. —Stiles dijo al ver cómo le daban otro golpe. El ritmo seguía subiendo y los golpes no se detenían.

—¡Basta! —Alguien había llegado en su rescate —¡Dije basta! —El profesor Harris separó a los tipos de Scott. —¿Qué creen que hacen, idiotas? —Dijo mirando a los tres. Stiles tenía una sonrisa satisfactoria en su rostro. El ritmo había bajado, lo cual pasó porque Scott había logrado pensar en Allison.

Derek se encontraba en la habitación donde su tío se quedaba, pues como ya había dicho, media parte de su cara se encontraba totalmente quemada. Y necesitaba encontrar al responsable de tal acción. Pues en ese mismo incendio habían muerto muchas personas.

—Necesito tu ayuda. Sí me escuchas, dame una señal —Le dijo a su tío, él no respondió —. Pestañea, levanta el dedo, lo que sea. Sólo... Quiero algo que me dirija, por favor. Alguien mató a Laura. Tu sobrina. ¿Laura? —No recibió ningún movimiento de Peter —. Quien haya sido, ya es un Alfa. Pero no tiene manada, por lo que no es fuerte. Lo venceré. Pero debo encontrarlo primero. Sí sabes algo, dame una señal. ¿Es uno de nosotros? —Él no respondió. Siguió mirando al frente y sin moverse. Como siempre —. ¿Alguien más sobrevivió al incendio? Sólo muévete, pestañea, levanta un dedo, lo que sea. ¡Di algo!

—Suéltelo —Una enfermera llegó a la habitación —¿Cree que después de seis años gritándole tendrá una respuesta?

—¿Tiene un mejor método?

—Paciencia. Responderá si le da tiempo.

—Ya no tengo tiempo.

Si Derek se hubiera quedado, aunque sea solo unos segundo más en la habitación, hubiera visto el momento exacto en el que su tío lograba mover un dedo. Derek abandonó el establecimiento para dirigirse a su auto. Al llegar a este, en el vidrio y enganchado con los parabrisas, un papel se veía. Lo tomó y luego de leerlo, se adentró en su auto para alejarse del lugar.






[...]








El castigo. Un lindo momento el cual era dictado por el profesor Harris y donde los mellizos McCall y Stiles se encontraban. Los únicos. Los únicos chicos castigados eran ellos. Scott se encontraba con un pedazo de papel en su nariz, limpiando los últimos restos de sangrado que salía de esta.

—Disculpe, señor, sé que estoy en detención, pero debería estar en el trabajo. No quiero que me despidan —Scott añadió.

—De hecho, deberíamos estar en el trabajo —Lindsay corrigió. Harris solo los miró sin decir nada, para luego volver su vista a su libreta —. Ese sujeto me cae mal.

—Sabías que sanaría —Scott dijo mirando a su amigo.

—Sí.

—Lo hiciste para ayudarme a aprender.

—Sí.

—Pero me castigaste también.

—Sí. Bueno, eso era obvio.

—Oye, eres mi mejor amigo, no puedes estar enojado conmigo.

—Ya no estoy enojado. Tienen algo, ¿De acuerdo? —Esta vez iba dirigido para ambos —Lo quieran o no. Pueden hacer cosas que nadie más hace. Significa que ya no tienen opción. Tienen que hacer algo pronto.

—Lo sé. Y lo haremos —Los hermanos se miraron para luego sonreírse mutuamente.

—De acuerdo, ustedes tres —Harris los llamó y ellos lo miraron —. Fuera de aquí.

Los tres juntaron rápidamente sus cosas para poder abandonar el salón de castigo. Scott se despidió con un "Gracias". Stiles solo se fue y Lindsay antes de salir le dijo:

—Usted me cae bien, señor.

La veterinaria se encontraba cerrada. Pero la campanilla de la puerta parecía demostrar lo contrario. Deaton se encontraba en el consultorio llenando algunos papeles.

—Scott, Lindsay, llegan tarde, de nuevo. Espero que no se les vuelva un hábito. —Pero no eran los mellizos quienes entraban al lugar. Más bien se trataba de Derek Hale —¿Puedo ayudarte?

—Eso espero. Quisiera saber del animal que encontraste con el espiral.

—¿Disculpa? ¿Qué animal?

—Hace tres meses, el ciervo. —Derek desdobló el papel que había encontrado en su auto y se lo mostró —¿Recuerdas esto?

—Ah sí, era un ciervo. Y no lo encontré, me llamaron para ver si yo había visto algo asi antes.

—¿Qué les dijiste?

—Pues les dije que no —Contestó obvio el veterinario.

—¿Lo escuchas? —Derek comenzó a acercarse a Deaton.

—¿Qué? —Preguntó él medio temeroso.

—El latido de tu corazón aumentó.

—¿Qué? ¿Qué dices?

—Es el sonido de que mientes. —Derek tomó a Deaton de la camisa y lo apoyó en la mesa para poder cortarle levemente su mejilla. Luego lo dejó inconsciente para poder atarlo a una silla y que no pudiera moverse.

—Ay Dios... —Deaton dijo unos minutos después recuperando de apoco el sentido.

—¿Proteges a alguien? —Derek comenzó su interrogatorio.

—Bien. La llave de las medicinas está en mi bolsillo.

—No quiero medicinas, quiero saber por qué mientes —Derek lo tomó por detrás.

—No sé de qué me estás hablando —Derek tomó la silla en la cual Deaton estaba prisionero y la levantó del suelo —. ¿Qué estás haciendo? ¿Qué quieres?

—Quiero saber quién eres o a quien proteges.

—¿Qué estás haciendo? —Ambos hermanos dijeron a la vez cuando llegaron a la veterinaria y vieron a Derek atormentando a su jefe.

—Scott, Lindsay, ¡Salgan de aquí! —Derek volvió a apoyarlo en el suelo y le dio un golpe.

—¡Alto! ¡Detente! —Lindsay se acercó hasta el hombre lobo.

—Escúchame, cuando este cociente puede sanar, pero inconsciente no puede —Dijo mirando a la chica McCall.

—¿Estás loco? ¿De qué hablas? —Scott se les unió.

—¿Quieren saber que significa el espiral? Es nuestra señal de vendetta. De venganza. No dejará de matar hasta que quede satisfecho.

—¿Crees que él es el Alfa?

—Lo averiguaremos. —Antes de que Derek pudiera hacer un movimiento más. Ambos hermanos detuvieron su mano. Ellos se encontraban trasformados en su forma de lobo. Con sus garras puntiagudas, orejas igual y sus ojos amarillos.

—Golpéalo una vez más, y nos veras enojados —Scott añadió mientras ambos lograban ocultar su forma lobuna, claro, la mirada de odio hacia Derek, aún permanecía intacta. Luego de que Derek lo dejara en paz, los hermanos se dedicaron a cuidar las heridas de su jefe.

—¿Tienen un plan?

—Solo danos una hora —Scott le contestó.

—¿Y después?

—Nos reuniremos en la escuela —Lindsay contestó su siguiente pregunta. Derek los miró sin entender nada para luego abandonar la veterinaria.

Los chicos McCall llamaron a su mejor amigo, Stiles, para que pudiera transportarlos hasta el estacionamiento de la preparatoria Beacon Hills. Y Stilinski, siempre dispuesto a ayudar a sus amigos, no se negó. Aunque también quería ver algo de acción de hombres lobo. Los tres bajaron del Jeep.

—Esto es una mala idea —Stiles dijo.

—Sí, lo sé.

—¿Y lo haremos?

—¿Se te ocurre algo mejor? —Lindsay preguntó viéndolo.

—Personalmente suelo ignorar un problema hasta que ya no está.

—Asegúrate de que podamos entrar —Scott pidió.

—Ya llegó. —La chica McCall informó a sus amigos al ver llegar el auto de Derek —¿Y nuestro jefe?

—Está atrás.

Deaton se encontraba amordazado con cinta e inconsciente en el asiento trasero del vehículo de Derek.

—Oh, parece muy cómodo. —Stiles añadió. Scott llamó a sus amigos y juntos comenzaron a caminar dentro de la escuela.

—Espera, ¿Qué hacen? —Derek los detuvo.

—Tenemos conexión con el Alfa, ¿No? —Scott respondió —. Veré si es cierto. —Susurró para sí mismo.

Los tres ingresaron a la preparatoria. Llegaron hasta la dirección donde usarían el micrófono que conectaba al audio de todos los altavoces para así, poder comunicarse con el tan famoso Alfa.

—Una pregunta —Stilinski habló —¿Qué harán si el Alfa no aparece?

—No lo sabemos —Respondió Lin.

—¿Qué harán sí aparece? —Stiles intentó encender los altavoces.

—No lo sabemos —Repitió ella.

—Buen plan.

—Dijiste que los lobos aúllan para dar su ubicación a la manada ¿Cierto? —Scott preguntó.

—Sí, pero si lo traes aquí, ¿Eso los hace parte de su manada?

—Esperemos que no —Lin siguió.

—Sí, yo también. —Stiles le tendió el micrófono a Scott —. Entonces, todo tuyo.

—¿Lo haré yo? —Scott dijo mirando a su hermana.

—Tu eres el hombre. Hazlo. —Ella le cedió el micrófono.

—Muy bien... —Scott activó el micrófono y de su boca, salió un aullido de lobo muy agudo. Lo cual hizo sentir vergüenza ajena a todos los presentes. —¿Sonó bien? Fue un aullido, ¿No?

—Sí, en teoría.

—Entonces, ¿Qué les pareció?

—Como un gato golpeado hasta la muerte, Scott —Stiles dijo.

—¿Y te dices llamar hombre lobo? —Lin dijo cruzada de brazos.

—¿Qué hago? ¿Cómo debo hacerlo?

—Muy bien, ¿Puedo intentarlo? —Lindsay preguntó.

—Sí, eso creo... —Scott le dio el micrófono.

—Oye —Stiles se colocó a un lado de ella sosteniéndole los hombros —, le hablas al Alfa. Se un hombre. —Lindsay lo miró —Una mujer. Una mujer lobo. No un lobo adolescente, una mujer lobo.

—Sí, bien.

—Hazlo —Dijo regalándole una sonrisa a la chica.

Lindsay intentó concentrarse. Tomó el micrófono en sus manos, apretó el botón, y luego de poner sus ojos de ese característico amarillo, soltó un aullido digno de hombre lobo. Bueno, en su caso, mujer lobo.

Lo habían conseguido. El aullido había sido perfecto. Con una sonrisa victoriosa, Lindsay dejó el micrófono donde estaba y abandonó la escuela seguido de Stiles y Scott, quienes se encontraban verdaderamente sorprendidos por el suceso reciente.

—Los voy a matar a los tres —Derek les dijo una vez salieron de la escuela —. ¿Intentas llamar a toda la ciudad a la escuela? —Dijo mirando a Scott.

—De hecho, fue ella quien intenta llamar a toda la ciudad a la escuela —Stiles informó al hombre lobo. Derek la miró sorprendido.

—No sabía que sonaría tan fuerte... —Ella añadió.

—Sí, fue fuerte, y asombroso —Stilinski dijo orgulloso de su mejor amiga.

—El de Scott no fue tan bueno. El de él sonó como un gato siendo golpeado hasta la muerte —Lindsay informó.

—Esa fue buena —Stiles chocó los cinco con ella.

—Sí, sí, mi aullido no fue tan bueno. ¿Podemos dejarlo en el olvido?

—Cierren la boca —Derek los calló.

—Ay no seas cobarde —Stiles le dijo.

—¿Qué hiciste con él? —Scott preguntó mirando el asiento trasero del auto y viendo que estaba vacío.

—No hice nada.

De la nada, por la boca de Derek comenzó a salir mucha sangre. El Alfa se encontraba detrás de él y lo había, de alguna forma, clavado en sus garras. Lo tiró hacia un lado y los tres amigos corrieron rápidamente hacia la preparatoria para ocultarse. No podían creerlo. El Alfa sí había aparecido, y por lo visto, había matado a Derek Hale en su regreso. 










🌙🌙🌙

Bueno, que capítulo más intenso, ¿No creen? 

Al fin llegamos hasta la parte donde se descubre la forma de control. Sí, las anclas. Ahora, creo que ya no hace falta aclarar el por qué Lindsay podía controlarlo mucho mejor que Scott. Sí, porque Stiles es su ancla, y siempre estuvo con ella. Controlando su transformación. Que cosas, ¿No?

En fin, hasta aquí el capítulo de hoy mis pequeños lobos. Díganme si les está interesando la historia. Cada vez se pone mejor, digo yo. Okey, gracias por seguir leyendo. No olviden votar si les gusta la historia. Hasta el próximo lunes. 

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