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• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓𝙄


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"Controlar el ritmo cardíaco"

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Lindsay y Scott salían del supermercado para adentrarse al estacionamiento. Los víveres se habían acabado, y como su madre estaba de turno en el hospital, les tocó a ellos hacer las compras. Lo cual no era nada fuera de lo normal, digo, ¿Qué puede pasar? ¿Qué eso sea un entrenamiento para ser mejores hombre y mujer lobo? Ambos estaban en el estacionamiento en busca del auto, sus manos estaban cargadas de bolsas.

—Scott, ¿Seguro que en este nivel dejamos el auto? —Su hermana le preguntó mirando a un lado de ellos el cartel con el nombre "Nivel 3" —Creo que fue en otro.

—Yo sé lo que hago, y fue en este.

Luego de recorrer todo el estacionamiento y darse cuenta de que su auto no estaba en ese nivel, subieron nuevamente al ascensor y se dirigieron hasta el siguiente nivel. Volvieron a caminar por todo el lugar en busca del auto, el cual no parecía estar ahí tampoco.

—¿Sabes qué? Dame la llave —Lindsay tendió su mano frente a su hermano.

—¿Para qué? —Él se las dio.

—Pues así haré activar el ruidito ese que hace, y lo encontraremos —Dejaron las bolsas en el piso y Lindsay apretó el botón para que la alarma sonara y así pudieran encontrarlo. —Suena como si estuviera arriba. —Ella miró el techo.

—No cargaré las bolsas otro nivel más.

—Bien, te iras caminando con las bolsas. —Ella iba a agarrar sus bolsas, cuando la botella de leche se cayó y rodó por debajo de un auto —Ay no...

Ella iba a agacharse para buscar la botella, cuando esta se devolvió rodando por si sola. Aunque parecía que tenía unos rasguños a su lado. Ambos hermanos se miraron extraños. Scott detrás suyo vio algo erguirse de entre las sombras, agarró a su hermana del brazo y juntos comenzaron a correr. Pues aquello había comenzado a perseguirlos.

Corrieron hasta llegar al nivel 3, sí, un nivel menos en el que estaban. Se ocultaron detrás de un auto e intentaron controlar sus latidos, estos iban muy rápido. Scott miró a un lado de él y comenzó a saltar encima de los autos activando sus alarmas. Luego de hacer eso, volvió a esconderse detrás de un auto. Aunque su teléfono sonó dando su ubicación actual. Derek Hale apareció tomándolo de la sudadera y estrechándolo contra un auto.

—Estás muerto.

—¿Qué diablos fue eso? —Lindsay preguntó llegando hasta ellos.

—Dije que les enseñaría, no les dije cuándo.

—De verdad nos diste un susto de muerte —Scott dijo, Derek lo miró.

—Aún no.

—Bueno, pero fuimos rápidos, ¿O no? —Lindsay le preguntó al hombre lobo.

—No lo suficiente.

—Lo de las alarmas fue inteligente. —Scott dijo.

—Sonó tu celular.

—Eso fue, digo, ¿Puedes detenerte un poco, Derek? —Scott soltó algo enfurecido. Ellos habían comenzado a caminar para volver a buscar sus cosas. Derek detuvo su caminar y dio media vuelta mirando a ambos hermanos —Lo que pasó la otra noche, que el papá de Stiles saliera herido, fue mi culpa. Debí estar ahí para hacer algo.

—Scott, no te culpes a ti solo. Yo también debí estar ahí. Estar con mamá, con todos. —Lin intentó apoyar a su hermano. Ella miró a Derek —Necesitamos que nos ayudes a controlar esto.

—Yo soy así desde mi nacimiento, a ustedes los mordieron. Enseñar a alguien que fue mordido lleva tiempo. Ni siquiera sé sí puedo enseñarles.

—¿Qué tenemos que hacer? —Scott preguntó.

—Eliminar las distracciones. —Derek tomó el teléfono de Scott —¿Ves esto? Te atrapé por esto. —El teléfono mostraba una llamada perdida de Allison. —¿Quieres que te enseñe? Deshazte de ella.

—¿Qué? ¿Solo por su familia? —Derek lanzó con fuerza el teléfono de Scott contra la pared, haciendo que se rompiera en miles de pedacitos. —¡Espera!

—¿Te estás enojando? Es tu primera lección. ¿Quieres aprender a controlarlo? —Derek solo miraba a Scott, era como si Lindsay estuviera fuera de la conversación —. El cambio lo haces con enojo, lo haces con la furia de un animal primitivo. Y no puedes hacerlo con ella cerca.

—Puedo enojarme.

—No lo suficiente. Es de la única manera que puedo enseñarte. Ahora mantente lejos de ella, hasta la luna llena, al menos.

—Si es lo que debo hacer...

—Escúchame, ¿Quieres sobrevivir? ¿Quieres proteger a tus amigos? ¿Sí o no?

—Sí. Si puedes enseñarme, puedo alejarme de ella.

—Muy bien. Me cansé. ¿Pueden dejar de hacer esto como si solo fuera problema de Scott? —Lindsay dijo con algo de furia en su voz —Scott no es el único que tiene problemas de hombre lobo. Yo también necesito ayuda.

—Lin yo... —Scott intentó hablar, pero su hermana se lo prohibió.

—No. No digas nada. Mejor quédate tú con él —Señaló a Derek —. Al parecer los problemas de hombre lobo se adaptan mejor a él, que unos problemas de mujer lobo. Genial. —Ella dio media vuelta dispuesta a dejar a los dos ahí, pero alguien se cruzó en su camino.

—Escúchame, Lindsay...

—No, escúchame tú a mí, Derek —La joven McCall enfrentó al hombre lobo —. Scott no es el único que necesita tu ayuda. Sí, de algún modo yo sé controlarlo mejor que él. Lo cual me está generando mucho conflicto conmigo misma. No lo entiendo. Pero no, lo único importante para ti es hacer que se olvide de Allison y ayudarlo a él.

—¿Quieres que te ayude al igual que Scott? Bien. Olvídate de Stiles.

—¿Qué? —Preguntó ella.

—Olvídate de Stiles. Al igual que Scott, pasan mucho tiempo juntos. Te distrae.

—Él es mi mejor amigo, pasamos la mayoría del tiempo juntos. No lo voy a dejar.

—Muy bien. Entonces déjame hacer mi trabajo. Sé todo de ti, Lindsay. Sé que tienes la habilidad de controlarlo, por esa misma razón me preocupo más por tu hermano que por ti —Él dijo —. No eres un peligro para la sociedad. Incluso, creo que tienes más posibilidades de ser mejor mujer lobo que tu hermano. Sin ofender, Scott.

—Bien. Lo haremos a tu modo —Lindsay se cruzó de brazos, dando por perdido su intento de enfrentar un hombre lobo.

—Adolescentes —Derek suspiró —. Muy bien, mantente alejado de Allison. —Dijo mirando a Derek y luego desapareció de la vista de ambos hermanos.

Scott obviamente no iba a seguir los consejos de Derek. Pues había conseguido a alguien que lo quiera, y no la dejaría por nada del mundo. Por esa misma razón, ahora se encontraba en el cuarto de Allison. Ambos estaban teniendo su momento feliz, si saben de lo que hablo, aunque fueron interrumpidos antes de ir más lejos, por unos golpes en la puerta de la habitación.

—Un segundo... —Allison respondió rápidamente. Ella agarró de la mano a Scott y lo ocultó dentro del armario.

—¿Allison?

—Voy, voy... —Ella abrió la puerta y la figura de su tía se dejó ver —Hola.

—¿Qué hay?

—Am, nada, solo hacía mi tarea y envío unos correos —Ella se sentó en su escritorio.

—¿A tu novio?

—No. Le explico a la sociedad protectora de animales como fue que mi papá le disparó a un inocente puma.

—¿Tiene algo que ver con el hecho de que estás castigada y no puedes ver a Scott? —Kate preguntó examinando algunas fotos que Allison tenía en su repisa.

—No soy una de esas adolescentes que ven a sus papás y les dicen: "Te odio y deseo que estuvieras muerto".

—Pero... —Kate añadió.

—Pero... Lo odio y deseo que estuviera muerto.

—Lo vez, comienzas a sonar como una adolescente enojada normal. ¿En qué trabajabas? ¿Te puedo ayudar?

—Es un proyecto de Historia y prefiero estar sola realmente... —Allison echó una pequeña mirada al armario, para luego apartarla rápidamente.

—Por favor, ¿Qué tipo de proyecto? —Kate siguió insistiendo.

—Tengo que hacer un reporte que tenga importancia sobre mi historia familiar.

—¿En específico de tu familia?

—Por qué? ¿Tienes ideas?

Kate se acercó más a Allison para poder ver mejor la pantalla de la computadora —Escribe esto: "La Bete du Gevaudan".

—La Bestia de Gevaudan.

—Sí.

—¿Qué es esto? —Allison preguntó examinando la página de búsqueda.

—Una antigua leyenda francesa, que, aunque lo creas o no, tiene que ver con tu familia.

"En 1766, en la provincia de Losère, la bestia asesinó a más de 100 personas" —Allison leyó.

—Ataques de un animal misterioso justo como en cierta ciudad llamada Beacon Hills.

—¿Entonces que era ese animal? —Allison volvió a echar una corta mirada al armario.

—Nadie lo sabe bien, pero puedo decirte que estoy segura que no fue un puma. ¿Qué crees que sea?

Allison miró bien la foto que la página le mostraba —Parece... Un lobo.

Luego de unos minutos más de explicación, Kate abandonó la habitación dejando por fin solos a los dos enamorados. Aunque esto no duró mucho. Pues por miedo a que algo más pasara, Scott decidió volver a casa. Él salió por la ventana de la habitación de Allison, luego de despedirse de ella por supuesto, y se encaminó hasta su casa. Aunque unos sonidos provenientes de un arbusto lo alertaron.

—¿Derek? Sé que dije que me alejaría, rompiste mi teléfono. Tenía que decirle porque no respondo —Los sonidos volvieron a escucharse y Scott se acercó un poco más. —¿Derek? —No, no era Derek. Unos ojos rojos lo miraban fijamente. Sí, los ojos del Alfa.

Scott corrió rápido hasta su auto y se subió en él trabando las puertas. La criatura se acercó al auto, y en su vidrio empañado por el frio, dibujó con unas de sus garras, un símbolo en forma de espiral.

Al llegar a su habitación, se dirigió hasta su ventana y la cerró. Evitando que cualquier cosa pudiera entrar. Prendió su lampara y se llevó un gran susto. Pues Derek Hale se encontraba a un lado de esta sentado en el pequeño sofá que Scott tenía en su habitación.

—Tienes que dejar de hacer eso.

—¿Qué pasó? ¿Habló contigo? —Derek preguntó.

—Sí, tuvimos una linda conversación sobre el clima —Scott añadió sarcástico —No, no hablamos.

—¿Obtuviste algo de él? ¿Al menos una impresión?

—¿A qué te refieres?

—Recuerda que tus otros sentidos se intensifican. La comunicación no solo debe ser hablada. ¿Qué tipo de sensación sentiste?

—Enojo. —Dijo luego de pensar unos segundos.

—¿Hacia ti?

—No conmigo. Pero fue enojo, lo sentí. En especial cuando hizo el espiral.

—¿El qué? ¿Qué dijiste? —Derek preguntó confundido.

—Dibujó un espiral en el vidrio de mi auto. En la condensación. ¿Por qué? ¿Sabes lo que significa?

—No, no es nada —Derek estaba dispuesto a marcharse, pero Scott lo detuvo del brazo.

—Espera un segundo. No puedes hacer eso. No puedes pedirnos que confiemos en ti —Incluyó a su hermana —, y luego guardarte las cosas.

—No significa nada.

—Enterraste a tu hermana bajo un espiral. ¿Qué significa?

—No quieres saber. —Abandonó la habitación.

—Ese que se fue, ¿Fue Derek? —Su hermana preguntó entrando a la habitación.

—Sí.

—¿Qué hacía acá?

—No lo sé, me preguntó algo acerca del Alfa. —Scott se tiró boca abajo sobre su cama.

—Qué bonito, porque desobedecer a Derek y salir a ver a Allison implica encontrarte con el Alfa.

—¿Acaso ahora me espías? —Scott se acomodó para mirar a su hermana.

—Scott, tú mismo me dejaste en casa con las bolsas de las compras para luego ir con Allison. —Ella se cruzó de brazos.

—Ah sí, tienes razón. En fin, ¿Sabes algo acerca de un espiral?

—¿Espiral? —Preguntó ella acercándose a Scott.

—Sí, como ese que vimos cuando desenterramos el cuerpo. Luego de volver de lo de Allison, lo vi. Se acercó al auto y dibujó ese espiral en el vidrio.

—¿Quién? ¿Derek?

—No, Lindsay. El Alfa.

—Sí, como sea, suerte con tu Alfa —Ella iba a abandonar la habitación, pero Scott la llamó. —¿Qué?

—Sí sabes que también es tu Alfa ¿No?

—Scott, sólo déjame en paz. Tengo cosas importantes que hacer mañana. —Se fue dejando a su hermano solo.

Hablemos con la verdad. A Lindsay le molestaba bastante que no se la incluyera en temas de conversación importantes. En especial si tenían que ver con ella. Scott no fue el único mordido por el Alfa, Lindsay también, así que ambos tenían que saber toda la información que Derek les daba. Pero no, al parecer solo Scott era importante en todo este tema de hombres lobo.

Mentiría si les dijera que Lindsay no se sentía excluida. Obvio que sí lo sentía. Pero una cosa ella tenía asegurada. No importa si no le decían ciertas cosas. No importa si no la querían ayudar con su condición. Ella lo resolvería sola. Porque nadie la iba a dejar con la duda. Nadie la iba a dejar ser un monstruo por seguir a su estúpido hermano esa noche que la mordieron.










[...]










A la mañana siguiente, en la cabeza de Scott solo se repetía una sola cosa: "Aléjate de Allison". Así qué, con ese pensamiento en su mente, se dirigió a la escuela. Evitando a toda costa a la chica Argent.

—Aléjate de Allison. Aléjate de Allison. —Repetía una y otra vez. Subió las escaleras, pero dicha persona apareció por ahí. Scott dio media vuelta, evitando a Allison. —Aléjate de Allison. Aléjate de Allison. —La puerta frente a él se abrió, y por esta cruzó Jackson. Scott lo evitó —Aléjate de Jackson. Aléjate de Jackson.

—Hola Scott. —Lydia lo saludó desde su casillero. Él la evitó por obvias razones.

—¡Vamos! —Se alejó de ella. Por fin llegó hasta su salón. Miró hacia el fondo y allí se encontraba Stiles. Caminó hasta él y se sentó detrás. —¿Aun no me hablaras? Oye, ¿Puedes decirme si tu papá está bien? Digo, es un moretón, daño en el tejido blando. Nada grave. —Lindsay, quien se encontraba aun lado de ambos amigos, escuchaba las palabras de Scott atentamente. Y Stiles, bueno él solo se limitaba a ignorar a Scott. —Me siento mal por eso. Bueno, ¿Qué tal si te digo que intento resolver todo esto? Y ya fuimos con Derek a pedir ayuda.

—Si te hablara te diría que ambos son idiotas por confiar en él. —Stiles dijo. Lindsay lo miró entrecerrando los ojos. —Pero no estoy hablando contigo.

—Ya que no hablas con él, pero conmigo sí —Lindsay agregó para que Stiles la mirara —. Enójate con Scott si quieres, pero sí vas a insultarlo, no lo hagas en plural. Él me obligó a ir con Derek —Scott iba a hablar —Shh, tú te callas. Por lo tanto, yo no soy idiota.

—Lindsay yo no...

—Shh, ahora yo no hablo contigo. —Evitó la mirada de Stiles y miró al frente.

—¿Ves lo que causas? —Le dijo a Scott, obvio sin mirarlo —. Ahora menos te voy a hablar. —Luego de unos cortos minutos, Stiles se giró hacia Scott —Da igual, dejemos de estar enojados con todos —Miró a Lindsay —¿Sí? ¿Qué les dijo? —Después de la clase, los tres salieron del salón —¿Quiere que busquen su lado animal y que se enojen?

—Sí —Lin Confirmó.

—Corríjanme si me equivoco. Pero cada vez que lo hacen intentan matar a alguien, y ese alguien soy yo.

—Corrección. Scott siempre intenta matar a alguien, y ese alguien eres tú.

—Lo sé. Y a eso se refiere a que no sabe si podrá enseñarme.

—Oh sí. Y a mí tampoco quiere enseñarme. Al parecer los problemas de Scott son más importantes que los míos.

—¿Otra vez con eso, Lindsay?

—Sí, Scott. Otra vez con eso.

—¿Cómo que no te quiere ayudar? —Stiles preguntó.

—Sí, al parecer yo tengo más habilidad para controlarlo que Scott. Por esa misma razón no quiere ayudarme. Porque no lo ve necesario.

—No dijo precisamente eso —Scott añadió.

—Yo lo escuché así.

—Bueno, pero eso no fue lo que dijo.

—Oh sí, ya lo recuerdo. Dijo que no soy un peligro para la sociedad y que soy mejor hombre lobo que tú. —Ella dijo victoriosa.

—Mujer lobo —Stiles la corrigió.

—Sí, eso. Gracias, Stiles. Y que seré mejor mujer lobo que tú.

—Si, sí, lo que digas.

—Bueno, dejemos los problemas de mellizos para otro momento —Stiles los detuvo —¿Cómo les enseñará?

—No lo sabemos. Y creo que él tampoco.

—¿Cuándo lo verán de nuevo?

—Nos dijo que no habláramos de ello. Que actuemos normal durante el día.

—¿Cuándo?

—En la veterinaria después del trabajo.

—Después del trabajo. Bien, eso me da hasta el final del día escolar —Stiles dijo.

—¿Para qué? —Lindsay añadió.

—Para que yo les enseñe.

Los tres amigos se dirigieron hasta la cafetería, donde Scott básicamente se dedicó a mirar a Allison a través de un libro, y también para ocultarse tras este. Pues estaba dispuesto a alejarse de Allison, como lo venía haciendo toda la mañana.

—Creo que el libro lo hace más obvio —Stiles le dijo —. Además, está leyendo.

—¿Ya pensaste en un plan? —Lin le preguntó al joven Stilinski.

—Eso creo.

—¿Significa que ya no me odias? —Scott preguntó aun escondido detrás del libro.

—No, pero tus cosas influyen en mi vida, así que ahora tengo que hacer algo. Además, soy mejor Yoda que Derek.

—Sí, enséñanos, Stiles —Lindsay dijo mirándolo.

—Sí, seré tu Yoda —Contestó él mirándola a ella.

—Sí, serás mi Yoda.

—Yoda tuyo seré. —Él sonrió —Lo dije al revés.

—Sí, lo entendí.

Scott solo los miraba. Gracias que su libro lo cubría, si no podrían ver su sonrisa boba que había puesto por ver felices a su hermana y mejor amigo.

—¿De qué te ríes, Scott? —Su hermana lo miró frunciendo el ceño. —¿Acaso te ríes de nosotros?

—¿Sabes qué? Claro que te odio. Oh, sí —Tomó el libro de Scott, para luego juntar sus cosas y alejarse.

—Espérame, Yoda. —Lindsay lo persiguió riendo.

Scott se levantó rápidamente para seguirlos, pues no enfrentaría a Allison después de haberla ignorado toda la mañana. Y quería seguir así. 











[...]











—Muy bien. —Stiles apoyó su equipo de Lacrosse sobre las gradas. —Ahora, ponte esto —Le entregó algo a Scott.

—¿Un monitor cardíaco de atletismo?

—Sí, lo tomé prestado.

—Lo robaste. —Lin aclaró.

—Es mío temporalmente —Stiles volvió a decir —. El entrenador lo usa para medir nuestro ritmo cardíaco desde su celular, y ustedes lo usarán.

—¿El celular del entrenador?

—Ese sí lo robé.

—¿Por qué? —Volvió a preguntar Lindsay.

—El ritmo de sus corazones aumentan cuando son lobos, ¿No? —Ambos asintieron con la cabeza —Cuando juegas Lacrosse, cuando estás con Allison, cuando te enojas —Ahora iba dirigido solamente a Scott —. Ahora tendrán que aprender a controlar su ritmo cardíaco.

—Como el Increíble Hulk. —Scott añadió.

—Sí, como el Increíble Hulk. —Stiles lo apoyó.

—Oye, soy el Increíble Hulk.

—¿Quieres callarte y ponértelo?

Scott se colocó el monitor y luego Stiles le ató las manos detrás de la espalda con cinta. —No es así como quería pasar mi hora libre.

—Muy bien. ¿Listo?

—No.

—Recuerda, no te enojes —Stiles abrió la aplicación en el teléfono del entrenador para medir el ritmo de Scott.

—Comienzo a creer que es muy mala idea.

—Tú puedes, Scott. Serán solo unos minutos. Después sentiré lo mismo que tú. —Lindsay dijo a un lado de él.

—Gracias, hermana, eso lo hace más entretenido.

—Ya basta los dos. Muy bien. Lindsay, ¿Quieres ayudarme? —Stiles le tendió un palo de Lacrosse.

—Encantada. —Ella se dirigió a él con una sonrisa. Tomó el palo de Lacrosse. —¿Qué haremos con esto?

—Le lanzaremos pelotas.

—Cool. —Y así, ambos amigos se dedicaron a tirarle pelotas a Scott.

—Oye, esa dolió —Scott le dijo a su hermana, ella había logrado darle en la cara.

—Lo siento.

—Recuerda, debes pensar en tu ritmo cardíaco y en estar calmado. —Stiles le recordó.

—Estoy calmado. Totalmente calmado. No hay pelotas cayéndome en la cara —Stiles volvió a tirar una pelota dándole en la cara. A lo lejos, podía verse como Jackson se detenía a verlos, claro, ninguno podía verlos. Estaban concentrados en golpear a Scott con las pelotas.

—¿Sabes? Creo que mi puntería está mejorando. —Stiles añadió.

—Oye sí, talvez deba unirme al equipo de Lacrosse —Lindsay dijo tirando otra pelota en la parte baja de Scott.

—¿Tú? ¿Al equipo de Lacrosse? —Stiles la miró.

—Sí, ¿Hay algún problema con eso?

—Pues no, solo que eres...

—¿Una mujer? Por favor, Stiles, dejemos los criterios de machismo para otra ocasión, ¿Sí?

—No es lo que quise decir. Agh, allá tú. Deberías unirte si tanto lo deseas.

—Eso haré.

Stiles tiró una pelota en la cara de Scott y el monitor subió —Oye, no te enojes.

—No me estoy enojando. —Volvieron a tirarles pelotas, lo cual ocasionó que el monitor de Scott siguiera subiendo. —Basta, esperen. —Scott se agachó.

—¿Scott? —Lindsay lo llamó. Scott rompió la cinta que lo tenía atado de manos. De pronto, el ritmo cardíaco empezó a bajar. Stiles y Lindsay se acercaron a él.

—Scott, comenzaste a cambiar.

—Por el enojo. Pero fue más que eso. Entre más me enojo, me siento más fuerte.

—Es el enojo. Derek tiene razón.

—No puedo estar cerca de Allison.

—¿Solo porque te hace feliz? —Lin preguntó.

—No, porque me hace débil.

—No es para tanto, Scott. Ya podrás estar con ella. —Stiles ayudó a Scott a levantarse —Lindsay, tu turno.

—Bien. Hora de que me lancen pelotas a la cara. —Stiles repitió la misma acción que con Scott. Ató sus manos con cinta detrás de su espalda.

—Bien. Ya sabes que hacer, no te enojes. Scott, ¿Quieres vengarte? —Dijo tendiéndole el palo de Lacrosse.

—Sí quiero. —Scott aceptó.

—Oigan, esto durará mucho o... —Una pelota golpeó su estómago —. Dios, eso duele.

—Perdón, hermana.

—Sí, lo que digas. Sólo cállate y vuelvan a lanzarme pelotas.

Otra vez, como hicieron con Scott, a Lindsay le lanzaron pelotas. Algunas, logró esquivarlas a la perfección, pero al ser dos personas, las pelotas volaban por aquí y por allá. Agradezcamos que ninguna le dio en el rostro, si no, ahí sí verían su enojo.

—¿Cómo te sientes, Lindsay? —Stiles dijo mientras miraba el monitor y veía que no subía. Se mantenía estable.

—Genial. Se siente estupendo sentir pelotazos en tu estómago.

—Te acostumbras luego de un rato —Scott dijo lanzando otra pelota.

—Gracias, Scott. Eso mejora todo.

—Creo que Derek tenía razón. Si podrías ser mejor lobo que Scott.

—Lo sé. Ya que me controlo mejor que Scott, ¿Podríamos parar?

—Sí, es lo mejor. —Stiles dijo.

—Oye, conmigo fue más tiempo.

—Scott, ella sí sabe aguantar el dolor. Y sorprendentemente controlas genial tu ritmo cardíaco. —Stiles le dijo mirándola.

—¿Cómo lo haces? —Preguntó Scott.

—Solo pensé en eso que me hace feliz. En algo que no me cause enojo y sepa controlar.

—¿En qué piensas? —Stiles preguntó desatándola de la cinta.

—No te diré, y a ti tampoco —Miró a Scott —. Busca ese algo que no te provoque enojo. O que cuando te haga enojar, eso te haga controlarlo.

Lindsay, Scott y Stiles abandonaron la cancha. Su hora libre había terminado y tenían que guardar los palos que usaron para entrenar. Jackson por su parte, seguía viéndolos. Vio como le dieron a Scott y como le dieron a Lindsay. Esos hermanos ocultaban algo, y Jackson lo descubriría.












































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