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• 𝘾𝘼𝙋𝙄𝙏𝙐𝙇𝙊 𝙓


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"Reunión de padres"

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Lindsay y Stiles se encontraban en la casa de Lydia, pues como el joven Stilinski había dicho, investigarían que era lo que había pasado esa noche del ataque al video club. Y talvez, intentar acercarse más a la chica Martin. Natalie Martin les había cedido la entrada, por lo tanto, ahora se encontraban cerca del cuarto de la chica.

—Cariño, Stiles y Lindsay vinieron a verte —Natalie los anunció.

—¿Qué diablos es un "Stiles"? —Ella preguntó mientras se miraba sus uñas.

—Tomó algo para tranquilizarse... Pueden entrar.

—Sí, gracias —Le agradeció Lindsay para luego la señora Martin abandonar la habitación.

—¿Qué hacen aquí? —Lydia preguntó mirándolos.

—Queríamos asegurarnos de que estuvieras bien. —Le aclaró el joven Stilinski.

—¿Por qué? —Volvió a preguntar ella.

—Porque soy tu mejor amiga y me preocupo por ti, Lydia —Lindsay añadió regalándole una gran sonrisa a la chica Martin. Ella palmeó a un lado de su cama y Stiles se sentó junto a ella.

—Y porque me preocupaste hoy... —Hablaba un muy nervioso Stiles. Lydia le colocó una mano sobre su hombro y Stiles se estremeció. —¿Cómo te sientes?

—Me siento... —Ella se acercó un poco bastante al rostro del chico —Fantástica.

Lindsay caminó por el cuarto de la chica evitando ver aquello que sucedía a unos centímetros de ella. Se detuvo frente a la mesa de noche de Lydia y tomó el frasco de pastillas leyendo la etiqueta.

—¿Qué...? —Miró a Stiles mostrándole el frasco y luego a Lydia, quien ya se había alejado de Stiles y se encontraba arreglando su cabello —Apuesto a que no puedes decir: "La salsa sale sosa si la sala Suzy" Diez veces seguidas.

Lydia volvió a mirar a Lindsay dispuesta a cumplir el desafío —Si la sala Shuzy... Si la shala... —Intentó hablar, pero cada intento fue en vano, no iba a conseguir decir esas palabras. —Vi algo... —Soltó de repente, alertando a los dos amigos que se reían por lo bajo de lo antes sucedido.

—¿Qué? ¿Lydia, qué viste? —Stiles preguntó poniéndole más atención.

—Algo.

—¿Algo como un león de montaña?

—Un león de montaña.

—¿Estás segura que era un león de montaña o lo dices por qué la policía lo dijo? —Lindsay preguntó agachándose al nivel de la chica.

—Un león de montaña. —Volvió a repetir.

Stiles tomó un peluche que había cerca y se lo mostró a Lydia —¿Qué es esto?

Ella lo miró —Un león de montaña.

—Claro. Está muy dopada. —Lindsay añadió mirando a Stiles. Lydia se acostó en su cama, mirando el techo de la habitación. —Bueno, creo que... Nosotros nos vamos. —Dijo mientras ambos amigos caminaban hacia la puerta.

—Dejaremos que regreses a tu asunto postraumático. —Stiles añadió cerrando la puerta de la habitación.

—Quédate. —Lydia lo llamó. Stiles volvió a entrar rápidamente a la habitación.

—¿Perdón? ¿Quedarme? ¿Quieres que me quede?

—Sí... Quédate... —La chica Martin volvió a palmear a un lado de su cama para que Stiles se sentara junto a ella.

—Pero es qué... —Volteó su mirada para ver a Lindsay, quien se encontraba en el umbral de la puerta.

—No, Stiles. Quédate. Aprovecha la oportunidad. —Ella dijo con una sonrisa.

—Pero no quiero... —Lo interrumpió.

—Stiles, ella te necesita. No pierdas tu oportunidad. —Volvió a repetir.

—Sí, solo qué...

—Shh, basta de excusas. Yo puedo irme sola. Adiós Stiles. Adiós Lydia. —Lydia solo la saludó levantando la mano. Lindsay abandonó la habitación cerrando la puerta levemente.

Mentiría si les dijera que no sufrió. Le dolió dejar a Stiles ahí con la chica que siempre amo, porque eso significaba que estaba perdiendo su oportunidad de que algo entre ellos pasara. Lo cual hacía crecer más la oportunidad de que Stiles tuviera algo con Lydia. Sí, ella estaba muy medicada para pensar claramente y quizás fueron los efectos secundarios de la medicación pedirle a Stiles que se quedara... Pero, aun así, Lindsay se sentía mal por sentir esta horrible sensación de celos hacia Lydia Martin.

Ella abandonó rápidamente la casa de los Martin con algunas lágrimas corriendo por su mejilla, salió a la calle y comenzó a caminar lejos del lugar lo más rápido posible. Estaba segura. Después de todo lo que pasó hoy, y lo que seguramente pasaría después, tendría que olvidarse de su estúpido y cliché romance. No estaba siguiendo sus propios consejos, porque ella se repetía una y otra vez en su mente: "Como alguien como él va a querer a alguien como yo" "Nunca se fijará en mí". Y con esos pensamientos en su cabeza, se dirigió a casa, para por fin olvidarse de todo y todos.

Por otro lado, Stiles había obedecido a las palabras de la joven Martin. Se quedaría, aunque no le gustó esa idea de dejar a Lindsay sola. Después de todo, él le había pedido venir, no veía muy correcto el tema de dejarla sola.

—Por favor, quédate... —Lydia volvía a repetir. Stiles se acercó para sentarse en la cama de Lydia, y ella se acercó a él. —Por favor, Jackson. —Y ahí, la cara de Stiles cambió radicalmente. No le pidió quedarse por ser él mismo, sino porque pensaba que era el idiota de Jackson.

—Claro, y hasta aquí llegamos. —Lydia volvió a caer sobre las almohadas de su cama media dormida. En ese momento Stiles se arrepintió muchísimo de no irse con su amiga. El teléfono de Lydia sonó —¿Quieres que lo atienda? —Ella no le respondió. Y tomó el teléfono —Es un mensaje. No sé cómo... —Detuvo su habla, pues antes de poder ver el mensaje, el último video que Lydia había grabado se reproducía una y otra vez. Dicho video mostraba como la ventana del video club se rompía y mostraba la imagen de la criatura.












[...]













—Hola, soy yo de nuevo. —Stiles había vuelto a su casa e intentaba comunicarse con Scott, pero él no respondía sus llamadas. —Mira, descubrí algo y no sé qué hacer ¿Sí? Si encendieras tu teléfono en este momento sería genial, si no, te asesinaré. ¿Entiendes? Te asesinaré. Y estoy muy molesto para hacer una descripción de cómo lo haré. Pero lo haré, ¿De acuerdo? ¡Agh! ¡Adiós! —Arrojó furioso su teléfono en la cama, para luego sentarse en la silla de su escritorio.

—Vaya forma de tener una conversación con alguien. —Lindsay hablaba cruzada de brazos, apoyada en el marco de la puerta, de la habitación del joven Stilinski. Stiles luego de volver de la casa de Lydia volvió a pedirle su ayuda. En este caso para hablar sobre el descubrimiento que había conseguido del teléfono de Lydia. Y también para disculparse de lo sucedido.

Lindsay se negó en un principio, porque bueno, no quería verlo. Pero fue tanta la insistencia del chico que aceptó ir hasta su casa. Después de todo, era la única con la que podía hablar. Scott no contestaba sus llamadas y estaba seguro de que no aparecería en un rato.

—Lin, sí viniste. —Stiles habló.

—Y agradece, tenía cosas que hacer, pero las pospuse por ti. —Mintió. No tenía nada que hacer.

—Gracias. Y lamento haberte dejado sola...

—Oye no, entiendo —Ella se adentró a la habitación para sentarse en la cama del chico —. Tenías una oportunidad con Lydia, yo sobraba en esa habitación. ¿Cómo te fue?

—Ah eso... Sí, no pasó nada. Creyó que yo era Jackson. Por eso había insistido en que me quedara... —Agachó su cabeza.

—Oh yo... Lo siento —Se acercó a él para poder darle ánimo —En serio creí que tenías una oportunidad.

—Yo también... Será mejor que me olvide de ella y empezar a ver a otras personas... —Ambos se miraron a los ojos, son decir otra palabra.

—Stiles yo... —Lindsay no pudo terminar de hablar, un carraspeo los hizo dirigir su mirada a la puerta de la habitación.

—¿Interrumpo algo? —El señor Stilinski preguntó.

—No, no... No interrumpe nada señor Stilinski —Lindsay dijo reincorporándose a su posición, pues se encontraba agachada al nivel del Stiles. Ella dio unos pasos alejándose del chico, quien no dejaba de mirarla, hasta que su padre habló nuevamente desviando su mirada hacia él.

—Bien. Dime que escucharé buenas noticias en la junta de padres con maestros.

—Define "Buenas noticias". —Contestó él.

—Lo defino como que obtengas diez sin problemas de conducta.

—Am... ¿Podrías reconsiderar tu definición?

—No se hable más. —El Sheriff miró a Lindsay —Lindsay, ¿Tu mamá también irá?

—Am, sí. Por Scott. Tiene unas cuentas notas bajas... En cambio, a mí quizá obtenga todo diez sin problemas de conducta. —Repitió las palabras anteriormente dichas por él.

—¿Ves? aprende de ella, Stiles. Una chica estudiosa sin problemas de conducta. —Dijo para luego abandonar la habitación.

—¿No crees que tus problemas de conducta con el profesor Harris no serían un tema de conversación en la reunión de hoy? —Stiles preguntó mirando a la chica.

—Depende de cómo definas "Problemas de conducta con el profesor Harris" —Ella dijo para luego soltar una risa.

—Oye, yo soy el único que usa ese método para escapar de una definición. —Volvieron a reír. Stiles tomó el teléfono de Lydia, el cual había tomado prestado, para analizar el video. Claro que la definición de "Tomar prestado" era básicamente robar el teléfono de Lydia.

—¿Ese es el video? —Lindsay se acercó para ver mejor.

—Sí...

—Es la criatura que vimos el día que nos mordieron. Y después la vi otra vez en un sueño. ¿Qué crees que sea?

—No lo sé, pero quizás es mejor que nadie lo vea. —Stiles deslizó su dedo hasta tocar el botón de "Borrar multimedia".

—¿Estás seguro?

Él dio clic en el botón eliminar. —Sí, estoy seguro.












[...]














Derek se encontraba tirado en el piso. Kate Argent junto a dos tipos más, habían ido en busca de pelea y Derek siendo Derek, los enfrentó sin ningún problema. Aunque no todo fue sencillo. Pues Kate había logrado derribarlo con una especie de bastón de electricidad. Por esa misma razón, ahora se encontraba en el suelo de su vieja casa con Kate intimidándolo con esa cosa.

—900.000 voltios. Nunca fuiste bueno con la electricidad o con fuego. —Kate hablaba —Por eso te haré saber un secreto. Y quizá podamos ayudarnos. Sí, tu hermana fue cortada en pedazos y fue usada como anzuelo para atraparte. —Derek intentaba levantarse, pero se le hacía muy difícil —Desagradable, y honestamente parecido a La masacre de Texas para mi gusto, pero es cierto. Ahora, esta es la parte que talvez te haga enojar. No la asesinamos. —Derek la miró —¿Crees que miento?

—No sería la primera vez.

—Cariño... Bueno, porque no escuchas mi corazón y lo piensas ¿Sí? Nosotros. No. Asesinamos. A tu hermana. —Pronunciaba cada palabra lentamente y en susurro en el oído de Derek. —¿Lo oyes? No hay sobresaltos o cambios. Solo el latido de la fría y dura verdad. Había marcas de mordidas en su cuerpo, Derek. ¿Qué crees que lo hizo? ¿Un león de montaña? ¿Por qué no nos ayudamos? Deberías admitir lo que has estado pensado. Que el Alfa mató a tu hermana. Y sólo tienes que decirnos quien es, y nos haremos cargo de él. Problema resuelto, todos somos muy felices. —Kate no recibió respuesta del hombre lobo —A menos que no sepas quien es. Vaya, adivina quién se volvió totalmente inútil. —Derek abandonó rápidamente la habitación antes de que Kate pudiera dispararle.

El Sheriff Stilinski entraba a la veterinaria, pues tenía algunas cosas que hablar con Deaton, el especialista en animales en Beacon Hills. Él se encontraba saliendo del consultorio con su teléfono en la oreja, al parecer intentaba comunicarse con alguien.

—Hola, Scott, soy yo de nuevo. Sólo te hablo para saber que estás bien. Se supone que tú y tu hermana deberían haber llegado hace una hora. Tal vez lo olvidaron, pero si puedes, háblame para saber que están bien, amigo. Gracias. —Él cortó la llamada y vio al alguacil —Señor Stilinski.

—Escuche, no me gusta molestarlo, pero he tenido problemas al consensar con que estamos lidiando.

—Me halaga que me pida ayuda, pero como ya le había dicho antes, no soy experto.

—Pero tuvo razón cuando dijo que el atacante era un león de montaña.

—Es cierto.

—Quiero mostrarle algo —Sacó un sobre con algunas imágenes —. Tuvimos algo de suerte, la tienda de video no tenía cámaras, pero la cámara de seguridad que vigilaba el estacionamiento tomó algunas fotos. Mire nuestro león de montaña. —Le entregó una foto y allí se podía ver algo borrosa a la criatura. —Aquí hay otra.

—Son interesantes.

—En realidad, esta es muy interesante. —Le entregó la última foto.

Deaton la tomó para examinarla más de cerca y podía verse como la criatura dejaba de ser criatura para transformarse en un humano. Aunque claro, no se distinguía pues estaba muy oscuro.

—Entiendo lo que quiere decir.

—Nunca he visto que un león de montaña lo haga.

—Le diré que yo tampoco. Tiene un problema.

—Mi primera idea es que es un oso, pero los osos no corren en dos patas.

—No, lo hacen en cuatro patas. Oiga, como dije, necesita un experto.

—Sí, pero, ¿Podría ser un león de montaña?

—Lo siento, tengo un Dóberman que necesita mi atención y no tengo a ninguno de mis empleados aquí —Deaton caminó hasta el consultorio.

—Ah sí, uno de ellos está en mi casa con mi hijo.

—¿Scott? —Preguntó Deaton.

—No. Lindsay. Sabe, creo que pasa algo entre ellos. —Dijo curioso el alguacil. —En fin, ¿Asi que no tiene ideas? —Volvió a su tema de conversación.

—Lo siento, en serio me gustaría ayudarlo, pero tengo un perro que...

—Enfermó —Lo interrumpió Stilinski —. Lo entiendo, gracias por escucharme.

Allison y Scott por fin habían terminado su travesía de enamorados. Por lo tanto, ahora se encontraban subiéndose al auto de Allison para poder abandonar el bosque, el cual ya se encontraba totalmente oscuro por la noche que ya había caído.

—Para ser muy honesta, este fue... Un cumpleaños perfecto.

—Sí, podría saber si mientes.

—¿En serio? —Allison preguntó.

—Te delatas —Le respondió el lobo adolescente —. Tocas tu ceja, justo aquí. —Tocó el lugar señalado.

—Veamos si puedes saber si miento ahora. —Ella pensó unos segundos —Ojalá que mis padres no regresen a casa de la junta y así, podría pasar el resto del día contigo.

—¿El día?

—Bueno, el resto de la noche.

—¿Conmigo? —Allison sonríe al igual que Scott, aunque la expresión de este último cambia a una de preocupación —Ay no. La junta de padres, debería estar ahí. Estoy reprobado casi en todo.

—Pero están ahí. Justo ahora.

Y así como Allison había dicho, la junta de padres se llevaba a cabo.

—Jackson es un estudiante muy motivado —Harris hablaba con los padres de Jackson —. Incluso lo describiría como alguien muy motivado.

—Sí, esperamos que no se presione tanto —Su padre decía —. Ha sido muy duro consigo mismo. Creemos que es efecto de que sea adoptado.

—Ya entiendo. Nunca ha conocido a sus padres biológicos.

—Sí es cierto. Necesita la competitividad, el deseo de enorgullecer a alguien. Alguien que ni siquiera conoce.

—Al parecer algo ha hecho que retome su deseo de alcanzar metas más altas. Para ser sincero, creo que está obsesionado.

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—Les contaré que hay mucho que decir de Lydia —Una profesora hablaba con sus padres.

—Ja, ¿No predije esto? —El señor Martin agregó.

—Aquí vamos, todo se exagera como siempre —La señora Martin dijo.

—¿Qué es esto? ¿Son sus notas? ¿Problema de concentración? ¿Mala conducta? —El padre de Lydia seguía hablando, sin darle la oportunidad de decir algo a la profesora.

—No le dije porque tenía que decidir con quien vivir, como si no fuera a afectar la mente de una niña —Natalie le respondió.

—Sólo díganos cuál es el problema —Comentó él para mirar a la profesora.

—No sabía que había un problema. Académicamente, Lydia es de las mejores estudiantes que he tenido. Sus clases avanzadas le dieron notas aprobatorias. —Ella explicó —Me gustaría aplicarle un examen de Coeficiente Intelectual. Y socialmente, se destaca en cualidades de líder. Es una verdadera líder.

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—¿Stiles? ¿Es cierto? —Bobby tenía su reunión con el padre de Stiles —Pensé que "Stiles" era su apellido.

—Su apellido es "Stilinski" —Noah aclaró.

—¿Llamó a su hijo "Stiles Stilinski"?

—No, así le gusta que le digan.

—Ah, me gustaría que me llamaran "Pastelito" —Bobby dijo acomodando unos papeles de su escritorio. —¿Cuál es su nombre? —Stilinski señaló un nombre en el papel frente a Finstock. —Wow, debe ser una forma de abuso infantil. Ni siquiera sé cómo pronunciarlo.

—El nombre de su abuelo materno.

—Wow, usted realmente debe amar a su esposa —Bobby soltó una leve risa.

—Sí, la amaba.

—Esto se ha vuelto muy incómodo.

—Oiga, ¿Qué dice de llegar al punto de esta junta, pastelito? —Noah dijo mirando a Bobby.

—Estoy de acuerdo. —Volvió a mirar su hoja —Stiles. Gran chico. Sin habilidad para concentrase. Muy listo. Nunca aprovecha sus talentos.

—¿Qué quiere decir?

—En la pregunta final del examen de la materia, detalló la historia completa de la circuncisión.

—Bueno, es decir, tiene... Importancia histórica ¿Me equivoco?

—Y yo enseño Economía.

—Ay no...

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—¿Dónde diablos estás? Ven a la escuela, ahora —Melissa McCall intentaba comunicarse con su hijo. Quien tendría que estar presente en la reunión, pero no estaba.

—¿Qué tal si comenzamos? —Harris preguntó.

—Claro...

—Primero, Scott... Ha estado con la mente en otro lado, así como su cuerpo. Creo que tiene que ver con la situación en su casa.

—Creo que no estoy segura de a que se refiere con eso.

—En especial a la falta de una figura de autoridad.

—Yo soy la figura de autoridad, así qué...

—Lo siento, déjeme aclararlo. Hablo de una figura de autoridad masculina. —Harris aclaró su punto.

—Créame, estamos mucho mejor sin él en nuestras vidas.

—¿Scott siente lo mismo?

—Sí, eso creo. Eso espero.

—Y respecto a Lindsay... Ella ha tenido cambios extraños respecto a su humor.

—¿Cambios extraños? —Preguntó Melissa.

—Sí, contestaciones hacia los maestros, aunque en específico hacia mí.

—Ella nunca haría algo así.

—Sí, lo entiendo. Sus notas son excelentes, no tendría que estar hablando de ella en este momento, pero sus cambios de actitud pueden afectar esto. Le sugiero que hable con ella. Aunque también puede relacionarse a la falta de su padre.

—Oiga, ellos están bien. Nunca les hizo falta nada.

—Pero han pasado por cambios difíciles. Sólo necesitan más atención. Alguien que los guie por esta etapa de crecimiento.

--

—Allison Argent —Sí, era turno de los padres de Allison, quienes hablaban con otra profesora —. Una niña muy tierna. Y se adapta a lo que tiene alrededor.

—Sabemos que es difícil para ella —Chris añadió —. Pero es un mal necesario.

—Necesario o no, deben estar preparados para... ¿Cómo lo digo?

—¿La rebeldía?

—Apreciamos su preocupación, pero tenemos una buena relación con nuestra hija —Ahora habló Victoria Argent —. Muy abierta y honesta.

—Me alegra escucharlo. Y dígale que espero se sienta mejor.

—¿Faltó a una clase? —Preguntó intrigado el señor Argent.

—Oh, no vino a la escuela. Revisé en dirección.











[...]










Allison y Scott se encontraban llegando al estacionamiento de la preparatoria. Al parecer la junta ya había acabado. Algunos padres se encontraban afuera y otros, quizá regañando a aquellos hijos que les iba mal. Melissa salió por una de las puertas llamando a Scott por su teléfono. Su tono no era uno muy bonito.

—Oh, por Dios...

—¿Tu mamá? —Allison le preguntó.

—Sí, estoy muerto... —Él intentó ocultarse en el asiento.

Al igual que Melissa, Chris se encontraba intentando comunicarse con hija, la cual, al igual que Scott, no atendía.

—Kate dijo que no está con ella. —Victoria informó.

—Ella no hace esto.

—Disculpen, ¿Son los papás de Allison? —Melissa se acercó a ellos. —Soy la mamá de Scott y odio decirlo, pero Scott tampoco contesta su celular.

—¿Es su mamá? —Chris dijo.

—Es curioso que lo diga en forma de acusación.

—No es motivo de orgullo ya que, básicamente secuestró a mi hija el día de hoy.

—¿Cómo sabemos que faltar a la escuela no fue idea de su hija? —Melissa señaló.

—Mi hija está... —Ambos escucharon las puertas de un auto cerrarse, y vieron a los dos jóvenes rebeldes —Ahí está.

—¿Dónde estuviste exactamente? —Melissa le dijo a su hijo una vez llegó a su lado.

—En ninguna parte.

—Eso significa que no en la escuela.

—Algo así... —Contestó él.

—No es su culpa. Es mi cumpleaños y queríamos...

—Allison. —Su padre la llamó. —Entra. —Señaló el auto. Antes de responder otra cosa, unos gritos se escucharon y a personas corriendo se veía.

Scott se alejó de Allison, pues parecía que su olfato lo guiaba hacia algo. De entre los autos vio a un animal correr. Puso sus ojos de un amarillo para poder activar su modo nocturno o lo que sea que hiciera para ver en la oscuridad y persiguió al animal. Allison por su parte, se encontraba asustada, lo cual hizo que retrocediera y si no fuera por Scott, terminaría atropellada.

—¿Estás bien? —Preguntó él después de salvarla.

—¡Muévanse! ¡Muévanse! —El alguacil ordenó. Evitando que alguien saliera herido. Pero a consecuencia de los nervios y terror de las personas, alguien golpeó su auto con él haciendo que cayera al suelo —Estoy bien... —Habló con alguien que intentó ayudarlo. Sacó una pistola y antes de levantarse, unos disparos se escucharon.

Chris Argent había logrado darle al animal. Todos se acercaron a ver que es lo qué pasaba. Scott se acercó junto a los demás hasta quedar a un lado del señor Argent. Su vista fue dirigida al suelo, donde dicho animal se encontraba. Al parecer aquel león de montaña que tanto atormentó a los ciudadanos de Beacon Hills, había muerto. Pero, ¿Esa de verdad era la criatura a la cual tenían que cazar? O, ¿La verdadera criatura aún seguía suelta? Dispuesta a seguir con sus tormentos. Dispuesta a seguir con sus ataques. Dispuesta a seguir con sus muertes. 










🌙🌙🌙

Ey, capítulo intenso, ¿No lo creen? 

Bueno, eso es todo por el día de hoy. Espero les haya gustado mucho. Y díganme, ¿Qué opinan de la relación entre Lindsay y Stiles? Aun va algo lenta. Pero tengo varias cosas planeadas para ellos dos. Ya lo verán.

Ahora me despido. Gracias por leer, nos leemos el siguiente lunes. Hasta pronto.

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