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UN HOGAR.

Yuna abrió sus ojos con pesadez, sentía cómo si hubiera dormido por mucho tiempo. A diferencia de antes, su cuerpo ya no dolía ni tampoco lo sentía entumecido.

Al levantarse, soltó un gran suspiro con pesadez. Miró sus manos, seguramente Baal se había encargado de curarla. Sonrió en busca de él, pero no estaba en su habitación.

Se paró de la cama, caminando hasta el pasillo de abajo. Miró cómo allí estaba Vamola junto a Aira.

︈─..¿Aira? ︈─ preguntó, confusa.

A su lado había un par de maletas, la pelirosa dirigió su mirada hacia Yuna. Se levantó de inmediato con una notable alegría.

︈─ ¡Estás bien!, ¿Cómo te sientes?, Vamola y yo hicimos el desayuno, no te preocupes. ︈─ La rubia se confundió.

︈─ ¿Qué son todas esas maletas?, ¿Uh? ︈─ preguntó.

︈─ He decidido...quedarme para asegurarme qué estés bien. ︈─ Ambas se miraron a los ojos.

Cómo la primera vez qué sus miradas se encontraron, cómo los anteriores encuentros.

Yuna se sorprendió, aira no parecía bromear. Realmente estaba preocupada por ella, ella le sonríe a su amiga.

︈─ Pero el idiota de Enjoji también decidió quedarse. ︈─ La ilusión se rompió al darse cuenta qué Jiji también se quedaría en su casa.

Puso los ojos en blanco mientras una vena resaltaba en su mejilla al escuchar los gritos de Jiji y poco después los de Baal.

Pues con razón ese idiota no estaba en la habitación, siempre le gustaba molestar a Jiji. Vamola salió para seguirles el juego.

︈Bueno, al menos Aira estaría con ella. Su casa había dejado dejado de ser un simple refugio físico.

Se había vuelto un hogar gracias a ellos. Yuna sonríe un poco, se sentía mucho más aliviada sabiendo que tenía en quién confiar.

︈─ ¡Idiotas, dejen de pelear!, ¡Yuna despertó! ︈─ Les gritó Aira.

︈─ Iré al baño a darme una ducha, ya vuelvo. ︈─ Se retiró rápidamente.

Se encerró en el baño, tomó su cepillo de dientes y en busca de su pasta dental, levantó su mirada para verse en un espejo.

︈─ ¡Sácame de aquí, idiota! ︈─ Su propio reflejó gritó.

Yuna retrocedió de golpe al darse cuenta cómo su reflejo se transformaba en satanás.

︈─ ¡Eres una idiota!, ¿¡Cómo te atreves a engañarme?!, ¡Te asesinaré!

︈─ Oye, tú hiciste lo primero conmigo. Me engañaste con tu comportamiento. ︈─ Yuna frunció su ceño.

︈─ ¡Eres una mentirosa, mentirosa, mentirosa! ︈─ le gritó, las cosas del baño empezaron a moverse.

Aquellos berrinches le recordaban ciertamente a Evil eye. ¿Satanás.. sería un niño?

Quizás por eso su falta de experiencia y conocimiento, su actitud soberbia y berrinchuda.

︈─ Hagamos un trato, satán.︈─ Ella se acercó al espejo.

Él parecía un perro rabioso, mirándola con rabia.

︈─ ¿¡Por qué haría un trato contigo?!, ¡Te voy a torturar y me comeré tú alma!

︈─ Creo entender cómo te sientes respecto a lo de Baal...Un hermano mayor que te abandonó por otra persona, ¿Eh? ︈─ Satán cambió su expresión al escuchar sus palabras.

Yuna lo miró con cierta pena pero parecía verse así misma. Podía comprender perfectamente cómo podía llegar a sentirse.

︈─ Mi mamá también...me abandonó, se fue al extranjero y formó otra familia, me dejó sola. Nadie me ayudó, nadie hizo nada para calmar la soledad qué llevaba mi alma..︈─ Ella puso su mano en el espejo.

Él desvío su mirada, dándole a entender a Yuna qué si estaba dando en el clavo.

︈─ Te sientes solo, ¿No?, déjame... déjame ayudarte. ︈─ Yuna le sonríe con dulzura

Él bajó su mirada cómo si tratará de un simple cachorro abandonado. Quizás... él si tenía sentimientos.

Tan solo era un niño qué no sabía cómo manejarlos, porque siempre estuvo solo.

︈─ Hagamos un trato, yo te ayudaré a qué tu hermano y tú se lleven bien, podrás quedarte con nosotros pero...debes prometerme qué no vas a lastimar a nadie. ︈─ Satanás levantó su mirada.

Aquellos ojos rojizos tan escalofriantes qué alguna vez causaron miedo, brillaron con ilusión al escuchar sus palabras.

︈─ ¿D-de verdad?, ¿Mi hermano sentirá lo mismo qué siente por tí? ︈─ preguntó, con cierta emoción.

︈─ Te prometo... qué Baal también amará a su hermano menor, ¿Trato? ︈

︈─ ¡Trato!, ¡No lastimaré a nadie, te lo prometo! ︈─ Aceptó rápidamente.

Yuna miró cómo jugaba con el agua, una sonrisa se dibujó en su rostro mientras una risa escapó de ella, le parecía tierno el cambio tan drástico qué habían tenido.

Cuándo la hora del baño había terminado, ella lo tomó entre sus brazos, agarró una toalla y lo envolvió rápidamente.

︈─ Hmm, no tengo ropa para tu tamaño. ¿Realmente deseas quedarte así? ︈─ No estaba muy segura.

Él parecía un bebé, con cuernos y orejas de cabra. . pero seguía siendo un bebé.

︈─ Es mi forma más débil, así mi presencia no afectará a los humanos. ︈─ Contestó.

Yuna volvió a cargarlo, salió del baño para caminar hasta la sala dónde se encontraban Baal y Jiji comiendo mientras Aira los miraba con el ceño fruncido, Vamola terminaba por colorear tranquilamente.

︈─ Yuna por fin sal...¿¡Eso es un bebé?! ︈─ gritó Aira.

︈─ ¡¿Estabas embarazada?! ︈─ gritó Jiji.

︈─ No, tontos esté es..

︈─ ¿Por qué está él aquí?, ¿Por qué lo tienes entre tus brazos? ︈─ Baal se levantó, frunciendo el ceño.

︈─ ¡Espera!, Baal, espera. Yo fui quién decidió traerlo a casa. Es solo un bebé, ¿No lo ves? ︈─ Yuna resguardó a satanás entre sus brazos.

Él se acurrucó entre el pecho de Yuna, escondió su rostro mientras se aferraba a ella.

︈─ Es un demonio asqueroso, no un bebé humano, Yuna. No puedes simpl...

︈︈─ Perdón... perdóname hermanito. ︈─ Su voz en tono bajo rompió el corazón de Yuna.

Satanás hizo un puchero mientras las lágrimas salían de su rostro. Baal alzó sus cejas, sorprendido. Yuna empezó a consolarlo rápidamente

︈─ ¿Ya ves, Baal?, él y yo hicimos un trato, él no dañará a nadie..︈─ Yuna lo acurrucó en busca de hacerlo sentir seguro.

︈─...¿Es qué tu acaso piensas qué esto es un orfanato o una guardería? ︈─ preguntó Aira.

Al contrario de ella, Jiji estaba conmovido, acercándose a Yuna para mirar al pequeño satanás.

︈─ Sí tú no quieres tenerlo en la casa, está bien. Pero yo sí quiero tenerlo aquí, yo sí quiero...amarlo.

Ambos se miraron a los ojos. Durante unos largos segundos provocando un silencio sepulcral.

Él sabía qué Yuna había pasado una infancia muy dura, y su madre la había dejado a temprana edad. Sintiéndose totalmente sola.

Pero aún así, perdonar a quién la había lastimado y la había poseído, tenerlo entre sus brazos de esa manera.

Él separó sus labios en busca de decir algo pero aquellos ojos negros en busca de una respuesta positiva de su parte atravesó su alma.

Yuna era tan pura, no podía creer lo qué estaba viendo, lo qué estaba escuchando. Ella estaba dispuesta a cuidar de satanás, su hermano menor.

Ella era demasiado para esté mundo, era demasiado para esté tonto universo, para las personas...para cualquier ser.

Él caminó hasta ella. Yuna apretó a satanás contra ella, ambos se miraron a los ojos otra vez.

︈─...No me cambiarás por él, ¿Cierto, Yuna? ︈─ Baal empezó a hacerse cada vez más pequeño.

Yuna se sorprendió. Por un momento pensó qué el se enojaría y se desataría una pelea.

Pero aquellos ojos tan lindos y tiernos lograron hacerla sonreír. Se agachó para extender su brazo hacia él.

Ambos formaron un abrazo. Haciendo qué Vamola también se uniera seguido de Jiji quién obligó también a Aira a unirse.

Una casa fría y vacía, se convirtió en un hogar cálido y totalmente completo.